El
eje hipotálamo-hipófisis-hormona de crecimiento y balance energético
La hormona de crecimiento
(HC) (también llamada somatotropina) fue aislada por primera vez de hipófisis
de bovino como un extracto crudo en 1920 y se demostró que acelera el
crecimiento en varias especies. En humanos, la disrupción del eje
hipotálamo-hipófisis-hormona de crecimiento (HHHC) o eje del crecimiento ocurre
como consecuencia de sobre producción de HC, tumores de la hipófisis o
deficiencia de HC congénita o adquirida.
La HC es liberada por la hipófisis anterior,
estimulada por la hormona liberadora de HC (GHRH) e inhibida por la
somatostatina (también llamada factor inhibidor de la liberación de somatotropina,
SRIF). GHRH y somatostatina son secretadas por neuronas del núcleo arqueado
(ARC) y el núcleo periventricular (PeVN) del hipotálamo, respectivamente, y
alcanzan la hipófisis anterior a través del sistema portal sanguíneo
hipofisario y la eminencia media. La secreción pulsátil de HC por las células
somatotropas de la hipófisis anterior alcanza un pico en amplitud y frecuencia
durante la noche y la amplitud de los pulsos de HC aumenta con la edad hasta la
pubertad, cuando el crecimiento es más rápido. La HC actúa a través del
receptor de HC, un receptor citoquina
clase I, ampliamente expresado en el cuerpo y cuyas acciones son mediadas por
la señal JAK/STAT. El eje de crecimiento es un eje endocrino inusual y algunos
de los efectos sobre el crecimiento son mediados por el factor similar a
insulina-1 (IGF-1) producido en el hígado y con vida media significativamente
más larga que la HC. Sin embargo, el IGF-1 no siempre es requerido para la
acción de la HC sobre el crecimiento somático. HC e IGF-1 estimulan el
crecimiento somático y ejercen retroalimentación negativa sobre el eje del
crecimiento incrementando la secreción de somatostatina por el PeVN. El
principal efecto de HC e IGF-1 es estimular el crecimiento somático, con la
notable excepción del tejido adiposo, donde su acción es catabólica. La HC
actúa para causar lipólisis y aumentar la disponibilidad de ácidos grasos para
el metabolismo de lípidos y, por tanto, tiene efectos opuestos a la insulina.
El eje del crecimiento tiene un rol en la
función del tejido adiposo. La HC es lipolítica y su incremento en la
circulación sanguínea a menudo provoca disminución de la masa grasa. La
naturaleza de la secreción pulsátil de HC es también un determinante de la
distribución de masa corporal y grasa en
humanos. Los bajos niveles inter-pulso de HC están asociados con menor índice
de masa corporal (IMC), indicador indirecto de adiposidad. Los niveles de HC e
IGF-1 se correlacionan negativamente con adiposidad en humanos obesos. La
acción de HC generalmente es considerada diabetogénica y agudamente estimula la
lipólisis e incrementa los ácidos grasos libres (AGL) en la circulación
sanguínea. Un trabajo reciente con ratones transgénicos demuestra que la HC
actúa en adipocitos para promover la adipogénesis, pero también suprime la
expresión de reguladores claves de la adipogénesis como la proteína específica
de grasa-27 (FSP27) y el receptor activado por proliferador de peroxisoma γ
(PPARγ). La acción diabetogénica de la HC no es solo a través de la disrupción de la fisiología del tejido adiposo. Como la HC
tiene efectos opuestos a la insulina en el tejido adiposo, la sobre secreción
de HC provoca resistencia a la insulina. Sin embargo, la HC también promueve
resistencia a la insulina en otros tejidos metabólicamente activos a través de
múltiples mecanismos como disrupción de la señal insulina.
La liberación de HC por la hipófisis
generalmente es regulada por la secreción pulsátil de GHRH por las neuronas del
ARC cuando la secreción de somatostatina por el PeVN es baja. Estos
neuropéptidos son liberados por neuronas en el ARC y el PeVN que se proyectan a
la eminencia media para alcanzar las células somatotropas de la hipófisis anterior a través del sistema
sanguíneo porta hipofisario. Sin embargo, las neuronas somatostatina también
están presentes en el ARC, no parecen
responder a la HC y se proyectan a
neuronas GHRH en el ARC, por lo que el rol de las neuronas somatostatina en el
ARC es regular directamente la
liberación GHRH.
La HC estimula varias neuronas orexigénicas
y anorexigénicas del hipotálamo. En particular, interacciones con neuronas
orexigénicas que co-expresan el péptido relacionado con el agouti (AgRP) y
neuropéptido Y (NPY). En humanos, los pacientes con acromegalia tienen altos
niveles de AgRP en plasma que se correlacionan positivamente con los niveles
plasmáticos de HC e IGF-1. Los secretagogos de HC (GHS) pueden estimular el eje
del crecimiento a nivel de la hipófisis y el hipotálamo para amplificar la
liberación pulsátil de HC. Por otra parte, la ghrelina inhibe la hipoglucemia a
través de la amplificación de la liberación de HC durante el ayuno
Las redes reguladoras que alteran el tono
del eje del crecimiento pueden también jugar un rol en la variación individual
en crecimiento y balance energético. Por ejemplo, una proteína variante
alterna en el gen que codifica el
“homebox” de dedo de zinc-3 (ZFHX3) ha sido asociada con bajo IMC. Mientras
este regulador transcripcional no ha sido asociado con peso corporal, está
demostrado que regula la expresión de mARN de somatostattina en hipotálamo de
ratones. Por tanto, es posible que la regulación genómica del eje del
crecimiento pueda ocurrir de maneras individualmente variables.
En conclusión, las interacciones entre la
regulación del crecimiento y el balance energético son claras, para que ocurra
el crecimiento debe consumirse energía. La sobre producción de HC ha sido
asociada con diabetes y enfermedades metabólicas. El eje del crecimiento interactúa con el balance
energético en varios órganos periféricos y centralmente en núcleos
hipotalámicos. El rol de las hormonas
del eje del crecimiento es mantener el crecimiento y la homeostasis de la
glucosa. El IGF-1 y la HC influyen en el crecimiento y el metabolismo
energético indicando interacciones en la regulación central del balance
energético. Las interacciones de la ghrelina con el eje del crecimiento son
claras y profundas.
Fuente: Dumbell R (2022).
An appetite for growth: the role of the hipothalamic-pituitary-growth hormone
axis in energy balance. Journal of Neuroendocrinology 34: e13133.