Control del eje
hipófisis-tiroides
El soporte fisiológico para la existencia del control
hipotalámico de la función hipófisis-tiroides comenzó en 1939 con el
trabajo de Uotila sobre secciones del
tallo hipofisiario, el cual fue complementado posteriormente con varios trabajos usando estimulación
eléctrica, lesiones electrolíticas de la eminencia media y de diversos núcleos hipotalámicos y observaciones histológicas en diferentes
condiciones fisiológicas. En 1950,
Harris propuso que la glándula master,
la adenohipófisis (o hipófisis anterior),
está bajo el control de factores
liberados por el hipotálamo en la
circulación porta. Sin embargo, la
primera molécula hipofisiotrópica fue identificada casi 20 años después. Varios grupos caracterizaron al factor
liberador de tirotropina (TRF), pero fracasaron en su purificación. Ellos aportaron algunas conclusiones válidas sobre el TRF como su localización en varias áreas cerebrales o las variaciones
en la bioactividad de extractos tisulares
de animales con diferentes estatus tiroideos. Con el uso de técnicas
cromatográficas, los grupos de Shally y de Guillemin aislaron el
tripéptido (piro)Glu-His-Pro-NH2,
el cual fue llamado hormona liberadora de tirotropina (TRH). El termino “factor” cambió a “hormona” cuando
su estructura fue identificada. Un
avance importante fue el desarrollo de
bio-ensayos para cuantificar in vitro las hormonas liberadas por la
hipófisis. Los peculiares residuos
N-(piroGlu) y C-terminal (amida) resultaron esenciales para la actividad
biológica de la TRH y se requirieron modificaciones
químicas para sintetizar un péptido
activo en base a la composición de
aminoácidos de la sustancia biológicamente activa purificada (Glu, His, y Pro). Una vez
disponible el péptido sintético, la
TRH fue cuantificada por RIA en
extractos tisulares y detectada no sólo
en el hipotálamo sino también en otras áreas cerebrales, sangre y orina de varias especies. Las técnicas
inmunocitoquímicas permitieron localizar
la TRH en las terminaciones nerviosas de
la eminencia media, en varios núcleos hipotalámicos y en diversas áreas
cerebrales incluyendo septum, núcleo accumbens y tallo cerebral.
La proteína codificada por el gen Trh es un precursor (pre-proTRH, 255 aminoácidos) que
contiene cinco secuencias
Gln-His-Pro-Gli flanqueadas por un par
de residuos básicos y péptidos
crípticos. La proTRH es procesada en la
ruta secretora a través de la actividad secuencial de las enzimas convertasa, carboxipeptidasa,
piroglutamil ciclasa y peptidilglicina α-hidroxilante monooxigenasa. Los
análisis de inmunocitoquímica e
hibridización in situ con anticuerpos específicos para proTRH identificaron al
núcleo paraventricular (NPV) del hipotálamo como el sitio con mayor expresión
de proTRH. Estudios posteriores
demostraron que las células TRH están confinadas en el NPV medial y caudal de la rata, pero
esto es diferente en el NPV de humano y ratón. La TRH es degradada rápidamente
en el plasma. Dos enzimas solubles inician la hidrólisis de la TRH in vitro: la
prolina endopeptidasa (EC 3.4.21.26) rompe el enlace prolina-amida y la
piroglutamil peptidasa I (PPI, EC 3.4.19.3) rompe el enlace
piroglutamil-histidina. Sin embargo,
estas enzimas solubles no controlan los niveles de intracelulares de TRH in vivo porque el
péptido es almacenado en gránulos secretorios.
Una proteína diferente detectada en suero fue denominada tiroliberinasa por su estricta especificidad por la TRH. Una
enzima con actividad y características bioquímicas similares a la
tiroliberinasa, detectada en la membrana
de las células de la hipófisis anterior
y de varias regiones cerebrales,
es conocida como PPII (EC 3.4.19.6) o ectoenzima degradante de TRH. En
el hipotálamo, la PPII es expresada en neuronas y en tanicitos cuyas extensiones citoplasmáticas alcanzan la capa externa de la eminencia media, en las proximidades de los terminales TRH. La PPII es una
proteína integral de membrana, miembro de la familia M1 de metalopeptidasas, con
el sitio activo expuesto en la
superficie celular, lo que la convierte
en candidata para la hidrólisis de TRH en el compartimiento
extracelular, especialmente antes de que la TRH alcance los capilares de la
circulación eminencia media-hipófisis anterior.
En las neuronas hipotalámicas, la TRH es liberada por despolarización de la membrana a través de un mecanismo dependiente de Ca2+,
consistente con exocitosis. La TRH
secretada por la eminencia media entra
al sistema porta para alcanzar la hipófisis anterior.
En la hipófisis anterior, la TRH estimula, in vivo e in
vitro, la síntesis y liberación de TSH
en las células tirotropas, de prolactina
en las células lactotropas y, en algunas especies, de hormona de crecimiento en las células somatotropas. El receptor de TRH (TRHR1) ha sido
caracterizado en varias especies. En el ratón, el TRHR1 es un receptor de
membrana acoplado a proteína G con ortólogos en otros mamíferos. Aparentemente,
el TRHR1 es el único receptor de TRH en la hipófisis anterior. Un segundo
receptor, TRHR2, ha sido clonado recientemente
y es expresado principalmente en
el cerebro. La TRH se une al TRHR1 en varios residuos del dominio extracelular
(baja afinidad de unión) y del dominio transmembrana (alta afinidad de unión).
El sitio extracelular del receptor es el lugar inicial de interacción con la
TRH. La interacción ligando-receptor
induce la fosforilación en
múltiples sitios Ser/Thr del extremo C-terminal citoplasmático del receptor.
Los receptores de TRH se unen a β-arrestinas, son internalizados en vesículas y
se acumulan en endosomas. Los endosomas son reincorporados en la membrana plasmática (resensibilizacion).
Trabajos recientes demuestran la formación de homodímeros de TRHR inducidos por
la TRH.
El eje hipotálamo-hipófisis-tiroides (HHT) es regulado
por impulsos neuronales que estimulan o inhiben las neuronas TRH del NPV. No todas las neuronas TRH del NPV se
proyectan a la eminencia media. Las neuronas TRH hipofisiotrópicas reciben aferencias de múltiples regiones del
cerebro. Por ejemplo, las neuronas del
núcleo arcuato transmiten el estatus nutricional, las del núcleo
supraquiasmático información del ciclo circadiano y algunas neuronas del tallo
cerebral envían información cuando
disminuye la temperatura externa. Los estímulos que inducen la liberación de TRH-TSH pueden incrementar
coordinadamente la transcripción de Trh. Hay un control multifactorial en
varias etapas del eje HHT, la TRH estimula la síntesis de TSH en la hipófisis,
lo cual incrementa los niveles de ARNm
de Tshb y Tsha. La transducción involucran la ruta Ca2+/calmodulina
para la activación de TSHb o la ruta PKC-MAPK para la activación de TSHa. La TRH regula el patrón de glucosilación de la TSH, lo cual incrementa su actividad biológica
y su vida media. La TSH a su vez
estimula la síntesis y liberación
de las hormonas tiroideas (HT), T4 y T3, las cuales son
transportadas por la globulina
ligadora de HT (TBG), la albúmina o la
transtiretina en diferentes proporciones
dependiendo de la especie. Más del 70% de HT liberadas por estimulación de la
TSH en la glándula tiroides corresponde a T4. Las HT inhiben la
secreción de TSH más rápidamente que la TRH. Esta respuesta puede estar relacionada con la rápida regulación hacia arriba de la expresión y actividad
de las enzimas degradantes de TRH por las HT en los tanicitos. El eje
HHT es modificado por el estatus
tiroideo en múltiples niveles. El hipotiroidismo incrementa los niveles de ARNm de Trh en el NPV, el procesamiento de
pro-TRH, la liberación de TRH en la eminencia media y la síntesis de TRHR1 en la hipófisis al
tiempo que disminuye la expresión de enzimas degradantes de TRH en los
tanicitos. Cambios opuestos ocurren en animales hipertiroideos.
La
conversión periférica de T4 en T3 se lleva a cabo por
acción de enzimas desyodasas. La
desyodasa tipo 1 (D1), una enzima inhibida por propiltiouracilo, convierte T4
en T3 o T3 reversa y es expresada principalmente en hígado, riñón, hipófisis y tiroides. La
desyodasa tipo 2 (D2) se localiza en los
tanicitos y es la responsable de proporcionar T3 a las neuronas
adyacentes en el hipotálamo. La desyodasa tipo 3 (D3) inactiva T4 y
T3 y es expresada en cerebro, placenta y piel. D1 y D3 se localizan
en la membrana plasmática mientras D2 se localiza en las membranas del retículo endoplásmico.
La actividad y expresión de estas enzimas
son moduladas, de manera
célula-especifica, por varios factores incluyendo HT; la T3
disminuye la expresión de dio2 e incrementa la de dio1 y dio3, mientras la T4
disminuye la actividad de D2 incrementando su ubiquitinación y degradación
proteosomal.
En el
hipotálamo, la T4 es tomada de la circulación por los tanicitos que
la convierten en T3 por medio de la D2; luego la T3 es
liberada y tomada por las neuronas. Una hipótesis reciente señala que la T3
de los tanicitos es tomada por las
terminaciones nerviosas TRH en la eminencia media y transportada de una manera retrograda al NPV, donde inhibe la transcripción de TRH. Por otra parte, se han identificado
varios transportadores de HT en humanos y modelos animales. Entre los mejor
caracterizados en el cerebro está el
transportador monocarboxilato 8 (MCT8) que reconoce diferentes HT y es
expresado en varios tipos de células incluyendo neuronas, células endoteliales,
oligodendrocitos, astrocitos y tanicitos. Los ratones MCT8-KO tienen aumentada la
expresión de Trh, lo cual sugiere que la captación de HT en los tanicitos es requerida para la
retroalimentación negativa sobre la expresión de Trh. Las mutaciones en
SLC16A2, el gen que codifica al MCT8, pueden producir severas alteraciones
neurológicas en humanos. Otro transportador de HT es el polipéptido transportador de aniones orgánicos 1C1
(OATP1C1), el cual se encuentra en tanicitos y células endoteliales. Su expresión es modulada por HT y tiene
especificidad por la T4. MCT8
y OATP1C1 participan en el transporte de HT a través de la barrera hematoencefálica
en el ratón, pero en humanos solamente
interviene el MCT8.
Las
concentraciones plasmáticas de HT disminuyen durante el ayuno o la restricción
de comida. Después del ayuno, los niveles circulantes de TSH son bajos o
normales, pero la liberación de TRH en
la eminencia media y los niveles de ARNm de Trh en el NPV disminuyen. También disminuyen los niveles de dio2, Trhb2
y Tshb en la hipófisis así como la actividad D1 en el hígado. Otro elemento involucrado en la respuesta al ayuno
es la actividad PPII en los tanicitos, la cual es regulada hacia arriba
en 24-48 horas cuando la expresión de
Trh en el NPV tiende a aumentar. Las
neuronas TRH del NPV reciben aferencias de las neuronas MSH (anorexigénicas) y NPY/AgRP
(orexigénicas) del núcleo arcuato, las primera estimulan y la últimas inhibe los niveles de ARNm de Trh. El
análisis de ratones que carecen de
NPY demuestra que la supresión inducida por el ayuno del
eje HHT requiere del NPY. En contraste
con el conocimiento relativamente detallado acerca de la regulación del eje HHT durante el déficit de energía, muy
poco se conoce sobre la regulación
durante el exceso de energía. Aunque los individuos hipotiroideos tienden a
ganar peso, los individuos obesos tienen
niveles de T3 total y
libre, normales o ligeramente aumentados, lo cual es considerado como una adaptación a las demandas metabólicas del aumento de peso
corporal. La obesidad inducida por dieta
aumenta la actividad del eje HHT en ratas machos. Este incremento en la actividad del eje HHT puede
deberse a un incremento en los niveles
circulantes de leptina que actúa directamente sobre las neuronas TRH del NPV. Los ratones alimentados con una dieta rica en
grasas por 7-20 semanas tienen mayores niveles hipotalámicos del ARNm de Trh y
concentración plasmática de TSH que los ratones con una dieta control.
Las
situaciones que demandan energía como la
hipotermia activan la tiroides. La exposición aguda al frio provoca un aumento
rápido y transitorio de los niveles del
ARNm de Trh en el NPV, seguido por un
incremento de TSH y T4 en plasma. La expresión de TRH inducida por
frio es independiente de la concentración circulante de HT o del
estatus nutricional, pero es inhibida por la exposición previa al estrés o por
inyecciones de corticosterona. En humanos, la exposición al frio por 60 horas
activa el eje HHT y la activación no es
inhibida si se reduce la ingesta de alimentos. Otros
ejemplos de activación del eje HHT se observan en respuesta a un incremento
agudo de actividad física o después de dos semanas de ejercicio voluntario en ratas. Experimentos con ratas han
demostrado que la inhibición del eje HHT causada por la disminución de la
ingesta de alimentos puede ser parcialmente compensada con el ejercicio y los
cambios de todos los parámetros del eje HHT se correlacionan con la pérdida de
masa grasa. Estos resultados sugieren que aunque las HT y el estatus
nutricional modulan el estado basal del eje HHT, las demandas inmediatas de
energía pueden predominar sobre la señal leptina o HT.
Otro
importante modulador de la actividad del eje HHT es el efecto inhibidor del
estrés. El estrés emocional ejerce su efecto a nivel hipotalámico, disminuyendo
los niveles del ARNm de Trh en el NPV y, como otros estresores, los niveles
plasmáticos de TSH, pero los efectos del estrés crónico dependen del tipo, la
intensidad y la duración. La corticosterona
afecta la actividad del eje HHT, la inyección en ratas adrenalecctomizadas
por varios días inhibe la expresión de Trh en el NPV, mientras la inyección
aguda tiene un efecto estimulador. Sin
embargo, si la corticosterona se administra 30 minutos antes de la exposición
al frío, la estimulación de la expresión
de Trh en el NPV o de los niveles plasmáticos de TSH inducida por el frio es bloqueada. Los
cultivos de células hipotalámicas han proporcionado información sobre los potenciales reguladores del promotor de Trh. La transcripción de Trh es
rápidamente aumentada por agentes que causan
liberación de TRH como la noradrenalina o los análogos de AMPc que
inducen la fosforilacion de CREB y unen
al CREB fosforilado al promotor de Trh.
La corticosterona que activa al receptor glucocorticoide y su unión a
los elementos de respuesta de glucocorticoides, también incrementa la expresión
de Trh.
La
TRH estimula la secreción de prolactina (PRL)
in vivo e in vitro y su rol se
inicia durante la succión del pezón. La succión del pezón estimula la
biosíntesis de TRH en el NPV y su
liberación por la eminencia media. Adicionalmente, la TRH provoca una
transición de descarga fásica a tónica
de las neuronas dopaminérgicas tuberoinfundibulares que controlan la
secreción de PRL, lo que sugiere un mecanismo adicional que vinculan a la TRH
con la secreción de PRL. En la hipófisis anterior, contrario a los datos que
demuestran que la PPII no regula la respuesta de las células tirotropas a la
TRH, hay evidencia que en las células lactotropas la intensidad de la acción
TRH está bajo el control de la PPII. La
PPII es expresada en las células lactotropas y su inhibición aumenta la liberación de PRL inducida por
TRH. La expresión y actividad de la PPII
son aumentadas in vivo por las HT y reguladas hacia abajo por los
estrógenos.
En
conclusión, las neuronas TRH hipofisiotrópicas controlan el eje HHT. Los
efectos de retroalimentación ejercidos por las HT ocurren en diferentes
niveles, incluyendo la síntesis y liberación
de TRH y TSH, la actividad desyodasa y la degradación de TRH y del
complejo TRH-TRHR1 en la adenohipófisis. La actividad de las neuronas TRH es regulada por el estatus nutricional a
través de neuronas del núcleo arcuato. La expresión de Trh
y la actividad del eje HHT son activadas por situaciones de demanda de energía
como el frio y el ejercicio e inhibidas por situaciones de balance energético
negativo como el ayuno, la inflamación y el estrés crónico.
Fuente:
Joseph-Bravo P et al (2015). TRH, the first
hypophysiotropic releasing hormone isolated: control of the pituitary-thyroid
axis. Journal of Endocrinology 226:
T85-T100.
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