Los ácidos grasos
poliinsaturados n-3 y la secreción de insulina
Es bien conocido que los ácidos grasos poliinsaturados n-3 (PUFA),
especialmente el ácido eicosapentanoico (EPA, 20:5, n-3) y el ácido
docosahexanoico (DHA, 22:6, n-3) tienen efectos positivos en una diversidad de
condiciones de salud y enfermedad. Por ejemplo, los n-3 PUFA, especialmente el
DHA, juegan un rol crítico en el desarrollo del sistema nervioso central. Asimismo,
una dieta rica en n-3 PUFA asociada con la ingesta de una dieta rica en
alimentos marinos es responsable de la baja incidencia de enfermedades cardiacas en la población
Esquimal. Por otra parte, se ha propuesto
que el alto consumo de EPA y DHA
disminuye el riesgo de cáncer, hiperlipidemia, hipertensión y enfermedades
neurodegenerativas. La evidencia reciente
indica que los n-3 PUFA pueden mejorar la secreción de insulina por las
células β del páncreas bajo condiciones de obesidad y/o diabetes.
Los PUFA contienen al menos dos dobles enlaces en su estructura molecular,
los cuales tienen configuración cis, y
por lo tanto, los átomos de hidrógeno
están orientados del mismo lado del doble enlace. Los PUFA naturales son
líquidos a temperatura ambiente y son
nombrados de acuerdo con la
posición del primer doble enlace a partir del extremo metilo. El primer doble enlace de los n-3 PUFA está
entre los carbonos 3 y 4 a partir del
extremo metilo. Los n-3 PUFA no pueden ser sintetizados de novo en los
mamíferos, pero las principales formas
bioactivas de los n-3 PUFA, EPA y DHA,
pueden ser generados en el cuerpo a partir del ácido α-linoleico (ALA, cis18:3, n-3) por
reacciones enzimáticas de elongación, desaturación y β-oxidación. Las
principales fuentes de n-3 PUFA son el pescado, las semillas de
oleoginosas y las nueces. Las concentraciones plasmáticas de n-3 PUFA
pueden variar dramáticamente en
poblaciones con diferentes tipos de dietas. La Organización Mundial de la Salud
recomienda una ingesta diaria combinada de 400-1000 mg de EPA y DHA.
Durante la digestión, los ácidos grasos son absorbidos en el intestino
delgado y transportados a la sangre a
través de vasos linfáticos. En la sangre, la mayoría de ácidos grasos circulan
unidos a albúmina. Los ácidos grasos
libres pueden ser tomados por proteínas
ligadoras de ácidos grasos para transportarlos al interior de las células. Los
ácidos grasos intracelulares son
transformados en acil-CoA y posteriormente transportados por proteínas
ligadoras de acil-CoAa mitocondrias o peroxisomas
para generar ATP a través de su oxidación.
Los acil-CoA también pueden ser dirigidos al retículo endoplasmático
para su esterificación y producir otros tipos de lípidos como colesterol,
fosfolípidos y triglicéridos. Los n-3 y n-6 PUFA de 20 carbonos pueden ser convertidos en eicosanoides por enzimas ciclooxigenasa
(COX) y lipoxigenasa (LOX).
La evidencia que apoya el efecto promotor
de los n-3 PUFA sobre la secreción de insulina deriva principalmente de
estudios in vitro o ex vivo. Los microdominios específicos de la membrana
celular conocidos como balsas lipídicas están involucrados en el proceso de la
secreción de insulina. Las balsas
lipídicas contienen colesterol, esfingolipidos, proteínas transmembrana,
proteínas aciladas y proteínas ancladas a glicofosfatidilinositol. Las balsas
lipídicas facilitan la acción de
receptores, adaptadores, quinasas y lípidos requeridos para la iniciación y
transducción de la señal intracelular. Además de la membrana plasmática, las
balsas lipídicas se encuentran también
en el complejo de Golgi de todos
los tipos de células, incluyendo las células β del páncreas. Las balsas
lipídicas están asociadas con la actividad del transportador de glucosa
2 (GLUT2) en las células β. El
incremento de GLUT2 en las balsas lipídicas provoca disminución del transporte
de glucosa debido al alto contenido de
estomatina unida al GLUT2 en las balsas lipídicas. La
disrupción de las balsas lipídicas aumenta el transporte de glucosa porque los GLUT2 son liberados a regiones de
la membrana sin balsas lipídicas. Los
n-3 PUFA, como componentes de la membrana, pueden regular la estructura y las
propiedades de la membrana y por tanto influir
en la secreción de insulina. En este
sentido, se ha demostrado que la incorporación de n-3 PUFA altera la función de las balsas lipídicas en
varios tipos de células, incluyendo a las células β, lo cual podría resultar en
un incremento de la secreción de insulina.
Los eicosanoides, moléculas de señalización que modulan muchas funciones en
el cuerpo, constituyen un importante grupo de mediadores pro-inflamatorios producidos
por adipocitos y células β del páncreas. Eicosanoides como
prostaglandinas (PG), leucotrienos (LT), tromboxanos y lipoxinas pueden ser
producidos por oxidación de n-3 y n-6 PUFA de 20 carbonos, incluyendo EPA (n-3), ácido
araquidónico (AA, 20:4, n-6) y ácido dihomo-γ-linolénico (DGLA, 20:3, n-6).Los
eicosanoides derivados del AA son
potentes mediadores pro-inflamatorios. Sin embargo, las resolvinas serie E,
derivadas de EPA y las protectinas y resolvinas serie D, sintetizadas a partir de DHA tiene propiedades
anti-inflamatorias. Más aún, la generación de eicosanoides a partir de n-3 y
n-6 PUFA es catalizada por las mismas enzimas, COX y LOX. Por lo tanto, una
mayor provisión de n-3 PUFA resulta en síntesis reducida de eicosanoides pro-inflamatorios
derivados de AA. Una serie de PG
derivadas de DGLA son eicosanoides
anti-inflamatorios; sin embargo, la cantidad de DGLA en el cuerpo es casi 10 veces menor que la de AA. Por lo tanto, los n-3
PUFA son considerados mejores protectores contra la inflamación que los n-6
PUFA.
Con respecto a la función de los islotes pancreáticos, los n-3 PUFA pueden
contribuir a la secreción de insulina a través de la reducción de la cantidad de citoquinas
pro-inflamatorias que suprimen la
secreción de insulina. La PGE2 es un conocido inhibidor de la
secreción de insulina. La expresión del gen COX2 y la síntesis de PGE2
son inducidas por la interleucina 1β (IL1β). Además de reducir la producción de eicosanoides
pro-inflamatorios derivados de n-6 PUFA,
los n-3 PUFA también inhiben la síntesis de citoquinas pro-inflamatorias,
incluyendo al factor de necrosis tumoral (TNF) y la IL1β, los cuales tienen un
efecto estimulador de la apoptosis en
los islotes pancreáticos.
Los n-3 PUFA modulan la secreción de insulina por las células β
pancreáticas a través de un
receptor de ácidos grasos libres
(GPR40), acoplado a proteína G. Los ácidos grasos libres de cadena media y
larga pueden unirse al GPR40. En los humanos, el cerebro y el páncreas tienen
altos niveles de expresión de GPR40. El
GPR40 está involucrado en la secreción
de insulina por las células β en respuesta al ácido linoleico. La unión de los ácidos grasos al GPR40 provoca la activación de la
fosforilación de Gqα y la posterior generación de inositol
1,4,5trifosfato (IP3) y diacilglicerol a través de la
hidrólisis del fosfatidilinositol
4,5-bifosfato. El IP3 se une receptores en el retículo endoplasmático
y causa un incremento del Ca2+ intracelular, un evento clave en la liberación de insulina.
El DAG activa las proteínas quinasas C y D, las cuales contribuyen a la
despolimerización de la actina y facilitan la movilización de los gránulos que contienen insulina. El GPR120, un modulador de la respuesta
inflamatoria, es otro receptor al cual
se pueden unir los ácidos grasos de cadena larga. En los humanos, la expresión
de GPR120 es detectada en tejido adiposo,
colon, pulmón, tráquea y macrófagos. El
GPR120 puede unirse a n-3 (EPA y DHA) y n-6 (AA) PUFA e iniciar rutas de
señalización similares en ambos casos. Sin embargo, EPA/DHA y AA tiene diferente potencial para inducir la movilización de Ca2+
y la activación de la ruta ERK. EL AA es más potente para incrementar el nivel de Ca2+, pero es menos
potente para inducir la activación de la ruta ERK. La disfunción del GPR120
está asociada con desbalance energético y obesidad en humanos y roedores. Este
hallazgo indica que la activación del GPR120 por los n-3 PUFA tiene el
potencial para aliviar la inflamación
asociada con macrófagos y adipocitos, lo
cual es importante en la patogenia de la
diabetes tipo 2.
Los n-3 PUFA y sus metabolitos son ligandos de los receptores activados por proliferadores de peroxisomas (PPAR), los
cuales funcionan como receptores nucleares y regulan el metabolismo de lípidos,
la inflamación, la función inmune y la proliferación y diferenciación celular.
El NFκB es un factor de transcripción clave
en la regulación de la expresión de citoquinas pro-inflamatorias y su
interacción con PPAR limita su traslocación al núcleo. La activación de PPAR, por tanto, inhibe la
producción de mediadores inflamatorios como TNF
e IL1β. Las células β del páncreas expresan los tres miembros de la
familia PPAR (PPARα, PPARβ/δ y PPARγ). Aunque los resultados de los estudios de
los efectos reguladores de los PPAR sobre la secreción de insulina no son
consistentes, ellos indican que tienen el
potencial para modular directamente la
secreción de insulina. Los PPAR pueden
ser los blancos a través de los cuales
los n-3 PUFA alteran la secreción
de insulina. La activación de los PPAR también inhibe la expresión de
citoquinas pro-inflamatorias en células T y macrófagos, por lo tanto la
activación de los PPAR por los n-3 PUFA puede contribuir a aliviar la
inflamación en la diabetes y conferir protección contra la alteración de la secreción de insulina por la inflamación.
La adiponectina, una adipoquina producida por el tejido adiposo,
es un regulador clave del metabolismo de ácidos grasos y glucosa. La
adiponectina protege las células β de la apoptosis inducida por citoquinas
pro-inflamatorias y ácidos grasos saturados. In vitro, la adiponectina promueve
la expresión de ARNm de insulina y
amplifica la secreción de insulina estimulada por glucosa en islotespancreáticos
humanos. La nicotinamidafosforibosiltransferasa extracelular (eNampt), también
llamada visfatina, es otra adipoquina que regula la función de las células β.
El efecto promotor de la eNampt sobre la
secreción de insulina es mediado por un incremento de la biosíntesis de NAD. La eNampt también induce la
activación del receptor de insulina y la ruta de señalización ERK. Las dietas ricas en EPA incrementan los
niveles circulantes de adiponectina en las personas obesas y la
suplementación de DHA puede inducir la
expresión de adiponectina en los
adipocitos. El efecto estimulador de los n-3 PUFA sobre la secreción de
adiponectina por los adipocitos humanos es dependiente de PPARγ. El EPA también
promueve la secreción de eNampt en los
adipocitos de una manera dependiente de
la AMPK. En resumen, los n-3 PUFA pueden ayudar a mantener la secreción de
insulina por las células β estimulando la producción de adiponectina y eNampt
en el tejido adiposo.
En conclusión, estudios recientes
han proporcionado evidencia de una conexión entre los n-3 PUFA y la secreción de insulina por las células β
del páncreas. Los n-3 PUFA pueden promover la secreción de insulina por las
células β, indirectamente, induciendo la producción de adipoquinas (adiponectina y eNampt) del
tejido adiposo e inhibiendo la producción de citoquinas pro-inflamatorias y
eicosanoides derivados del ácido araquidónico. Los n-3 PUFA también pueden modular
directamente la secreción de insulina alterando la estructura y la función de las
balsas lipídicas o a través de su unión
a los receptores PPAR, GPR40 y GPR120.
Fuente: Wang X y Chan CB (2015). n-3 polyunsaturated
fatty acids and insulin secretion.Journal of Endocrinology 224: R97-R106.
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