FGF 21: un regulador metabólico
emergente
La familia de los factores de crecimiento fibroblástico (FGF) se ha
expandido en los últimos años y actualmente consiste de 22 miembros con un
amplio rango de funciones biológicas que incluyen el crecimiento celular, la
angiogénesis, la reparación de heridas y el metabolismo. El rol de los FGFs en
el metabolismo ha sido de mucho interés en los años recientes, especialmente después
de la clonación y la caracterización funcional de la subfamilia FGF 19 (FGF 19,
FGF 21 y FGF 23). A diferencia de los FGF clásicos que requieren de heparina
para su unión eficiente al receptor y poder actuar de manera paracrina o
autocrina, el FGF 21 y lo demás FGF endocrinos carecen del dominio convencional
de unión a la heparina y son secretados a la circulación.
El factor de crecimiento fibroblástico 21 (FGF 21) fue identificado y clonado
a partir de embriones de ratón en el año 2000. El FGF 21 humano es un polipéptido de 181
aminoácidos secretado principalmente por el hígado, pero también por otros
tejidos involucrados en el metabolismo de la glucosa y los lípidos como el
páncreas, el tejido adiposo y el músculo esquelético. Los estudios en roedores
han sugerido que el FGF 21 tiene efectos beneficiosos en el metabolismo de la
glucosa y los lípidos y es además un
regulador fisiológico de la respuesta al ayuno. Los efectos favorables observados
en estudios con animales podrían apoyar un potencial rol del FGF 21 como agente
terapéutico para la diabetes y la
obesidad. Sin embargo, en sujetos obesos
y en pacientes con desordenes relacionados
con la obesidad y la resistencia a la insulina se han encontrado altos
niveles circulantes de FGF 21. Las causas de este incremento en los niveles de
FGF 21 no son conocidas, aunque la presencia de resistencia al FGF 21 ha sido
demostrada en ratones obesos. Estas observaciones implican que podrían ser
requeridas dosis suprafisiológicas de FGF 21 para su eficacia terapéutica en
humanos. Por otra parte, también se ha propuesto el potencial uso del FGF como
biomarcador para la detección temprana de los desordenes relacionados con la
obesidad.
El FGF 21 puede ser secretado como
factor endocrino para coordinar la respuesta adaptativa al ayuno o como
factor autocrino inducido en el tejido adiposo durante el estado alimentado
para regular la función del adipocito. En ratones, los niveles circulantes de FGF
21 aumentan tanto en el ayuno como con
dietas cetogénicas, pero son rápidamente
suprimidos por la ingesta de alimentos. El receptor nuclear PPAR-α juega un rol
importante en la expresión hepática de FGF 21 inducida por el ayuno. Los
adipocitos también expresan y secretan FGF 21. En la activación termogénica, el
tejido adiposo marrón, además de ser un blanco
del FGF 21, es fuente de FGF 21 sistémico. Esta respuesta es mediada por una ruta de
señalización dependiente de AMPc que regula la transcripción del gen FGF 21 en respuesta a la estimulación
noradrenérgica. El grado de expresión
del FGF 21 en varios tipos de tejido adiposo aumenta marcadamente en
ratones obesos y es comparable con su
expresión en el hígado. Con relación a la regulación del FGF 21 en los humanos,
se dispone de pocos datos en comparación con los ratones. En un estudio
reciente, la cetosis inducida por dos días de ayuno no incrementó los niveles
circulantes de FGF 21 y solamente se observó un incremento significativo después de siete días de ayuno. Sin
embargo, en pacientes con
hipertrigliceridemia, el tratamiento con fenofibrate, un agonista del PPAR-α, incrementó los niveles de FGF 21, lo que
sugiere que el PPAR-α también regula al
FGF 21 en los humanos. En otro estudio con humanos, la expresión in vitro del
gen FGF 21 aumentó con dos señales del ayuno, PPAR-α y glucagón-PKA. Por otra
parte, los niveles circulantes de FGF 21 y la expresión del ARNm del FGF 21 en
la grasa visceral aumentaron en sujetos con obesidad, una condición asociada
con sobre nutrición. En conclusión, es
posible que en los humanos el FGF 21 sea
inducido en condiciones nutricionales extremas como el ayuno y la sobre
nutrición.
El patrón oscilatorio de 24 horas de los
niveles circulantes de FGF 21es opuesto al de glucosa e insulina, pero
se asemeja al de ácidos grasos y cortisol. En este contexto, se ha sugerido que
el ritmo circadiano del FGF 21 circulante podría ser causado, al menos en
parte, por las oscilaciones de ácidos grasos libres. Estos hallazgos
proporcionan un soporte para el rol del FGF 21 como un importante regulador
metabólico que integra el ritmo
circadiano con la homeostasis energética en los humanos. La relación inversa
entre los niveles circulantes de FGF 21
con los cambios agudos en los niveles circulantes de glucosa e insulina
bajo condiciones fisiológicas también ha sido observada durante la prueba de tolerancia a la glucosa.
Por otra parte, se ha reportado que la hiperglucemia y la hiperinsulinemia están asociadas con
altos niveles circulantes de FGF 21.
El FGF 21 puede impactar el metabolismo de la glucosa por múltiples
mecanismos, actuando a través de su receptor en el hígado, el tejido adiposo,
el cerebro y el páncreas. El FGF 21 activa la captación de glucosa en los
adipocitos, un efecto independiente de insulina y que se observa después de al menos
cuatro horas de tratamiento, en contraste con la acción rápida de la insulina. Una
posible explicación es que la insulina actúa a través de la translocación del
GLUT 4 mientras que el FGF 21 actúa vía
regulación del ARNm del GLUT 1. La administración sistémica crónica de FGF 21 a
ratones con obesidad genética mejora la hiperglucemia en ayunas a través del incremento en la
disposición de glucosa y el mejoramiento de la sensibilidad a la insulina en el
hígado. Por otro lado, la infusión intraventricular crónica de FGF 21 en ratas
durante dos semanas produjo un incremento de la sensibilidad a la
insulina debido al aumento de la supresión, inducida por insulina, de la
producción hepática de glucosa y de la expresión de los genes de las enzimas de
la gluconeogénesis, sin cambios en la utilización de la glucosa. Esta
observación sugiere que el efecto beneficioso del FGF 21 en la resistencia
hepática a la insulina puede ser, al menos en parte, mediada por rutas
centrales. Estos hallazgos pueden tener relevancia terapéutica pues el FGF 21
atraviesa la barrera hemato-encefálica de manera unidireccional y no saturable.
En los islotes pancreáticos, el FGF 21
inhibe la secreción de glucagón e incrementa el ARNm de insulina, pero solo
aumenta la secreción de insulina inducida por glucosa en islotes de ratones
diabéticos. El
FGF 21 también está implicado en la regulación de la gluconeogénesis en el
ayuno, pero a diferencia del glucagón no estimula la glucogenolisis. Su efecto
es mediado por la inducción de la expresión hepática de la proteína 1α
coactivadora del receptor activado por el proliferador de peroxisomas (PGC1α),
un coactivadortranscripcional que controla la expresión de genes gluconeogénicos.
Un
estudio reciente ha demostrado que el FGF 21 puede suprimir en ratones la
lipólisis inducida por la hormona del crecimiento a través de un asa de
retroalimentación. La hormona del crecimiento es liberada por la hipófisis en
respuesta al ayuno y estimula la lipólisis en los adipocitos. El incremento en
ácidos grasos libres circulantes induce, vía acción del PPAR-α, la producción
hepática de FGF 21 el cual, a su vez,
regula negativamente la lipólisis inducida por la hormona del crecimiento en
los adipocitos. En adipocitos humanos, el FGF 21 atenúa la lipólisis estimulada
por catecolaminas y péptido natriurético atrial. Los perfiles de 24 horas de ácidos grasos libres y FGF 21 se correlacionan
fuertemente, con una asociación positiva
entre los niveles pico de ácidos grasos circulantes y FGF 21 durante
el día y la noche. El nivel pico de ácidos grasos precede por 3-4 horas al de
FGF 21. Estos hallazgos sugieren la existencia de una regulación por
retroalimentación entre ácidos grasos y FGF 21 así como un rol del FGF 21
endógeno en la supresión de la lipolisis
en humanos. El FGF 21 también tiene un
rol en la inducción de la oxidación de ácidos grasos por PPAR-α en el hígado.
El tratamiento crónico con FGF 21 reduce los niveles de triglicéridos,
hepáticos y circulantes,y revierte el hígado graso en ratones con obesidad
inducida por dieta a través de la inhibición de SREBP-1 (sterolregulatoryelementbinding
protein-1), un αfactor de transcripción crítico
para la lipogénesis e implicado en la esteatosis hepática. Por otra parte, en monos diabéticos se ha
reportado que el tratamiento con FGF 21 reduce los niveles de triglicéridos,
colesterol y LDL-colesterol al tiempo que incrementa los niveles de HDL-colesterol. La reducción de
ácidos grasos libres, consecuencia de la inhibición de la excesiva
lipólisis, y el aumento de la oxidación
de ácidos grasos, pueden contribuir a la reducción de la resistencia a la
insulina. Asimismo, la reducción en la esteatosis hepática puede mejorar la
resistencia hepática a la insulina.
En la
homeostasis del tejido óseo, un estudio reciente reporta que el FGF 21 inhibe
la osteoblastogénesis y estimula la
adipogénesis a partir de la “stemcell”
mesenquimática de la médula ósea a través de la potenciación de la actividad del PPAR-γ. Este hallazgo
sugiere que el FGF 21 induce una disminución de la masa ósea. En este sentido,
si la fragilidad esquelética y el incremento
de fracturas óseas puede ser una consecuencia indeseable de la administración crónica de FGF 21 es
algo que aún no ha sido confirmado.
En
conclusión, el FGF 21 actúa como un mediador de la función de diferentes
órganos en la regulación del metabolismo de glucosa y lípidos. Es regulado por
el PPAR-α en el hígado y está relacionado con la biología del ayuno, pero el FGF 21 también tiene roles en el estado
alimentado, funcionando como un factor autocrino en el tejido adiposo. La administración terapéutica de FGF 21 tiene efectos metabólicos favorables en modelos animales. En estudios con humanos,
individuos con obesidad y desordenes cardiometabólicos exhiben altos niveles circulantes de FGF 21,
lo cual podría ser una respuesta
compensatoria para proteger al organismo de condiciones metabólicas adversas.
Los hallazgos en estudios con humanos
sugieren que los niveles circulantes de FGF 21 podrían ser utilizados
como un importante biomarcador para el diagnóstico temprano de enfermedades metabólicas o sus complicaciones.
Fuente: Woo YC et al (2013). Fibroblast growth factor
21 as an emerging metabolic regulator: clinical perspectives. Clinical
Endocrinology 78: 489-496.
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