Producción de
aldosterona inducida por VLDL
La aldosterona es una hormona mineralocorticoide involucrada en el mantenimiento del balance
de líquidos y electrolitos a través del control de la homeostasis de sodio y
potasio y de esta manera regula el
volumen y la presión sanguíneos. La excesiva producción/secreción de esta hormona no solo provoca hipertensión arterial sino que también
contribuye a la fibrosis cardiaca y a la insuficiencia cardiaca congestiva al
tiempo que exacerba la morbilidad y mortalidad asociada con estos desordenes. Por otra parte, una significativa proporción
de individuos con hipertensión esencial en ausencia de hipokalemia son
diagnosticados con hiperaldosteronismo. En efecto, el hiperaldosteronismo
ocurre en aproximadamente 10% de todos los hipertensos, especialmente aquellos
con hipertensión resistente (3 o más medicaciones para controlar la presión
arterial). Adicionalmente, los resultados del Framingham Offspring Study
sugieren que los altos niveles de
aldosterona están asociados con un mayor
riesgo de desarrollar hipertensión
arterial. La hipertensión, a su vez ha
sido asociada con alteración cognitiva y es un factor que contribuye a la
enfermedad renal, pérdida de la visión e insuficiencia cardiaca congestiva. Se
ha postulado que hay efectos
directos de la aldosterona en la enfermedad
renal, independientemente de sus efectos sobre la presión arterial y los
estudios clínicos recientes apoyan esta idea.
La aldosterona, además de sus efectos sobre la presión arterial que promueven
disfunción cardiaca, exhibe acciones directas sobre los cardiomiocitos que contribuyen a la fibrosis cardiaca y a la
insuficiencia cardiaca congestiva. La
aldosterona también puede inducir daño vascular estimulando la generación de
sustancias reactivas de oxígeno (ROS) y activando rutas pro-inflamatorias y
pro-fibróticas en las células endoteliales, provocando disfunción vascular
crónica. Más aún, algunos estudios sugieren
que las interacciones entre aldosterona
y angiotensina II (AngII) pueden aumentar la inflamación, la fibrosis y
la proliferación celular. Los resultados de estos estudios sugieren la
importancia de la aldosterona en las
patologías cardiacas. Adicionalmente, varios reportes han sugerido que la
aldosterona puede ser uno de los vínculos
entre la obesidad y la hipertensión arterial, aunque los mecanismos que
subyacen a esta asociación no son muy claros.
Por otra parte, es posible que no todos los efectos del receptor
mineralocorticoide (MR) resulten de su activación por aldosterona. Es conocido que el
cortisol se une al MR con
aproximadamente igual afinidad que la aldosterona. En algunos tejidos como el
riñón, la activación del MR por el cortisol es prevenida por la co-expresión de la
11-beta-hidroxiesteroide deshidrogenasa 2 (11β-HSD2), la enzima que convierte
cortisol activo en cortisona inactiva. Sin embargo, otros tejidos como el músculo cardiaco
expresan mínima cantidad de 11β-HSD2, lo cual sugiere la posibilidad que en
estas células, el cortisol pueda activar MR y contribuir a la fibrosis
cardiaca, particularmente cuando los niveles circulantes de cortisol son 100 a
1000 veces mayores que los niveles de aldosterona. Sin embargo, en el músculo
liso vascular, la 11-beta-hidroxiesteroide deshidrogenasa (11β-HSD1), la cual
usualmente cataliza la conversión de
cortisona inactiva en cortisol activo, muestra una inusual actividad oxidasa,
es decir, actividad 11β-HSD2. En un
modelo experimental de hipertrofia y fibrosis cardiacas en roedores, la
inhibición de la actividad 11β-HSD2 incrementó la presión arterial, el peso
cardiaco y renal y los niveles de
marcadores inflamatorios. Estos resultados sugieren que los niveles endógenos
de glucocorticoides pueden inducir patología cardiaca a través de la inhibición de la actividad 11β-HSD2.
La aldosterona es sintetizada por cuatro enzimas: el
complejo clivador de la cadena lateral del colesterol (CYP11A1), la
3-beta-hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo II (HSD3B2), la 21-hidroxilasa
(CYP21) y la aldosterona sintetasa (CYP11B2). Las enzimas CYP11A1 y CYP11B2 se
localizan en el lado interno de la membrana mitocondrial interna. Las tres
enzimas CYP (CYP11A1, CYP21 y CYP11B2) pertenecen a la familia citocromo P450,
las cuales pueden aceptar electrones a
partir de la NADPH y usan oxigeno molecular para desarrollar reacciones de
hidroxilación o conversión oxidativa. La HSD3B2 pertenece a la familia de
deshidrogenasas de cadena corta y se
localiza en el retículo endoplásmico con
la CYP21. La primera reacción en la biosíntesis de aldosterona es la conversión de colesterol
en pregnenolona por la CYP11A1 en la mitocondria. Sin embargo, para que
el colesterol tenga acceso a esta enzima en la membrana mitocondrial interna
debe ser transportado de la membrana
externa a la membrana interna, donde se
localiza la CYP11A1, por la proteína
reguladora de la esteroidogénesis aguda (STAR). Esta etapa es la reacción
limitante inicial. La pregnenolona es más soluble en agua que el colesterol y puede moverse por
difusión pasiva al retículo endoplásmico donde es convertida en progesterona
por la HSD3B2. La progesterona es
convertida en deoxicorticosterona por la CYP21 y es convertida en
aldosterona por tres reacciones de
oxidación: una 11 beta- y 18-hidroxilación,
seguidas por una 18-oxidacion, las cuales son catalizadas por la aldosterona sintetasa CYP11B2 (en humanos). La expresión de la CYP11B2 ocurre solamente en
la zona glomerulosa, lo cual previene la producción de aldosterona en las otras zonas adrenocorticales: la zona
fasciculada y la zona reticular. Entonces,
la producción de aldosterona involucra dos etapas claves: la primera (aguda)
etapa limitante requiere la expresión y
actividad de la proteína STAR, necesaria para el manejo mitocondrial del colesterol por enzimas localizadas en la
membrana interna mitocondrial. Una segunda (crónica) fase involucra la
regulación de la expresión de la aldosterona sintetasa (CYP11B2), la
enzima que cataliza las reacciones finales en la biosíntesis de aldosterona.
Varios estudios sugieren que la actividad STAR es
regulada en los niveles transcripcional, translacional y post-translacional.
Adicionalmente, la proteína STAR es fosforilada co-translacionalmente en
respuesta a elevaciones en AMPc, lo cual
la convierte en la forma activa fosfo-STAR. La STAR moviliza colesterol de la membrana mitocondrial externa a la membrana interna, pero parece actuar en
la membrana externa. Sin embargo, el mecanismo por el cual la STAR actúa en la membrana externa para estimular el
flujo de colesterol hacia la membrana
interna aun no está claro. Una hipótesis
es que cuando la STAR interactúa
con grupos fosfolípidos protonados
en la membrana externa, cambia su conformación, abriendo y cerrando el
sitio de unión con el colesterol; este cambio conformacional presumiblemente es
requerido para la unión y translocación
del colesterol. Los factores de transcripción como la proteína de unión al elemento de respuesta del AMPc (CREB) y el factor esteroidogénico 1
(SF-1) pueden regular la expresión de la proteína STAR actuando directamente o
indirectamente sobre la región promotora del gen STAR.
El colesterol requerido
como precursor para la síntesis de aldosterona puede ser sintetizado de
novo o derivar de las lipoproteínas. La biosíntesis de novo de colesterol a partir de
acil-coenzima A ocurre a través de la
ruta del mevalonato y la hidroximetilglutaril-CoA reductasa (HMG-CoAR), la
etapa limitante en la biosíntesis de colesterol. Esta enzima es regulada por el
colesterol exógeno, esto es, el colesterol absorbido de la dieta y/o
transportado por lipoproteínas, por un mecanismo de retroalimentación. Las lipoproteínas son
macromoléculas que contienen proteínas y
lípidos y funcionan principalmente para transportar lípidos y colesterol en el cuerpo. La porción externa de las
lipoproteínas está compuesta por
fosfolípidos, colesterol y apoproteínas que poseen grupos hidrofílicos y la
porción interna (hidrofóbica) de estas partículas está formada por triglicéridos y esteres de colesterol. Hay cinco grupos principales de
lipoproteínas, las cuales pueden dividirse por su densidad: (1) quilomicrones
que transportan triglicéridos absorbidos
en el tracto gastrointestinal hacia el tejido adiposo, el hígado y los músculos
esqueléticos y tienen la más baja
densidad; (2) lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), tienen mayor diámetro, contienen una gran
cantidad de triglicéridos y pequeñas cantidades
de esteres de colesterol y transportan triglicéridos del hígado al tejido adiposo y otros tejidos.
La VLDL es metabolizada a IDL y luego a
LDL; (3) lipoproteínas de densidad intermedia (IDL), las cuales se forman en el
metabolismo de las VLDL y pueden transportar colesterol del hígado al resto del cuerpo; las IDL son intermediarias entre las VLDL y las LDL y usualmente no son
detectables en la sangre; (4)
lipoproteínas de baja densidad (LDL) de diámetro más pequeño (con una mayor
densidad que las VLDL o las IDL), contienen una gran proporción de esteres de
colesterol con pequeñas cantidades de triglicéridos y transportan colesterol del hígado a otros tejidos
del cuerpo; (5) lipoproteínas de alta densidad (HDL) que recogen el colesterol de los tejidos del cuerpo
y lo retornan al hígado.
Los estudios sugieren que, dependiendo del organismo, las
LDL y las HDL son importantes fuentes del colesterol usado para producir
aldosterona en respuesta a los secretagogos clásicos angiotensina II (AngII),
hormona adrecorticotrópica (ACTH) o
niveles elevados de potasio extracelular. Las LDL proporcionan la mayor parte del colesterol a las células
glomerulosas, pero las HDL también son fuente importante de colesterol para la biosíntesis de
aldosterona. Varios estudios han
demostrado que las HDL y las LDL tienen efectos estimuladores equivalentes sobre la esteroidogénesis inducida por AngII. La LDL se une al receptor
de LDL (LDLR) y el complejo LDL/LDLR es internalizado por endocitosis en las células de la zona glomerulosa. Los
niveles de LDLR pueden ser regulados por
el sistema de señalización AMPc pero no
por la AngII. Por otra parte, la AngII
puede incrementar los niveles del
receptor “scavenger” clase B, tipo 1 (SRB1) requerido para la captación del colesterol de las HDL y esta proteína
también es expresada en las células de
la zona glomerulosa.
Aunque se ha determinado que el exceso de depósitos de grasa
contribuye a incrementar la presión arterial en pacientes con hipertensión
esencial y que la ganancia de peso está
asociada con aumento de la presión arterial, no está claro cómo el exceso de
peso resulta en mayor presión arterial. Los posibles mecanismos propuestos
incluyen la activación del sistema nervioso simpático y/o el sistema
renina-angiotensina II-aldosterona (RAAS) por tejidos extra adiposos. Adicionalmente, también pueden estar
involucradas la sobre secreción de
citoquinas derivadas del tejido adiposo (conocidas como adipoquinas) y/o
citoquinas pro-inflamatorias y la compresión física de los riñones, especialmente con incremento
de tejido adiposo. Por otra parte, varios estudios sugieren que los niveles de aldosterona constituyen un vínculo entre
obesidad e hipertensión. La relación
aldosterona/renina es elevada en pacientes obesos, esta asociación es
más obvia en individuos obesos que reciben una dieta rica en sal, en quienes
está suprimida la actividad de la renina. Asimismo, se ha sugerido que la grasa
visceral incrementa la producción de
aldosterona. Estas observaciones aumentan la posibilidad que en los pacientes
obesos exista un sistema regulador de
aldosterona alternativo adicional a los sistemas
clásicos (agonistas AngII, niveles circulantes de potasio y ACTH).
Los pacientes obesos, además de un elevado riesgo de
hipertensión y enfermedad cardiovascular tienen niveles aumentados de lipoproteínas o dislipidemia que se
caracteriza por un incremento en los niveles plasmáticos de triglicéridos, VLDL
y LDL. Esta dislipidemia juega un rol importante en los efectos perjudiciales
de la obesidad. En sujetos obesos, los
niveles de triglicéridos (una medida indirecta de los niveles de VLDL) se
correlacionan positivamente con los niveles
plasmáticos de aldosterona. La eplerenona, un antagonista del MR, disminuye la
presión arterial y los niveles plasmáticos de triglicéridos en individuos
hipertensos con o sin síndrome metabólico. Por otra parte, las lipoproteínas,
además de proporcionar colesterol para la biosíntesis de esteroides, pueden
incrementar los niveles de aldosterona iniciando rutas de señalización que
regulan la esteroidogénesis. Por
ejemplo, la HDL induce la expresión de CYP11B2 a través de eventos de
señalización activados por calcio.
La evidencia acumulada apoya la capacidad de la VLDL para inducir eventos de transducción de señal. La VLDL, con
un contenido de triglicéridos de
aproximadamente 50%, es sintetizada en
el hígado y es responsable de transportar
ácidos grasos y triglicéridos a los tejidos periféricos. En la
circulación, la VLDL convierte a las
proteínas ApoC-II y ApoE de la HDL en su forma madura. Los triglicéridos de la
VLDL son removidos por la lipoproteína lipasa para almacenamiento o producción
de energía, formando primero una lipoproteína de densidad intermedia (IDL)
y a continuación una lipoproteína de baja densidad (LDL). Aunque el receptor de
VLDL está presente en la glándula
suprarrenal, la función de la VLDL en la esteroidogénesis adrenal ha sido poco
estudiada. Sin embargo, los estudios en otros tejidos han establecido que la
VLDL es capaz de iniciar varias rutas de señalización, lo que sugiere otros
roles para la VLDL adicionales al
transporte de lípidos. Por ejemplo,
células HepG2 incubadas con VLDL incrementan los niveles de inositol
1,4,5-trifosfato (IP3), lo cual sugiere la estimulación de una fosfolipasa C específica de
fosfoinositido (PI-PLC), la liberación de araquidonato y la actividad de la proteína
quinasa C y las quinasas reguladas por señal extracelular 1 y 2 (ERK1/2). Adicionalmente, en células de músculo liso
vascular tratadas con VLDL, se inhibe el ensamble dependiente de Src de fibronectina y colágeno tipo 1 y en
células de cáncer de próstata PC-3, la VLDL
estimula la proliferación celular y la activación de las rutas de señalización ERK1/2 y Akt. La
incubación de líneas de células derivadas de macrófagos con VLDL también
estimula la actividad ERK1/2 de una manera dependiente de proteína quinasa C (PKC). Por otra parte,
la VLDL regula negativamente la ruta Wnt en células endoteliales. Entonces, la
VLDL activa diferentes rutas de señalización en varios tipos de células.
La VLDL estimula la producción de aldosterona en
múltiples modelos de células de zona
glomerulosa, incluyendo cultivos primarios de células glomerulosas adrenales de
bovino y humanas así como también en células de carcinoma adrenocortical humano
(células H295R). En las células H295R, la
VLDL también aumenta la producción
de dehidroepiandrosterona (DHEA). El efecto esteroidogénico de la VLDL
es mediado por su capacidad para incrementar la expresión de STAR y CYP11B2 a través de una cascada de
señalización iniciada por el calcio. La
VLDL incrementa los niveles citoplasmáticos de calcio de una manera similar a la AngII, a través de
efectos sobre los canales de calcio. Estudios
recientes han demostrado un rol clave de
la fosfolipasa D (PLD) en la respuesta
VLDL, inhibidores de la PLD
reducen la expresión de CYP11B2
inducida por VLDL y la secreción de aldosterona. La inhibición de la PLD
también resulta en disminución de la expresión
de STAR estimulada por VLDL. Estos resultados apoyan un rol un rol de la VLDL
como secretagogo de aldosterona y
sugieren que este agente actúa a través de la activación de varias rutas de señalización para inducir
la esteroidogénesis en la zona glomerulosa.
Algunas de estas señales son
activadas agudamente (minutos a una hora de exposición) e incluye la unión del
agonista a su receptor, que en el caso
de la VLDL parece ser el SR-B1 y el inicio de la hidrólisis de fosfoinositido por
activación de la PI-PLC. En minutos, la generación resultante de diacilglicerol y PI3 activa la
PKC que estimula la actividad PLD y libera calcio de los depósitos intracelulares para aumentar
los niveles citoplasmáticos de calcio. Otras señales son activadas de una manera más lenta para mantener y sostener la esteroidogénesis. Estas señales sostenidas
son generadas en varias horas e incluyen
elevaciones en los niveles de factores de transcripción como Nurr1 y un
incremento en la transcripción de CYP11B2.
La capacidad de la
VLDL para estimular la producción de aldosterona puede ser considerada, desde
un punto de vista evolucionista, como un mecanismo fisiológico para promover la
retención de sodio de la dieta cuando el acceso a este mineral es incierto. En este contexto, sobre la base
de resultados preliminares, se presume que las concentraciones patológicas de VLDL, como por ejemplo en la obesidad,
podrían jugar un rol aún más importante en elevar las concentraciones de
aldosterona in vivo. Por otra parte, es conocido que los niveles plasmáticos de
triglicéridos pueden ser disminuidos por ciertos medicamentos. Por ejemplo, las
estatinas no solo disminuyen los niveles de colesterol sino también los niveles
de triglicéridos. Un estudio reciente demuestra que el uso de estatinas en
sujetos hipertensos y diabéticos, en particular estatinas lipofílicas, reduce
los niveles plasmáticos de aldosterona así como la respuesta aldosterona a la
AngII y a una dieta baja en sodio. Adicionalmente, la literatura sugiere que
las estatinas pueden reducir la presión arterial al tiempo que mejoran la
dislipidemia. Varias líneas de evidencia apoyan la idea que las estatinas pueden regular varios componentes del sistema
renina-angiotensina II-aldosterona. Por otra parte, muchos medicamentos usados en el tratamiento de la hipertensión arterial antagonizan
algunos aspectos de la ruta aldosterona. Por ejemplo, los inhibidores de la
síntesis o acción de AngII, principal
regulador fisiológico de la producción de aldosterona, funcionan interfiriendo
con la secreción o acción de la aldosterona. Esto incluye a inhibidores de la
enzima convertidora de angiotensina (ACE), bloqueadores del receptor de angiotensina
(ARB), o del receptor mineralocorticoide (espironololactona y eplerenona) y
antagonistas de la acción de la aldosterona (amiloride y triamterene).
En conclusión, la aldosterona secretada por la zona
glomerulosa adrenal, aumenta la retención de sodio e incrementa el volumen
sanguíneo y la presión arterial. Varios estudios sugieren que los niveles de
aldosterona son elevados en la obesidad
y pueden representar un vínculo entre obesidad e hipertensión. Los pacientes
obesos típicamente tienen dislipidemia, incluyendo elevados niveles plasmáticos
de VLDL. Las VLDL transportan
triglicéridos del hígado a los tejidos
periféricos y estudios recientes demuestran que también estimulan la producción
de aldosterona. La VLDL incrementa los niveles citoplasmáticos de calcio y
estimula la actividad PLD que resulta en
la inducción de la expresión de STAR y aldosterona sintetasa.
Fuente: Tsal YY
et al (2017). Very low-density lipoprotein (VLDL)-induced signals
mediating aldosterone production. Journal of Endocrinology 232: R115-R129.
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