Cardioquinas y enfermedades cardiacas
Los péptidos o
proteínas secretados por las células cardiacas pueden ser considerados
cardioquinas. La mayoría de cardioquinas, como mediadores importantes, tienen
roles en el mantenimiento de la homeostasis cardiaca o en la respuesta al daño
miocárdico. Las cardioquinas no solo tienen funciones fisiológicas en la
respuesta al estrés, la reparación de daño y la remodelación miocárdica, sino
que también participan en la síntesis de proteínas en órganos distales y los procesos
metabólicos sistémicos. Adicionalmente, las cardioquinas son diferencialmente
expresadas en varias condiciones fisiológicas del corazón y mantienen la
función cardiaca a través de rutas paracrinas/autocrinas o afectan la respuesta de los cardiomiocitos y
los fibroblastos cardiacos (FC) en anormalidades patológicas causadas por daño
cardiaco o procesos inflamatorios asociados.
Los péptidos natriuréticos, particularmente el
péptido natriurético atrial (ANP) y el péptido natriurético cerebral (BNP), son
secretados por el sistema cardiovascular y tienen un gran impacto sobre la
ocurrencia y desarrollo de enfermedades cardiovasculares (ECV) de una manera
paracrina/autocrina. Es bien conocido que el ANP y el BNP son útiles para el
diagnóstico clínico, el tratamiento y el pronóstico de las ECV. Hay evidencia
que el ANP se eleva significativamente en pacientes con disfunción ventricular
izquierda independientemente de los síntomas clínicos. Los niveles de ANP en la
circulación se correlacionan negativamente con la fracción de eyección, pero se
correlacionan positivamente con la severidad de la insuficiencia cardiaca
congestiva (ICC) y disminuyen significativamente con la mejoría de los síntomas
de la ICC. El BNP, también conocido como péptido natriurético tipo B, es
secretado principalmente por los miocitos ventriculares. Aunque el BNP tiene
una variedad de funciones, los cardiomiocitos solo sintetizan el precursor del
BNP (proBNP de 108 aminoácidos), el cual inicialmente es almacenado en los cardiomiocitos
y al ser liberado instantáneamente se descompone en BNP y NT-proBNP inactivo en
cantidades equimolares, cuando las paredes ventriculares experimentan
estiramiento o aumenta la presión ventricular.
Por lo tanto, el BNP y su precursor tienen un significativo rol en la
respuesta a varias ECV como insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial y
arritmias. Adicionalmente, el BNP contribuye a un mejor diagnóstico de la IC,
está asociado con el pronóstico de la IC crónica y puede ser usado como marcador
del pronóstico de las ECV. Teóricamente,
BNP y NT-proBNP son de igual significado para el diagnóstico de ECV.
Comparado con el BNP, el NT-proBNP posee mayor vida media y es más estable en el
plasma. Los niveles de NT-proBNP están más íntimamente relacionados con las
moléculas nuevamente sintetizadas que el BNP almacenado y reflejan preferencialmente
la activación de la ruta BNP.
La respuesta inflamatoria es uno de los
mecanismos más importantes en el proceso de ateroesclerosis. Las anormalidades
en los niveles de varias citoquinas pro-inflamatorias han sido reportadas en
pacientes con síndrome coronario agudo.
Los niveles de interleuquinas (IL) extremadamente elevados en el corazón
y la necrosis del miocardio durante el infarto de miocardio (IM) agudo indican
que las IL actúan como un importante factor regulador en el IM agudo. La IL-33,
secretada principalmente los FC, es una molécula de señalización paracrina en
la interacción entre fibroblastos y cardiomiocitos y es también el ligando
específico para la ST2 soluble (sST2),
una proteína de los cardiomiocitos. La tracción mecánica regula al alza la
expresión de Il-33 en cardiomiocitos y fibroblastos así como también los
niveles de ST2 (los niveles de sST2 son significativamente mayores que los de
ST2). La sST2 exhibe inhibición competitiva bloqueando la ruta de señalización
IL-33/ST2 al tiempo que atenúa el efecto protector de la IL-33 sobre la
hipertrofia de cardiomiocitos y la fibrosis del miocardio. Adicionalmente, los
niveles plasmáticos de ST2 están asociados con el pronóstico de IM e IC. Los
estudios en pacientes con enfermedad cardiaca coronaria (ECC) demuestran que
los polimorfismos genéticos de esta cardioquina inflamatoria podría incrementar
el riesgo de ECC.
La folistatina es un modulador extracelular
que se une selectivamente a proteínas de la familia del factor de crecimiento
transformante-β (TGF-β). La proteína similar a folistatina 1 (FSTL1), también
conocida como clon estimulado por factor de crecimiento transformante 36
(TSC-36), ha sido identificada como un factor protector de cardiomiocitos que disminuye la apoptosis inducida por isquemia/reperfusión
(IR). Los mecanismos fisiológicos que subyacen a la acción de la FSTL1 son
bastante diferentes a los de otras folistatinas. Un estudio reciente revela que
la expresión de FSTL1 en el área isquémica
después de IM aumenta en los fibroblastos pero no en los cardiomiocitos.
Este hallazgo indica que la FSTL1 podría estimular la activación de
fibroblastos y proteger contra la ruptura cardiaca y la remodelación de
ventrículo izquierdo. Otro estudio reporta que la expresión de FSTL1 inducida
por estrés cardiaco modula la hipertrofia cardiaca. Por otra parte, la
administración de FSTL1 en ratas reduce la proporción de la región IM después
de IR e inhibe la apoptosis y la respuesta inflamatoria a través de mecanismos
dependientes de la proteína quinasa dependiente de AMP (AMPK) y proteína
morfogénica de hueso 4 (BMP-4). Más aún, la sobre expresión de FSTL1 minimiza
los efectos perjudiciales de la IR. Estos hallazgos indican que la FSTL1 puede
ser un blanco terapéutico para la hipertrofia cardiaca u otras enfermedades
cardiacas.
Los factores de crecimiento fibroblástico
(FGF) juegan un rol definitivo en la inducción de la angiogénesis, la
reparación de células endoteliales dañadas y la proliferación de células de
músculo liso vascular. Hasta el presente hay 22 FGF identificados en roedores y
humanos. Los FGF transmiten señales a través de sus receptores en la membrana
celular. El FGF21 es un miembro de la
familia FGF que tiene 209 aminoácidos y
es fisiológicamente descompuesto en su forma madura de 181 aminoácidos. Es producido y liberado principalmente por el
hígado, pero un estudio reciente indica que los cardiomiocitos y las células
endoteliales microvasculares cardiacas también expresan FGF21 para mejorar la
remodelación cardiaca y reducir el daño cardiaco. El FGF21 se une al FGFR1c en
el corazón para ejercer efectos biológicos a través de la activación de su
correceptor β-kloto. El extremo N-terminal del FGF21 se une al FGFR1c mientras
el extremo C-terminal se une a la β-kloto con gran afinidad para formar un
complejo que fosforila al FGFR1c y
activa la transducción de señal intracelular de la proteína quinasa regulada
extracelularmente (ERK). Adicionalmente, el FGF21 es secretado en la
circulación sistémica por células miocárdicas o endoteliales dañadas y afecta
receptores de la superficie celular para regular el metabolismo de lípidos y
proteger contra el estrés oxidativo o lesiones inflamatorias, provocando
mejoramiento de la ateroesclerosis y protección contra la isquemia del
miocardio y el daño de la IR.
La Sfrp-3 (Secreted frizzled-related protein
3) es el más fuerte antagonista de la señal Wnt en la familia Sfrp. Los
estudios recientes revelan que la señal Wnt está involucrada en la hipertrofia
cardiaca y la progresión de la ateroesclerosis. La señal Wnt está significativamente
asociada con la inflamación vascular, la
disfunción endotelial y la calcificación y engrosamiento de la capa íntima
vascular. Los niveles de Srfp-3 están marcadamente elevados en los pacientes
con IC. Por el contrario, la Sfrp-3 disminuye significativamente después del
tratamiento en pacientes con IC. Por lo tanto, la señal Wnt/Sfrp-3 puede tener
un rol en la remodelación ventricular izquierda. Aparentemente, la Sfrp-3 es un
biomarcador que refleja la patogénesis de IC y un potencial blanco terapéutico
para enfermedades cardiacas. La Sfrp-2, similar a la Sfrp-3, juega un rol crítico
en la inhibición de la apoptosis y las reacciones inflamatoria a través de la
interferencia de la señal Wnt. La
expresión de Sfrp-2 en el corazón después del IM es regulada al alza
significativamente, lo cual sugiere que la Sfrp-2 es una cardioquina inducible
por estrés. Más aún, la Sfrp-2 desactiva la ruta BMP1/metaloproteínasa similar
a tolloid y por consiguiente inhibe la deposición de colágeno en la etapa tardía
del IM y mejora la función ventricular izquierda. Entonces, la Sfrp-2 es un
potencial blanco terapéutico para las terapias anti-fibrosis.
El factor inhibidor de la migración de
macrófagos (MIF) está relacionado con la respuesta inflamatoria. Es liberado
por los cardiomiocitos necróticos después de IM y los niveles en la circulación
aumentan rápidamente después de la estimulación pues las células producen y
almacenan MIF antes de la respuesta inflamatoria. Más aún, el incremento en los
niveles de MIF está íntimamente asociado con la región infartada. Después del
IM, los MIF de diferentes fuentes celulares juegan roles fisiológicos opuestos.
Los ratones con deficiencia de MIF en células derivadas de la médula ósea
tienen una menor incidencia de ruptura cardiaca después del IM, mientras la
deficiencia de MIF en células somáticas/cardiacas acelera la dilatación y la
disfunción ventriculares. La mayoría de
MIF en el miocardio infartado procede de células inflamatorias infiltradas más que de células
cardiogénicas. La inhibición de MIF de células pro-inflamatorias podría
proteger la función cardiaca y mejorar el pronóstico del IM. Por otra parte, el
MIF protege al corazón de la hipoxia de corta duración, pero con la
prolongación de la isquemia y la hipoxia, el rol protector del MIF en el
corazón disminuye gradualmente. A medida que emerge el efecto pro-inflamatorio
del MIF se exacerba el daño en el miocardio. El efecto bidireccional del MIF
puede ser asociado con sus diferentes orígenes.
La neuregulina (NRG) es un miembro de la
familia del factor de crecimiento epidermal (EGF) y en el corazón es secretada
principalmente por células endoteliales microvasculares y el endocardio. La NRG
puede promover la angiogénesis, revertir la remodelación miocárdica y reducir
la apoptosis y el estrés oxidativo. Un estudio reciente reporta que la NRG
también es una proteína de señalización importante en el sistema cardiovascular
y en la regulación del desarrollo cardiaco y la función cardiaca, pues el
receptor tirosina quinasa de la NRG (ErbB) ha sido detectado en la superficie
de los cardiomiocitos. Otro estudio demuestra que la hipoxia-reoxigenación (HR)
podría inducir en las células endoteliales miocárdicas la expresión y
liberación de NRG, la cual podría proteger
a los cardiomiocitos contra la apoptosis durante la HR. Adicionalmente, la NGR
puede mejorar directamente la fibrosis e inducir la producción y secreción de
IL-1α y factores de reparación (como cripto-1) que afectan la cicatrización
cardiaca a través de señales paracrinas. Estos hallazgos indican que la NRG
derivada del endotelio tiene un efecto protector en el miocardio isquémico y
puede representar un nuevo blanco terapéutico para las enfermedades cardiacas.
La adrenomedulina (ADM) es un producto de
las células endoteliales vasculares, las células de músculo liso y los
cardiomiocitos. La ADM es un factor local en el control de la tensión vascular,
la contractilidad cardiaca y la excreción renal de sodio. Los niveles
plasmáticos de ADM aumentan significativamente en los pacientes con ICC debido
a reacciones neuroendocrinas. Los niveles de ADM están asociados con el daño
endotelial y pueden indicar la severidad del daño de las células endoteliales
ateroescleróticas. Adicionalmente, la ADM es beneficiosa para la IC y el IM. El
tratamiento de corta duración con ADM reduce el área de IM y las lesiones por
IR debido a sus efectos antioxidante y anti-apoptosis. La ADM plasmática es un
predictor independiente de eventos cardiovasculares en pacientes de alto
riesgo. En resumen, la ADM es un biomarcador predictivo para el inicio de ECV,
particularmente IC.
El inhibidor proteasa 16 (PI16) es una
proteína secretada por los cardiomiocitos que puede tener efectos inhibidores
sobre la hipertrofia miocárdica. Es fuertemente regulada en la fase temprana de
la IC y reduce el crecimiento de cardiomiocitos. Por el contrario, la
deficiencia de PI16 activa la hipertrofia de cardiomiocitos. La ruta de
señalización dependiente de ERK5 mediada por el factor similar a Kruppel 2
(KLF2) puede estar involucrada en la acción inhibidora de la PI16 sobre
migración y proliferación endotelial, lo cual contribuye a mantener la
homeostasis vascular. La sobre expresión de PI16 inhibe la secreción de
metaloproteinasas de matriz (MPM). Adicionalmente, citoquinas inflamatorias
como IL-1β y factor de necrosis tumoral-α (TNF-α) tienen un impacto
significativo sobre la ruta de señalización NF-κB, la cual es fuertemente
inhibida por el PI16. Por lo tanto, el PI16 es una cardioquina protectora que
puede ser usado como blanco terapéutico en enfermedades cardiacas como IC y
cardiomiopatía hipertrófica.
El factor neurotrófico similar a astrocito
mesoscópico (MANF) es una proteína secretada por los cardiomiocitos que protege
contra el estrés de retículo endoplásmico (RE) de una manera
paracrina/autocrina. El estrés RE activa
el factor de transcripción 6 (ATF6), el cual induce la expresión y secreción de
MANF. El IM activa la expresión de MANF en cardiomiocitos y células no
miocitos, atenuando la hipertrofia cardiaca y el daño isquémico del miocardio.
Adicionalmente, un estudio pre-clínico demuestra que la deficiencia de MANF en
ratones incrementa la isquemia miocárdica
después de la IR. Por el contrario, el incremento en el nivel de MANF protege a los ratones contra el daño
cardiaco. Similar al MANF, el factor neurotrófico dopamina cerebral (CDNF)
puede ser inducido por el estrés RE en los cardiomiocitos. La sobre expresión
de CDNF mejora la viabilidad celular y protege
a los cardiomiocitos contra la apoptosis inducida por el estrés RE. El
factor neurotrófico derivado de neurona (NDNF) es una proteína proangiogénica
con un dominio fibronectina tipo 3 que mejora la remodelación miocárdica
después de IM y aumenta la supervivencia celular y la angiogénesis a través de
una ruta dependiente de Akt. El factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF)
es ampliamente expresado en células endoteliales vasculares y células
miocárdicas y juega un rol en la regulación de la reparación vascular y la
promoción de la cicatrización de heridas. El BDNF juega un importante rol en el
mejoramiento de la microcirculación después del daño miocárdico. El receptor
tropomiosina quinasa B (TrkB), un receptor funcional del BDNF, media la
señalización a través de la dimerización con el BDNF y la fosforilación de
tirosinas por quinasas intracelulares, con lo cual aumenta la proliferación y
supervivencia de células endoteliales microvasculares.
La angiotensina-II (Ang-II) es sintetizada y
liberada principalmente por el sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS).
La Ang-II también puede ser producida
por cardiomiocitos y fibroblastos en el corazón y lleva a cabo sus efectos
biológicos en el corazón a través de rutas paracrinas o autocrinas. Los FC son
células claves en el inicio de la formación de fibrosis miocárdica. La Ang-II
tiene el potencial para incrementar anormalmente el crecimiento de FC, lo cual
resulta en fibrosis miocárdica a través de una corriente de calcio mediada por el
canal potencial de receptor transitorio melastina 7 (TRPM7). Adicionalmente, la
Ang-II promueve en los FC la expresión del gen Ets-1, el cual está involucrado
en la remodelación de la fibrosis vía receptor 1 de Ang-II (AT1R), la quinasa c-Jun N-terminal
(JNK) o la ruta de señalización ERK. La Ang-II provoca disfunción diastólica
cardiaca a través de la inducción de la
oxidación de ácidos grasos en el miocardio.
El NT-proBNP está asociado con los niveles alterados de Ang-II, lo cual
sugiere que la medición combinada de NT-proBNP con Ang-II podría mejorar el
diagnóstico de ICC.
En contraste con el rol de la IL-33, algunas
interleuquinas tienen efectos perjudiciales en las enfermedades cardiacas. La
IL-1β puede contribuir al inicio de la hipertrofia de los cardiomiocitos y los
niveles elevadamente sostenidos de IL-1β no solamente causan daño a la bomba cardiaca sino que también agravan
la remodelación cardiaca. Adicionalmente, la IL-1β induce la expresión de la
sintetasa de óxido nítrico y disminuye los efectos positivos de los agonistas β-adrenérgicos sobre los
cardiomiocitos. Más aún, el nivel de Il-6 en la sangre es elevado en los
pacientes con IM y el exceso sostenido de producción de IL-6 provoca daño
cardiaco a través de la glucoproteína 130. Los niveles circulantes de IL-6
también se relacionan con la severidad de la disfunción ventricular izquierda y
son un predictor efectivo de las complicaciones clínicas de las enfermedades
cardiacas. Por otra parte, la IL-18 es un factor de riesgo independiente en la
formación y desarrollo de placas en la
ateroesclerosis a través de la reducción de la estabilidad de las placas
ateroescleróticas y la degradación de la matriz extracelular.
El factor de necrosis tumoral α (TNF-α) es
expresado por células miocárdicas bajo estrés y es una cardioquina involucrada
en la ateroesclerosis. El TNF-α es regulado al alza durante la ICC y contribuye
a alterar la contractilidad miocárdica, la apoptosis de cardiomiocitos y la
remodelación miocárdica. Los niveles plasmáticos de TNF-α están asociados con
la severidad de la ICC. Hay varios estudios que relacionan la expresión de TNF-α
con arritmias ventriculares secundarias en pacientes con síndrome coronario
agudo. Tres posibilidades subyacen a estos mecanismos patológicos: (1) el TNF-α
puede estar relacionado con la apertura de canales de calcio en los
cardiomiocitos a través de rutas de transducción de señal como fosfolipasa
A2/ácido araquidónico (PLA2/AA) que afectan la repolarización de cardiomiocitos
y alteran la contracción; (2) el TNF-α puede alterar canales de potasio de
cardiomiocitos vía ruta de señalización de la proteína quinasa A (PKA) e
inhibir corrientes rectificantes de potasio, lo cual causa anormalidades
miocárdicas; (3) el TNF-α regula a la baja la expresión de conexina 40 (Cx40)
en las uniones gap, afectando por tanto la comunicación intercelular e
induciendo arritmias.
El FGF23, miembro de la familia FGF, deriva
de tejido miocárdico dañado y promueve la fibrosis y la disfunción diastólica
después de IM o IR. En este proceso patológico, el FGF23 frecuentemente es
acompañado por la activación de β-kloto y TGF-β. La administración de FGF23
puede inducir directamente hipertrofia cardiaca patológica. Más aún, la
elevación de FGF23 en la circulación está asociada con el incremento de riesgo
de eventos cardiovasculares, como isquemia miocárdica, shock y muerte relacionada
con enfermedad cardiovascular. La ruta ERK1/2 juega un rol crítico en la
función del FGF23 y puede aumentar la calcificación vascular mediada por
fosfato.
Las metaloproteinasas de matriz (MPM) son un
grupo de proteínas capaces de degradar selectivamente la matriz extracelular
(MEC) y regular la remodelación de la MEC en pacientes con ICC vía remodelación
cardiaca y dilatación ventricular izquierda. Todas las MPM son reguladas
negativamente por inhibidores tisulares de metaloproteinasa (TIMP) y el
desbalance MPM/TIMP puede resultar en enfermedad cardiaca. Las MPM aumentan
dramáticamente durante el progreso y la recuperación de la IC. Los niveles de
MPM-2 y MPM-9 aumentan significativamente en los pacientes con enfermedad
cardiaca coronaria mientras los inhibidores exógenos restringen la expresión y
actividad de MPM para mantener la estabilidad de placas ateroescleróticas.
Estos datos indican que las MPM son cardioquinas peligrosas que exacerban el
pronóstico de enfermedades cardiacas.
Los factores de crecimiento derivados de
plaquetas (PDGF) son comúnmente expresados en el miocardio y los fibroblastos
intersticiales. Los PDGF estimulan la hiperplasia patológica de los fibroblastos
y los convierten en miofibroblastos a través de la activación de receptores
específicos (PDGFR-α y PDGFR-β), lo cual resulta en la producción de una
cantidad significativa de colágeno involucrado en el desarrollo de fibrosis.
Los PDGF están relacionados con la ocurrencia y el progreso de la
ateroesclerosis coronaria, en la cual el PDGF-D afecta la estabilidad de las
placas ateroescleróticas coronarias. Adicionalmente, los PDGF pueden promover
la acumulación de células de músculo liso y la formación de células “foam” en
la ateroesclerosis. Los PDGF también tienen el potencial para inducir la división y proliferación de
células endoteliales y epiteliales dañadas con la consiguiente agravación de la
ateroesclerosis.
En conclusión, las cardioquinas son
proteínas secretadas por el corazón que juegan un rol fisiológico crítico en el
mantenimiento de la homeostasis cardiaca o
en la respuesta al daño miocárdico y por lo tanto influyen en el
desarrollo de las enfermedades cardiacas. Adicionalmente, tienen un
significativo potencial como biomarcadores para evaluar la función cardiaca y
como blancos terapéuticos para las enfermedades cardiacas. Las cardioquinas no
solo tienen efectos fisiológicos sobre los tejidos cardiacos, también pueden
ejercer efectos reguladores sobre órganos y tejidos periféricos. Los efectos
reguladores de las cardioquinas a menudo son complejos, ellas pueden ejercen
acciones bidireccionales para promover la reparación del daño cardiaco y/o
agravar un desbalance de la función cardiaca.
Fuente: WU YS et al (2018). The role of cardiokines in
heart diseases: beneficial or detrimental? BioMed Research International,
Article ID 8207058.
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