Regulación metabólica de HIF en el hipotálamo
El sistema
nervioso central (SNC) recibe muchas señales periféricas, incluyendo
nutrientes, hormonas y aferentes vagales gástricas que transmiten e integran información
energética periférica a través de una compleja red neural, regulando órganos
periféricos como tejido adiposo mediante la ruta nervio-liquido corporal. El
hipotálamo, una parte del SNC, contiene núcleos esenciales que funcionan como
células neuroendocrinas. Es un regulador clave de la homeostasis metabólica
sistémica porque puede combinar información nutricional con señales hormonales
para regular la ingesta de alimentos y el metabolismo periférico de acuerdo a
la utilización de energía. Glucosa, leptina, insulina y orexinas juegan un rol
esencial en el cerebro, especialmente en el hipotálamo. Estas señales afectan
la capacidad metabólica o la excitabilidad de las neuronas hipotalámicas,
regulando, al cuerpo entero a través del hipotálamo.
El metabolismo de las neuronas está
relacionado con la disponibilidad de oxígeno. Diferentes concentraciones de
oxígeno pueden provocar alteraciones metabólicas. El factor inducible por
hipoxia (HIF) es un factor de transcripción que responde a la hipoxia e induce
o suprime genes. El HIF es un dímero que consiste de una subunidad α estable y
una subunidad β expresada constitutivamente. Hay tres subtipos de HIF-α,
llamados HIF-1α, HIF-2α y HIF-3α, de los cuales los más estudiados son HIF-1α y
HIF-2α. Ambos HIF tienen una estructura similar y son expresados en el cerebro,
pero el HIF-2α es más célula-específico. Cuando el oxígeno es suficiente, la
ubiquitina ligasa E3 media la unión de la subunidad α a la ubiquitina y causa su degradación por el
proteasoma. Además, el dominio prolil hidroxilasa (PHD) puede inhibir al HIF-1α
a través de la combinación de degradación e inhibición de la transcripción bajo
condiciones de normoxia. Estos dos factores son considerados como los
reguladores más comunes de HIF. Sin embargo, muchos factores metabólicos como
glucosa y lípidos también afectan la estabilidad y expresión de los HIF. Por
ejemplo, la sobre expresión de HIF-1α y HIF-2α incrementan la esteatosis
hepática.
La ablación de HIF-2α específico de
intestino puede revertir la obesidad inducida por dieta rica en grasas. En el
cáncer, el HIF puede promover el crecimiento, invasión y metástasis de células
cancerosas como el cáncer de mama y puede ayudar al cáncer pancreático a
metabolizar glucosa en tasas altas que benefician su supervivencia. Sin
embargo, el HIF no siempre es un factor perjudicial en el cuerpo humano, es una
proteína crucial en el SNC y participa en el control de la homeostasis del
metabolismo. La importancia del HIF-1α en la regulación del peso corporal, metabolismo
hepático y homeostasis de la glucosa es evidente.
Los hallazgos de diversos estudios
demuestran que el HIF toma parte en la respuesta a la hipoxia y la inflamación. Adicionalmente, los estudios
recientes demuestran que el HIF no solo regula sus células blanco sino también
regula las actividades metabólicas de células en otras partes del cuerpo de una manera indirecta pero profunda. Por
ejemplo, el HIF regula el metabolismo de glucosa en el SNC. La glucosa de los
alimentos y la glucosa producida por el cuerpo deben ser ajustadas
correctamente para mantener el balance. El proceso de manejo de glucosa de las neuronas
hipotalámicas es llamado sensibilidad hipotalámica a la glucosa (HGS). En
comparación con la regulación a largo plazo del peso corporal por las hormonas
hipotalámicas, la HGS puede regular rápidamente la homeostasis metabólica.
La estructura particular del hipotálamo
determina la precisión de la HGS. El núcleo arqueado (ARC), localizado en el
hipotálamo medial basal, contiene las
más importantes células sensibles a la glucosa. Las neuronas POMC y AgRP están
muy cercanas a la eminencia media y en una región sin barrera hematoencefálica
(BHE). Esta base estructural facilita la difusión pasiva de líquidos corporales
para trasmitir nutrientes y señales energéticas a la red neural cercana al ARC.
El ARC puede detectar cambios en el metabolismo energético periférico y
trasmitir la información a otras regiones del hipotálamo y el cerebro. El
complejo HIF juega un rol esencial en el control hipotalámico de la
alimentación dependiente de glucosa.
Los niveles de glucosa pueden afectar al HIF
en el SNC. En el hipotálamo, el HIF puede ser regulado al alza por la glucosa
para activar la regulación de la alimentación a través de la sensibilidad a la
glucosa. Hay dos rutas, incluyendo el reclutamiento de AMPK y mTOR/S6K para
regular la síntesis de HIF-2α y la inhibición de PHD para prevenir la
degradación de HIF-2α. Más aún, está demostrado que no solo la glucosa sino
también sus metabolitos pueden regular al HIF en el SNC. Por ejemplo, el
piruvato inhibe a la PHD para estabilizar el HIF. Adicionalmente, succinato y
fumarato regulan al alza el nivel de HIF-2α a través de la inhibición de PHD. A
través de estos intermediarios del ciclo de ácidos tricarboxílicos (TCA), el
incremento de HIF-2α está involucrado en la HGS. Por otra parte, muchos
estudios han demostrado que el HIF puede mediar la actividad de los
transportadores GLUT. GLUT1, GLUT2 y GLUT4 son expresados en el cerebro. El
GLUT1 existe principalmente en las células endoteliales microvasculares y
astrocitos, mientras GLUT2 y GLUT 4 existen principalmente en neuronas. El
GLUT1 es el principal transportador de glucosa en el cerebro, responsable de
promover el transporte de glucosa a través de la BHE. De acuerdo con la
descripción del modelo “neurona sensora”, las neuronas absorben glucosa a
través de los GLUT y luego la glucosa es metabolizada en ATP, considerado como
un factor que proporciona información sobre la concentración de glucosa. El ATP
se une y cierra los canales de potasio dependientes de ATP (KATP)
ampliamente expresados en neuronas POMC y AgRP, provocando reducción de la
salida de potasio y despolarización neuronal. El HIF-1α es un factor de
transcripción de GLUT1 y un activador de GLUT4. Hay evidencia que el HIF-1α
regula al GLUT4 en el cerebro.
En general, los niveles altos de glucosa
incrementan la expresión de HIF en células sensibles a glucosa, las cuales son
también neuronas que controlan el apetito. El aumento de HIF afecta a estas
neuronas y reduce la ingesta de glucosa. La sensibilidad a la glucosa de estas
neuronas es, al menos parcialmente, debida a la cantidad de GLUT que puede ser
regulada por HIF. En astrocitos, el HIF también aumenta los GLUT y provoca más
absorción de glucosa, lo cual contribuye a la correcta regulación de la glucosa
y reduce los niveles sistémicos de
glucosa. En el proceso de regulación de la glucosa, la ruta de control del apetito
no es la única que juega un rol. La HGS, además de ajustar la ingesta de
alimentos, también participa en la homeostasis energética activando la
secreción de insulina a través del nervio vago. Por ejemplo, los altos niveles
de glucosa en el hipotálamo estimulan la secreción de insulina y el
almacenamiento de glucógeno, mientras previenen la producción hepática de
glucosa.
Los desórdenes metabólicos a menudo se
acompañan de inflamación en el SNC que puede ser causada por infección, dieta
rica en grasa e hipoxia con la dieta rica en grasas como la causa más común.
Por tanto, la obesidad inducida por dieta rica en grasas en ratones es uno de
los modelos más ampliamente usados para estudiar la obesidad en humanos. En
términos de inflamación, el factor nuclear kappa B (NF-κB) es una proteína
clave y siempre es inducido por dieta rica en grasas. La razón por la cual la
dieta rica en grasas induce inflamación es controversial. Una explicación bien
conocida es que los ácidos grasos saturados de cadena larga (AGS), los cuales
tienen la misma estructura funcional de los lipopolisacáridos (LPS), son responsables de la unión a TLR4
(un receptor que reconoce patrones moleculares asociados con patógenos).
Algunos estudios demuestran que los AGS activan la proliferación de microglias
y astrocitos para regular la respuesta inflamatoria. En este proceso, la parte
funcional de los LPS que está compuesta por AGS acilados actúa sobre el TLR4
para activar al NF-κB.
La activación del NF-κB inducida por dieta
rica en grasas puede ocurrir en microglias
y neuronas. En las microglias, la activación de la ruta NF-κB provoca el
reclutamiento de microglias pro-inflamatorias en el hipotálamo y causa
obesidad. En las neuronas, la dieta rica en grasas a través del incremento de
NF-κB causa estrés neuronal y reducción
de la sensibilidad a la insulina y la leptina, lo cual a su vez debilita la
inhibición del apetito y promueve sobre alimentación e ingesta de más dieta rica en grasas. Hay al
menos dos rutas por las cuales el NF-κB puede activar al HIF. Una es indirecta,
en las microglias cuya función principal es comunicarse continuamente con
células neurosecretoras en el hipotálamo a través de IL-1β y TNF-α (citoquinas
pro-inflamatorias). El sistema IKKβ/NF-κB activado puede regular al alza a IL-1β y TNF-α, lo cual estabiliza la
actividad HIF a través de inhibición de la enzima PHD. Otra ruta es la
activación directa de HIF por NF-κB basada en la expresión de mARN de HIF promovida por el transporte de
NF-κB al núcleo. En ausencia del gen NF-κB, el HIF-1α no tiene estabilidad o
actividad aunque sea expuesto a factores adversos por largo tiempo.
En el SNC, las microglias son las
principales células que responden a los LPS. La estabilización de HIF-1α puede
ser activada por la piruvato quinasa M2 (PKM2), un factor inducido por LPS.
Durante la inducción por LPS, el HIF aumenta al mismo tiempo que el NF-κB. En
el hipotálamo, la respuesta a la dieta rica en grasas y alta en azúcar es
primariamente una rápida regulación al alza de la ruta NF-κB. Hay varios
mecanismos específicos por los cuales el HIF previene el daño en el cuerpo
causado por la dieta rica en grasas. Por ejemplo, en ratones alimentados con
dieta rica en grasas, la inhibición de HIF-1α en el ARC puede resultar en una
significativa ganancia de peso y aumento de la capacidad de almacenamiento de
energía.
Las especies reactivas de oxígeno (ROS) son
sustancias comunes en las células. La fuente de ROS es la cadena respiratoria
mitocondrial. Durante la respiración aeróbica, el oxígeno es localizado en ROS
después de reaccionar con electrones. En varios órganos periféricos, las ROS
juegan un rol en muchas rutas de señalización. Ellas también tienen una función
en la regulación de la ingesta de alimentos, el metabolismo y la secreción de
hormonas en el hipotálamo, afectando
diferentes tipos de células como las neuronas POMC y AgRP/NPY. Diferentes
factores como adipoquinas (leptina, apelina, etc.) y neurotransmisores pueden
afectar la liberación de ROS en el hipotálamo. La liberación de ROS en el SNC
está involucrada en el desarrollo de enfermedades como diabetes tipo 2 (DT2).
En el cerebro, los lípidos, la glucosa y
otros nutrientes tienen un mecanismo similar para inducir la producción
mitocondrial de ROS en el hipotálamo. Las ROS hipotalámicas pueden reducir la
ingesta de alimentos y aumentar la producción de insulina. A través del sistema
nervioso parasimpático, la liberación de ROS en el hipotálamo puede inducir un
pico de insulina, sin cambios en la glucosa sanguínea periférica. Las ROS
juegan un rol específico en las diferentes células nerviosas. La infusión de
glucosa en el hipotálamo ventromedial
(HVM), a través de la producción de ROS, atenúa la ingesta de alimentos. En el
ARC, la reducción de ROS media la activación de neuronas AgRP/NPY, mientras las
ROS median la activación de neuronas POMC. Las ROS aumentan la producción de H2O2
que causa despolarización de las neuronas POMC. Más aún, las ROS por si mismas
pueden mediar la acción de la leptina y restaurar la función de las neuronas
POMC.
Las ROS también pueden regular al HIF. Las
bajas y moderadas concentraciones de ROS ejercen sus funciones, incluyendo la
regulación de HIF, regulando cascadas de señalización intracelular. La tasa de hidroxilación de HIF-α depende
parcialmente del nivel de PHD. En presencia de oxígeno, Fe2+,
2-oxoglutarato y ácido ascórbico, las enzimas PHD son activas y pueden
hidroxilar residuos prolina de la subunidad HIF-α usando α-cetoglutarato y
oxígeno molecular como co-sustratos, lo cual provoca la degradación proteasomal
de HIF-α bajo condiciones de no-hipoxia. Un rápido incremento de ROS en los
primeros minutos de hipoxia ayuda a estabilizar la proteína HIF-α,
principalmente a través de la oxidación de Fe(II) a Fe(III) para promover la inactivación
de PHD. El H2O2 es la ROS más efectiva para inhibir la actividad PHD y, por
tanto, interferir con la degradación de HIF.
Hay evidencia que los HIF pueden incrementar
la tasa glucolítica regulando al alza
la transcripción de genes glucolíticos,
lo cual reduce el consumo de oxígeno y el estrés inducido por hipoxia y por
tanto disminuye la inflamación que puede
incrementar la producción de ROS. Adicionalmente, varios estudios demuestran
que el HIF-1α es necesario para el control de la producción de ROS en hipoxia.
El HIF-1α puede activar la piruvato deshidrogenasa quinasa 1, un factor clave
que disminuye la producción de ROS. Si bien es cierto que HIF reduce la
producción de ROS, no puede considerase que HIF y ROS son simplemente
antagonistas uno con otro. Considerando que algunas funciones de HIF y ROS se
superponen, el HIF como factor regulado por ROS ejerce regulación por
retroalimentación negativa sobre ROS.
La leptina es producida por el tejido
adiposo periférico y juega un rol en el SNC. La señal leptina, a través de
LEPR; activa la Janus quinasa (JaK) 2 y
promueve una señalización intracelular a través
de una cascada efectora que incluye las rutas fosfatidilinositol 3-quinasa (PI3K)/AKT
y activador de la transcripción (STAT)-3 para incrementar la expresión de POMC
e inhibir la expresión de AgRP, promoviendo saciedad para suprimir la ingesta
de alimentos y aumentar el gasto de energía. El HIF puede regular
simultáneamente leptina e insulina a través de varias rutas. La relación entre
HIF y leptina en el SNC es menos clara que la relación HIF-insulina. El HIF
regula a la leptina a través del supresor de señal SOCS. Este proceso involucra
varios elementos. El NF-κB activado puede causar un incremento en la expresión
de SOCS3, lo cual previene la señal insulina y leptina en el cerebro. La sobre
expresión de SOCS3 puede ser detectada en neuronas AgRP, desbalance energético
e hiper-apetito. Si el HIF reduce la expresión de NF-κB, la expresión de SOCS
también será reducida por el HIF y la sensibilidad a insulina y
leptina aumentará. El HIF también puede incrementar la sensibilidad a insulina
y leptina reduciendo el estrés de retículo endoplásmico (RE).
La insulina afecta el metabolismo sistémico
y tiene efectos especiales en el hipotálamo. En la periferia, cuando la glucosa
sanguínea aumenta, la insulina es liberada por las células β pancreáticas y
entra al SNC a través de la BHE. En el SNC, los receptores de insulina se
encuentran especialmente en neuronas del
hipotálamo donde la insulina actúa principalmente sobre las neuronas POMC y AgRP/NPY del ARC. A través de estimulación
inducida por ligando, la insulina regula al alza la expresión de POMC y reduce
la ingesta de alimentos. La ruta de señalización PI3K/AKT/mTOR es uno de los
principales reguladores al alza de HIF-1α. A través de esta ruta, no solo es
aumentada la síntesis de HIF-1α sino también es activada y aumentada la Hsp90,
la cual mantiene la estabilidad de HIF-1α y previene su degradación. Esta ruta
tiene retroalimentación negativa, la AKT activada puede incrementar la
expresión de mTOR cuya activación crónica puede inhibir la IRS-1, lo cual
reduce la señal de transducción AKT.
El mTOR es considerado una parte importante
de la homeostasis energética regulada por el SNC y tiene la función de regular
la homeostasis glucosa/lípidos, el peso corporal y el consumo de energía a
través del hipotálamo. Estas funciones las lleva a cabo el complejo mTORC1 a
través de la reducción de la expresión de AgRP y NPY en el hipotálamo,
reduciendo por tanto la ingesta de alimentos y el peso corporal. Por el
contrario, la sobre nutrición regula a la baja la actividad de mTORC1 en el
hipotálamo y causa resistencia a la leptina, ganancia de peso corporal y
apetito excesivo. De acuerdo con los estudios existentes hay una significativa
relación entre mTOR y HIF, el mTOR puede mejorar la tasa de traslación de mARN
HIF-1α promoviendo la expresión de HIF-1α.
Los HIF participan en la actividad de la
insulina de múltiples maneras. Además de la inhibición de SOCS3, el HIF-2α
puede mantener la función de la insulina central y promover la expresión del
gen POMC. La carencia de HIF-2α en neuronas POMC puede causar resistencia a la
insulina e intolerancia a la glucosa y provocar ganancia de peso y grasa
corporal. Por otra parte, el estrés RE está relacionado con enfermedades
metabólicas, incluyendo resistencia a la insulina y obesidad, porque previene
la pérdida de peso y las funciones anoréxicas de insulina y leptina. El HIF por
retroalimentación negativa inhibe al
NF-κB en el proceso de estrés RE, reduciendo los efectos adversos de este
estrés.
Los neuropéptidos hipotalámicos orexina-A
(OXA) y orexina B (OXB) son productos de la prepro-orexina. Las neuronas OXA y OXB están localizadas
principalmente en hipotálamo
dorsomedial, lateral y perifornical. Los receptores de orexina, OXR 1 y 2,
están localizados ampliamente en tallo cerebral, corteza cerebral, hipotálamo y
tálamo. Las orexinas responden a estímulos metabólicos, límbicos y circadianos
activando neuronas colinérgicas y monoaminérgicas en tallo cerebral e
hipotálamo para mantener la vigilia y regular el apetito. Entre estos roles
adaptativos y reguladores, destaca la capacidad de la OXA para contrarrestar
los mecanismos cerebrales responsables de la obesidad. La OXA también
incrementa la actividad de HIF-1α. La activación de HIF-1α mediada por orexina
provoca mayor actividad de la glucólisis y aumenta la captación de glucosa.
En conclusión, la función más conocida del
HIF es responder a la hipoxia o condiciones hipóxicas como factor de
transcripción. Sin embargo, los estudios recientes demuestran que el HIF juega
un rol importante en el hipotálamo y afecta el metabolismo sistémico. La
regulación metabólica y del apetito así como
la inducción de hormonas son funciones importantes del HIF. La respuesta
del SNC a la glucosa, la inflamación y hormonas periféricas son reguladas por
el HIF. En el hipotálamo, el HIF juega un rol en la inhibición de la captación
de energía y la promoción del gasto energético. Aunque la mayor parte del
conocimiento sobre los principios fisiológicos y el potencial terapéutico del
HIF proviene de estudios de laboratorio,
los resultados obtenidos proporcionarán información farmacológica sobre agentes
que regulan la función del HIF.
Fuente: Du D et al
(2021). Metabolic regulation of
hypoxia-inducible factors in hypothalamus. Frontiers in Endocrinology 12:
650284.
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