Efectos ergogénicos
del ácido fosfatídico
La masa de músculo esquelético comprende
aproximadamente la mitad de la masa corporal y es esencial para la
locomoción, la producción de calor durante periodos de frío y el metabolismo. La masa de músculo
esquelético puede ser incrementada por carga mecánica como ocurre con los
programas de ejercicio de resistencia. La respuesta hipertrófica a la carga
mecánica puede ser aumentada mediante
estrategias dietéticas como la ingesta óptima de proteínas y estrategias de
suplementación, tales como la provisión de creatina monofosfato. A nivel
celular, la carga mecánica, la ingesta de proteínas y varios suplementos
deportivos regulan la actividad del complejo blanco de rapamicina 1 (mTORC1). El
mTORC1 es un complejo proteico con tres subunidades: mTOR, Raptor y mLST8. El
mTOR forma el centro catalítico del complejo y funciona como una
serina/treonina quinasa perteneciente a la familia de quinasas relacionadas con
la fosfatidilinositol-3 quinasa (PIKK). El
mTORC1 actúa como una señal integradora de factores ambientales y controla la síntesis de
proteínas, específicamente el proceso de inicio de la traslación a través de la
regulación hacia abajo de la proteína ribosomal p70 S6 quinasa 1 (p70S6K1) y el
factor de inicio 4E-proteína ligadora 1 (4E-BP1). La fosforilación, y por
consiguiente, la activación de p70S6K1 modula las funciones de los factores de
iniciación de la traslación y también puede promover la biogénesis de
ribosomas, lo cual resulta en un incremento de la capacidad traslacional de la
célula. En otros sustratos, el 4E-BP1, inhibe la iniciación de la traslación
previniendo la formación del complejo eIF4F,
el cual facilita el reclutamiento de la pequeña subunidad (40S) en el
extremo 5´del ARNm. La fosforilación de 4E-BP1 por el mTOR resulta en la
disociación de la banda de ARNm y por lo tanto atenúa la inhibición de la
formación del complejo eIF4F.
Los factores que regulan al mTORC1 incluyen factores de
crecimiento [Ej: insulina y factor similar a insulina 1 (IGF-I)], aminoácidos,
estímulos mecánicos y estatus energético. La regulación de la actividad de
mTORC1 por estímulos mecánicos puede ser mediada por la formación de ácido
fosfatídico (AF). Más aún, el aminoácido de cadena ramificada leucina, un
importante regulador de la actividad de mTORC1, activa la fosfolipasa D1 (PLD1)
e induce su traslocación subcelular a los lisosomas (el sitio de actividad del
mTORC1). La PLD1 hidroliza fosfatidilcolina (FC) para producir AF. El AF es un
fosfolípido compuesto por un glicerol con dos ácidos grasos y un grupo fosfato adherido a él. Los dos
ácidos grasos están adheridos a átomos de carbono vecinos en las posiciones
sn-1 y sn-2 con el grupo fosfato adherido al átomo de carbono en la posición sn-3.
El ácido graso en la posición ns-1 a menudo es saturado, mientras el ácido
graso en la posición sn-2 generalmente es insaturado. La composición de ácidos
grasos del AF es crítica en su capacidad para activar al mTORC1.
Específicamente, las investigaciones han demostrado que las especies de AF que contienen uno o dos ácidos grasos
insaturados activan al mTORC1 en células
de embrión humano, mientras las especies AF saturadas no tienen efecto significativo. Dado el
aparente rol del AF en la regulación del mTORC1, se ha evaluado su
suplementación en hombres entrenados con ejercicio de resistencia para asegurar
su efecto sobre la fuerza y el grosor muscular.
El AF tiene un rol central en la síntesis de
glicerofosfolípido y triacilglicerol como su precursor biosintético y puede ser
generado por tres mecanismos
principales. Una de estas rutas metabólicas es capaz de generar AF de
novo. La ruta de novo se origina a
partir de glicerol-3-fosfato (G3P). El G3P puede ser formado a partir de uno de
los productos intermediarios de la glucólisis.
Durante la glucólisis, la glucosa es convertida en fructosa 1,6-bifosfato y
posteriormente clivada en dos subunidades
de tres carbonos, concretamente dihidroacetona fosfato (DHAP) y
gliceraldehído-3-fosfato. La DHAP generada puede ser reducida a G3P, una
reacción catalizada por la glicerol-3-fosfato deshidrogenasa (GDPH). La GDPH es
una proteína integral de membrana del
retículo endoplásmico y también de la membrana mitocondrial externa donde su expresión es inducida por la insulina.
Después de la producción de G3P, ocurren dos reacciones de acilación para
generar AF. La primera reacción de acilación produce ácido lisofosfatídico (ALP)
y es catalizada por la glicerol-3-fosfato aciltransferasa (GPAT) y la segunda
acilación, resulta en AF y es catalizada la ácido lisofosfatídico aciltransferasa
(ALPAT). Los ácidos grasos de la dieta y el ácido palmítico sintetizado de
novo contribuyen con los grupos acil-CoA
requeridos. La ruta de novo tiene fuerte preferencia por la producción de especies de AF con dos
ácidos grasos saturados.
En la segunda ruta, la FC es hidrolizada en AF y colina.
Una reacción catalizada por la fosfolipasa D (PLD), la cual juega un rol
crucial en el mecanismo de activación de la señal mTOR, y las isoformas PLD1 y
PLD2 pueden encontrarse en la banda α de músculo esquelético. Sin embargo, una
investigación reciente demuestra que la activación de PLD no es requerida para
incrementar la señal mTOR inducida mecánicamente. Esto contradice experimentos
previos que demuestran que la PLD es crucial en la mediación de este
incremento. Más aún, los primeros hallazgos indicaban que la actividad PLD
inducida mecánicamente se correlacionaba pobremente con el incremento celular
de AF. La LPD1 ha sido recientemente implicada en la activación de mTORC1 por
el aminoácido ramificado leucina, un importante regulador de la actividad
de mTORC1. La leucina tARN sintetasa
interactúa con la quinasa de lípido Vps34. A su vez, la Vps34 produce
fosfatidilinositol-3-fosfato (PI3P), el cual interactúa con el
dominio PX de la PLD1. Esta interacción trasloca la PLD1 a los lisosomas, el
sitio de actividad del mTORC1, y produce
AF. Adicionalmente, algunos factores de crecimiento como insulina e IGF-1 pueden regular la actividad de la PLD.
La tercera ruta que genera AF utiliza diacilglicerol (DAG) como sustrato. El DAG puede derivar de
la grasa almacenada como triacilglicerol o el glicerofosfolípido
fosfatidilinositol (PI). En el primer caso, uno de los grupos acil-CoA
externos es desacilado por una lipasa.
Por el contrario, la síntesis de DAG a partir de PI requiere la remoción del
grupo inositol, la enzima fosfolipasa C (PLC) cataliza esta reacción. El DAG es
fosforilado por la DAG quinasa (DGK), o por la
retículo endoplásmico quinasa similar a PRK (PERK), en AF. La PERK se encuentra en la membrana del
retículo endoplásmico (ER) y exhibe actividad quinasa dependiente de la fosfoinositido-3
quinasa (PI3K). Esto puede proporcionar un enlace entre AF-señal mTORC1 y la activación
de mTOR por factores de crecimiento mediada la señal PI3K/Akt.
El metabolismo del AF sigue dos rutas importantes en la
síntesis de novo de
glicerofosfolípidos y triacilglicerol.
Una ruta provoca el almacenamiento de
energía en el tejido adiposo, esto es, la biosíntesis de triacilglicerol. Una
fosfatasa de AF hidroliza el enlace con el grupo fosfato para generar DAG y Pi.
El DAG formado puede ser esterificado con un tercer grupo acil-CoA para
producir triacilglicerol. El DAG producido también puede ser dirigido hacia la
ruta de Kennedy para producir dos
glicerofosfolípidos: fosfatidiletanolamina (FE) y FC, constituyentes
importantes de la membrana celular, con
la FC más abundante y la PE como el segundo fosfolípido más abundante. La
segunda ruta está dirigida a la síntesis de glicerofosfolípido. El AF es
activado por citidina difosfato (CDP) formando CDP-diacilglicerol, reacción
catalizada por la CDP-diacilglicerol sintetasa. Esta etapa es análoga a la
activación de glucosa por uridina difosfato (UDP) en la síntesis de glucógeno. Después
de la activación por CDP, el AF puede ser convertido a PI, fosfatidilglicerol
(FG) y cardiolipina (CL). El PI es un precursor de fosfoinositidos como el
fosfatidilinositol (3,4,5)-trifosfato (PIP3) que juega un importante rol en la
señalización intracelular, el tráfico de vesículas y la dinámica del citoesqueleto.
FG y CL juegan un importante rol en el funcionamiento de las mitocondrias y
también están involucrados en la señalización molecular de varios procesos celulares. Adicionalmente, el grupo acil en
posición sn-2 puede ser hidrolizado por la fosfolipasaA2 (PLA2) y
producir ALP.
Varios alimentos contienen AF, aunque en cantidades
extremadamente pequeñas. Las mayores cantidades de AF se encuentran en los vegetales pertenecientes
a las Brassicaceac como el repollo (Brassica oleracea) que contiene 700 nmol/kg
(aproximadamente 0,5 mg/g). Como la cantidad
de AF en la dieta es muy baja, es necesaria la suplementación en los
individuos entrenados con ejercicio de
resistencia. Cuando se administra por vía oral, el AF es metabolizado a
lisofosfolípidos y glicerol-3-fosfato en
la luz intestinal por varias fosfolipasas pancreáticas. Estas fosfolipasas hidrolizan
los enlaces ester en posición sn-1 o
sn-2. Posteriormente, estos productos (principalmente lisofosfolípidos con un
ácido graso en posición sn-1) son absorbidos por la mucosa intestinal. Los
lisofosfolípidos pueden entonces ser
re-esterificados con un ácido graso en el enterocito, produciéndose AF
nuevamente. También puede tener lugar la esterificación para formar triacilglicerol.
Los fosfolípidos formados serán
incorporados en la capa externa de los
quilomicrones, los cuales mediante exocitosis pasan al sistema linfático para
llegar a la circulación sanguínea. Una dosis simple de 1,5 g de AF derivado de
soya alcanza una concentración plasmática pico de AF a las 3 horas después de la ingesta oral y se mantiene alta
hasta por 7 horas. No está claro cuánto del AF absorbido eventualmente alcanza
al tejido muscular esquelético y es absorbido por las células musculares o
incorporado a sus membranas. Algunas evidencias sugieren que el AF exógeno debe
ser metabolizado extracelularmente a ALP para activar al mTORC1.
El AF puede modular la actividad mTOR uniéndose
directamente a su dominio de unión FKBP12-rapamicina (FRB). El dominio FRB
presta su nombre a la rapamicina, un potente inhibidor farmacológico del mTOR.
La rapamicina se une al sitio en un complejo con FKBP12 e inhibe la actividad
catalítica del mTOR. La estimulación mecánica, la cual aumenta la concentración
celular de AF, incrementa también la concentración inhibidora de rapamicina. Estos
datos apoyan la hipótesis de una competencia entre el complejo
FKBP12-rapamicina y el AF por la unión con el dominio FRB. Sin embargo, como la
rapamicina debe ser administrada exógenamente, esto no explica el efecto del AF sobre la actividad mTOR en ausencia de
rapamicina. Por otra parte, el inhibidor endógeno FKBP38 también se une al
dominio FRB. El AF desplaza al FKBP38 y por lo tanto atenúa la inhibición
impuesta sobre la actividad mTORC1. Adicionalmente, el AF es capaz de activar
alostéricamente al mTORC1. Entonces, la acción del AF para la activación de
mTORC1 ocurre por dos rutas: (i) desplazando al inhibidor endógeno FKBP38 del
dominio FRB y (ii) alostéricamente estimulando la actividad catalítica del
complejo. Por el contrario, el AF exógeno no activa al mTORC1 a través de su
internalización y la posterior interacción directa con mTOR. El AF exógeno podría
requerir la conversión extracelular a
ALP por fosfolipasas para unirse y
activar receptores del gen de diferenciación endotelial (EDG-2) en la superficie celular. La activación
de este receptor acoplado a proteína G desencadena la ruta de señalización
MEK-ERK, la cual estimula la activación de mTORC1 a través de la inhibición del
complejo de esclerosis tuberosa y Raptor. El EDG-2 activado, además de la
activación de la ruta MEK-ERK, provoca un incremento intracelular de AF debido al aumento de la actividad de PLD. Sin embargo, hay
autores que sugieren que la estimulación mecánica induce la señal mTOR a través
un mecanismo independiente de ERK que potencialmente involucra al AF. Adicionalmente,
el AF puede promover un incremento en la masa muscular afectando la expresión
de varios factores involucrados en la ruta ubiquitina-proteasoma como el FoxO.
La familia FoxO de factores de transcripción juega un importante rol en la degradación
de proteínas musculares modulando la actividad de las rutas proteolíticas
ubiquitina-proteasoma y autofagia-lisosomal. Entre los factores regulados por
FoxO están las dos ligasas E3 de la atrofia muscular F-box (MAFbx, también
conocida como atrogina-1) y dedo de anillo muscular 1 (MuRF1). Ambas ligasas
son importantes reguladores de la
atrofia muscular. Un posible mecanismo para esta acción del AF puede ser vía
mTORC2, el cual se diferencia estructuralmente del mTORC1 porque no contiene
Raptor sino Rictor. Sin embargo, su rol en la hipertrofia muscular parece ser
menos prominente que el del mTORC1.
Varios estudios recientes han evaluado los efectos
ergogénicos del AF en hombres entrenados con ejercicio de resistencia. Uno de estos estudios examinó la eficacia de 750 mg
de AF sobre el grosor muscular y
la ganancia de fuerza en hombres entrenados con ejercicio de resistencia. Un
total de 15 hombres participaron en el
estudio y fueron instruidos para seguir un programa de entrenamiento con
sesiones tres días por semana. La mitad de la dosis de AF fue tomada con el
desayuno y la otra mitad con la cena. El grosor de los músculos recto femoral,
vasto lateral, bíceps braquial y tríceps braquial fue medido con
ultrasonografía. Aunque todos los participantes mejoraron en su medida de
grosor y fuerza muscular, no se
encontraron diferencias significativas
entre el grupo AF y el grupo placebo. Sin embargo, otros estudios
sugieren que la suplementación con AF puede ser una estrategia dietética
útil para incrementar la masa muscular y
posiblemente la fuerza muscular en esta población, aunque solamente un estudio
encontró un efecto estadísticamente significativo en estos parámetros. Esto
puede deberse a diferencias entre los estudios
o a un pequeño efecto que podría requerir una muestra de mayor tamaño
para alcanzar resultados estadísticamente significativos. Aunque el AF es un
fosfolípido presente en las membranas de las células, su presencia en la dieta
es muy pequeña y podría ser requerida la suplementación para obtener algunos
potenciales beneficios ergogénicos. Sobre la base de las investigaciones
actuales, una dosis apropiada de AF podría ser 750 mg diarios. Una dosis menor
parece ser inefectiva para incrementar la masa y fuerza muscular. El tiempo óptimo de ingesta de AF aún no ha
sido establecido. Por lo tanto parece apropiado recomendar el tiempo de ingesta
en línea con los estudios que han demostrado los efectos ergogénicos del
compuesto en atletas. Estos estudios reportan efectos positivos cuando 450 mg
de AF son tomados 30 minutos antes del entrenamiento y 300 mg inmediatamente
después del mismo. En los días de descanso, se toman 450 mg con el desayuno y
300 mg con la cena. Dado que el AF es
hidrolizado antes de su absorción por la mucosa intestinal, después de lo cual
es re-esterificado con ácidos grasos en el enterocito, la composición de ácidos
grasos de la comida con la cual se
ingiere el AF puede influir en su eficacia ergogénica.
En conclusión, el mTORC1
es un regulador master de la
hipertrofia del músculo esquelético. El mTORC1 es regulado por varias señales, incluyendo factores de
crecimiento, estatus energético y estímulos mecánicos. Una considerable
cantidad de estudios a nivel molecular sugieren que el AF está involucrado en
la activación mTORC1 por estimulación mecánica. La ruta mTORC1
está íntimamente involucrada en la regulación del tamaño del músculo
esquelético a través de la regulación de la síntesis de proteínas. El AF modula
la actividad mTOR por unión directa a su dominio FKBP12-rapamicina. Por otra
parte, el AF exógeno activa al mTORC1 vía conversión extracelular a ácido liso fosfatídico y su posterior unión
a receptores del gen de diferenciación
celular en la superficie de celular. Adicionalmente, el AF puede afectar la
degradación de proteínas musculares a través de la regulación de FoxO.
Fuente: Bond P (2017). Phosphatidic acid:
biosynthesis, pharmacokinetics, mechanisms of action and effect on strength and
body composition in resistance-trained individuals. Nutrition & Metabolism
14: 12.