Eritropoyetina: blancos y
acciones
La eritropoyetina (EPO), un miembro de la superfamilia de citoquinas tipo
1, fue aislada en 1977 y su gen fue clonado
en 1985. Inicialmente conocida como regulador humoral de la eritropoyesis, en
la actualidad las acciones de la EPO se extienden a una variedad de tipos de
células, tejidos y órganos. La identificación de la expresión del receptor de
EPO (EPOR) en diferentes tipos de células ha dado lugar a los efectos
no-eritropoyéticos de la EPO. Ahora sabemos que la EPO tiene efectos directos
sobre células inmunes, células
endoteliales, células del estroma de la médula ósea, así como también sobre
células de corazón, sistema reproductivo, tracto gastrointestinal, músculo, riñón,
páncreas y sistema nervioso. La EPO también está involucrada en la regulación
de la angiogénesis.
En los humanos y otros mamíferos, la eritropoyesis normalmente procede en
una tasa basal baja, reemplazando los eritrocitos envejecidos por reticulocitos jóvenes. Sin embargo, la
producción de células rojas puede aumenta hasta
ocho veces su tasa basal en una variedad de situaciones como hemorragia,
hemolisis y otros tipos de alteraciones de
oxigenación de la sangre arterial
o de aporte de oxígeno a los tejidos. La EPO es probablemente el único mediador
de la inducción hipóxica de la eritropoyesis. La hormona estimula a los progenitores eritroides en la
médula ósea a madurar en eritrocitos, actúa sobre las unidades formadoras de
colonias eritroides para prevenir su apoptosis e inducir la expresión de
proteínas específicas de las células eritroides. Durante el desarrollo fetal,
la EPO es producida principalmente en el hígado, pero después del nacimiento,
el riñón produce aproximadamente 80% de la EPO circulante. En el hígado, la EPO
es producida en hepatocitos y células intersticiales y en el riñón en los
fibroblastos peritubulares de la corteza en los límites con la médula renal. La
EPO circula en el plasma con una vida media de 7 a 8 horas.
La hipoxia induce un incremento de la producción de EPO en el riñón, la
cual es liberada en la circulación y se
une a receptores expresados en la superficie de células progenitoras eritroides
en la médula ósea para promover su viabilidad, proliferación y diferenciación
produciéndose un incremento de la masa de células rojas. Como resultado,
aumenta la capacidad de transportar oxigeno de la sangre y se incrementa la tensión de oxígeno en los
tejidos. Esto completa el asa de retroalimentación por lo que se detiene la
producción de EPO en el riñón. El hallazgo de ARNm y proteína EPO en los progenitores eritroides sugiere la
posibilidad de que en la eritropoyesis tónica de bajo nivel, la EPO actúe de
maneraautocrina, mientras que la EPO circulante
actuaría en la eritropoyesis durante el estrés hipóxico.
El gen de la EPO humana está localizado en el cromosoma 7q11-22, consiste
de cinco exones y cuatro intrones y codifica un polipéptido de 193 residuos.
Este polipéptido experimenta modificaciones postraslacionales como la
N-glucosilación de tres residuos, la O-glucosilación de un residuo y la
remoción de 28 aminoácidos, resultando en un polipéptido de 165 aminoácidos. La
EPO como otras citoquinas hematopoyéticas se pliega en una estructura globular
tridimensional que consiste en cuatro α hélices conectadas por asas
estabilizadas por un puente disulfuro entre las hélices amino terminal y
carboxilo terminal.
La inducción hipóxica de la EPO depende en gran parte de dos factores de
transcripción: el factor inducible por hipoxia (HIF) y el receptor nuclear
HNF-4. Estas dos proteínas interactúan
con el coactivadortranscripcional p300 disparando la activación
transcripcional. El HIF es un heterodímero
compuesto por una subunidad α de 120 KD y una subunidad β de 91-94 KD.
La proteína HIF-α solamente puede ser detectada en células desoxigenadas o
expuestas a agentes quelantes de hierro o algunos metales de transición como el
cobalto, los cuales inducen la transcripción de genes dependientes de HIF. En
las células oxigenadas, la proteína
HIF-α es inestable, forma complejos con proteínas von Hippel–Lindau
que facilitan su degradación en los proteasomas. La baja tensión de oxígeno elimina este
proceso permitiendo la acumulación de
subunidad HIF-α que entra al núcleo y
forma un heterodímero estable que puede participar en la regulación de la
transcripción del gen de EPO. Específicamente,
la porción carboxilo terminal de HIF-α se une a la proteína p300. Esta proteína
no se une al ADN sino que interactúa con otras proteínas como la HNF-4. El receptor orfan HNF-4 juega un rol crítico
en la regulación el gen EPO. La
expresión de HNF-4 se limita a la
corteza renal, hígado e intestino y se une a un incrementador EPO 3`
contribuyendo a la inducción del gen EPO así como a su especificidad tisular. En
resumen, el heterodímero HIF, activado por la hipoxia, participa en un ensamble
macromolecular con p300 y HNF-4 para transducir una señal al promotor EPO que
activa la transcripción del gen EPO.
La ruta de señalización intracelular
inducida por la EPO en las células progenitoras eritroides es mediada por la
homodimerización EPOR-EPOR. Esto inicia la activación de la Januskinasa (JAK)
2 y del transductor de señal y activador de transcripción (STAT) 5, así como también de
la proteína kinasa activada por mitógenos (MAPK) y del NF-κB. La activación del
NF-κB a su vez inicia una serie de eventos, incluyendo la liberación de
múltiples citoquinas. La señalización intracelular de la EPO puede también ser vía receptor heterodímero compuesto por
un monómero EPOR y un CD131. Este complejo heterodímero, cuya activación
requiere concentraciones más altas de EPO que el EPOR homodímero, se encuentra
en células no eritroides. Se desconoce si un tipo de célula puede expresar
ambos EPORs y cómo esto puede afectar los efectos celulares e intracelulares
inducidos por la EPO.
Los efectos de los EPO pueden variar en los diferentes tipos de células.
Por ejemplo, aunque la EPO activa al NF-κB en las células eritroides, inhibe
esta ruta en los macrófagos, lo cual produce
disminución de la producción de TNF y de la expresión de la sintetasa de
óxido nítrico (NOS). Varios genes blanco de la EPO son factores importantes en
el mantenimiento de las células progenitoras eritroides. La cascada de
señalización EPO-EPOR en los efectos citoprotectores de la EPO sobre las poblaciones de eritroblastos involucra un eje
serpina-lisosoma-catepsina. Serpina 3g
es un gen activado por la EPO a un nivel similar de los otros genes mayores que
responden a la EPO como el oncostatina-M. Oncostatina-M es un factor
homeostático para la proliferación de diferentes células progenitoras
mieloides, incluyendo las células progenitoras eritroides. La activación de
serpina 3g inhibe las catepsinas B y L, así como las proteasas derivadas de lisosomas, con lo cual se
protege a las células de la muerte. La EPO también protege contra diabetes tipo
1 y tipo 2. En modelos animales, esta
protección es mediada por la señal JAK2 directamente en las células β del
páncreas y se manifiesta a través de la proliferación y supervivencia de las
células β, disminución de la inflamación e incremento de la angiogénesis en los
islotes pancreáticos.
En el desarrollo del cerebro, EPO y EPOR son expresados ampliamente en
neuronas, astrocitos y células endoteliales. En modelos animales, la EPO
confiere neuroprotección contra el shock, la compresión de la médula espinal,
la neuropatía diabética y la encefalomielitis autoinmune. Altas dosis de EPO recombinante confieren protección en modelos animales de isquemia cardiaca e
infarto de miocardio. Los efectos saludables de la EPO y sus derivados en los
modelos experimentales de isquemia y otros tipos de daño pueden ser
debidos a su efecto sobre el endotelio vascular. La EPO estimula la
proliferación, movilización y diferenciación
de los células progenitores endoteliales
y también bloquea la apoptosis de
las células endoteliales, aumentando su viabilidad y supervivencia. La EPO puede aumentar significativamente la
neovascularización inducida por la inflamación y la isquemia.
A menudo una citoquina trabaja en combinación con otra citoquina, creando eventos que
pueden ser de mayor significado fisiológico que las acciones de una sola
citoquina. En este sentido, aunque la EPO sola puede estimular a los progenitoreseritroides, la EPO en combinación con la citoquina factor
stemcell (SCF) induce la
proliferación de más progenitores
eritroides inmaduros. De manera similar, la EPO en combinación con IL-3 y
GM-CSF puede actuar sobre más
progenitores eritroides inmaduros.
La influencia de otras citoquinas sobre los efectos de la EPO ha
proporcionado nueva y sorprendente
información sobre la hormona. Así, por ejemplo, la enzima dipeptidilpeptidasa 4
(DPP4), la cual está presente en la
superficie de muchos tipos de células y
en forma soluble en la circulación, trunca la molécula de EPO en el extremo
N-terminal cambiando su actividad biológica, lo cual la vuelve incapaz de
inducir la eritropoyesis. La EPO
truncada bloquea la actividad eritropoyética de la EPO de longitud completa.
Fuentes: Broxmeyer HA (2013). Erythropoietin: multiple targets, actions, and modifying
influences for biological and clinical consideration. The Journal of Experimental Medicine 210:
205-208.
Bunn HF (2013). Erythropoietin. Cold Spring Harbor
Perspectives in Medicine 3: 3:a011619.
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