Acción neuroprotectora de la proinsulina
La proinsulina ha sido considerada una proteína de baja actividad
metabólica desde su purificación en la década de los años 60 del siglo XX. Sin
embargo, investigaciones recientes llevadas a cabo en embriones de pollo sugieren
un rol de la proinsulina en la
supervivencia celular durante el desarrollo del sistema nervioso. Por otra
parte, en modelos murinos de retinitis pigmentosa, se ha demostrado la
capacidad de la proinsulina para prevenir la muerte celular y la degeneración
de los fotorreceptores.
El descubrimiento de transcriptos de proinsulina durante el desarrollo
pre-pancréatico sugiere que el páncreas no es la única fuente de la proteína. La expresión del ARNm de proinsulina
pre-pancréatica y extrapancréatica es
más baja que la observada en el páncreas maduro, pero puede ser detectada en
embriones de pollo durante la gastrulación
y la neuralación. La proinsulina, detectada con anticuerpos anti-péptido
C, está presente en células localizadas en las tres capas embrionarias,
especialmente en el neuroepitelio. A
diferencia de lo que ocurre con los transcriptos pancréaticos, los niveles
embrionarios del ARNm de la proinsulina
no son regulados por la glucosa, lo que sugiere mecanismos alternos de
regulación que operan tempranamente en
el embrión. En cultivos de células
retinianas la secreción de proinsulina al
medio ocurre en pocas horas aún en ausencia de secretagogos. En estas células,
la proinsulina se conserva intacta debido a la ausencia de la enzima convertasa
PC2.
La potencial acción de la proinsulina en el desarrollo embrionario requiere
de la disponibilidad de un receptor para la hormona. En este sentido, el
receptor de insulina tiene una afinidad reducida por la proinsulina,
aproximadamente una orden de magnitud menor que la de la insulina. Por otro
lado, el receptor de los factores de crecimiento similares a insulina o IGFs no
puede unir proinsulina en concentraciones fisiológicas. Es posible que la proinsulina
se una a un receptor híbrido compuesto
por un monómero αβ del receptor de insulina
y un monómero αβ del receptor de IGFs. Este tipo de receptor se
encuentra en tejidos embrionarios como la retina cuando la proinsulina es
activa, pero su presencia disminuye en la medida que el tejido avanza en su
maduración.Con la maduración de la retina, los receptores homodiméricos de
insulina son más abundantes, pero la proinsulina se vuelve menos activa.
La proinsulina promueve la proliferación, la diferenciación y la
supervivencia de las células del sistema nervioso de embriones de pollo y
ratón. Sin embargo, su rol primario parece ser la regulación de la
supervivencia celular durante el desarrollo neural temprano con el consiguiente
incremento en el número de neuronas. La proinsulina
también puede activar procesos celulares en las retinas distróficas. La
expresión transgénica de proinsulina humana retarda la pérdida de la visión en el modelo murino de retinitis pigmentosa,
una acción que se correlaciona con la disminución de la muerte celular y la
preservación de la capa de fotorreceptores, es decir, más conos y bastones y
mejores conexiones sinápticas.
El envejecimiento es otro proceso potencialmente modulado por la actividad
de la proinsulina. Es pertinente recordar en este punto que la resistencia a la
insulina parece ser una característica de las enfermedades neurodegenerativas.
La formación y el mantenimiento de sinapsis cerebrales mediados por el receptor
de insulina, particularmente a través de la ruta de la PI3K, puede contribuir a la función
cerebral en condiciones normales. Ahora bien, estudios recientes han demostrado
que la inhibición de la PI3K elimina el efecto pro-supervivencia celular de la
proinsulina en la retina del embrión de
pollo.
Fuente: De la Rosa EJ y De Pablo F (2011). Proinsulin: from hormonal precursor to neuroprotective factor. Frontiers
in Molecular Neuroscience 4: Artículo 20.
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