Relojes circadianos
y cáncer de mama
La incidencia de cáncer de mama es mucho mayor en los países desarrollados.
Esto sugiere que aspectos del estilo de
vida occidental moderno pueden influir
en el inicio y la progresión del
cáncer de mama. Una posibilidad es una disrupción de los relojes internos del
cuerpo, conocidos como relojes circadianos. En la mama, los relojes
circadianos regulan la expresión rítmica
de numerosos genes. La disrupción de la
expresión de los genes circadianos puede alterar la biología de la mama y
promover el cáncer. Los relojes circadianos intrínsecos son manejados por
señales ambientales como el ciclo día/noche natural. El cuerpo humano
transforma estas señales del tiempo en oscilaciones moleculares en las células
individuales, las cuales manejan ritmos de 24 horas para los procesos
celulares en casi todos los tejidos del
cuerpo. Estos osciladores moleculares
autónomos constituyen el sistema del tiempo interno del cuerpo y son
sincronizados por un marcapaso master, el núcleo supraquiasmático (NSQ). Sin
embargo, los relojes circadianos pueden ser perturbados a través de los cambios en el horario
laboral, períodos repetidos de jet lag y durante el envejecimiento. El
debilitamiento o daño de los relojes
circadianos altera la susceptibilidad a
ciertas enfermedades.
Uno de los procesos regulados por los relojes circadianos
es el ciclo celular. Por lo tanto, la disrupción de los ritmos circadiano puede ser
asociada con las divisiones celulares
anormales que ocurren el cáncer. Existe evidencia de una relación entre relojes circadianos alterados
y tumorigénesis en cáncer colorectal, osteosarcoma, adenocarcinoma
pancreático y, más notablemente, cáncer
de mama. La influencia del ritmo
circadiano alterado sobre el cáncer de
mama fue propuesta en los años de la década
de 1960. Desde entonces, esta claro que la disrupción circadiana influye en los
complejos mecanismos moleculares del cáncer de mama. La indicación que la tumorigénesis está relacionada con alteraciones de los ritmos
circadianos sugiere que la manipulación de esos ritmos puede ser importante para el
tratamiento del cáncer.
El NSQ, localizado en el hipotálamo anterior, coordina
los ritmos circadianos con el día solar. El bilateral NSQ recibe inervación
directa de la retina a través del tracto
retinohipotalámico. La mayoría de las
aproximadamente 20000 neuronas del NSQ
son “células marcapaso”, cada neurona
contiene su propia maquinaria osciladora capaz de producir un prolongado y robusto ritmo circadiano aun
en cultivo ex-vivo. La luz es un dador de tiempo sincronizante. Sin embargo,
así como ocurre con el ciclo luz/oscuridad, el NSQ también responde a los
cambios en el ciclo reposo/actividad. Estímulos no fóticos como señales
neuroendocrinas y la conducta alimenticia también pueden influir en la actividad del NSQ. El NSQ usa varias
rutas neurales y endocrinas para sincronizar los relojes de muchos órganos
periféricos. Una de ellas es la hormona
melatonina, la cual es liberada rítmicamente en la noche y transmite
información a órganos periféricos. El
NSQ no es requerido por los órganos
periféricos para generar sus propios ritmos, más bien actúa como el conductor
de una orquesta guiando a cada órgano a
oscilar en la fase ideal para ese tejido específico.
La regulación genética básica del reloj circadiano está
altamente conservada en el reino animal. La mayoría de genes reloj de
mamíferos fueron identificados a través
de estudios mutagénicos en moscas de frutas. El reloj molecular genera oscilaciones en los niveles de
proteínas a través de una serie asas de retroalimentación
transcripcional/translacional auto-reguladas. Varios genes reloj codifican
factores de transcripción, con el reloj molecular manejando la expresión rítmica de genes controlados hacia abajo. Los
principales componentes involucrados en
esta red reloj celular incluye a los
activadores transcripcionales CLOCK (Circadian Locomotor Output Cycles Kaput) y BMAL1 (Brain and Muscle Arnt-like protein-1).
El CLOCK tiene un paralogo, NPAS2 (Neuronal PAS domain protein 2), el cual
compensa la pérdida de CLOCK en NSQ y osciladores periféricos. Los otros componentes son: Periodo (PER1 y
PER2) y Criptocromo (CRY1 y CRY2), los
cuales forman el brazo negativo del asa de retroalimentación.
Adicionalmente, se han identificado
otros sistemas reguladores que incluyen
receptores nucleares de hormonas
y mecanismos epigenéticos. La expresión de
genes circadianos es el resultado de una
serie de eventos de transcripción y translación. Esto provoca la expresión de
un grupo de proteínas que los apaga al final del día. Luego, con la
remoción de los represores (PER y CRY),
comienza nuevamente el proceso.
Los ritmos celulares de 24 horas son manejados por un asa
de retroalimentación autoregulada. Durante el día subjetivo, el receptor orfan
relacionado con ácido retinoico α (RORα)
contribuye a la expresión de Bmal1 a través de su elemento de respuesta (RRE),
lo cual provoca la formación de heterodímeros CLOCK/BMAL1. Este complejo se une
a secuencias CACGTG E-box en los promotores de los genes Per y Cry,
incrementando la expresión de estos reguladores negativos. El complejo
CLOCK/BMAL1 también incrementa la expresión de REV-ERBα, el cual suprime la
transcripción de Bmal1. Por la tarde se acumulan los niveles de PER y CRY para
formar un complejo proteínico, el cual se vuelve activo como un inhibidor de
CLOCK/BMAL1. El incremento en la expresión
de Per y Cry mediado por CLOCK/BMAL1 permite la acumulación de PER en el citosol, donde es fosforilada por
la caseína kinasa 1ε y 1δ. La PER fosforilada es ubiquitinizada y rápidamente
degradada, pero la acumulación de CRY permite la formación de un complejo PER/CRY/CK1 estable. Este
complejo inhibe la capacidad transcripcional de CLOCK/BMAL1 previniendo una
mayor expresión de Per y Cry y también de REV-ERBα. Eventualmente, PER y CRY
fosforiladas se pierden, desreprimiendo la transcripción de Bmal1 y permitiendo
que los altos niveles de BMAL1 inicien el próximo día circadiano. Durante la
noche subjetiva, REV-ERBα suprime la expresión de Bmal1, mientras el complejo
PER/CRY formado nuevamente bloquea la actividad CLOCK/BMAL1 previniendo la
transcripción de los genes Per y Cry. Durante este tiempo el complejo PER/CRY
fosforilado se degrada gradualmente. Colectivamente estos ciclos aseguran que
el reloj circadiano oscile con un periodo de 24 horas, manejado por la señal de tiempo ambiental
apropiada.
Los tejidos periféricos tienen su propias oscilaciones
circadianas intrínsecas y auto-sostenidas, pero dependen del reloj central y de factores tisulares
específicos para la sincronización. Los
osciladores celulares locales regulan programas circadianos específicos de
expresión de genes que varían de acuerdo
a la función tisular, 5-10% de
todos los genes son transcritos rítmicamente. Los genes reloj de los tejidos
pueden ser controlados directamente por el complejo CLOCK/BMAL1, o indirectamente
a través de la expresión circadiana de factores de transcripción. De esta manera,
el reloj circadiano confiere un aspecto rítmico
a un amplio rango de tejidos. En la mama, por ejemplo, la expresión de casi 600 genes es controlada de manera circadiana. La
regulación circadiana de la expresión de
genes impacta muchos procesos celulares y conductas complejas. Esto es ejemplificado por las proteínas SIRT1
y TIMELESS que intersectan
independientemente el reloj y el ciclo celular. Por ejemplo, SIRT1 reduce la
proliferación desacetilando β-catenina y
uniéndose a p53, mientras TIMELESS avanza el reloj circadiano en respuesta al
daño del ADN. Entonces, el sistema circadiano está integrado con otras
fisiologías. Por lo tanto, si ocurre la
disrupción del reloj puede presentarse la enfermedad.
La evidencia acumulada sugiere que los genes reloj
circadianos juegan un rol en la biología de la mama. En ratones, las mutaciones
de genes circadianos específicos provocan disrupción de los ritmos moleculares
y conductuales. Estas mutaciones también
revelan el compromiso de los relojes celulares en el inicio de la
carcinogénesis. El tejido mamario contiene una red de conductos ramificados
rodeados por una membrana basal y una matriz extracelular estromal rica en
fibroblastos y tejido adiposo. Hay variaciones rítmicas diarias en la
expresión de las proteínas reloj BMAL1 y
PER2. Más aún, durante el desarrollo de
la glándula mamaria, los tejidos aislados en la misma hora del día revelan que los niveles de ARNm de Bmal1 y
Per1 aumentan en el embarazo tardío y la
lactancia, mientras disminuyen los niveles de Per2. La expresión de los genes
reloj también es controlada por el
microambiente del tejido mamario. Por ejemplo, una matriz extracelular rígida
como la que se observa en el envejecimiento
y el cáncer provoca la supresión
de los ritmos reloj. La rigidez local
del estroma mamario y la matriz extracelular adyacente al epitelio
mamario tiene un rol mayor en el desenlace del cáncer. Los mecanismos que
relacionan al exterior celular con el control reloj aun no son conocidos, pero podrían involucrar
al citoesqueleto y/o proteínas de la envoltura nuclear, entre ellas una que
regula la transcripción del gen
Bmal1. El reloj molecular también es crucial para regular la
supervivencia de las stem cells. Los ratones con un complejo CLOCK/BMAL1
defectuoso tienen comprometida la capacidad de auto-renovación de las stem cells progenitoras, lo que revela
una influencia circadiana sobre la función mamaria. Los estudios en otros tejidos han demostrado
relaciones similares entre el reloj circadiano y las stem cells. En suma: los
genes reloj son expresados en la mama normal. Sin embargo, sus niveles son
variables y controlados tanto por el
microambiente celular y por el estadio de desarrollo del tejido. La disrupción de la expresión de genes reloj
puede incrementar el riesgo de cáncer de mama.
Los estudios en ratones con mutaciones del gen Per
revelaron un rol de los genes circadianos en el ciclo celular. Un gen Per
alterado contribuye a la malignidad. En humanos, hay reducida expresión de
genes Per en las células de cáncer de mama en comparación con la mama normal. Las
proteínas PER1 y PER2 también promueven la apoptosis. Ellas pueden suprimir el
cáncer de mama in vivo a través de la inducción de apoptosis. Sin embargo, si
disminuye la expresión de Per1 y per2 en tumores de mama, se reduce la acción PER
como supresor de tumor. Más aún, ellas pueden suprimir indirectamente la
transcripción de c-Myc inhibiendo la
transactivación mediada por E-box por BMAL1/Npas2. La pérdida de Per2 provoca
disminución de la apoptosis y por lo tanto acumulación de células dañadas.
Adicionalmente, los ratones con mutaciones de Per2 exhiben desregulación de
c-Myc y sus genes blanco en el ciclo
celular Ciclina D1 y Gadd45. Altos
niveles de expresión de MYC promueven la proliferación celular. Asimismo, la
inhibición de PER1 altera la expresión de reguladores claves del ciclo celular
y la sobre expresión de Per1 puede
reducir la proliferación de líneas celulares de cáncer de mama. Las proteínas
CRY también impactan la tumorigénesis
vía ciclo celular. El supresor del ciclo celular WEE-1 es expresado en
fase con PER durante los tiempos del día cuando
la entrada a la fase M es suprimida. Sin embargo, los ratones
deficientes en los genes Cry tienen desregulado Wee-1 y CiclinaD1, por
consiguiente exhiben disrupción de la
regulación del ciclo celular. Por lo tanto, La disrupción de PER y CRY causa
regulación hacia abajo de los genes que
controlan el crecimiento, lo que implica una relación entre el sistema
circadiano y la proliferación celular.
Más aún, estos hallazgos indican que el reloj circadiano está involucrado en el
control del ciclo celular y la apoptosis.
El reloj circadiano
también puede iniciar y propagar el cáncer a través de sus efectos sobre el metabolismo
celular. Los reguladores metabólicos SIRT1 y AMPK son “switches” celulares que
alteran la conducta de la célula de acuerdo con su estado metabólico y ambas
han sido relacionadas con el reloj circadiano. La SIRT1 es una desacetilasa de
histonas que se activa con altos niveles celulares de NAD+ y se
inactiva con altos niveles de NADH. La
SIRT1 desacetila p53, inhibiendo su actividad y reduciendo la apoptosis, lo
cual podría tener implicaciones en el
cáncer. El nivel celular de NAD+
y la actividad desacetilasa de SIRT1 están bajo control circadiano. Ellas
pueden retroalimentar la maquinaria reloj y por consiguiente regular al reloj
circadiano. Por otra parte, el estado energético de la célula está reflejado en la relación AMP + ADP:ATP.
Cuando los niveles de ATP son bajos, la AMPK es fosforilada por una kinasa. En
su estado activo (desfosforilada) la
AMPK regula muchos procesos incluyendo la captación de glucosa, la biogénesis
mitocondrial, la proliferación celular y
el reloj circadiano. El reloj celular regula la actividad de la AMPK, la cual a
su vez induce la degradación de los
componentes del brazo negativo del asa reloj, fosforilando directamente a
Cry1 e induciendo la degradación de Per2 mediada por CK1. Entonces, la disrupción del reloj podría
impactar directamente las rutas de
señalización SIRT1 y AMPK, cruciales en el control de la proliferación celular,
la apoptosis y las rutas supresoras de tumor. Más aún, la disrupción
global de la conducta circadiana por
cambios en el horario de trabajo, jet lag y envejecimiento puede afectar el
esquema de alimentación de un individuo. Esto podría provocar desbalance
energético a través del ciclo circadiano
y disparar actividad perjudicial a
través de estas rutas de señalización.
El riesgo de cáncer de mama también está asociado con
polimorfismos de nucleótidos en Npas2, Cry2 y Clock. La hipermetilación del
promotor de Clock reduce el riesgo de cáncer de mama. El polimorfismo de nucleótidos
en Clock altera directamente la expresión de genes relacionados con la progresión del ciclo
celular, como CCL5. Similarmente, los polimorfismos en Npas2 están asociados con mayor riesgo de cáncer de mama. El polimorfismo Ala304Thr
altera la estructura de la proteína NPAS2, lo cual interfiere con la heterodimerización NPAS2/BMAL1. Las
mujeres con este polimorfismo tienen un significativo mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
La expresión del gen per se correlaciona con otros genes
implicados en el cáncer de mama, por ejemplo los genes que codifican al receptor de estrógeno (ER). El ER
interactúa con PER2 y BMAL1 y es clave para la formación de los acinos
mamarios, los cuales son las estructuras celulares centrales en la mama normal. Las células epiteliales
mamarias son altamente polarizadas y las proteínas son expresadas
diferencialmente en las células. La
polaridad de las células y la
estabilidad de los acinos son vitales para dirigir la secreción de leche en la
luz alveolar. Sin embargo, las alteraciones en PER2, BMAL1 o ER previenen la
formación de acinos, posiblemente a
través de un asa de retroalimentación
entre los estrógenos y el reloj. La proteína PER1 también influye en la
regulación transcripcional de ER,
mientras la PER2 interactúa con el ER para suprimir la transcripción de los
genes blanco del ER mediada por estrógenos.
Debido a que el gen Per también es inducido por estrógenos, hay un
asa de retroalimentación que acopla al reloj circadiano con la
ruta de los estrógenos. La ausencia de expresión de ER está
asociada con un fenotipo de tumor
agresivo y la desregulación de la
actividad transcripcional de ER puede
provocar cáncer de mama. La proteína PER
también puede actuar con la proteína de cáncer de mama, BRCA1 para regular la
transcripción de ER.
Los tumores de bajo grado y sin metástasis mantienen
relojes circadianos funcionales. En los carcinomas más agresivos, sin embargo, las
oscilaciones coordinadas de los genes
reloj están comprometidas. Por ejemplo,
en la mama, las proteínas PER y CRY están asociadas con un mejor pronóstico en tumores ER+/HER2-
y las proteínas CLOCK y NPAS2 están relacionadas con un mejor pronóstico en los
tumores ER-/HER2- más agresivos. Más aún, la alta
expresión de los genes Clock, Per y Cry está asociada con una mayor supervivencia libre de
metástasis. Por el contrario, la pérdida de expresión del gen Per3en
tumores ER- provoca un alto grado de probabilidad de recurrencia.
Asimismo, la pérdida de la co-expresión de PER3 y CRY está asociada con un
mayor riesgo de metástasis de cáncer de
mama. Mientras los niveles alterados de
proteínas reloj pueden afectar la estructura tisular y contribuir a la transformación celular, ellas también
influyen en la transición epitelio-mesenquima y por lo tanto facilitan la
invasión y metástasis. Por ejemplo, la
pérdida de PER2 podría manejar directamente la transición epitelio-mesenquima a
través de OCT1. En condiciones normales, PER2 recluta co-represores
transcripcionales de los genes de la
transición epitelio-mesenquima Twist1,
Slug y Snail. Sin embargo, PER2 es desregulado en condiciones similares a tumores,
lo que permite la activación de la expresión de genes de la transición epitelio-mesenquima.
La evidencia epidemiológica de los últimos 20 años ha
corroborado una relación entre relojes alterados y cáncer de mama. Mujeres con turnos irregulares de trabajo
(una mezcla de noches y días durante la semana) tienen una mayor frecuencia de cáncer de mama relacionado
con hormonas y los casos de cáncer pueden ser mayores en mujeres que iniciaron los
turnos nocturnos antes de su primer embarazo. En estas mujeres, el reloj
circadiano tiene poco tiempo para entrar
al nuevo turno antes de cambiar nuevamente. Sin embargo, quienes
consistentemente trabajan de noche
tienen menos disrupción en el ritmo circadiano. El elevado riesgo de cáncer de mama también ocurre en mujeres expuestas a altos niveles
de luz ambiental en la noche. La exposición constante a la luz durante la noche
altera la actividad circadiana del marcapaso en el NSQ. Esto a su vez
provoca la disrupción de los ritmos circadianos del cuerpo. Un mecanismo puede
ser a través de una alteración de la producción de la hormona melatonina. La exposición a la luz durante la
noche reduce la secreción rítmica de melatonina por la glándula pineal. Esta
hormona tiene actividad oncostática en animales de experimentación con tumores
mamarios y también en cultivos de
células de mama humana. La melatonina
promueve la estabilidad genómica y también tiene actividad anti-invasiva y
anti-metástasis. Por ejemplo, en
canceres de respuesta endocrina, la melatonina reduce la expresión y actividad
de la aromatasa, la cual normalmente convierte testosterona en estrógeno. La acción oncostática de la
melatonina sobre tumores mamarios dependientes de hormona se basa
principalmente en sus acciones anti-estrogénicas, tanto reduciendo la biosíntesis
de estrógenos a partir de andrógenos como neutralizando los efectos celulares
de los estrógenos. Ratas expuestas a
pequeñas cantidades de luz en la noche, tienen disrupción del perfil de
melatonina y tumores mamarios de
crecimiento rápido que pueden ser revertidos
con suplementación de melatonina. En humanos, la reducción de los
niveles nocturnos de melatonina puede
incrementar los efectos de los estrógenos y contribuir a un mayor riesgo de
cáncer de mama. Otro potencial mecanismo que relaciona la exposición a la luz
durante la noche con el cáncer de mama
es la regulación circadiana de la
expresión de micro-ARN (miARN). Varios miARN
involucrados en el riesgo de cáncer de mama muestran fluctuaciones
durante el día. Por ejemplo, los niveles de MiR-150-5p y miR-133a-3p son
dramáticamente alterados por la disrupción circadiana. Algunos de estos miARN
están interconectados con la expresión
de proteínas que tienen roles conocidos en el cáncer de mama como NFκB y
Stat3. La pérdida de la conducta rítmica por lesiones en el NSQ también puede
incrementar el riesgo de formación de tumor y aumentar la progresión de tumores
pre-existentes. Estos hallazgos sugieren
que la disrupción de los relojes circadianos por la exposición a la luz
en la noche tiene un rol adverso sobre
la progresión del tumor. Esto aplica para aquellas mujeres con turnos de
trabajo irregulares, aunque es aun tema de controversia si los episodios
repetidos de jet lag o el extenso uso de luz eléctrica en la noche contribuyen
al cáncer de mama.
En conclusión, los relojes circadianos de la mama son
coordinados por el NSQ y son influenciados por factores fóticos, endocrinos,
neurales y metabólicos. En la mama, los
relojes circadianos regulan la expresión rítmica de numerosos genes. La disrupción de la
expresión de los genes circadianos puede alterar la biología de la mama y promover el cáncer. Los estudios en ratones
han demostrado la importancia de los
genes reloj en la renovación de células progenitoras, la incidencia de
tumores o la interacción con la ruta de los estrógenos. Esto indica que hay un
rol oncostático de algunos genes reloj.
Los defectos en los genes reloj del epitelio mamario pueden provocar disrupción del ciclo celular.
Esta disrupción causa una división celular alterada, incremento de la
susceptibilidad al cáncer de mama y tumores más agresivos. Los datos
epidemiológicos relacionan un incremento en la incidencia de cáncer de mama en mujeres con turnos irregulares de trabajo.
El estilo de vida nocturno perturba los patrones normales de la conducta circadiana,
lo cual resulta en efectos perjudiciales sobre rutas fisiológicas y metabólicas
controladas por relojes circadianos. A
la luz de estos datos, se ha propuesto que el cáncer de mama no debería ser
visto como un desorden local sino como
resultado de defectos sistémicos en el
control tisular.
Fuente: Blakeman
V et al (2016). Circadian clocks and breast
cancer. Breast
Cancer Research 18: 89.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario