Acciones cardiacas de los metabolitos de hormonas
tiroideas
Las hormonas
tiroideas (HT) tienen un rol bien establecido en la regulación de la función
del corazón. Clásicamente, las HT actúan a través de receptores nucleares (TR)
específicos, los cuales interactúan con los elementos de respuesta de HT (TRE)
en las regiones reguladoras de varios genes para modular la transcripción de genes.
Sin embargo, algunas acciones de las HT no pueden ser explicadas con un
mecanismo genómico. Adicionalmente, los metabolitos de HT (MHT), principalmente
3,5-diyodotironina (3,5-T2) y 3-yodotironamina (T1AM), emergen como mensajeros
químicos independientes con efectos propios. En los cardiomiocitos, las HT son
sometidas a un metabolismo específico, con desyodación y posiblemente
descarboxilación y desaminación. Como sustrato de las desyodasas, la tiroxina
(T4) puede ser convertida en 3,5,3´-triyodotironina (T3) o T3 reversa
(3,3´,5´-triyodotironina o rT3) cuya desyodación forma diyotironinas como
3,5-diyotironina (3,5-T2), 3,3´-diyotironina y 3´5´-diyotironina.
Alternativamente, las HT pueden ser desaminadas y descarboxiladas, produciendo las
moléculas biológicamente activas, ácidos tiroacéticos y tironaminas,
respectivamente, En particular, el T1AM induce efectos funcionales a través de
un mecanismo no genómico. El T1AM es un sustrato de las desyodasas, produciendo
tironamina (T0AM) y de las amina oxidasas para producir ácido 3-yodotiroacético
(TA1).
En el corazón, las HT producen un efecto
inotrópico y cronotrópico positivo. Clásicamente, esto ha sido atribuido a la
modulación de la expresión de genes por la T3. El miocardio expresa diferentes
formas de TR, principalmente TRα1,
seguido por TRβ1 y TRβ2. Los TR muestran mayor afinidad (aproximadamente 100
veces) por la T3 que por la T4. Bajo el control de las HT ocurre un cambio de
la cadena α a la cadena β de la cadena pesada de miosina. Esto regula
al alza a la Ca2+-ATPasa del retículo sarcoplásmico (SERCA), el
receptor adrenérgico β1, las subunidades α2 y β1 de la Na+/K+
ATPasa y las dos isoformas de canales de
K+ dependientes de voltaje (Kv4.2 y Kv4.3), lo cual aumenta la
función diastólica y sistólica y la frecuencia cardiaca. La función cardiaca
también es afectada indirectamente por los efectos vasculares de las HT. Las HT
reducen la resistencia vascular como consecuencia del incremento en la tasa
metabólica y a través de efectos directos sobre las rutas de señalización que regulan el tono del músculo liso
vascular. En particular, las HT regulan a la baja la expresión del receptor
vascular tipo I de la angiotensina II (Ang II) y reducen la respuesta
contráctil a la Ang II al tiempo que incrementan la producción de óxido nítrico
(NO). Las HT, a través de acciones no genómicas, modulan transportadores y
canales iónicos, afectando las corrientes de Ca2+, Na+ y
K+. La producción de NO también puede ser estimulada de manera no
genómica a través de la activación de la
NO sintetasa endotelial (eNOS) mediada por
la ruta PI3K/Akt. Estos efectos no genómicos involucran receptores de
membrana, como la integrina αVβ3, o TR citoplasmáticos que pueden estar
acoplados a los sistemas de señalización Akt y/o MAPK.
En combinación con el crecimiento cardiaco,
las HT promueven la angiogénesis y por
lo tanto incrementan la densidad de pequeñas arteriolas en la periferia y en la
circulación coronaria. La integrina αVβ3 ha sido identificada como blanco de HT
para inducir la angiogénesis y una potencial ruta de señalización puede incluir
a la cascada MAPK, la proteína quinasa D (PDK) y la histona desacetilasa 5
(HDACS) con su regulación a la baja del gen del factor de crecimiento
pro-angiogénesis, factor de crecimiento de fibroblastos básico. Con relación a
la 3,5-T2, sus acciones específicas sobre el corazón no son conocidas con
claridad, aunque su administración crónica causa agrandamiento cardiaco. No
está claro si la 3,5-T2 endógena se origina a partir de la desyodación de HT o
si deriva de la tiroglobulina durante la
biosíntesis de HT. Los sitios de unión de la 3,5-T2 no han sido claramente
identificados, aunque se conoce que tiene baja afinidad por el TRβ, lo cual
podría explicar sus efectos tiromiméticos en dosis altas. Otro blanco
importante de las HT es la matriz extracelular. El hipotiroidismo está asociado
con fibrosis intersticial y un incremento en el contenido extracelular de agua,
provocando un estado conocido como mixedema. El evento molecular básico es el
aumento en la producción de glucosaminoglucanos, particularmente ácido
hialurónico, con la consiguiente retención de agua. La fibrosis provoca rigidez
tisular que contribuye a la alteración de la relajación del miocardio e
incrementa la resistencia vascular.
El primer reporte sobre las propiedades
biológicas de la TOAM se publicó hace 50 años y se refiere a un estudio in
vitro que demuestra actividad espasmolítica, anti-histamina, anti-serotonina y
anti-oxitocina de la TOAM en el músculo
liso y un incremento en la contractilidad cardiaca sin cambios en la frecuencia
cardiaca y la presión arterial en el animal intacto. Una década después, otro
estudio describe un efecto inotrópico y cronotrópico positivo inducido por la
TOAM en el perro. Este efecto hemodinámico es disminuido por el bloqueo
adrenérgico, lo cual sugiere que las acciones de TOAM dependen de la liberación
de catecolaminas. Sin embargo, más recientemente, un estudio en
preparaciones de corazón de rata reporta que la TOAM disminuye el gasto
cardiaco, pero solo tiene efectos menores sobre la frecuencia cardiaca. Por
otra parte, el tratamiento con T1AM
reduce el gasto cardiaco, la presión aortica, el flujo coronario y la
frecuencia cardiaca en ratas. Las
respuestas inotrópica y cronotrópica negativas de las tironaminas
involucran efectores no genómicos.
El receptor identificado originalmente como
blanco de T1AM es el receptor asociado
con amina-1 (TAAR1). Sin embargo, no está claro si el T1AM produce sus efectos
cardiacos a través del TAAR1, pues al
menos cinco diversos subtipos de TAAR son expresados en el corazón de la rata.
El T1AM también puede actuar sobre blancos intracelulares. La ruta de
transducción iniciada por T1AM puede involucrar la activación de fosfotirosinas
fosfatasas con la consiguiente desfosforilación de residuos tirosina. El efecto
cardioprotector de T1AM parece depender de diferentes rutas de señalización. El T1AM
modula la susceptibilidad a la isquemia-reperfusión a través de mecanismos involucrados
en el pre-condicionamiento isquémico como PKC y canales de K+
dependientes de ATP. Un efector clave de las rutas de isquemia-perfusión es la
permeabilidad mitocondrial, la cual eventualmente puede ser antagonizada por
T1AM. En mitocondrias de hígado de rata, el T1AM opera como bloqueador parcial
de la cadena de electrones, afectando por tanto la tasa de consumo de oxígeno y
la liberación de especies reactivas de oxígeno (ROS). Dado que estos efectos
son abolidos en presencia de antimicina A, es probable que el T1AM reduzca la
actividad del complejo III de la cadena de electrones.
A mediados de la década de 1950 surgió el interés por los compuestos tiromiméticos con
actividad reductora de lípidos, pero sin efectos cardiovasculares. Análogos de
HT con alteración en el grupo lateral
del anillo fenólico interno, incluyendo al ácido 3,5,3´, 5-tetrayodotiroacético
(tetrac) y al ácido 3,5, 3´-triyodotiroacético (triac), fallaron en estimular
la corriente INa en miocitos de rata neonatal y la SERCA de músculo estriado en
una concentración 10 nM aunque demostraron ser más potentes que la T4 en la
supresión de la liberación de TSH en hipófisis aislada. También se encontró que
el tetrac inhibe la angiogénesis mediada por HT a través de la ruta de
señalización αvβ3/PKD/HDAC5 que provoca la síntesis de factor de crecimiento de
fibroblastos básico. Posteriormente se demostró que tetrac y triac son
compuestos endógenos que derivan de la descarboxilación y desaminación de T4 y
T3. El triac es transportado a través de la membrana plasmática de los
cardiomiocitos para alcanzar los TR nucleares. Es conveniente señalar que el
triac se une preferencialmente a la isoforma β de los TR, mientras la isoforma
predominante en el miocardio es la TRα1. Clínicamente, esto puede traer
beneficios siempre que la ayuda
terapéutica esté representada por los
efectos de TRβ (por ejemplo, efectos metabólicos) con estimulación limitada del
corazón. Otro ácido tiroacético relevante es el TA1, el cual ha sido detectado
en el cerebro como un compuesto endógeno y es el mayor catabolito producido en
la mayoría de tipos de células después
de la administración de T1AM exógeno,
por acción de monoamina oxidasas o amina oxidasas sensibles a semicarbazida. En
particular, el TA1 aparentemente es el producto final detectado en los cardiomiocitos y corazones
de rata perfundidos con T1AM exógeno. Mientras la administración de TA1 exógeno produce significativos efectos
neurológicos y metabólicos en ratones, la administración intraperitoneal de una
dosis única (50 mg/kg) o repetida (5 mg/kg por 7 días) no tiene ninguna acción cardiovascular, a pesar de ser
dosis en el rango farmacológico. Por lo tanto, en el corazón, el TA1 puede ser
considerado como un producto de inactivación, el cual actúa como un freno con
respecto a las HT y sus metabolitos.
En conclusión, los metabolitos de HT
representan una nueva rama de la señal
HT con significativos efectos funcionales. Con relación a las acciones
cardiacas, T2, tetrac y triac son capaces de provocar efectos tiromiméticos
débiles, mientras el TA1 parece ser inefectivo. Por otra parte, el T1AM exógeno
produce efectos inotrópico y cronotrópico negativos y es capaz de incrementar
la resistencia a la injuria isquemia-reperfusión. Sin embargo, aún no está
claro si los metabolitos de hormonas tiroideas son producidos en los
cardiomiocitos o son obtenidos a partir
de la circulación sanguínea.
Fuente:
Rutigliano G y Zucchi R (2017). Cardiac actions of thyroid hormone metabolites.
Molecular and Cellular Endocrinology 458: 76-81.
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