La osteocalcina y el
metabolismo de la glucosa
La hipótesis que sugiere que la osteocalcina, una proteína de 6 kDa dependiente
de la vitamina K producida en los osteoblastos, actúa como una hormona que
afecta la sensibilidad de los tejidos a la insulina y el gasto de energía fue propuesta en 2007 sobre la base de una
serie de estudios in vitro e in vivo en
modelos de ratones “knockout”. En estos modelos, la forma incompletamente
carboxilada (es decir, la que contiene sólo 1 o 2 residuos de ácido
γ-carboxiglutámico) de la osteocalcina fue identificada como una proteína con
función hormonal. A partir de estos reportes, un número creciente de estudios
en humanos han usado análisis correlativos post hoc para examinar las asociaciones
entre la osteocalcina y el metabolismo de la glucosa.
En la naturaleza existen dos formas estructurales principales de vitamina K,
la filoquinona (o vitamina K1) y la menaquinona (o vitamina K2). La filoquinona es
la forma más común de la vitamina en la dieta y se encuentra en vegetales
verdes y en aceites vegetales. La vitamina K es requerida para la formación de
ácido γ-carboxiglutámico, un aminoácido único que es creado por la modificación
post-translacional dependiente de vitamina K de residuos específicos de ácido
glutámico de todas las proteínas que contiene el ácido γ-carboxiglutámico, incluyendo la
osteocalcina que contiene tres residuos ácido γ-carboxiglutámico. Todas las
formas de vitamina K tienen en común la estructura 2-metil-1,4-naftoquinona.
Esta estructura es el sitio activo de esta vitamina que actúa como un cofactor
enzimático. Coincidiendo con la γ-carboxilación, la forma quinol activa de la
vitamina K es oxidada y posteriormente es reciclada por una epóxido reductasa de vitamina K. Las
proteínas que incluyen ácido γ-carboxiglutámico contienen un propéptido como
sitio de reconocimiento para la unión con la enzima carboxilasa dependiente de
vitamina K. Después de la carboxilación, el propéptido es removido y la forma
madura de la proteína es secretada. El requerimiento de la γ-carboxilación
dependiente de vitamina K para activar proteínas ha sido demostrada en tejidos
con diversas funciones biológicas. En el esqueleto, la proteína ácido γ-carboxiglutámico
de la matriz y la protéina rica en ácido
γ-carboxiglutámico (también conocida como UCMA) requieren la presencia de ácido γ-carboxiglutámico par funcionar
como inhibidores de la calcificación en
cartílago y otros tejidos blandos. En el caso de la osteocalcina, los residuos
de ácido γ-carboxiglutámico están involucrados en la regulación del tamaño y la
forma del cristal de hidroxiapatita.
La osteocalcina humana es codificada por un gen localizado en el brazo
largo del cromosoma 1 y su función en el
hueso es dictada por su extructura. Los estudios de inmunolocalización han
demostrado que la proteína está distribuida a través de las regiones
mineralizadas de la matriz ósea. La osteocalcina es una proteína globular con
tres α-hélices, un C terminal hidrofóbico y un N terminal no estructurado.
Los tres residuos de ácido γ-carboxiglutámico se encuentran en la primera
hélice (en las posiciones 17, 21 y 24 en
la osteocalcina humana) y se unen al Ca2+ libre y a los cristales de
hidroxiapatita. Cuando los residuos de
ácido γ-carboxiglutámico se unen al Ca2+ libre, facilitan un cambio
conformacional en la osteocalcina que favorece su alineación de una manera complementaria con los iones Ca2+
del eje C del cristal de hidroxiapatita, lo cual le permite controlar el tamaño
y la forma del cristal en la red de fibras colágenas. En todas las especies
estudiadas, la osteocalcina aparece en los huesos coincidiendo con el inicio
de la mineralización in útero, y sus
niveles aumentan con la deposición de hidroxiapatita durante el crecimiento del
esqueleto. La concentración de osteocalcina en la circulación es una medida de la formación de hueso.
En la mayoría de las especies estudiadas, los tres sitios de ácido
γ-carboxiglutámico dependientes de vitamina K en la molécula de
osteocalcina son carboxilados. En los
humanos, sin embargo, la osteocalcina del
hueso es incompletamente carboxilada. Altas
dosis de warfarina administradas conjuntamente con altas dosis de vitamina K
mantienen una adecuada coagulación sanguínea pero la osteocalcina no es
completamente carboxilada, lo cual sugiere que el hígado secuestra la vitamina
K en detrimento del hueso. In vitro, la
carboxilación es un proceso ordenado en el cual primero ocurre la carboxilación
de los glutamato en las posiciones 21 y 24 y posteriormente la del glutamato en
la posición 17. El grado de carboxilacion de la osteocalcina está determinado
por la disponibilidad de vitamina K en la dieta. La osteocalcina circulante es
también incompletamente carboxilada. Esto podría ser consecuencia de dos
procesos separados: la incompleta carboxilación
de la osteocalcina en el hueso por una ingesta subóptima de vitamina K o
por la descarboxilación de la
osteocalcina durante la resorción ósea. La resorción ósea por los osteoclastos
produce un ambiente ácido que descarboxila la
osteocalcina intacta. La descarboxilación ocurre en el residuo ácido
γ-carboxiglutámico en la posición 17 y es suficiente para la acción hormonal.
La osteocalcina ha sido propuesta como una hormona que mejora la tolerancia
a la glucosa porque incrementa la proliferación de las células β y la expresión
y secreción de insulina. La osteocalcina también aumenta la sensibilidad a la
insulina en tejidos periféricos, incrementa la expresión de adiponectina y
protege contra la adiposidad. Algunos reportes sugieren que la osteocalcina
regula la sensibilidad a la insulina a través de su efecto sobre la adiponectina,
una hormona derivada del adipocito. Esta hormona, cuyos niveles disminuyen en
la medida que aumenta la masa grasa, es reconocida como un importante regulador
de la sensibilidad de los tejidos a la insulina. Algunos investigadores también
han propuesto que la leptina tiene un rol indirecto en la acción hormonal de la
osteocalcina.
En los humanos, las concentraciones circulantes de osteocalcina total son,
en general, inversamente asociadas con la glucemia, consistente con la
hipótesis que sugiere que la osteocalcina afecta la función de la célula β y la
sensibiliad de los tejidos a la insulina. Sin embargo, los datos con respecto a
la forma incompletamente carboxilada de la osteocalcina no son concluyentes. Pocos
estudios han medido la osteocalcina incompletamente carboxilada circulante.
Algunos de estos estudios han reportado una asociación inversa en individuos obesos y adolescentes
masculinos. El
rol de la osteocalcina incompletamente carboxilada en el metabolismo de la glucosa
de los humanos, a diferencia de lo reportado en ratones, aún no está completamente definido.
Fuente: Booth SL et al (2013). The role of osteocalcin
in human glucose metabolism: marker or mediator? Nature Reviews Endocrinology 9: 43-55.
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