El eje oxitocina-hueso
La oxitocina es un neuropéptido sintetizado en el hipotálamo -y en tejidos reproductivos durante el
embarazo- conocido sobre todo por su
acción en el parto y la eyección de leche en la lactancia. Sin embargo, en la última década, varios
estudios sobre la distribución, el significado biológico y la regulación de los
receptores de oxitocina han revelado otras funciones importantes. Los receptores de
oxitocina son expresados en hipófisis, cerebro,
riñón, ovario, testículo, timo, corazón, endotelio vascular, osteoblastos,
osteoclastos, mioblastos, células de los islotes pancreáticos, adipocitos y
otros tejidos. Estos receptores inducen
varias rutas de señalización intracelular en respuesta a la oxitocina cuya
relevancia en términos de las funciones fisiológicas no ha sido establecida completamente. Los
resultados de los estudios en animales
sugieren roles para la oxitocina en la función hipofisiaria, la
fertilidad masculina y femenina, la función de las células T, el control
cardiovascular, la formación de músculo y el control del crecimiento de ciertas
células cancerosas. En el cerebro, la
oxitocina es un neurotransmisor central con
roles en las conductas reproductiva y social, la memoria y la ingesta de
alimentos. En particular, la oxitocina
es mediador de la conducta maternal, la receptividad sexual y el apareamiento.
Adicionalmente, estudios recientes han demostrado roles relevantes de esta
hormona en la homeostasis ósea.
La oxitocina tiene una acción directa sobre el esqueleto que es mediada a
través de la estimulación de la formación de los osteoblastos y la modulación de la formación y función de
los osteoclastos. Las cascadas de señalización
que median la acción de la oxitocina sobre las células óseas liberan Ca2+
de los depósitos intracelulares y disparan la señal de la proteína kinasa ERK. La
oxitocina estimula la diferenciación de los osteoblastos a un fenotipo mineralizado regulando el incremento de la proteína morfogenética de hueso-2
(BMP-2) a través de las rutas Schunrri-2
y ATF-4. En los osteoblastos maduros, la oxitocina reduce la expresión de OPG
(osteoprotegerina) al tiempo que incrementa la expresión de RANKL (receptor activator nuclear factor-kappaB ligand), lo que resulta
en la estimulación de la diferenciación de los osteoclastos. La oxitocina tiene un efecto dual sobre los
osteoclastos, por una parte incrementa
la formación de osteoclastos directamente a través de la activación del factor
nuclear-κB y de la proteína kinasa
activada por mitogenos (MAPK) e
indirectamente a través del incremento
de RANKL y, por otra parte, disminuye la resorción ósea a través de
estimulación de la liberación de Ca2+ citoplasmático y la síntesis
de óxido nítrico.
La aparente paradoja de
osteoclastogénesis aumentada acoplada
con disminución de la resorción ósea puede ser explicada considerando la
actividad cíclica de la hormona como
resultado de la regulación hacia abajo de los receptores. El significado
fisiológico podría ser la disponibilidad
cíclica de altos niveles circulantes de calcio en períodos como la fase final del embarazo y después del parto
cuando se requieren mayores cantidades
del ión para la mineralización del esqueleto y la lactancia. Estos períodos
corresponden a las etapas de crecimiento óseo acelerado del feto y el recién
nacido en las cuales la madre puede
perder hasta 120 gramos del calcio de su
esqueleto. Las adaptaciones hormonales en la madre incluyen bajos niveles de
estrógenos y elevados niveles de la
proteína relacionada con hormona paratiroidea (PTHrP), lo cual facilita la
resorción ósea y la transferencia de calcio. Sin embargo, es sorprendente que
después de estos períodos de gran pérdida ósea, el esqueleto de la madre se
recupere rápidamente. El mecanismo de esta dramática recuperación por mucho tiempo permaneció pobremente entendido hasta que se reveló el rol de la oxitocina sobre el esqueleto durante el embarazo y/o la lactancia. La oxitocina puede ser responsable,
principalmente durante el embarazo y la lactancia, del mantenimiento de una
alta tasa de actividad celular en el hueso, estimulando tanto la formación
como la resorción, pero controlando la cantidad de hueso resorbido.
La oxitocina y su receptor son regulados por los esteroides sexuales y por
la misma oxitocina. Un estudio reciente ha demostrado que los osteoblastos, por
acción del estradiol, son capaces de
sintetizar y secretar oxitocina y que el
estradiol regula la actividad de los
osteoblastos a través de la oxitocina. La oxitocina y el receptor de oxitocina
en los osteoblastos son regulados positivamente por los estrógenos vía mecanismos no genómicos y genómicos,
respectivamente. El receptor de oxitocina y la producción de oxitocina
inducidos por los estrógenos amplifican la señal autocrina de la oxitocina y
aumentan la diferenciación de los osteoblastos. La oxitocina liberada puede
también disparar una señal autocrina para coordinar la diferenciación de los osteoblastos adyacentes. La expresión de oxitocina requiere una ruta de transducción de la señal
MAPK intacta porque la inhibición de la MAPK reduce la síntesis
de oxitocina. Los osteoblastos producen abundante oxitocina lo que sugiere que
la hormona liberada localmente puede ser un regulador autocrino de la formación de hueso y de la
masa ósea. En este circuito local, la oxitocina producida por los osteoblastos
en repuesta al estrógeno actúa sobre su receptor para estimular la liberación
de más hormona, lo cual amplifica la acción del estrógeno. Fisiológicamente, el
circuito autocrino de la oxitocina puede servir para coordinar la actividad
formadora de hueso de los osteoblastos.
La osteoporosis se caracteriza por el incremento de la fragilidad del
esqueleto. El incremento de la resorción
ósea es considerado el principal responsable de la pérdida ósea. La
pérdida ósea se acompaña de un incremento en la adiposidad de la médula
ósea. Los osteoblastos y los adipocitos
tienen el mismo precursor celular pero existe una relación inversa entre los dos linajes. La
ruta de señalización mediada por el receptor de oxitocina funciona como
regulador del balance osteoblasto/adipocito en las “stem cells”multipotentes de
la médula ósea humana. Clínicamente, los niveles plasmáticos de oxitocina son
significativamente más bajos en las mujeres postmenopáusicas que desarrollan
osteoporosis que en la contraparte
saludable. Estos datos sugieren que los niveles plasmáticos de oxitocina
podrían representar un nuevo marcador
diagnóstico de la osteoporosis.
En resumen, la oxitocina, como péptido circulante, es responsable de la
homeostasis del esqueleto principalmente
a través de la estimulación de la formación de osteoblastos y de la
modulación recíproca de la formación y función de los osteoclastos.
La oxitocina incrementa la formación de osteoclastos directamente activando la
señal del factor nuclear κB y la MAPK, e indirectamente a través de la
regulación de la síntesis de RANKL por los osteoblastos. Por otra parte, inhibe
la resorción ósea disparando la liberación de Ca2+ citoplasmático y
la síntesis de óxido nítrico en los osteoclastos maduros. Adicionalmente, la oxitocina, producida localmente por los
osteoblatos, actúa como regulador
paracrino/autocrino de la formación de
hueso modulada por los estrógenos. La oxitocina puede jugar un rol en la movilización inicial y la posterior
restauración del esqueleto materno
durante los períodos de mayor requerimiento de calcio en el embarazo y la
lactancia.
Fuente:
Colaianni G et al (2014). The
oxytocin-bone axis. Journal of Neuroendocrinology 26: 53-57.
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