Modulación de la alimentación y conductas asociadas
El sistema
nervioso central (SNC) es responsable de generar sensaciones de hambre y
controlar las conductas de ingesta de alimentos en respuesta a estímulos
internos y externos. Las investigaciones
iniciales distinguían en el hipotálamo el centro de la alimentación y el centro
de la saciedad, localizados en el área hipotalámica lateral (AHL) y el
hipotálamo ventromedial, respectivamente. Estos centros exhibían cambios
opuestos en la conducta de alimentación. El AHL exhibe auto-estimulación
eléctrica y una importante interacción con la recompensa y el aprendizaje. Los avances metodológicos en
inmunohistoquímica han confirmado una rica interconexión en el AHL. Con el
descubrimiento de neuronas individuales en el núcleo arqueado (ARC) que manejan
conductas de alimentación opuestas, la idea de centros de alimentación y
saciedad ha sido reemplazada por la de neuronas de alimentación y saciedad. En
la década pasada, las nuevas tecnologías
permitieron la observación in vivo o a control remoto de la actividad de
las neuronas y sus proyecciones a sitios específicos. Esto permitió el
descubrimiento de poblaciones neuronales y circuitos que contribuyen a la
homeostasis energética y conectan muchos sitios centrales con la conducta
alimenticia.
La ingesta de energía y el gasto de energía
son altamente variables y deben ser adecuadamente modulados para asegurar el
mantenimiento del peso corporal. El término “ingesta de alimento metabólica” se
refiere a la ingesta diaria de alimentos calóricos necesaria para satisfacer
las necesidades metabólicas y mantener estable el peso corporal. Esto es
contrario a la conducta de alimentación aguda y comprende la conducta apetitiva
(solicitud de alimento, búsqueda de alimento, acercamiento al alimento) y la
conducta consumatoria (consumo de alimento, encuentro con el alimento). La decisión de comer y cuanto comer o
simplemente no comer es influenciada
por el tiempo circadiano (ciclo
sueño-vigilia, alerta) y factores externos e internos que modulan los estados
de necesidad interna y determinan si sentimos hambre o saciedad. Los factores
externos incluyen el posible peligro (depredadores), la disponibilidad de
alimento y el reconocimiento de las fuentes de alimento. Los factores internos
son los depósitos de energía, los cambios asociados con nutrientes circulantes
(glucosa, aminoácidos y ácidos grasos) y hormonas (leptina, grelina) y
valencias emocionales aprendidas asociadas con una fuente de alimento.
La valencia emocional es una medida de
placer asociada con un estado interno o contexto relacionado y puede modular la
motivación para obtener una recompensa. Esos cambios en la motivación modulan
la conducta pavloviana y la conducta operante y son usados para medir las valencias
emocionales en un lugar condicionado y tareas de preferencia de alimento
(condicionamiento pavloviano) o el nivel de presión para recompensas
(condicionamiento operante). Las valencias emocionales son moduladas por
cambios en el estado interno y son suficientes
para revertir el efecto recompensa y el valor incentivo del alimento. La
ingesta de alimento medida en tareas condicionadas y con alimentos sabrosos
(ricos en azúcar o grasas) es llamada ingesta de alimento hedónica para
enfatizar la valencia positiva asociada y mide episodios de alimentación de
corta duración. La regulación de la alimentación aguda es distinta de la
regulación de larga duración de la ingesta de alimento metabólica. Por ejemplo, el incremento de episodios de
ingesta de alimento hedónica puede ser compensada a la largo del día por la
ingesta reducida de comida.
El ARC es el mediador de los estados de necesidad metabólica a través de dos poblaciones de neuronas:
neuronas anorexigénicas que expresan proopiomelanocortina (POMC) y neuronas
orexigénicas que expresan péptido relacionado con el agouti (AgRP). Durante los
estados de necesidad metabólica, como el ayuno, las señales humorales cambian
dramáticamente (por ejemplo, la leptina, una hormona derivada del tejido
adiposo, disminuye mientras la hormona gastrointestinal grelina aumenta antes
de las comidas). Las neuronas POMC y AgRP son diferencialmente reguladas por la
leptina y la grelina, lo cual resulta en el silenciamiento de las neuronas POMC
y la activación de las neuronas AgRP en el ayuno. El AHL recibe proyecciones de
las neuronas POMC y AgRP, las cuales a través de sus péptidos modulan la
actividad de las neuronas del AHL. Las neuronas AgRP del ARC median la conducta
alimenticia inducida por hambre a través de varios sitios de cerebro incluyendo
el núcleo paraventricular (NPV), el núcleo del lecho de la estría terminal
(NLET) y el AHL.
La activación de las neuronas AgRP del ARC
resulta en cambios de larga duración en la ingesta de alimento metabólica que
son capaces de causar cambios en el peso corporal de acuerdo con el nivel de
activación de las neuronas AgRP y también de incrementar el valor incentivo de
los alimentos. Entonces, la activación de las neuronas AgRP -y la información
del hambre- son identificadas por cambios en la ingesta de alimento metabólica
(ingesta de alimento en 24 horas) y la ingesta de alimento hedónica (respuesta
operante, ingesta de alimentos sabrosos). El hambre o la activación de las
neuronas AgRP median una valencia negativa que podría causar un rechazo
condicionado, lo cual está en línea con la idea de informar al cuerpo a cerca
de un estado de necesidad y motivar al animal a escapar del estado de
necesidad, en este caso mirando y comiendo alimento. La activación de las
neuronas AgRP es revertida rápidamente por el inicio de la comida (conducta
alimenticia consumatoria) y por la vista o acercamiento al alimento (conducta
alimenticia apetitiva), lo cual indica que la señal de desactivación de las
neuronas AgRP es independiente del estado de necesidad interno. La sensación de
hambre subyace a un sistema regulador más complejo en el que la activación de
las neuronas AgRP cambia la valencia emocional de positiva a negativa. Sin
embargo, estudios recientes reportan que las neuronas AgRP inducen una valencia
positiva con pre-estimulación neuronal donde el alimento está ausente mientras
la accesibilidad a alimento ocurre sin activación neuronal. Este paradigma
reproduce más auténticamente el patrón de activación de las neuronas AgRP que
se observa en la transición del ayuno a la alimentación. La pre-estimulación de
las neuronas AgRP en ausencia de alimento causa incrementos de larga duración
en las respuestas de la alimentación
apetitivas y consumatorias e induce una valencia positiva (preferencia
de alimento y preferencia de lugar). Estos datos indican que la activación de
las neuronas AgRP del ARC subyace a la modulación de la alimentación por
señales sensoriales rápidas y señales
internas de larga duración (factores humorales). Más aún, la descarga de las
neuronas AgRP cambia dinámicamente las valencias emocionales de negativa a
positiva.
El AHL tiene cuerpos neuronales poco densos
que permiten el paso de procesos neuronales del haz del cerebro anterior medial
(HCM). El HCM es una ruta cerebral que conecta cuerpos neuronales de neuronas
caudales (cerebro medio, tallo cerebral) con estructuras del cerebro anterior y
viceversa. Los cuerpos celulares en el AHL entran en el HCM y reciben
inervación de las fibras del HCM. El HCM también es parte integral en la
conexión con los componentes del sistema límbico. Las neuronas dopamina (DA) en
el área tegmental ventral (ATV) envían sus señales al cerebro anterior (cuerpo
estriado y núcleo accumbens) vía HCM. El núcleo accumbens es una estructura
clave en la conversión de la motivación
en función motora y por tanto es importante para la conducta de recompensa. El
AHL muestra prominente interconexión con circuitos del ATV y recibe inervación
del núcleo accumbens, lo cual está en línea con
los estudios que relacionan la función del AHL con la conducta
recompensa y la alimentación hedónica. El
fornix (fx) es otro haz de fibras prominente en el AHL que lleva fibras del
hipocampo a sitios posteriores, pasando a través del AHL y extendiéndose al
núcleo accumbens. Otra característica del AHL es su interconexión con sitios
centrales, incluyendo el sistema nervioso autónomo, el eje neuroendocrino, la
corteza cerebral, el tálamo y el sistema límbico. Entonces, el AHL está
implicado en una variedad de conductas como alimentación, ciclo sueño-vigilia,
alerta y ansiedad. La organización interconectada del AHL le permite ser clave
en la integración de estímulos ambientales (vista, gusto, temperatura,
cognición) y metabólicos (glucosa sanguínea, hormonas circulantes, inflamación)
en respuestas contextuales apropiadas del sistema nervioso autónomo, el eje
neuroendocrino y la conducta.
Las neuronas del AHL que actúan en la
conducta alimenticia muestran roles opuestos según las características de su
neurotransmisor: glutamato (excitador) y GABA (inhibidor). Los transportadores
para glutamato o GABA, transportador vesicular de glutamato-2 y transportador
vesicular de GABA, respectivamente, han sido útiles para visualizar y manipular
estas dos poblaciones neuronales en muchos sitios centrales. El AHL expresa una
amplia distribución de neuronas glutamato y GABA que tienen roles opuestos en
la alimentación metabólica y hedónica y promueven valencias emocionales en
animales. La diversidad molecular y anatómica de las poblaciones de neuronas
GABA y glutamato combina neuronas molecularmente heterogéneas y patrones de
proyecciones divergentes, considerando la fuerte interconectividad del AHL como
un todo así como las pequeñas subdivisiones del AHL. Por otra parte, en un modelo de estimulación
continua que induce una valencia negativa en las neuronas AgRP del AHL, las
neuronas GABA promueven la ingesta de alimento conjuntamente con una valencia
positiva. Estos datos indican que la conducta alimenticia inducida por las
neuronas AgRP puede diferir de la inducida por las neuronas GABA, al menos con
relación a la valencia emocional asociada.
Las neuronas GABA del AHL forman discretas
poblaciones que son activadas con conducta alimenticia apetitiva o consumatoria
mientras las neuronas glutamato pueden disociarse en subgrupos según sus
patrones de activación relacionada con la alimentación (conducta alimenticia
consumatoria vs apetitiva). El AHL es considerado un integrador de señales
hipotalámicas y la disociación de neuronas asociadas con la alimentación
apetitiva vs consumatoria indica una distinción de los circuitos de la
alimentación a nivel del AHL. Las neuronas GABA del AHL expresan la forma larga
del receptor de leptina, neurotensina y galanina y todas ellas inervan a las
neuronas hipocretina/orexina (Hcrt/Ox) del AHL y están asociadas con la
recompensa de alimento. La activación de las neuronas neurotensina suprime la
ingesta de alimento metabólica pero no tiene efecto sobre la ingesta de
alimentos sabrosos. Las neuronas galanina incrementan la alimentación hedónica
sin afectar la alimentación metabólica.
El AHL, además de la alimentación, juega un
importante rol en la vigilia. Las neuronas Hcrt/Ox del AHL son críticas para la
vigilia y su nivel de activación modifica el estado sueño/vigilia a través de
sus proyecciones al locus coeruleus (LC). Las neuronas Hcrt/Ox están implicadas
en la ingesta de alimento hedónica. Por lo tanto, los efectos de las neuronas
Hcrt/Ox sobre la alimentación pueden ser un resultado indirecto de la vigilia,
porque una baja vigilia o un estado de sueño son incompatibles con la conducta
alimenticia. La estimulación de las neuronas Hcrt/Ox también influye en los
circuitos del AHL que inducen la locomoción. La locomoción está inherentemente
entrelazada con casi todas las conductas (tareas de aprendizaje, bebida,
ansiedad, interacción social) y es difícil disociarla de la conducta ingestiva.
Este efecto también se observa con el sistema dopamina mesolímbico, donde las
neuronas DA del ATV están fuertemente conectadas con la recompensa y la
motivación para buscar alimento. Por otra parte, la locomoción compulsiva que
se observa después de la activación de las neuronas GABA del AHL o de sus
proyecciones al ATV puede interferir con –o enmascarar- la ingesta de alimento
hedónica. Entonces, la actividad locomotora puede ser asociada con diferentes
conductas relacionadas con la alimentación y no relacionadas con la
alimentación, con diversas influencias sobre las valencias emocionales.
En conclusión, los circuitos del SNC que
modulan la conducta alimenticia coordinan muchos componentes conductuales e
impulsos sensoriales (por ejemplo, estado metabólico, estado emocional, vista y
olor de los alimentos) que permiten la integración de estos elementos en varios
niveles (neuroendocrino, autónomo, función motora y conducta). La
interconectividad del AHL con otros sitios del SNC y su capacidad para
responder a los cambios en los estados fisiológicos hacen del AHL un centro de
integración ideal para todos los componentes de la conducta alimenticia. Sin
embargo, algunas poblaciones neuronales del AHL (por ejemplo, las neuronas galanina y neurotensina) muestran
limitada proyección a los sitios de modulación de las distintas conductas
alimenticias. El AHL no solo juega un rol integrador de estímulos internos y
externos sino que también disocia componentes conductuales (ingesta de alimento
apetitiva, consumatoria, hedónica y metabólica).
Fuente:
Qualls-Creekmore E y Münzberg H (2018). Modulation of feeding and associated
behaviors by lateral hypothalamic circuits. Endocrinology 159: 3631-3642.
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