El efecto protector
de la apelina en la isquemia/reperfusión
En los humanos el gen APJ (putative receptor protein
related to the type angiotensin receptor) está localizado en el cromosoma 11q12
y codifica una proteína de 380 aminoácidos. El APJ es un miembro de la familia
de receptores acoplados a proteína G. La secuencia de aminoácidos del APJ es
31% idéntica a la del receptor de angiotensina tipo 1 (AT1), pero no une
angiotensina II (AngII). Aislada en 1998
de extractos tisulares de estómago de bovino, la apelina ha sido
identificada como ligando endógeno de
APJ. La apelina es generada a partir de
un precursor (preproapelina) de 77
aminoácidos que contiene una región N-terminal hidrofóbica. La apelina es clivada y produce una familia
de fragmentos, incluyendo apelina-36, apelina-17, apelina-13 y apelina-12. Cada uno de estos fragmentos contiene la
región C-terminal de la preproapelina, pero la bioactividad reside en el
fragmento terminal de 13 aminoácidos. Los péptidos de 13-19 aminoácidos exhiben
significativamente mayor actividad que
la apelina-36. La secuencia del péptido de 13 aminoácidos (apelina-13) es
altamente conservada a través de las especies.
El sistema apelina/APJ está ampliamente distribuido en
sistema nervioso central y tejidos periféricos, particularmente en cerebelo,
hipotálamo, corazón, endotelio vascular, pulmón y riñón. En el sistema
cardiovascular, la apelina y el APJ están
distribuidos en músculo liso vascular,
células endoteliales y cardiomiocitos. El sistema apelina/APJ está involucrado en regular numerosas funciones fisiológicas como
homeostasis de fluidos y glucosa, conducta alimentaria, formación de vasos
sanguíneos, proliferación celular e inmunidad. Por otra parte, algunas
evidencias indican que el rol primario
de la señal apelina está en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como
la angiogénesis, la ateroesclerosis, la hipertensión y la enfermedad cardiaca
coronaria. Sin embargo, las investigaciones recientes están orientadas al
estudio del efecto del sistema apelina/APJ sobre la isquemia/reperfusión (I/R).
La I/R es un proceso fisiopatológico
común en pacientes con enfermedades cardiacas y terapias como intervención
coronaria percutánea, trasplante cardiaco, shock hipovolémico y trasplante de
hígado. Los esfuerzos por reducir la I/R han sido limitados, porque los
mecanismos subyacentes son poco claros. La evidencia previa sugiere que la I/R
está relacionada con especies reactivas de oxigeno (ROS), sobrecarga de calcio,
citoquinas y apoptosis celular.
La apelina es reconocida como un importante regulador en
la protección contra la I/R cardiaca. Apelina-13 y apelina-36 reducen el tamaño
del infarto y producen acciones cardioprotectoras directas contra la I/R a través de la ruta RISK (reperfusión
injury salvage kinase), los componentes PI3K/Akt y p44/42, y el poro
mitocondrial de permeabilidad transicional (MPTP). En ratones, la apelina-13 no
sólo incrementa la fosforilación de Akt (serina 473 y treonina 308) y p44/42
sino que también incrementa la actividad de Akt a los 5-10 minutos de reperfusión. Por otra parte, una
investigación reciente demuestra que el efecto protector de la apelina sobre la I/R en corazón de rata incluye estabilizar la membrana celular del
miocardio, aclarar radicales libres derivados de oxigeno y regular la
expresión de las enzimas superóxido
dismutasa (SOD), sintetasa endotelial de óxido nítrico (eNOS) y quinasa
regulada por señal extracelular ½ (ERK1/2). Adicionalmente, la apelina-13, a
través de la activación del receptor APJ, mejora la función cardiaca después de
I/R miocárdica suprimiendo la apoptosis celular y resistiendo los efectos de la oxidación. Los mecanismos mediadores de estos efectos
protectores pueden ser a través de las rutas eNOS, PI3K/Akt y ERK1/2. La apelina-13 también ejerce un rol protector
contra la I/R cardiaca a través de la inhibición de la apoptosis dependiente de estrés del retículo
endoplásmico y las rutas de señalización
PI3K/Akt, ERK, MAPK y eNOS están involucradas
en este proceso. Asimismo, la
apelina-13 limita el tamaño del infarto y acelera la recuperación mecánica. La
apelina-12 está involucrada en la regulación hacia arriba de los sistemas de defensa antioxidante y la
atenuación de la peroxidación de lípidos. Bajo condiciones de reperfusión
cardiaca, la apelina-12 induce efectos
vasodilatadores y reduce el daño de la membrana de los miocitos
cardiacos. La acción de la apelina-12 en la protección del miocardio contra el
daño I/R involucra mecanismos dependientes de óxido nítrico.
La apelina es un agente neuroprotector endógeno que activa
múltiples mecanismos protectores para prevenir el daño cerebral inducido por la
isquemia. La isquemia cerebral provoca un pobre aporte de oxígeno o hipoxia cerebral que progresa hasta la
muerte del tejido cerebral o al infarto cerebral. En este contexto, la apelina-13
tiene un efecto neuroprotector contra la excitotoxicidad mediada por el
receptor N-metil-D-aspartato (NMDA) en
neuronas del hipocampo y contra la isquemia en neuronas corticales. Estudios recientes demuestran que la
administración intracerebroventricular (ICV) de apelina-13 protege las neuronas
corticales de la rata después de la I/R a través de la inhibición de la
apoptosis celular. La apelina-13 ICV reduce marcadamente la apoptosis celular y
cambia significativamente la disfunción neurológica. La apelina-13 ejerce su
efecto protector bloqueando la muerte celular programada. Adicionalmente, la
apelina-13 protege al cerebro contra la I/R
activando las rutas de señalización PI3K/Akt y ERK1/2. La apelina-13
mejora el volumen del infarto y el edema cerebral, atenúa significativamente la
apoptosis reduciendo células TUNEL positivas, regulando hacia abajo Bax,
caspasa-3 y regulando hacia arriba Bcl-2.
La apelina es expresada abundantemente por células
estrelladas y el receptor APJ es sobreexpresado en el parénquima hepático de
animales con cirrosis. Los pacientes con cirrosis hepática tienen aumentados
los niveles circulantes de apelina. En un estudio con modelo de cirrosis
hepática en ratas, el tratamiento con F13A (antagonista del receptor APJ)
redujo la fibrosis hepática y la densidad de vasos sanguíneos al tiempo que
mejoró el rendimiento cardiovascular, la función renal y la ascitis. Este
estudio indica que la apelina hepática puede ser un novel blanco terapéutico en
la enfermedad hepática. Un estudio reciente demuestra que los tratamientos con
leptina y apelina-13 por tres días antes de la inducción de I/R disminuye la peroxidación de lípidos,
mejora la función hepática y reduce el daño tisular histológico, lo que sugiere
que la leptina y la apelina-13 tienen efectos protectores similares contra la
I/R hepática. El mecanismo que subyace a la función protectora de la
apelina contra la I/R hepática aún no
está claro.
La apelina ha sido involucrada en la fisiopatología de la
enfermedad cardiovascular en la insuficiencia renal crónica. La I/R renal
es la principal causa de
insuficiencia en riñones nativos y
trasplantados. En los pacientes con enfermedad renal crónica, la apelina se
correlaciona con E-selectina y moléculas de adhesión celular vascular (VCAM) en
el endotelio vascular. Asimismo, en pacientes dializados, los niveles de
apelina son significativamente bajos. En
el riñón de la rata, el receptor APJ se localiza en todos los segmentos de la
nefrona, lo que sugiere que la apelina
tiene un efecto modulador en la función tubular. La apelina-13 ejerce
protección funcional contra la I/R, la
cual se expresa a través de los valores de urea, creatinina y tasa de
filtración glomerular. Adicionalmente, induce protección histopatológica que se
demuestra a través del grado de daño
patológico. El incremento en los niveles de aspartato transaminasa (AST),
γ-glutamil transpeptidasa (GGT), sodio y potasio de los pacientes con I/R se reduce en los pacientes que reciben apelina-13.
En conclusión, la apelina produce un efecto protector
contra la I/R a través de varias rutas de señalización. En la I/R cardiaca, la
apelina ejerce roles protectores
inhibiendo la apoptosis de células cardiacas y
ofreciendo resistencia al estrés oxidativo. En este proceso están involucradas
las rutas de señalización PI3K/Akt, ERK y
eNOS. Adicionalmente, la apelina protege contra la I/R cerebral
primariamente a través de la activación
de las rutas PI3K/Akt y ERK1/2, así como la supresión de la apoptosis de neuronas. El mecanismo
protector de la apelina sobre la I/R hepática y renal aún no está claro.
Fuente:
Yang Y et al (2015). The protective
effect of apelin on ischemia/reperfusion injury. Peptides 63: 43-46.
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