Interacciones entre los
sistemas endocrino y circadiano
Muchos aspectos del sistema endocrino están conectados al reloj circadiano. Esta interacción, sin
embargo, no es unilateral sino que también incluye la retroalimentación endocrina sobre la
función del reloj circadiano. El núcleo
supraquiasmático (NSQ), la entidad
anatómica que comanda el ritmo circadiano de los mamíferos, es una estructura
bilateral localizada adyacente al tercer ventrículo y en los humanos comprende 50000
neuronas aproximadamente. El modelo actual de ritmo circadiano sugiere que el mecanismo central del reloj molecular en el NSQ de los mamíferos está compuesto por
un grupo de genes reloj que se
relacionan entre si mediante un asa de retroalimentación
trancripcional-traslacional, acoplada a
varios mecanismos auxiliares que la refuerzan y estabilizan. Los factores de
transcripción Clock/Npas2 y Bmal1
activan los genes Período (Per 1-3) y Criptocromo (CRY 1/2) durante el día
subjetivo. Las proteínas PERs y CRYs son translocadas al núcleo y forman
complejos inhibitorios. Con el progreso
del ciclo circadiano, los complejos PER/CRY se acumulan en el núcleo y
ejercen su efecto inhibitorio sobre la actividad CLOCK/BMAL1 durante la noche. La progresiva
degradación de los complejos PER/CRY a
través de la noche libera la inhibición sobre la actividad transcripcional
CLOCK/BMAL1 para completar el asa de retroalimentación negativa del reloj
circadiano. Varias asas auxiliares estabilizan este ritmo de transcripción-
activación de 24 horas modulando la expresión de los genes Bmal1 y Per. Estas asas incluyen los receptores nucleares
REV-ERBα, REV-ERBβ y RORα, los cuales
regulan la expresión de
Bmal1 así como también DBP y E4BP4 que regulan la expresión de los
genes Per. Ahora bien, el reloj molecular funcional no existe solo en el NSQ, casi todas las células en el cerebro y en la
periferia son capaces
de oscilar de una manera circadiana. Los relojes celulares
en los tejidos extra-NSQ son auto-sostenidos
y autónomos por naturaleza pero, a diferencia del NSQ, fallan en mantener coherencia entre células individuales.
Para activar un ritmo circadiano biológicamente relevante es de suma
importancia que las células individuales de un tejido específico estén
sincronizadas con el ambiente externo. En este sentido, una de las principales
funciones del NSQ es sincronizar los
procesos biológicos internos con el tiempo externo. El NSQ recibe información
fótica de las células ganglionares retinianas que contienen melanopsina a través del tracto retino-hipotalámico y, a
su vez, emite proyecciones hacia otras regiones del cerebro, especialmente al
hipotálamo. El núcleo paraventricular (NPV) del hipotálamo es uno de los
principales sitios de relevo de la
información circadiana del NSQ para el
resto del cuerpo. El NPV es un centro
integrador de la homeostasis energética,
sus neuronas se proyectan hacia la eminencia media para controlar la liberación de hormonas
hipofisiarias como la adrenocorticotropina (ACTH) y la hormona estimulante de la tiroides (TSH). El NPV
también inerva la división simpática
del sistema nervioso autónomo permitiendo al NSQ regular el tono simpático del cuerpo en el
curso del día. Las proyecciones
neurales hacia el núcleo
dorsomedial del hipotálamo, el núcleo acumbens y el núcleo paraventricular del
tálamo permiten al NSQ ejercer
influencia sobre procesos fisiológicos
como el sistema recompensa, el ciclo alimentación-ayuno, la función cognitiva,
la actividad locomotora y la temperatura
corporal. Adicionalmente, el NSQ secreta
factores difusibles (factor de crecimiento transformante α, prokineticina 2 y
citoquina similar a cardiotropina) capaces de regular la ritmicidad conductual.
Dada la proximidad física del NSQ con el tercer ventrículo, estos factores
difusibles pueden ayudar a propagar la información sobre el tiempo del día a
regiones cerebrales más remotas vía sistema cerebroespinal ventricular.
Es un hecho bien conocido que los niveles circulantes de las hormonas
pueden variar en un ciclo de 24 horas. Este ritmo diurno de las hormonas puede ser una manifestación del control circadiano o una repuesta directa
o indirecta a ritmos ambientales como el ciclo luz-oscuridad. La clarificación de la contribución relativa de las señales
endógenas y exógenas al ritmo
diurno de un sistema fisiológico es de particular relevancia para entender la
influencia del estilo de vida moderno sobre el bienestar de los
individuos. Los glucocortocoides (GC) y
la melatonina representan dos sistemas hormonales sometidos a regulación directa y dominante por el reloj circadiano. A su vez, ambas hormonas actúan como rutas de propagación de la señal del tiempo del NSQ a los demás
tejidos del organismo.
La secreción de GC es el producto final
de la activación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA). La
ACTH liberada por la hipófisis activa la
esteroidogénesis adrenocortical, a través de receptores melanocortina 2, por medio de una ruta dependiente de AMPc-PKA, la cual estimula la
transcripción de genes esteroidogénicos como STAR y CYP11A1. Los niveles sanguíneos de GC exhiben un ritmo circadiano que se
superpone a pulsos ultradianos de secreción, menos regulares, de
90 a 120 minutos. La elevación circadiana de los niveles de GC se relaciona con el tiempo de vigilia, con el
valor pico pocas horas antes de la fase activa, es decir, temprano en la
mañana para los animales diurnos como los humanos y en la tarde para animales nocturnos como
los ratones. El ritmo de GC persiste
bajo condiciones ambientales constantes,
lo que sugiere que es manejado por el reloj circadiano endógeno. La
extirpación quirúrgica del NSQ elimina completamente el ritmo circadiano de los niveles sanguíneos
de GC, indicando que el NSQ es el origen de la
ritmicidad de los GC. La actividad del eje HHA sobre las glándulas
suprarrenales también es rítmica, esto ha dado lugar a una hipótesis que señala que la regulación circadiana de la liberación de GC puede ser una
respuesta indirecta a la expresión de hormona liberadora de corticotropina (CRH)
inducida por el NSQ. Esta hipótesis, sin
embargo, ha sido cuestionada por algunos autores que sostienen que la ritmicidad de la ACTH per se no es indispensable para el ritmo de GC y que la estimulación de
los nervios simpáticos adrenales
potencia la liberación de GC, respuesta que puede ser abolida por la hipofisectomía. Estos investigadores sugieren una función
permisiva de la ACTH hipofisiaria y un
rol más directo de la inervación simpática
en la regulación del ritmo circadiano de los GCs. Por otra parte, estudios recientes han
demostrado que las señales luminosas son transmitidas a la corteza adrenal vía
NSQ, induciendo un incremento en la expresión de PER1 y secreción de GCs
independiente de ACTH. Desde antes del descubrimiento de los relojes
periféricos, ya se había demostrado que
las glándulas adrenales aisladas y en cultivo exhibían ritmo circadiano de la secreción de GC. En línea con este
concepto, actualmente se sabe que aproximadamente 5% del genoma total muestra expresión rítmica en la glándula adrenal de ratón. Estos datos sugieren que mientras el NSQ es
indispensable para el ritmo circadiano
de la secreción de GC, el reloj
adrenal proporciona un nivel de control adicional en la modulación de la producción de GC.
La fisiología de la glándula pineal es fuertemente influenciada por la luz,
especialmente en lo que tiene que ver con la secreción de melatonina. En los
mamíferos, la melatonina ejerce sus
efectos a través de dos receptores
acoplados a proteína G, MT1 y MT2. Dada la amplia distribución de estos receptores,
la melatonina modula varios sistemas
fisiológicos como la función inmune, el metabolismo y las funciones cerebrales
superiores. La secreción de melatonina es baja durante el día y alcanza un pico
durante la noche. El NSQ conecta con la
glándula pineal a través de una ruta
multi-sináptica que involucra secuencialmente al NPV, las neuronas
preganglionares de la columna intermediolateral de la médula espinal y las
neuronas simpáticas noradrenérgicas del ganglio cervical superior. El NSQ
libera GABA para inhibir la señal
simpática durante el día, inhibición que es liberada durante la noche. Adicionalmente, el NSQ
envía de manera constante impulsos
glutamatergicos estimuladores a la glándula pineal. Los genes reloj son
expresados en la pineal, pero su contribución funcional en la producción de
melatonina no ha sido demostrada. El
efecto fisiológico mejor estudiado de la melatonina es su función
moduladora sobre la regulación del ciclo
sueño/vigilia en humanos. La aplicación de
melatonina exógena disminuye la latencia del sueño, incrementa el tiempo
total de sueño y promueve el mantenimiento del sueño. Por el contrario, el
bloqueo de la liberación nocturna de melatonina incrementa el tiempo total de
vigilia. La melatonina exógena también puede influir en la macro arquitectura
del sueño. Debido a su efecto promotor
del sueño, el tratamiento con melatonina es usado frecuentemente para
aliviar los síntomas del jet lag o
mejorar la calidad del sueño durante el día en los trabajadores nocturnos.
Los ritmos hormonales ejercen retroalimentación en varios niveles del sistema circadiano y
por tanto interviene en el ritmo circadiano de la fisiología y la conducta de los animales. Por ejemplo, los GC afectan directamente la expresión de los genes reloj en tejidos como el hígado, los riñones y el tejido adiposo
blanco. Los GC secretados por las
adrenales son reguladores integrales del
metabolismo energético, de la respuesta inmune y del estrés por lo que la
disrupción del ritmo de GC está asociada
con una variedad de trastornos. La
adrenalectomía acorta el reentrenamiento
en el NSQ, el pulmón y el riñón después
de un desvío de fase, lo que sugiere
que los GC pueden servir para
estabilizar la fase de los relojes
periféricos contra alteraciones
externas. En el caso de la desincronía circadiana inducida por el jet lag, la
manipulación del ritmo de GC podría acelerar o retardar la adaptación al nuevo esquema luz-oscuridad dependiendo
del tiempo de intervención.
La melatonina ejerce un efecto
inhibitorio directo sobre el NSQ, los receptores MT son expresados en gran densidad en el NSQ. En roedores, la administración
diaria de altas concentraciones de
melatonina exógena puede entrenar
el ritmo endógeno de corrida
libre bajo condiciones de oscuridad.
Asimismo, puede entrenar el ritmo circadiano de humanos ciegos. El efecto
inhibitorio agudo de la melatonina sobre
la actividad neuronal es mediado por
receptores MT1. La melatonina también es
capaz de modular la producción adrenal
de GC. En humanos y monos, la administración aguda de melatonina suprime la producción de cortisol.
En un estudio reciente se demostró que la aplicación de melatonina puede
entrenar los ritmos de la glándula suprarrenal en fetos de ratas. Entonces, los
ritmos de melatonina y GC actúan en conjunto para estabilizar la fase y precisión circadianas de los diferentes sistemas fisiológicos.
El tiempo de la ingesta de alimentos es una importante señal de
entrenamiento para los relojes periféricos, especialmente en el hígado y el tejido
adiposo. Existe una relación directa entre la expresión de los genes reloj y la homeostasis de energía. En animales con
acceso restringido a la comida, la actividad anticipatoria a la ingesta de alimentos se caracteriza por
incrementos y cambios en la temperatura corporal, el ritmo de GC y la función
enzimática de la P450 hepática. Cuando el acceso a la comida es confinado al
período normal de reposo, estos procesos
pueden desacoplar los osciladores periféricos del reloj central. La grelina es una
hormona secretada durante la anticipación a la ingesta de comida por las células oxínticas del estómago, las
cuales poseen un reloj funcional, y estimula el apetito a través de sus acciones en el hipotálamo y
los centros mesolímbicos del sistema recompensa. Adicionalmente, la grelina
actúa directamente sobre el reloj circadiano
afectando la expresión de genes en el NSQ. Los estudios in vivo sugieren
que el tratamiento con grelina incrementa la ingesta de alimentos, pero solo
altera los ritmos conductuales en condiciones de saciedad. La insulina representa otro sincronizador
inducible por comida. La disrupción de los reguladores positivos CLOCK y BMAL1
resulta en hipoinsulinemia mientras que la disrupción de los reguladores
negativos PER y CRY está asociada con
hiperinsulinemia. Pero la insulina también puede influir en los ritmos de los
genes reloj en el hígado. Por otra
parte, la glucosa puede afectar directamente la expresión circadiana en el NSQ. En ausencia de la señal de
insulina, el reloj circadiano es
alterado en el corazón de ratas diabéticas, lo que sugiere que los altos
niveles de glucosa pueden alterar directamente la regulación del reloj
circadiano.
Las evidencias acumuladas en los últimos años indican que la disrupción del
reloj circadiano resulta en perturbaciones metabólicas y, en última instancia,
en la obesidad. Las dietas ricas en grasas pueden alterar la ritmicidad de los
genes reloj en el hígado y el tejido adiposo, así como también afectar los ritmos conductuales. Las dietas ricas en
grasas provocan la pérdida de los
patrones diurnos de alimentación en
roedores y alteraciones en los ritmos de GC, insulina y glucosa. Sin embargo,
los efectos más dramáticos de las dietas ricas en grasas y la obesidad se
presentan sobre las adipoquinas
circulantes como la leptina y la adiponectina. La leptina es una hormona que
promueve la saciedad y previene el exceso de consumo de energía. En los
humanos, la leptina circulante exhibe un ritmo diurno con su valor pico en la
noche. En los sujetos obesos se observa
hiperleptinemia y cambios en la ritmicidad de la leptina en concordancia con el incremento de la masa grasa. La leptina puede inducir la expresión de genes PER en el NSQ de ratones y potenciar los efectos de
desvío de fase de la luz en estos
animales. La adiponectina posee propiedades anti-inflamatorias y
sensibilizadoras de la insulina. Los niveles circulantes de adiponectina se
correlacionan inversamente con la
obesidad y los niveles de leptina. La secreción de adiponectina por el tejido
adiposo muestra ritmos ultradianos y circadianos con el nadir en horas tempranas de la mañana en los sujetos sanos. Los
ratones con hipoadiponectinemia presentan los ritmos de los genes reloj
avanzados de fase en hígado y músculo esquelético. La introducción de
adiponectina en el hígado de estos ratones restaura la fase de los genes reloj
hepáticos.
En resumen, muchos componentes del sistema endocrino muestran ritmicidad
circadiana en roedores y humanos. Algunas de estas hormonas como la melatonina
y los GC, están involucradas en la diseminación de la señal del tiempo del NSQ
a otras partes del cuerpo. Los ritmos
endocrinos responden a factores que comprometen la función del reloj circadiano
como las dietas ricas en grasas, la obesidad, el jet lag y las alteraciones del
sueño. A su vez, el sistema endocrino influye sobre los relojes, central y
periféricos, para adaptar los ritmos circadianos al estado fisiológico
alterado.
Fuente:
Tsang AH et al (2014). Interactions
between endocrine and circadian systems.
Journal
of Molecular Endocrinology 52: R1-R16.
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