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martes, 6 de marzo de 2018


Apelina-13 y cardioprotección
La apelina-13, péptido C-terminal biológicamente activo de la preproapelina, es un efectivo agente mimético expresado principalmente en cardiomiocitos y células endoteliales coronarias del corazón insuficiente. Aunque la expresión endotelial del receptor de apelina (APJ) acoplado a proteína G, puede ser modulado independientemente de su ligando es bien conocido que la apelina-13 puede activar la ruta de señalización  del APJ miocárdico a través de la fosforilación simultanea de las siguientes rutas de señalización intracelular: (i) la ruta fosfatidilinositositol 3- quinasa (PI3K)/proteína quinasa B (Akt), óxido nítrico (NO), guanosina monofosfato cíclico (cGMP), canal de potasio sensible a ATP (KATP) mitocondrial o glucógeno sintetasa 3β para inhibir la apertura del poro de transición de permeabilidad mitocondrial; (ii) la quinasa relacionada con la señal extracelular ½ (ERK1/2) para inhibir la apoptosis celular inducida por el estrés del retículo endoplásmico.
   Las investigaciones recientes indican que el aumento de la formación intracelular de NO es el mecanismo clave involucrado en el proceso de recuperación cardiaca inducido por el sistema apelina/APJ. Aunque la apelina-13 ayuda a incrementar los niveles de NO en el corazón post-infarto, el rol de la señal PI3K/Akt  en la protección del corazón contra la isquemia no está muy claro. La incertidumbre puede atribuirse a investigaciones que demuestran cardioprotección sin la activación selectiva de la ruta PI3K/Akt y al ambiente fisiopatológico del miocardio isquémico que varía dependiendo de la extensión y el progreso de la lesión cardiaca. Por otra parte, es conocido que la administración sistémica de apelina-13 puede estimular el gasto urinario y causar pérdida de volumen plasmático y alteración del balance de líquidos debido a la inhibición de la liberación de vasopresina.
   Un estudio reciente aclara el rol de la señal PI3K/Akt y revela una nueva ruta de conexión con el sistema apelina-13/APJ en el corazón infartado. En particular la fosforilación de la PI3K inducida simultáneamente por las rutas: metaloproteínasa de matriz (MMP)/receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), dependiente de apelina, y Src-EGFR, independiente de apelina, las cuales son activadas regularmente por otros ligandos de receptores acoplados a proteína G, incluyendo adenosina, acetilcolina, bradiquinina y opioides. En este estudio, los investigadores observaron infarto de gran tamaño y contractura dependiente de sobre carga en presencia de apelina-13 después de la inhibición de Src, EGFR y MMP. Sin embargo,  la recuperación de la función contráctil inducida por apelina-13 fue totalmente abolida solamente por la inhibición de Src. Los investigadores también descubrieron que la activación de la Src quinasa por la apelina-13 inhibe al homólogo de fosfatasa y tensina (PTEN), un regulador negativo de PI3K/Akt.
   El APJ también ha sido detectado en el núcleo por lo que no se puede descartar que la apelina-13 sea translocada al núcleo y regule la transcripción de genes involucrados en la cardioprotección.  Desde una perspectiva terapéutica, la capacidad de la apelina-13 exógena para inducir efectos moleculares en la remodelación cardiaca abre nuevas avenidas para los antagonistas de la disfunción contráctil en la isquemia cardiaca, la quimioterapia basada en platino o endotoxinas, sin impactar el consumo de oxigeno miocárdico y la sobre carga ventricular o la homeostasis de líquidos.
   En conclusión, en el período postisquémico temprano, la apelina-13 limita la pérdida de cardiomiocitos y el tamaño del infarto, al tiempo que preserva la función cardiaca  a través de la recuperación de la presión diastólica final del ventrículo izquierdo.
Fuente: Lionetti V y Monasterio G (2018). Cardioprotection gain with apelin-13: a matter of signalling. Acta Physiologica 222: 1-3.

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