Las taquikininas y el control neuroendocrino de la
reproducción
La reproducción está bajo el control de una compleja red reguladora, la cual
involucra al eje hipotálamo-hipófisis-gónada (HHG). Las neuronas que producen
hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), localizadas en el hipotálamo, son
un componente importante del eje HHG y
regulan la función reproductiva, incluyendo la conducta sexual. La liberación
de GnRH es pulsátil y aunque las
neuronas GnRH pueden exhibir actividad autónoma con descargas espontáneas, tal
actividad no se correlaciona con pulsos GnRH/LH in vivo. Más aún, las neuronas
GnRH carecen de la capacidad para “sensar” muchos factores que influyen en la
función reproductiva, incluyendo señales endógena (Ej: esteroides sexuales) y
factores ambientales (Ej: estresores). Las gonadotropinas hormona luteinizante
(LH) y hormona estimulante del folículo (FSH), secretadas por la hipófisis
anterior en la circulación periférica, alcanzan las gónadas para estimular la
gametogénesis y la producción de esteroides sexuales. A su vez, los esteroides
sexuales ejercen efectos de retroalimentación negativa sobre células de la
hipófisis y el hipotálamo.
Los resultados de estudios anatómicos y
funcionales sugieren que las kisspeptinas, codificadas por el gen Kiss1, son
los más potentes secretagogos de GnRH en
todos los mamíferos estudiados hasta ahora. Las neuronas kiss1, las cuales
establecen contacto directo con las neuronas GnRH, reciben impulsos reguladores
centrales y periféricos que modulan la secreción de kisspeptinas para el inicio
de la pubertad y el mantenimiento de la fertilidad en el adulto. Las neuronas Kiss1
también juegan un rol crítico en la transmisión de información acerca de los
niveles de esteroides sexuales a las neuronas GnRH. La acción de las kisspeptinas sobre las
neuronas GnRH es necesaria pero no suficiente para la adecuada activación de las neuronas GnRH. En este contexto, un
creciente número de factores parecen ser críticos para el inicio de la pubertad y el mantenimiento de la fertilidad a través de la regulación de la liberación de kisspeptinas y/o GnRH/LH.
En esta constelación de sistemas neuroendocrinos hay uno que comprende a la neuroquinina B
(NKB) y su receptor (NK3R) codificados en humanos por los genes TAC3 y TAC3R,
respectivamente. Este sistema ha recibido sustancial atención con la
identificación en 2009 de mutaciones en estos genes asociadas con hipogonadismo
hipogonadotrópico y carencia del inicio de la pubertad. Adicionalmente,
numerosos estudios en animales han confirmado que la NKB es un estimulador
crítico de la red GnRH en varias
especies, aunque este efecto estimulador no ha sido observado en hombres sanos probablemente debido a sus
niveles circulantes de esteroides sexuales. Sin embargo, a diferencia de la
deficiencia de kisspeptinas, el fenotipo de los pacientes que carecen de la
señal NKB es menos severo y se han
documentado varios casos de
recuperación de la función
reproductiva y la fertilidad después de
la pubertad retardada.
La NBK pertenece a la familia taquikinina,
cuyos miembros tiene en común la secuencia C-terminal Fen-X-Gli- Leu-Met-NH2.
Esta familia también incluye a la
sustancia P (SP), la neurokinina A (NKA), el neuropéptido K (NPK) y el
neuropéptido γ (NPγ). La mayor parte de la investigación se ha enfocado en SP,
NKA y NKB, las cuales se unen preferencialmente
a los receptores acoplados a proteína G NK1R, NK2R y NK3R,
respectivamente. Sin embargo, cada uno de estos neuropéptidos es capaz de
provocar respuestas en los tres tipos de receptores de neurokininas. Los
estudios iniciales demostraron una
acción estimuladora de la liberación de
LH por la SP en ratas, conejos y humanos. Por otra parte, estudios
electrofisiológicos recientes describen potentes efectos despolarizantes de SP y NKA
sobre las neuronas Kiss1 en el
ratón. Estos hallazgos indican que la estimulación de la liberación de LH por
estas taquikininas involucra, al menos
en parte, un mecanismo dependiente de kisspeptinas.
Las neuronas Kiss1 están localizadas
principalmente en dos núcleos hipotalámicos: el núcleo arcuato (ARC) y el
núcleo anteroventral periventricular (AVPV) en roedores o el área preóptica
(APO) en rumiantes, monos y humanos. Las neuronas Kiss1 en el ARC median la
retroalimentación negativa de los esteroides sexuales y la expresión de Kiss1
es inhibida por estradiol (E2) y testosterona (T). Por el contrario,
la expresión de Kiss1 en el AVPV/APO es regulada hacia arriba por E2 y media la retroalimentación que provoca el
pico preovulatorio de GnRH/LH específico de las hembras. Los estudios in vivo e
in vitro destacan la importancia de una población de neuronas localizadas en el
ARC en el pulso generador de GnRH. La noción prevalente se originó en estudios en monas Rhesus ovariectomizadas
(OVX) en las cuales la secreción de LH fue abolida por lesiones selectivas en
el ARC y los hallazgos de la actividad eléctrica en la vecindad de las neuronas
Kiss1 acoplada con pulsos de LH. En este contexto, las neuronas Kiss1 en el ARC
co-expresan NKB y dinorfina (referidas
como neuronas KNDy), las cuales actúan de una manera coordinada en la
liberación de kisspeptinas en la eminencia media (EM) que a su vez induce la
descarga intermitente de GnRH en este sitio.
Esto ha sido demostrado en varias especies de mamíferos. En este modelo, a
través de asas autosinápticas, la NKB estimula la liberación de kisspeptinas
mientras la dinorfina inhibe la
liberación de kisspeptinas. Esto es
apoyado por el hallazgo anatómico que
virtualmente todas las neuronas KNDy
expresan NK3R y >90% expresan el receptor opioide kappa (KOR). Más aún, las
células NKDy están interconectadas con fibras NKB en el ARC formando una red
finamente regulada. Estos hallazgos colocan las neuronas KNDy como los
candidatos ideales para el rol de inductor del pulso generador de GnRH. Sin
embargo, estudios recientes proporcionan evidencia que otras taquikininas como
SP y NKA, son componentes adicionales fundamentales en el modelo del pulso
generador de GnRH dominado por las neuronas KNDy. SP y NKA estimulan al eje
gonadotrópico en varias especies, incluyendo humanos. Es por lo tanto,
plausible especular que estas taquikininas están involucradas en la regulación
central de la liberación de GnRH y pueden
ser elementos adicionales en el modelo
del pulso generador de GnRH.
La identificación topográfica de las
taquikininas y sus receptores ha sido de gran ayuda en los mecanismos de
acción de estos sistemas para el control
de la secreción de GnRH/LH. La población más grande de células NKB ha sido
detectada en el ARC (y específicamente en las regiones media y caudal) del
hipotálamo con poblaciones más pequeñas en la EM, el APO, el septum lateral, el
núcleo del lecho de la estría terminal, la amígdala y el núcleo paraventricular
(NPV). En el ARC, kisspeptinas y NKB
residen en la misma célula (KNDy), mientras ningún caso de
colocalización de GnRH y NKB ha sido reportado. Por otra parte, estudios
inmunohistoquímicos reportan la detección de SP en fibras que inervan al ARC y
la EM, así como también en las fibras que rodean los capilares del sistema porta hipofisario, lo cual indica
que la SP puede tener la capacidad para actuar directamente en la hipófisis
anterior. Por lo tanto, la SP puede regular
la secreción de GnRH no solo
indirectamente a través de su acción
sobre las neuronas Kiss1 sino también directamente actuando sobre las neuronas
GnRH. El análisis de la expresión de los 3 receptores taquikininas (Tacr1,
Tacr2 y Tacr3) en las neuronas Kiss1 y GnRH
demuestra que casi la mitad (49%) de neuronas Kiss1 en el ARC y
aproximadamente 27% de neuronas Kiss1 en el AVPV expresan Tacr1, el cual
también está presente en 23% de las neuronas GnRH. El Tacr2 está ausente en las
poblaciones de neuronas Kiss1y GnRH de ratón. El Tacr3 está presente en todas
las neuronas Kiss1 del ARC, pero solamente en 10% de las neuronas Kiss1 del
AVPV de ratón. El Tacr3 también ha sido detectado en una pequeña (11%)
población de neuronas GnRH. En humanos,
donde SP y kisspeptinas son colocalizadas, las acciones
autocrinas/paracrinas de la SP sobre las
neuronas KNDy también son probables.
En el ARC, las neuronas KNDy son inhibidas
por esteroides sexuales como parte de su rol en la retroalimentación negativa
sobre la liberación de GnRH. Esto también parece ser cierto para SP y NKA. La regulación hacia abajo de
SP y NKA en neuronas hipotalámicas puede mediar, al menos en parte la
retroalimentación negativa de los esteroides gonadales sobre la secreción de
gonadotropinas. El efecto estimulador de la NKB sobre la liberación de LH es
menos potente que el de las kisspeptinas, y acciones inhibidoras sobre la
secreción de LH también han sido documentadas, dependiendo de la especie y los
niveles de esteroides sexuales. Por ejemplo, la NKB induce respuestas
estimuladoras de la liberación de LH en ratas y ratones hembras adultas en
condiciones de niveles fisiológicos de
esteroides sexuales, mientras los ratones machos adultos (pero no las ratas)
también exhiben respuesta estimuladora
de la liberación de LH en las mismas condiciones. La acción inhibidora de la
NKB sobre la liberación de LH parece ser mediado por opioides.
La SP, identificada en década de 1930, ha
sido asociada con procesos no relacionados con la reproducción como percepción
del dolor, inflamación y desordenes psiquiátricos. Sin embargo, actualmente es
también involucrada en la regulación del eje reproductivo. Los estudios
conducidos en conejas intactas y ovariectomizadas reportan que el efecto
estimulador de la SP sobre la liberación de LH es independiente de esteroides
sexuales, pero en ausencia de esteroides ováricos, la SP es estimuladora
solamente durante la fase elevada de un pulso de LH. Más aún, un estudio en
cerdos reporta que la SP estimula la secreción de LH en la hipófisis como
resultado de una acción directa sobre las células gonadotropas. Esta acción de
la SP depende de los niveles extracelulares
e intracelulares de Ca2+. Sin embargo, en un estudio en ratas
con gónadas intactas, la administración i.c.v. de un agonista específico de
NK1R (GR73632) no alteró los niveles de LH, indicando una potencial diferencia
de especies en la acción de la SP sobre el eje reproductivo.
A nivel neuroendocrino, el enfoque
prevaleciente es que durante los periodos infantil y juvenil, las neuronas que
secretan GnRH son sometidas a una persistente inhibición sináptica. Cuando esta
inhibición es removida, aumenta la secreción de GnRH, lo cual provoca la
pubertad. Sin embargo, se reconoce que también es indispensable un incremento de
impulsos excitadores en las neuronas GnRH. Numerosos estudios han demostrado
que la carencia o el retardo de la maduración puberal en humanos y ratones
están asociados con mutaciones en los genes KISS1/KISS1R o TAC3/TACR3. Por lo
tanto, las kisspeptinas son señales reguladoras
de la liberación de GnRH indispensables durante la pubertad. En la misma
línea, la taquikinina NKB ha sido involucrada como estimuladora prepuberal de Kisspeptinas y la expresión de Tac2
incrementa antes que Kiss1, lo cual sugiere un rol de la NKB en la activación
puberal de la secreción de kisspeptina-GnRH. El rol equivalente de SP y NKA en
el incremento prepuberal de la
liberación de LH y su contribución al inicio de la pubertad recién comienza a
recibir atención. Una serie de pruebas funcionales y estudios genéticos en
ratones hembras han demostrado que la señal SP/NK1R y NKA/NK2R participan en el
inicio de la pubertad. Esta conclusión deriva de hallazgos que indican que: (1)
un agonista NK1R selectivo induce liberación de LH en hembras prepuberales; (2)
la expresión de Tac1 y Tacr1 en el ARC incrementa antes de la pubertad, (3) la
exposición repetida a agonistas de NK1R en la pre-pubertad adelanta el inicio
de la pubertad, lo cual sugiere que el NK1Restá presente y es funcional durante
este período del desarrollo; (4) ratones hembras Tac1KO exhiben un
significativo retardo en la abertura vaginal, un evento que ocurre con el
incremento de la secreción de estrógenos y es considerado un marcador indirecto
del inicio de la pubertad. Esto sugiere que aunque los estrógenos son producidos por los ovarios en estos ratones
no es suficiente para disparar el pico de LH durante la fase inicial
post-abertura vaginal y la retroalimentación positiva que ejercen los
estrógenos también puede estar comprometida durante la adultez. Otro hallazgo
que apoya el rol de la SP en el control central del inicio de la pubertad es el
hecho que los mayores niveles de SP detectados en el cerebro de pacientes
después de un traumatismo cerebral se correlacionan significativamente con una
mayor cantidad de niños con pubertad precoz después de traumatismo cerebral.
Estos datos sugieren una mayor sensibilidad a la SP (y posiblemente NKA)
hipotalámica en el tiempo del inicio de la pubertad, y que presumiblemente contribuye
a un incremento de pulsos de GnRH y la
activación del eje gonadotrópico.
En conclusión, existe evidencia sustancial
en apoyo de la hipótesis que las taquikininas están involucradas en el control
de la liberación de GnRH a través de la modulación de la descarga de las
neuronas KNDy en el ARC, directamente (NKB y SP) o indirectamente (NKA), para
regular los pulsos de kisspeptinas. Adicionalmente, las taquikininas,
particularmente la SP, también pueden actuar directamente sobre las neuronas
GnRH y/o Kiss1 para contribuir a: (a) los pulsos de GnRH y/o (b) la generación
del pico preovulatorio de LH.
Fuente: Fergani
C y Navarro VM (2017). Expanding the role of tachykinins in the neuroendocrine
control of reproduction. Reproduction 153: R1-R14.
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