Acciones biológicas
de las hormonas tiroideas no clásicas
La glándula tiroides produce dos yodotironinas
principales: tetrayodo-t-tironina (T4) y triyodo-t-tironina (T3).
En los humanos, la T4 es sintetizada únicamente en la tiroides y
actúa como una pro-hormona para generar T3. Solamente el 20% de T3
circulante es secretada directamente por la tiroides, el resto deriva de la
desyodación periférica de T4. La actividad desyodasa regula la
disponibilidad local y sistémica de T3 y otras yodotironinas. La
desyodación de las hormonas tiroideas (HT) es mediada por tres selenoenzimas: la
desyodasa tipo 1 (D1) que se expresa en
hígado, riñón, tiroides e hipófisis; la D2 presente en sistema nervioso
central, adenohipófisis y tejido adiposo marrón y la D3 que se expresa en
placenta, piel y tejidos fetales. Además de la desyodación hay otras rutas
bioquímicas involucradas en el metabolismo de las HT, por ejemplo la
conjugación de los grupos hidroxilos fenólicos con sulfato o ácido glucurónico
que incrementa la solubilidad en agua de
los sustratos facilitando el aclaramiento biliar y/o urinario. Por otra parte, la descarboxilación y
desaminación de las HT permite la formación de los llamados análogos del ácido
acético como el triyodotiroacético (Triac) y tetrayodotiroacético (Tetrac).
Varios transportadores contribuyen a la captación de las HT en los tejidos
periféricos, entre ellos están los polipéptidos que transportan aniones
orgánicos (OATPs), los transportadores de aminoácidos tipo L, los transportadores
aminocarboxilato (MCT) y los transportadores ácidos biliares.
Las HTs regulan las funciones celulares a través de dos mecanismos distintos: genómicos
(nucleares) y no genómicos (no nucleares). La mayor parte de los efectos de las
HTs son mediados por rutas genómicas, un mecanismo que requiere la activación de receptores nucleares (TRs).
Esto permite un cambio conformacional en la interacción con los elementos de
respuesta específicos de las HTs
localizados en los promotores de los genes blanco de las HTs regulando
la tasa de transcripción. Los TRs forman
homodímeros o interactúan con otros receptores nucleares como el
receptor retinoico X. Los TRs pertenecen
a la familia de factores de
transcripción dependientes de ligando e incluyen a los TRα y los TRβ,
codificados por genes localizados en dos cromosomas diferentes. Aunque la T3 ejerce muchas de sus acciones a
través de la regulación transcripcional, también tiene efectos que son
iniciados fuera del núcleo e involucran diferentes rutas de señalización
intracelular. Estos efectos son mediados
por acciones no genómicas de
corta duración a través de receptores de membrana (integrinas αVβ3). La
activación del receptor integrina inicia complejos eventos celulares. Las HTs
modulan la actividad mitocondrial de dos
maneras: directa o indirecta. La primera requiere la presencia dentro de la mitocondria de sitios de unión
específicos para THs. Por el contrario, la manera indirecta actúa a través de
factores de transcripción dependientes de TR nucleares que modulan la expresión
de genes mitocondriales.
Además de la T3, existen HTs no clásicas. En
los humanos, la cantidad de Triac producida por el hígado y otros tejidos
representa el 14% del metabolismo de T3. El Triac es un débil
TRβ-selectivo y ha sido usado para suprimir la secreción de hormona estimulante
de tiroides (TSH) en pacientes con resistencia a las HT y para incrementar la
tasa metabólica en pacientes obesos. El Triac es más potente que la T3 en la estimulación de la proteína desacopladora 1 y como
inductor de la lipoproteína lipasa. Adicionalmente, el Triac inhibe la
expresión y secreción de leptina en los
adipocitos. Las dosis terapéuticas de Triac para tratar desordenes de hipófisis
y tiroides exceden a las de T4 y T3 debido a su corta
vida media en humanos y roedores. El Tetrac es usado en los humanos como
sustituto de la T4 en el tratamiento del mixedema y para mejorar el
metabolismo periférico de los lípidos. Los
efectos son similares a los de T4 pero se requieren dosis mayores. El Tetrac
también es utilizado para el tratamiento
de la resistencia a HT. . El Tetrac no requiere transportadores por lo que
puede reemplazar a la T3 en el desarrollo cerebral fetal en ratones
que carecen de MCT8.
Las tironaminas (TAMs) constituyen una nueva clase de
moléculas endógenas de señalización
tiroidea que difieren de la T4
y sus derivados desyodados por la ausencia
de un grupo carboxilo en la cadena lateral alanina. 3-yodotironamina
(TIAM) y TOAM han sido detectadas en suero, hígado, cerebro y corazón de
humanos y roedores. La TIAM es producida
en la tiroides por un proceso que requiere al simporter sodio-yoduro (NIS) y a
la tiroperoxidasa. En condiciones fisiológicas, las concentraciones circulantes
de TIAM son similares a las de T3
y las concentraciones tisulares de su metabolito TOAM exceden 2 y 20 veces a las de los metabolitos de T4 y T3,
respectivamente. Hasta el presente no se han identificado receptores fisiológicos
de TAMs. Sin embargo, un estudio reciente reporta que la TIAM es un potente agonista
del receptor asociado a aminas 1 (TAAR1), un receptor “orfan” acoplado a
proteína G. El TIAM inhibe la captación de T3 y T4 por
los MCT8, los transportadores de
HTs más específicos; pero no tiene
efecto sobre los transportadores OATP y MCT10.
La TIAM incrementa la producción de glucosa, y los niveles plasmáticos
de glucosa, glucagón y cortisol, pero no afecta los niveles de insulina. A
nivel central, la TIAM mejora la memori
y reduce el umbral del dolor.
La 3,3´,5´-T3 (T3 reversa o rT3), un producto de la desyodación de T3
por las desyodasas D1 y D3, es un potente iniciador de la polimerización de la
actina en los astrocitos. En ratones hipotiroideos, las neuronas y los
astrocitos desarrollan un citoesqueleto
pobre en actina que la terapia con T3 no puede recuperar. Sin
embargo, la rT3 inicia la recuperación de los filamentos de actina
rápidamente y sin alterar el contenido de proteínas. Esta propiedad de la rT3
es atribuida al TR∆α1, una isoforma de TR que carece de señal nuclear y está
presente en el compartimento extranuclear de astrocitos y neuronas. Esta
isoforma tiene la afinidad y la especificidad por el ligando requeridas para la
polimerización de la actina por parte de la rT3. Entonces, las HTs pueden
requerir regiones del TR que no necesariamente se unen al ADN.
Varios estudios han sugerido que la 3,5-diyodo-t-tironina
(T2), un metabolito endógeno de la T3, es un mediador
periférico de varios efectos metabólicos de las HTs. En individuos sanos, la
concentración plasmática de T2 es de 16pM. La T2
tiene acciones sobre la tasa metabólica en reposo diferente
a las de la T3. La T2 es predominantemente responsable de
la inducción a corto plazo de la tasa metabólica en reposo. Los efectos
metabólicos de la T2 también subyacen a la capacidad de esta hormona
para mejorar la supervivencia de ratas hipotiroideas expuestas al frío y con un gasto energético persistentemente
aumentado. Varios estudios apoyan la capacidad de la T2 para
estimular las actividades mitocondriales. La T2 como HT no
clásica es capaz de prevenir la ganancia
de peso corporal cuando es administrada
a ratas alimentadas con dietas ricas en grasas sin inducir los efectos
colaterales de la T3 como taquicardia, hiperplasia cardiaca y
niveles disminuidos de TSH. La T2 previene eficientemente la
acumulación de grasa en el hígado, la resistencia a la insulina el incremento
en los niveles circulantes de colesterol.
La T2 reduce marcadamente la apoB en el hígado y los niveles circulantes apoB48 y apoB100. La
T2 estimula la proteína desacopladora mitocondrial, disminuye la
síntesis de ATP e incrementa la combustión de las grasas, contrarrestando de
esta manera la obesidad. Una consecuencia de lo anterior es el incremento de la sensibilidad a la
insulina en el músculo esquelético inducido por la T2. La T2 lleva a cabo sus efectos
antilipidémicos a través de la activación
de dos importantes factores
involucrados en el metabolismo de los lípidos: la AMPK y la desacetilasa
nuclear sirtuina 1 (SIRT1). La AMPK es un conocido sensor de los niveles celulares de ATP y la
SIRT1 regula el balance metabólico en respuesta a los incrementos en la relación
NAD+/NADH. Estudios recientes han demostrado que la T2
ejerce efectos a corto plazo en la hipófisis sobre las concentraciones intracelulares de
calcio y la liberación de óxido nítrico a través de la modulación de rutas de
señalización en membrana plasmática y mitocondrias. En
particular, la T2 facilita la salida de calcio de las mitocondrias. La
T2 estimula la actividad de la citocromo C oxidasa mitocondrial. .Los
efectos de la T2 pueden ser mediados por una isoforma del TRβ
llamada TRβ1 que contiene un segmento de 9 aminoácidos en su dominio de unión
con el ligando. La T2 tiene una afinidad débil por el TRβ (aproximadamente
40 veces menos que la T3).
En conclusión, los productos del metabolismo
periférico de las HTs han sido considerados hasta hace poco
tiempo productos de degradación
inactivos de las HT. Sin embargo, las
ahora llamadas “HT no clásicas” pueden inducir varias acciones fisiológicas.
Los derivados de las HTs ejercen acciones importantes sobre los parámetros
metabólicos. A nivel celular-molecular, varias rutas de
señalización son afectadas,
especialmente las relacionadas con el metabolismo de los lípidos. Los efectos
beneficiosos de estas moléculas
requieren más consideración debido a su potencial para modular la salud humana.
Fuente: Senese R et al (2014). Thyroid: biological actions of “nonclassical” thyroid hormones. Journal
of Endocrinology 221: R1-R12.
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