Hormonas tiroideas y músculo esquelético
El músculo
esquelético (ME) representa aproximadamente 40% de la masa del cuerpo humano
y cualquier cambio en su perfil
energético tiene efectos importantes sobre la fisiología sistémica. Por otra parte, el ME es uno de los tejidos
involucrados en el gasto de energía y la homeostasis de glucosa y lípidos. En
el ME, las hormonas tiroideas (HT –tiroxina o T4 y triyodotironina o T3)
participan en la función contráctil, el metabolismo, la miogénesis y la
regeneración. Los niveles circulantes de
HT dependen del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides (HHT), el cual a su vez,
responde a varios cambios en la homeostasis. Además de los niveles circulantes,
las concentraciones de HT en ME dependen
de los niveles locales de transportadores de HT, receptores de HT y la
actividad desyodasa.
Las fibras de ME se clasifican de acuerdo
con la velocidad de la contracción y la
ruta primaria de producción de ATP en los siguientes tipos: I, IIa, IIb y IIx.
El ME presenta fibras puras o fibras híbridas compuestas por combinaciones de estos tipos de fibras que son
reclutados por diferentes
procedimientos según sus características individuales. En general, la
contracción sostenida es mediada por fibras tipo I, las cuales son fibras de
contracción lenta, mientras las fibras
tipo II desarrollan actividades cortas y son llamadas fibras de contracción
rápida. Los metabolismos de las fibras
de contracción lenta y rápida también son diferentes, las fibras lentas
son oxidativas y tienen más mitocondrias y mioglobina, mientras las fibras rápidas
son más glucolíticas y exhiben más glucógeno y fosfocreatina. La actividad ATPasa
es mayor en las fibras rápidas tipo IIb que en las fibras IIa y IIx, las cuales a su vez tienen mayor actividad ATPasa
que las fibras lentas tipo I. Durante la contracción muscular, la tasa de
hidrólisis de ATP aumenta en todos los tipos de fibras proporcionalmente con la velocidad de producción de ATP de cada
tipo de fibra, la cual es mayor en las fibras rápidas que en las fibras lentas.
Por otra parte, la tasa de contracción-relajación depende de la regulación de
captación y liberación de Ca2+ por el retículo sarcoplásmico. Las
fibras tipo I presentan un retículo sarcoplásmico pobremente desarrollado en
contraste con el retículo sarcoplásmico bien desarrollado en las fibras tipo II
independientemente de su contenido de mitocondrias. Adicionalmente, la Ca2+-ATPasa
del retículo sarcoplásmico tipo 1 (SERCA 1)
está asociada con un almacenamiento de Ca2+ más rápido en comparación con la SERCA2a, las cuales son
expresadas en fibras tipo II y I, respectivamente. Además de la expresión de SERCA, la cadena
pesada de miosina (MYH), la proteína motora más abundante en ME de humanos y roedores, es un importante
factor intrínseco determinante de la contracción muscular. Las fibras tipo
I expresan MYH7, las fibras tipo IIa
presentan MYH2, las fibras tipo IIx expresan MYH1 y las fibras tipo IIb
presentan MYH4.
La T3 actúa en el ME por medio de su ruta clásica que se basa en la regulación
de la expresión de genes a través de la interacción de la T3 con los receptores nucleares de HT α
(HTRA) y β (HTRB), los cuales interactúan con elementos de respuesta a HT (ERT)
en regiones promotoras específicas. Los HTR también actúan como factores de
transcripción independientes de ligando. El HTRA es la principal isoforma presente en el ME.
Las HT también tienen efectos de corta duración
en el ME, como por ejemplo la regulación
de la actividad de transportadores de membrana. La T4 estimula
rápidamente la actividad de la Na,K-ATPasa en los miotubos, lo cual resulta en
un incremento en el potencial de reposo transmembrana y la frecuencia de
potenciales de acción. La T3 también modifica la actividad quinasa de p38 y
AMPK, las cuales son importantes en la biogénesis mitocondrial en fibras de ME.
La disponibilidad intracelular de HT es el
resultado del transporte de HT a través
de la membrana plasmática y la activación o inactivación local de T4 y T3. Las HT cruzan la membrana
plasmática por difusión facilitada mediada por transportadores de HT. En el ME
de humanos y roedores, los transportadores primarios son los transportadores monocarboxilato MCT10 y MCT8.
Por otra parte, la actividad de las yodotironina desyodasas tipo 2 (D2) y tipo
3 (D3) contribuyen al control de los niveles intracelulares de HT. La D2
convierte T4 en T3, lo cual incrementa la disponibilidad y los efectos de la
T3. La D3 convierte T4 en T3 reversa (rT3) y T3 en diyodotironina (D2),
disminuyendo los efectos nucleares clásicos de la T3. El balance entre las actividades de D2 y D3 cambia los
niveles intramusculares de T3 y por consiguiente afecta la ocupación de HTR. La
D2 es expresada constitutivamente en ME
de roedores y humanos y su actividad es mayor
en los músculos de contracción lenta que en los músculos de contracción
rápida. El ayuno de corta duración disminuye los niveles circulantes de T3 e
incrementa la actividad D2 en ME en sujetos eutiroideos.
En los estados iniciales del desarrollo postnatal,
diferentes estímulos inducen la maduración del ME, la célula muscular pierde
inervaciones polineuronales, incrementa la carga mecánica en músculos
específicos y aumentan los niveles de HT, simultáneamente. La inervación
neuronal y el incremento de HT disparan la transformación del perfil de fibras musculares, tales como
la pérdida de miosina embrionaria y neonatal y un incremento en genes miosina
rápida o lenta en músculos específicos.
El desarrollo postnatal de las fibras lentas depende de la actividad relacionada con el peso y la estimulación eléctrica, mientras en las
fibras rápidas, la señal T3 es crucial, especialmente para la transición de
fibras neonatales a fibra IIb. Sin embago, la desnervación de músculos rápidos
neonatales no altera el “switch” de miosina neonatal a adulta. Por lo tanto,
los niveles fisiológicos de HT
contribuyen a la determinación del patrón normal de distribución de fibras en cada músculo. La T3 reprime la expresión
de MYH7, miosina de fibras tipo I, y estimula la expresión de MYH 2 y MYH4,
miosinas de fibras IIa, IIx y IIb, respectivamente, induciendo una contracción
muscular más rápida en ratas. Más aún, la T3 estimula la conversión de fibras
musculares lentas a rápidas a través de la inducción de la transición de MYH7 a MYH2, MYH2 a MYH1 y MYH1 a MYH4.
Adicionalmente, la T3 altera los perfiles de contracción modulando la expresión de miARN. Por ejemplo,
el miR-133a es inducido por T3 y es
altamente expresado en músculos de contracción rápida. La transición
lenta-rápida inducida por T3 es afectada por la expresión de miR-133a. El
desarrollo postnatal del retículo sarcoplásmico también depende de T3
especialmente la expresión de SERCA1 en músculos de contracción rápida, la cual
está asociada con incremento del almacenamiento de Ca2+. Esto
explica parcialmente el incremento de velocidad del ciclo
contracción-relajación. Las HT aceleran la relajación muscular a través de la estimulación directa de la expresión de ATP2A1 (SERCA1A) y ATP2A2
(SERCA2A).
El tratamiento con T3 incrementa el consumo
de oxígeno máximo, el cual es más de dos veces mayor en el sóleo que en el
plantar formados por fibras oxidativas
de contracción lenta y fibras
mixtas de contracción rápida, respectivamente. El estímulo para el cambio de una fibra glucolítica a una oxidativa incrementa no solo el contenido
mitocondrial sino también la fusión
mitocondrial, formando mitocondrias alargadas. Los niveles de T3 promueven la
respuesta apropiada del músculo a la insulina y este efecto depende de la conversión de T4 a T3 por la D2 local. Este efecto está parcialmente
asociado con el incremento en la captación de glucosa por la regulación en alza
de transportadores GLUT4 en condiciones basal e inducida por insulina. El HTR
forma un complejo con el factor de diferenciación miogénica 1 (MYOD1) y el
factor aumentador de miocitos 2 (MEF2) en el HTE del promotor del gen Sk2a4
contribuyendo a la regulación transcripcional. Las fibras musculares oxidativas
lentas y rápidas presentan una mayor expresión de GLUT4 y una mayor capacidad
de captación de glucosa que las fibras glucolíticas rápidas. Además de la
captación de glucosa, las HT estimulan rutas oxidativas a través de un
incremento en la biogénesis mitocondrial. Esto ocurre a través de la
estimulación de la expresión de factores intermediarios, especialmente el factor
de transcripción coactivador-1α del receptor activado por proliferador de
peroxisoma (PGC1A), el cual es un regulador clave de la biogénesis mitocondrial
en el ME. La T3 regula positivamente al PGC1A.
Las proteínas desacopladoras 2 y 3 (UCP2, UCP3)
promueven el desacoplamiento mitocondrial en el ME, la disipación de energía en
forma de calor y la disminución de la eficiencia de energía de la célula. La UCP2 está ampliamente distribuida y la UCP3 es
expresada primariamente en ME. Las HT podrían incrementar la tasa metabólica en
reposo a través de modulaciones en la UCP3. La T3 también incrementa la
expresión de citrato sintetasa que interviene en la primera etapa del ciclo del ácido cítrico y estimula a la
glicerol-3-fosfato deshidrogenasa, una enzima clave del metabolismo
intermediario. Por lo tanto, el mecanismo asociado con el incremento en la
actividad mitocondrial, la fosforilación oxidativa y el consumo de oxígeno está relacionado con
la estimulación de enzimas mitocondriales y UCP3.
El crecimiento y la regeneración del ME
dependen de la proliferación y
diferenciación de la población de “stem cells” musculares, células satélites
(CS), en un proceso conocido como miogénesis. Los nichos de CS se localizan
entre el sarcolema y la lámina basal de las fibras musculares, las cuales
normalmente están cercanas al área endotelial.
La localización del nicho de stem cell permite a las CS recibir señales
extrínsecas de la circulación sanguínea y señales intrínsecas de las fibras
musculares. Ambos estímulos pueden modular la proliferación y la
diferenciación de células progenitoras.
La miogénesis es controlada por la expresión jerárquica de factores de transcripción que depende de las condiciones ambientales y
el estado de diferenciación de la célula. Las CS quiescentes expresan Pax7 y
Foxo3, los cuales están involucrados en la supervivencia y la
autorenovación de las células. Bajo los
estímulos apropiados, las CS entran en diferenciación y expresan Pax7 y D3. El
bajo nivel intracelular de T3 favorece la supervivencia y la proliferación
celular. Las CS activadas expresan PAX7 y factor miogénico 5 (MYF5) y disminución
de la expresión de D3, por lo que pueden
aumentar los niveles intracelulares de T3, e inducir la expresión de FOXO3, el
cual a su vez induce la expresión de D2 y reprime la expresión de D3. El Pax7 regula la expresión de los factores reguladores miogénicos (MRF),
una familia de factores de transcripción que son esenciales para la progresión
de la miogénesis, como MYF5 y MYOD1, los
cuales tienen roles redundantes en la miogénesis e inducen la expresión de
miogenina (MYOG) y MRF4 por los mioblastos. MYOD1 y MYOG están
involucrados en la diferenciación
miogénica terminal y son regulados positivamente por la T3. T3 y FOXO3 inducen la expresión de MYOD1 provocando la
progresión de la diferenciación de CS
activadas en el mioblasto proliferativo. El control de los niveles
intracelulares de T3 es fundamental para la progresión de la miogénesis. La
expresión de D3 es uno de los controladores
de la proliferación y la supervivencia de CS. La D3 es altamente
expresada en CS activadas y proliferantes, pero es regulada a la baja durante
el proceso de diferenciación. La estimulación de la diferenciación de
mioblastos por la T3 involucra la inhibición de AP1, un inhibidor de la
diferenciación, vía HTRA. Durante la
fase proliferativa de los mioblastos, el HTRA1 reprime la actividad
transcripcional de MYOD1 y MYOG independientemente de la presencia de T3. Sin
embargo, MYOD1 induce la actividad transcripcional de HTRA1 en un asa de retroalimentación negativa
en la actividad de MYOD1. El HTRA es esencial para la proliferación y
diferenciación de mioblastos a través de la activación de la ruta de
señalización Wnt/beta catenina. Adicionalmente,
FOXO3 induce la expresión de D2,
provocando un incremento intracelular de T3, la cual reprime a AP1 e induce la
expresión de MYOD1 y MYOG. El incremento en los niveles intracelulares de T3 es
importante para la diferenciación terminal de los miocitos, la T3 regula
positivamente la expresión de MYOD1 y
MYOG. Adicionalmente, los efectos de T3, MYOG y MF4 son cruciales para la diferenciación
terminal de miocitos en
miotubos/miofibras a través de la
expresión de MYH y SERCA. Entonces, bajos niveles intracelulares de T3 son
importantes para apoyar la proliferación
inicial de CS, mientras un incremento en la respuesta intracelular a HT está
asociado con la diferenciación terminal de ME.
En conclusión, las HT influyen en la función
contráctil, la miogénesis y el metabolismo bioenergético del ME. Estos efectos dependen de la
presencia de los transportadores de HT, MCT8 y MCT10, en la membrana
plasmática, la expresión de receptores
de HT (HTRA y HTRB) y la disponibilidad de hormona, la cual está determinada
por la conversión de T4 en T3 por la D2
o por la inactivación de T4 en rT3 por
la D3. La tasa de contracción y relajación del ME depende de la regulación por
T3 de la expresión de miosina y el
aporte de energía por la oxidación de sustratos en la mitocondria. El balance
entre la expresión de D2 y D3 determina
los niveles intracelulares de HT y por lo tanto influye en la proliferación y
diferenciación de CS, lo cual sugiere un importante rol de las HT en la
reparación del músculo y la miogénesis.
Fuente: Bloise
FF et al (2018). Role of thyroid hormone in skeletal muscle physiology. Journal
of Endocrinology 236: R57-R58.
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