El envejecimiento y la
secreción de insulina
Los defectos en la secreción de insulina relacionados con la edad han sido
demostrados en roedores y en humanos. En los humanos, durante el
envejecimiento, disminuyen la amplitud de los pulsos secretorios de insulina y
la respuesta a las oscilaciones de glucosa. La disminución de la sensibilidad a
las incretinas, el incremento del estrés oxidativo y la disminución de la
función mitocondrial en las células β del páncreas, son algunos factores que
contribuyen a la disminución en la secreción de insulina.
La secreción de insulina por las células β es un proceso complejo que
involucra la integración de múltiples estímulos, tales como nutrientes,
hormonas y neurotransmisores, pero el estímulo primario es la glucosa
circulante. En la secreción de insulina estimulada por la glucosa hay cinco
etapas importantes y regulables: (1) la glucosa es transportada en las células
β a través de transportadores de glucosa, especialmente GLUT2; (2) la
generación de ATP a través de la oxidación de la glucosa; (3) la elevación de la
relación ATP/ADP induce el cierre de los
canales de K+ sensibles al ATP (KATP), lo cual provoca la
despolarización de la membrana celular; (4) la entrada de Ca2+
extracelular en la célula β; (5) el aumenta en el Ca2+
citoplasmático dispara la exocitosis de los gránulos de insulina. El
envejecimiento afecta a cada uno de estos procesos y por consiguiente a la
secreción de insulina.
El transporte de la glucosa es un evento primario en la secreción de insulina
estimulada por la glucosa. El GLUT2 asegura el flujo bidireccional, dentro y
fuera de la célula, de glucosa y otros azucares de la dieta como fructosa y
galactosa por su baja afinidad y su alta capacidad, y su disminución en la célula β está asociada con hiperglucemia en humanos y animales. La
disminución de la secreción de insulina estimulada por la glucosa se
correlaciona directamente con la disminución en la expresión de GLUT2 en la
célula β de roedores. Por otro lado, las altas concentraciones extracelulares
de glucosa aumentan la endocitosis de
los GLUT2 disminuyendo, por tanto, la secreción de insulina. Esto indica que la
hiperglucemia afecta directamente la función de las células β. La disminución
en la expresión de GLUT2 asociada con la edad ha sido demostrada en estudios
con animales. Sin embargo, la evidencia reciente demuestra que las células β
humanas expresan tres transportadores de glucosa, GLUT1, 2 y 3. Los mayores
niveles de GLUT 1 y GLUT3 pueden introducir diferencias en la regulación de la glucosa en los islotes
pancreáticos de humanos y de roedores.
En las células β del páncreas, la oxidación de la glucosa resulta en el
incremento de la producción de ATP el cual es requerido para la secreción de insulina. El metabolismo de la
glucosa se inicia con su fosforilación
por la glucoquinasa. El nivel de la expresión del gen de glucoquinasa aumenta significativamente con la
edad en ratas sanas, lo que sugiere un potencial mecanismo en las células β
para responder tanto a la intolerancia a la glucosa como a la resistencia a la insulina asociadas con la
edad. Por otro lado, la evidencia experimental indica que la tasa de oxidación
de glucosa es baja en los animales viejos. En humanos, se ha reportado que los
viejos, comparados con los jóvenes, expresan baja oxidación de glucosa y alta oxidación de
lípidos. En comparación con otros tejidos, los islotes pancreáticos contienen
40 a 70 veces más actividad de la enzima mitocondrial glicerofosfato
deshidrogenasa. Esta enzima juega un papel crucial en el transporte y la
reducción de NAD del citoplasma a la mitocondria, una disminución de su
actividad provoca la acumulación de NADH en el citoplasma y, en consecuencia,
un incremento en la relación NAD/NAD+ citoplasmática, una
disminución en la glucolisis y una reducción de la secreción de insulina
estimulada por glucosa. Los estudios con ratas han reportado una reducción de
50% aproximadamente en la actividad de la glicerofosfato deshidrogenasa en los
animales viejos, lo que sugiere que la enzima podría tener un papel importante
en la disminución de la secreción de insulina estimulada por glucosa en el
envejecimiento.
La disminución en la secreción de insulina estimulada por glucosa durante
el envejecimiento también se atribuye a la inadecuada inhibición de la salida
de K+ y a la disminuida
captación de Ca2+ en la célula β. El Ca2+
constituye el principal estimulo para la exocitosis de los gránulos de insulina
y regula varias etapas del proceso como el tamaño de los pools de vesículas, el
evento de fusión y el tamaño del poro de fusión. Dado que la captación neta de
Ca2+ disminuye con la edad, es razonable especular que la exocitosis
de los gránulos de insulina también disminuye con la edad.
Con relación a la masa de células β, se ha demostrado que la edad se
correlaciona con una disminución en la actividad proliferativa y un aumento en
la apoptosis de células β. En ratones, la tasa de proliferación y la capacidad
de regeneración de las células β disminuyen gradualmente con la edad. La
disminución en la actividad de enzimas antioxidantes asociada con la edad y el
consiguiente incremento en el estrés
oxidativo en las células β contribuyen al incremento de la apoptosis. Adicionalmente,
la formación de placas de amiloide en el envejecimiento podría aumentar la
apoptosis celular y, por tanto, disminuir el volumen de los islotes y la masa
de células β.
Es un hecho bien documentado que el envejecimiento está asociado con una
disminución en la acción de la insulina lo cual contribuye a la alta
prevalencia de tolerancia a la glucosa alterada y diabetes tipo 2 en los
adultos mayores. Algunos estudios apoyan la hipótesis que indica que la
disminución en la acción de la insulina en los adultos mayores está relacionada
con el incremento de la grasa abdominal más que con la edad en sí. Sin embargo,
otros estudios sugieren que la resistencia a la insulina asociada con la edad
no puede ser explicada solamente por la obesidad abdominal concomitante. Por
otro lado, se ha demostrado que los
niveles circulantes de ácidos graso libres son significativamente mayores en
animales viejos en comparación con los jóvenes. También se ha reportado que el
incremento en los niveles de ácidos grasos libres causa resistencia a la insulina con
disminución de captación de glucosa estimulada por la insulina y de la síntesis
de glucógeno en humanos. El hígado graso es también resistente a la insulina en
términos de la inhibición de la producción de glucosa y estimulación de la
síntesis de glucógeno. Entonces, los altos niveles de ácidos grasos libres
podrían ser el mecanismo común para la resistencia a la insulina en la
obesidad, la diabetes tipo 2 y el envejecimiento.
En resumen, varios aspectos de la función de la célula β del páncreas
endocrino disminuyen en el
envejecimiento contribuyendo, a su vez, con la disminución en la secreción de insulina asociada
con la edad.
Fuente: Gong Z y Muzumdar RH (2012). Pancreatic function, type 2 diabetes, and metabolism in aging.
International Journal of Endocrinology Volumen 2012, artículo ID 320482.
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