Roles emergentes
del receptor de prolactina
La hormona prolactina (PRL) es conocida por su rol en la
lactancia. Sin embargo, en las dos últimas décadas se han propuesto funciones
tan diversas como diferenciación de los islotes, modulación inmune, control de
adipocitos y reproducción. Por otra parte, el receptor de prolactina (PRLR) ha
sido identificado en diversos tejidos. El PRLR es un receptor de citoquina tipo
1 que activa predominantemente la ruta de señalización Janus
quinasa-transductor de señal y activador de transcripción (JAK2-STAT5), pero también
es capaz de iniciar otras cascadas de
señalización.
La PRL juega un rol crucial en dos funciones
reproductivas: el desarrollo de la glándula mamaria durante la gestación tardía y el inicio del
período postparto, y la formación del cuerpo lúteo que sigue a la implantación
del blastocisto. Durante el embarazo la glándula mamaria aumenta
considerablemente la ramificación ductal y la formación de alvéolos para convertirse
en una glándula secretora de leche. La PRL contribuye a la proliferación y diferenciación de tejido mamario. Los ratones Prlr-/-
no desarrollan completamente la diferenciación alveolar de la glándula mamaria y
no son capaces de llevar a cabo la lactancia. Una situación similar se presenta
en ratones “knockout” en Jak2 y Stat5α. La alteración del desarrollo de la glándula mamaria no es
tan severa en los ratones Stat5b-null,
pero la producción de leche si es afectada, lo que demuestra que ambos
componentes STAT5 son necesarios para la lactancia. Más aún, estos
estudios sugieren que otras rutas de
señalización mediadas por el PRLR así como rutas independientes de PRLR son
incapaces de compensar completamente la
ruta JAK-STAT en la función de la glándula mamaria.
Las formas larga y corta del PRLR son requeridas para la
expresión de proteínas de la leche y la lactancia. Los estudios iniciales con
ratones Prlr+/- demostraron alteración de la diferenciación alveolar
de la glándula mamaria e insuficiencia para la lactancia en el
primer embarazo pero con recuperación en los
embarazos posteriores. Sin embargo, investigaciones recientes demuestran
que esta recuperación puede depender de la cepa de ratones. Los defectos en el
desarrollo de la glándula mamaria que se observan en ratones Prl-/-
y Prlr-/- son mediados principalmente por la pérdida del incremento
de progesterona al inicio del embarazo. El
tratamiento con progesterona restaura los defectos en la ramificación ductal de
los ratones.
El incremento de progesterona es producido por el cuerpo lúteo y es
necesario para la decidualización del
tejido endometrial. La expresión de PRLR
incrementa en la decidualización y la PRL estimula la secreción de
progesterona y la expresión del receptor de progesterona (PR) en el
epitelio uterino, lo que proporciona condiciones favorables para la
implantación. La PRL reduce la frecuencia y la amplitud de los pulsos
de hormona luteinizante (LH) a través de acciones directas sobre las neuronas GnRH e indirectamente vía
neuronas GABA y kisspeptinas. Ratones
hembras Prlr-/- son hiperprolactinémicas e infértiles. En ratones Prlr-null, el
desarrollo del óvulo, la ovulación y la implantación del blastocisto son
reducidas. Adicionalmente, hay regresión del cuerpo lúteo y por consiguiente
reducción de la producción de progesterona. La formación del cuerpo lúteo requiere de STAT5a y STAT5b.
Los pacientes hiperprolactinémicos tienen anormalidades
reproductivas variables. 40% de las
mujeres hiperprolactinémicas tienen amenorea, otras pacientes tienen
galactorrea, infertilidad o hipogonadismo.
Las diferencias en las anormalidades reproductivas en los pacientes podría deberse a diferentes causas de hiperprolactinemia, a la utilización de diferentes isoformas de PRLR o a la naturaleza heterozigótica de la mutación. La PRL es menos abundante en
los varones que en las hembras. Sin embargo, hay roles de la PRL que son específicos de varones. Los pacientes
hiperprolactinémicos presentan disfunción eréctil y oligoespermia. Por otra parte, ratas con hiperprolactinemia
crónica tienen agrandamiento de la próstata.
Elevada expresión
de PRLR y altos niveles circulantes de PRL han sido asociados con un mayor riesgo de progresión e invasión
tumoral. Los estudios prospectivos demuestran que 95% de los tumores mamarios
en mujeres y 60% de los carcinomas de mama en hombres expresan PRL y/o PRLR. Esta asociación ha
sido replicada en modelos animales que desarrollan carcinoma mamario. El
mecanismo molecular por el cual la PRL ejerce acciones mitogenas involucra
múltiples rutas de señalización. Muchos tumores de mama se caracterizan por una
reducción de STAT5 a pesar de los altos niveles
de expresión de PRLR. A menudo los tumores que exhiben niveles elevados
de los componentes de señal de la proteína quinasa activada por mitogenos
(MAPK) incluyendo la proteína activadora-1 (AP-1) y metaloproteinasas de matriz
(MMP), son altamente invasivos, resistentes a la quimioterapia y de pobre
pronóstico. El microambiente tumoral puede ser responsable de favorecer una determinada ruta de
señalización. En este contexto, las matrices de colágeno rígidas están
asociadas con cáncer de mama invasivo. Por otra parte, en las matrices de alta densidad, la señal
PRL incrementa la expresión de MMP y favorece una estructura desorganizada que
permita la motilidad celular. El bloqueo de JAK2 tiene un efecto similar,
produciendo elevación de la quinasa regulada por señal extracelular 1/2
(ERK1/2) y del factor de crecimiento transformante β (TGF-β), lo cual favorece
la transición epitelio-mesenquima y las metástasis del tumor. El microambiente tumoral es clave en la
interacción entre PRLR y receptor de estrógeno (ERα). Mientras la sola
expresión de ERα o PRLR no tiene ningún efecto
sobre la progresión del tumor, la co-expresión de ambos receptores en las matrices rígidas
está asociada con un mayor grado de invasión
del tumor y una menor respuesta a
los antagonistas de estrógenos. Más aún,
en estudios celulares se ha observado que cada hormona induce la expresión
reciproca de receptores de la otra hormona. Las proteínas STAT5, STAT5a y
STAT5b, tienen patrones distintos patrones de expresión en los tumores de mama
con reducción de la STAT5a mientras la
STAT5b se mantiene sin cambios. El bajo nivel de STAT5a ha sido asociado con un
pobre pronóstico del tumor.
La producción autocrina de PRL ha sido demostrada en
tejido mamario de humanos y roedores. En ratones transgénicos NRL-PRL, el
ambiente mamario es rico en PRL, pero
los niveles globales de PRL son normales. El tratamiento con estrógenos
en ratones NRL-PRL hembras aumenta la tumorigénesis inducida por PRL. Sin
embargo, en un estudio con líneas celulares de cáncer de mama no se detectó
elevación de PRL, lo que sugiere que la PRL autocrina puede no ser importante
en todos los pacientes. En los varones, el asa autocrina-paracrina de PRL puede
jugar un rol en el cáncer de mama y
otros cánceres reproductivos incluyendo al cáncer de próstata. La evidencia de
este rol deriva de estudios en ratones
transgénicos con sobreexpresión de PRL que desarrollan hiperplasia de la
próstata en ausencia de niveles
circulantes elevados de andrógenos.
El PRLR es altamente expresado en las células β del
páncreas y puede jugar un rol fundamental en la expansión de
esas células que ocurre cuando incrementan las demandas metabólicas
durante el embarazo. Las correlaciones entre el incremento en la masa de
células β y el pico lactogénico en la mitad del embarazo ha dado lugar a la
hipótesis que la PRL y el lactogeno
placentario manejan la diferenciación de células β. Los estudios que apoyan
esta hipótesis demuestran que las hormonas lactogénicas incrementan la
expresión de PRLR en las células β, inducen la replicación de estas células e
incrementan la secreción de insulina estimulada por glucosa. Los ratones Prlr-/- tienen disminución de la masa de células β,
la densidad de islotes y la secreción de insulina (cada islote contiene 20-35%
menos insulina). La PRL regula sus
funciones sobre las células β principalmente a través de la ruta JAK2-STAT5. El
PRLR activado actúa como centro para
proteínas de diversas rutas de señalización. Entre esas proteínas están las llamadas
proteínas sustratos relacionadas con insulina (IRS1-3), las cuales
actúan como proteínas adaptadoras para el reclutamiento de la Akt y la quinasa fosfoinositosido-3
(PI3K) que activan diversas cascadas de señalización (Ej: MAPK) y la transcripción de genes. La
PRL vía JAK2 induce la fosforilación de las tres proteínas IRS.
El PRLR puede llevar a cabo su efecto sobre los islotes
pancreáticos, al menos en parte, regulando a la proteína supresora de tumor
menina. En condiciones normales, la menina regula la expresión de las quinasas dependientes de ciclina p27 y
p18, cuya función es inhibir la proliferación de los islotes. Sin embargo, en
el embarazo los niveles de menina, p27 y p18 están reducidos lo cual coincide con el incremento de la
proliferación de células β. Los ratones
Prlr-/- tienen niveles elevados de p18, pero fallan en incrementar
la expresión de IRS2 y Akt. Estos hallazgos indican que la reducción de la masa
de células β en esos ratones puede ser
mediada por la acción de la PRL sobre la proteína menina, a través de las rutas Akt y JAK-STAT, en las células β del
páncreas.
La enzima triptófano hidroxilasa (Tph1) es otro regulador
de los efectos inducidos por PRL durante el embarazo. La Tph1 aumenta durante el embarazo y es
responsable de regular la etapa limitante de la síntesis de
serotonina. El tratamiento con PRL incrementa la expresión de Tph1 y la
síntesis de serotonina vía PRLR-JAK2-STAT5 durante el embarazo en ratones. Este
hallazgo ha dado lugar a un modelo en el cual las hormonas lactogénicas manejan
la expresión de Tph1 en la activación
mediada por Gαq de la proliferación de células β durante el embarazo y la
inhibición de la proliferación mediada
por Gα1en el postparto. Los efectos inducidos por serotonina pueden
ser mediados por mecanismos diferentes
como la activación de canales catiónicos, lo que despolariza la membrana de la célula β
y disminuye el umbral para la secreción de insulina estimulada por glucosa
requerida en el embarazo. Los estudios
de hiperprolactinemia crónica demuestran que los pacientes tienen hiperinsulinemia
postprandial y una exagerada secreción de insulina en respuesta a la glucosa.
En el embarazo y la lactancia ocurren cambios neuronales
que permiten incrementos en la ingesta de alimentos y la redistribución de los depósitos de grasa para satisfacer las
demandas de energía. Durante estos periodos, la distribución de los depósitos
de grasa se desvía de los tejidos abdominales hacia las glándulas mamarias.
Esta redistribución de grasa coincide con el pico lactogénico de la mitad del
embarazo, lo cual sugiere que la PRL podría tener un rol en el proceso. La
modulación de la ingesta de alimentos es
parcialmente controlada por la hormona leptina cuyo receptor comparte rutas de
señalización con el PRLR. Durante la lactancia, los niveles plasmáticos de
leptina disminuyen 40%. Más aún, ratas y ratones tienen resistencia a la leptina durante el embarazo atribuida al pico lactogénico que ocurre en
este período. El PRLR y el receptor de leptina comparten sitios de expresión en
hipotálamo y tallo cerebral y se ha propuesto que la activación de PRLR induce
un incremento de la expresión de las proteínas supresoras de la señal de
citoquinas (SOCS), las cuales inhiben directamente las rutas mediadas por STAT3
que regulan hacia abajo al receptor de leptina. En humanos, la
hiperprolactinemia sostenida causada por drogas antipsicóticas o prolactinoma está asociada con ganancia de peso y
resistencia a la insulina. Esto puede ser corregido con la administración de
agonista de dopamina como la
bromocriptina.
El rol de la PRL en la diferenciación de adipocitos en el
tejido adiposo marrón (BAT) ha sido investigado en los últimos años. El BAT media
la termogénesis adaptativa, un proceso requerido para la termorregulación en
neonatos. Los ratones PRLR-null neonatos
tienen masa BAT significativamente reducida. Estos ratones son más sensibles
al frío y tienen expresión reducida de la proteína desacopladora 1 (UCP1)
que juega un rol crítico en el proceso
de termogénesis. La sobre expresión de PRLR estimula la diferenciación BAT y
restaura la expresión de la UCP1.
El PRLR es expresado en leucocitos, bazo y timo. Los
estudios demuestran que la PRL aumenta la activación de células T por varios
medios incluyendo: (1) activación del
antígeno de superficie CD69, necesario para la activación y proliferación de
las células T; (2) activación de CD25, la cadena α del receptor de IL-2, que regula la proliferación y expansión
de subgrupos de células T; (3) fosforilación y activación del componente CD3
del receptor de células T; (4) aumento de la expresión de CD40, CD80 y CD86
moléculas co-estimuladoras en células presentadoras de antígenos; (5) inducción
de citoquinas involucradas en aumentar la respuesta de células T incluyendo
IL-1, Il-12, IL-16 e interferón γ, (6) sensibilización de las respuestas
inmunes a agonistas de dopamina. Sin
embargo, la PRL sola es incapaz de
iniciar estas respuestas y generalmente
actúa como un adyuvante de
respuestas inmunes existentes.
Los estados autoinmunes proporcionan un modelo para
estudiar el rol de la PRL en la inmunidad. Uno de esos estados es la esclerosis
múltiple, las embarazadas con esclerosis tienen tasas de recaídas aumentadas en
los primeros tres meses de postparto que se correlacionan con niveles
aumentados de PRL. Asimismo, en el lupus eritematoso sistémico (LES), los
niveles aumentados de PRL se correlacionan con severidad de la enfermedad y el
tratamiento con bromocriptina mejora los síntomas. Sin embargo, los modelos de
roedores con LES fueron incapaces de demostrar un aumento de la condición en presencia de PRL.
Las controversias en este campo van más allá de las
discrepancias autoinmunes. Mucha de la evidencia para las inmunes mediadas por
PRL derivan de estudios in vitro usando
células mononucleares periféricas que pueden no reflejar el estado fisiológico.
Los estudios in vivo con ratones Prl-/-
y Prlr-/- ponen en duda las funciones moduladoras inmunes mediadas por
la PRL. Los ratones Prl-/- tienen niveles comparables de células CD4+ y CD8+
con los de ratones controles. Más aún,
los ratones Prlr-/- no tienen diferencias de células B maduras circulantes,
precursores de células T, subclases de inmunoglobulinas o células NK, con relación a los ratones
controles. Adicionalmente, los tratamientos combinados de PRL y concavalina A o
Listeria monocitogenes fueron incapaces
de aumentar las respuestas inmunes por arriba de las observadas con el
patógeno solo. Estos estudios indican que el rol de la PRL en las respuestas
inmunes puede ser más complicado que lo
propuesto inicialmente, con la posibilidad que las respuestas a la PRL puedan
ser mediadas por otro receptor.
En conclusión, la investigación de las últimas dos
décadas ha identificado nuevos e inesperados roles de la PRL y su receptor,
mediados por múltiples rutas de señalización. Además de su rol lactogénico, la
lista de funciones incluye: reproducción, diferenciación
de islotes pancreáticos, control de adipocitos y modulación inmune. La PRL
también puede ser secretada por tejidos extrahipofisiarios, lo cual agrega más
complejidad al entendimiento de sus funciones fisiológicas.
Fuente:
Gorvin CM (2015). The prolactin receptor: diverse and emerging roles in pathophysiology. Journal of
Clinical & Translational Endocrinology 2: 85-91.
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