Melatonina, homeostasis de la glucosa y balance
energético
La melatonina es
una hormona secretada predominantemente por la glándula pineal de los
vertebrados. La síntesis de melatonina ocurre durante la noche a través de una
ruta que involucra cuatro enzimas diferentes. En muchos vertebrados (por
ejemplo, peces, anfibios, reptiles y aves) la síntesis de melatonina en la
glándula pineal es controlada directamente por el reloj circadiano localizado
en los pinealocitos, mientras en la glándula pineal de mamíferos, la síntesis
de melatonina es controlada por un reloj circadiano localizado en el núcleo
supraquiasmático (NSQ) del hipotálamo. Debido a su naturaleza lipofílica, la
melatonina no es almacenada en la glándula pineal sino que difunde en la sangre
y el líquido cerebroespinal donde sus niveles reflejan la síntesis.
La melatonina actúa sobre muchos tipos de
células en el cuerpo donde ejerce sus efectos como antioxidante y atrapador de
radicales libres o funciona a través de receptores acoplados a proteína G
llamados receptor de melatonina 1 (MT1) y receptor de melatonina 2
(MT2). Los receptores MT1 y MT2 son expresados a través del cuerpo
donde regulan el entrenamiento de ritmos circadianos, el sueño, la presión
arterial y las funciones reproductivas. Adicionalmente, la melatonina ha sido
identificada como un importante regulador del metabolismo de la glucosa y el
balance energético.
En décadas recientes, los estudios con
animales usando ratas pinealectomizadas y ratones con “knockout” de receptor de
melatonina encontraron un rol inesperado de la melatonina en la regulación del
metabolismo de la glucosa y el balance energético. Los estudios demostraron que
la pinealectomía produce intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina
y que la administración de melatonina exógena a las ratas restaura los
parámetros metabólicos a los niveles observados en animales controles. Por otra
parte, en ratones alimentados con dieta rica en grasas (DRG), la administración
de melatonina exógena es suficiente para restaurar la disminuida sensibilidad a
la insulina y la tolerancia a la glucosa. Otro estudio demostró que la
administración diaria de melatonina es suficiente para disminuir la ganancia de peso corporal
en las ratas alimentadas con DRG en comparación con las ratas alimentados con
DRG pero no tratadas con melatonina. Estos datos sugieren que la melatonina
puede, al menos en parte, aliviar las consecuencias metabólicas asociadas con
la obesidad inducida por dieta (OID). La OID provoca alta ganancia de peso e hiperglucemia en ratones MT1 KO.
Entonces, la señal melatonina a través
de MT1 puede regular respuestas metabólicas protectoras durante el curso de la
OID. Varios estudios han establecido un potencial rol de la melatonina en la
regulación de la grasa corporal. En este contexto, la administración de melatonina provoca una reducción en el
contenido de grasa corporal. Más aún, existen correlaciones entre el
envejecimiento y la reducción de la producción de melatonina por la glándula
pineal, el incremento del peso corporal, la grasa visceral y los altos niveles
de leptina e insulina.
La inflamación crónica subyace a la
progresión de la obesidad. En un modelo genético de obesidad en ratones, el
tratamiento con melatonina es capaz de mejorar la infiltración inflamatoria y
la alteración de adipoquinas inducida por la obesidad. El tratamiento con
melatonina también reduce la masa grasa (y el porcentaje de grasa corporal) con
un incremento concomitante de masa magra en mujeres postmenopáusicas. Los
estudios recientes sugieren que el tratamiento con melatonina puede estimular
la lipólisis a través de la activación del sistema nervioso simpático, así como
también estimular la lipólisis en los adipocitos intramusculares a través de la
activación de la quinasa estimulada por señal extracelular (ERK) ½ y la
proteína quinasa A (PKA). Estos estudios sugieren un potencial rol de la
melatonina en la modulación del peso corporal, específicamente a través de la regulación
de la masa grasa. Adicionalmente, otros
estudios proporcionan evidencia que la melatonina puede jugar un rol importante
en la modulación de los circuitos que regulan la conducta alimenticia.
La leptina es una hormona producida por los
adipocitos que es liberada de manera circadiana por el tejido adiposo. El nivel
pico de leptina plasmática ocurre durante la fase de oscuridad y posteriormente
disminuye durante la fase de luz. Debido a la naturaleza circadiana de la
secreción de melatonina (nivel pico en la noche), algunos autores sugieren que
la melatonina maneja la secreción de leptina. La ausencia de larga duración de
melatonina circulante provoca alteraciones en
la señal leptina y resistencia a la leptina en el hipotálamo. Los individuos
obesos tienen altos niveles de leptina, pero debido a la resistencia a la
leptina, su regulación de la ingesta de alimentos y, por tanto, la regulación
del peso corporal, es alterada. La resistencia a la leptina, inducida por
pinealectomía o remoción genética de receptores de melatonina, incrementa la expresión de genes orexigénicos
como proteína relacionada con agouti (Agrp) y neuropéptido Y (Npy), los cuales
son modulados por la señal leptina. Estos cambios resultan en incrementos de la
ingesta de alimentos y el peso corporal. La administración de melatonina
exógena previene los efectos negativos inducidos por la pinealectomía y reduce
la expresión de genes orexigénicos, provocando reducción de ingesta de alimentos, peso corporal, niveles
de leptina y masa grasa. Por otra parte, la carencia de señal MT1
induce resistencia a la leptina por regulación a la baja del receptor de
leptina.
La melatonina, además de su rol modulador de
la ingesta de energía, también puede jugar un rol importante en la modulación
del gasto de energía. En un modelo experimental de obesidad y diabetes mellitus
tipo 2 en ratas, el tratamiento con melatonina induce “marronización” de tejido
adiposo blanco (TAB) e incremento del tejido adiposo marrón (TAM) con
propiedades termogénicas. La pinealectomía reduce la cantidad de proteína
desacopladora 1 (UCP1) en el TAM, provocando por tanto menor actividad
termogénica después de la exposición al frío. Algunos estudios sugieren que hay
una correlación entre la exposición a la luz en la noche y la ganancia de peso
corporal en humanos y si la melatonina recluta TAM (como ocurre en otras especies), los
individuos que tienen disminuida su melatonina endógena por exposición a
fotoperíodos largos diariamente tienen menos TAM funcional y pueden ganar más
peso corporal.
Estudios recientes sugieren que la
composición de la microbiota intestinal se correlaciona con desórdenes
metabólicos y obesidad. El tratamiento con melatonina de ratones con OID es
capaz de retornar la microbiota intestinal a los niveles observados en ratones
delgados y proporcionar efectos beneficiosos contra la obesidad, la resistencia
a la insulina, la esteatosis hepática y la inflamación de bajo grado en ratones
con OID. Actualmente, hay datos significativos en diferentes especies que
demuestran que la melatonina tiene un
efecto anti-obesogénico y que está involucrada en la regulación de tres de las
principales etapas del balance energético: ingesta de energía, almacenamiento
de energía y gasto de energía.
Los resultados de los estudios en ratones
que carecen de receptores de melatonina han establecido un rol beneficioso de
la melatonina en el metabolismo de la glucosa. Los estudios usando este modelo
han demostrado que la ablación genética de MT1 o MT2
afecta el metabolismo de la glucosa. Los ratones MT1 KO exhiben
resistencia a la insulina sistémica con alteración de la captación de glucosa
en músculo esquelético y tejido adiposo, y sensibilidad a la insulina
significativamente reducida. Este efecto involucra la modulación de la
actividad de fosfoinositol-3-quinasa (PI3K) y proteína quinasa B (AKT), lo cual
guarda relación con la capacidad de la melatonina de inhibir la gluconeogénesis
hepática y estimular la captación de glucosa en músculo esquelético y tejido
adiposo. Los ratones MT2 KO muestran disminución de la sensibilidad
a la insulina en el hígado e incremento en la secreción de insulina. Sin
embargo, dado que la mayoría de estudios se han realizado en modelos de
roedores, un punto importante que debe ser considerado en la interpretación de
los resultados es que los roedores son nocturnos y alcanzan un pico en la
síntesis de melatonina durante su fase activa, mientras los humanos son diurnos
y alcanzan el pico de los niveles de melatonina durante su fase inactiva de
sueño. Esta diferencia sugiere que pueden existir requerimientos funcionales
distintos para los efectos directos e indirectos de melatonina entre roedores y humanos. Más aún, en la
actualidad, muchos estudios resaltan la importancia del tiempo y los efectos
retardados de la melatonina en la interpretación de los resultados. En el caso
de la señal insulina, un estudio reciente resalta la capacidad de la activación
nocturna de MT1 para modular la sensibilidad de insulina durante el día. Por
otra parte, una serie de estudios reportan que la síntesis de melatonina ocurre
en las mitocondrias de neuronas donde
los receptores MT1 también están presentes.
Las variantes genéticas en los receptores de
melatonina han sido asociadas con desórdenes metabólicos como diabetes tipo 2
(DT2), diabetes mellitus gestacional y obesidad. En este contexto, una serie de
estudios relaciona al MTNR1B, el locus genético que codifica al MT2,
con incremento de los niveles de glucosa sanguínea en ayunas y mayor riesgo de
DT2. En total cuarenta variantes sinónimos de MTNR1B han sido asociados con
DT2. Los estudios genéticos sobre la asociación de MTNR1B y riesgo de DT2
reportan la capacidad de dos variantes frecuentes (rs1387153 y rs10830963) para
modular la secreción de insulina por las células β pancreáticas. Por otra
parte, aunque las variantes de MTNR1A, el locus genético que codifica al MT1,
no han sido asociadas directamente con
DT2, algunos estudios reportan una asociación de las variantes MTNR1A con el
síndrome de ovarios poliquísticos (PCOS). Las pacientes afectadas por PCOS a
menudo desarrollan resistencia a la insulina y DT2. Entonces, la evidencia
experimental apoya un posible rol para MT1 en la DT2.
En conclusión, la evidencia experimental
acumulada indica que la melatonina, además de sus roles bien establecidos en la
regulación de los ritmos circadianos, el sueño y la reproducción, juega un rol importante en la regulación del
metabolismo de la glucosa y el balance energético. Por otra parte, los estudios
genómicos recientes también demuestran que la disrupción de receptores de
melatonina puede contribuir a la patogenia de diabetes tipo 2.
Fuente: Owino S et
al (2019). Melatonin signaling a key regulator of glucose homeostasis and
energy metabolism. Frontiers in Endocrinology 10: 448.
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