El GLP-1 y el apetito
El péptido glucagonoide 1 (GLP-1) deriva del gen que codifica al
proglucagón, el cual en el tracto gastrointestinal y en el cerebro es
modificado post-translacionalmente y
clivado en las formas biológicamente
activas, GLP-1 (7-36) amida, la principal forma circulante en los humanos, y GLP-1 (7-37). La hormona tiene un papel
prominente en la homeostasis de la
glucosa, la motilidad gastrointestinal y el apetito.
El GLP-1 es secretado por las células L del intestino en respuesta a los
nutrientes intraluminales, pero su secreción también puede ocurrir antes de ingerir la comida. Con respecto a los
nutrientes, en los humanos se pueden observar
dos picos de secreción de GLP-.
El primer pico aparece a los 15 minutos de iniciada la ingesta de la comida
cuando aún los nutrientes no tienen acceso a las células L. Esta rápida
elevación en los niveles de GLP-1involucra un asa neuroendocrina donde los
nutrientes en el estómago o el intestino proximal estimulan la liberación de hormonas como el péptido insulinotrópico
dependiente de glucosa (GIP) y el péptido liberador de gastrina que actúan a
través de rutas vagales para estimular a
las células L para que secreten GLP-1.
El sistema nervioso entérico también puede contribuir a este primer pico de GLP-1. El segundo pico ocurre más tarde, es más
grande, y se piensa que deriva del contacto directo de los nutrientes con las
células L. Entonces, los nutrientes en el tracto gastrointestinal pueden
estimular la secreción de GLP-1 directamente
e indirectamente a través de mecanismos hormonales y neurales.
El GLP-1 es también expresado por
neuronas del núcleo del tracto solitario del tallo cerebral y es liberado de los terminales nerviosos en una
variedad de áreas cerebrales que incluye núcleos del hipotálamo, el
hipocampo y la corteza cerebral. El GLP-1 central es un enlace importante en la
mediación de la anorexia producida por numerosos factores. Sin embargo, en
algunos núcleos cerebrales donde la unión del GLP-1es alta hay pocas fibras
nerviosas GLP-1, un hallazgo que sugiere
que el GLP-1 periférico también
interviene en la activación de los receptores centrales. EL
GLP-1 del tallo cerebral puede mediar los efectos anoréxicos de los lipopolisacáridos, el cloruro de
litio, la colecistoquinina, la leptina y la oxitocina.
Las acciones del GLP-1 son mediadas por un receptor (GLP-1R) acoplado a proteína G que es expresado en la periferia (nervios
entéricos, nervio vago, páncreas, estómago, intestino y tejido adiposo) y en el
cerebro (tallo cerebral, hipotálamo, hipocampo y núcleos corticales). No se
sabe con exactitud si el GLP-1
periférico actúa localmente para alterar
la motilidad gastrointestinal y el apetito, o si el GLP-1 puede activar directamente al GLP-1R cerebral para modular estas
funciones/conductas. El GLP-1 liberado
de la célula L difunde en la lámina
propia y entra en los vasos linfáticos o
en los capilares. En los capilares, el GLP-1 es rápidamente degradado por la
dipeptidil peptidasa IV (DPP-IV), una enzima que se localiza en las paredes
capilares. Es posible, sin embargo, que el GLP-1 pueda actuar sobre el GLP-1R
de las aferentes vagales en la lámina propia, o de los nervios entéricos en la
pared intestinal, antes de entrar en los capilares. También puede ser
posible que con un mayor incremento de GLP-1 se
sature la DPP-IV disponible y entonces entre más GLP-1 a la circulación
general. Si el GLP-1 sobrevive a la degradación por parte de la DPP-IV es
posible que pueda activar al GIP-1R central, porque el GLP-1 circulante
atraviesa la barrera hemato-encefálica por difusión simple en los órganos
circunventriculares. Es razonable pensar
que el GLP-1 periférico pueda activar los receptores centrales porque son muy
pocas las fibras nerviosas GLP-1 presentes en los núcleos cerebrales relacionados con la alimentación, como ocurre
en el núcleo arcuato del hipotálamo.
Un mecanismo por el cual el GLP-1 puede alterar el apetito es a través de cambios en la función gastrointestinal. El
GLP-1 disminuye el vaciamiento gástrico y la motilidad intestinal y contribuye
a la “pausa ileal”, un mecanismo de retroalimentación inhibitoria que funciona
para optimizar la digestión y absorción de los nutrientes. El GLP-1 afecta las
funciones motoras del tracto gastrointestinal a través del sistema nervioso
central y periférico. Las rutas neurales mediadas por el vago participan en la
atenuación inducida por el GLP-1 de la motilidad y el vaciamiento del estómago,
en modelos animales, y de la motilidad intestinal, en humanos. Las interacciones con el GLP-1
cerebral también pueden contribuir a estos cambios pues la inyección intracerebroventricular de GLP-1 inhibe el vaciamiento gástrico a través de rutas no colinérgicas y no adrenérgicas en ratas. Una tercera, y más
directa, ruta de los cambios en la función motora inducidos por el GLP-1 puede
ocurrir a través de la activación del
GLP-1R de las neuronas entéricas de la pared intestinal. Más específicamente,
el GLP-1 inhibe la actividad evocada en el músculo circular del intestino
modulando presinápticamente la descarga parasimpática colinérgica. Por el
contario, el GLP-1 no afecta la actividad espontánea del músculo circular ni la
actividad espontánea o provocada del músculo longitudinal. En conjunto, estos
resultados sugieren que el GLP-1 puede modular los impulsos neurales en la capa
de músculo circular, pero no en la capa de músculo longitudinal y es
consistente con la noción de que la contracción de la capa de músculo circular
es dominante en el peristaltismo. Estos resultados también demuestran que el
GLP-1 sólo puede inhibir la acción neural evocada, pero no la espontánea, sobre
la motilidad intestinal. En contraste con el efecto inhibitorio sobre el
estómago y el intestino delgado, el GLP-1 incrementa el transito colónico, y este efecto puede ser mediado por un
mecanismo de acción central. Dado que la estimulación colinérgica aumenta la
actividad motora del colon en humanos, el
GLP-1 puede actuar en el núcleo motor dorsal del vago para mediar cambios en la inervación parasimpática y
alterar las contracciones motoras en el colon.
En el núcleo arcuato del hipotálamo, las acciones del GLP-1 son mediadas a
través de los componentes anorexigénicos (neuronas POMC). Los
mecanismos centrales son importantes en las acciones del GLP-1, periférico
o central. Aun si consideramos que GLP-1 periférico actúa localmente sobre las neuronas entéricas o vagales, las
respuestas neurales u hormonales deben activar circuitos cerebrales para
afectar la ingesta de alimentos. Por ejemplo, las lesiones de las
proyecciones del tallo cerebral al
hipotálamo reducen la supresión del apetito mediada por el GLP-1 periférico en ratas. Por otra parte, inyecciones
centrales de GLP-1 inhiben la ingesta de alimentos y este efecto central no
requiere la presencia de comida en el estómago o la inhibición del vaciamiento
gástrico. El tallo cerebral caudal parece ser suficiente para mediar la
disminución en la ingesta de alimentos mediada por el GLP-1. El núcleo del
tracto solitario (NTS) ha sido sugerido
como el principal sitio de acción del
GLP-1. Esto podría significar que el GLP-1 central producido exclusivamente en
el NTS puede actuar sobre el GLP-1R en el mismo núcleo. Esta asa de
retroalimentación local puede jugar
roles definidos en la saciedad, pero esto es sólo parte de un proceso
integrado que también involucra a otra
áreas del cerebro. Las neuronas GLP-1
del NTS se proyectan ampliamente en el cerebro por lo que esta respuesta podría
ser mediada por múltiples circuitos neurales. Por ejemplo, las neuronas GLP-1
del NTS tienen proyecciones hacia las neuronas del núcleo paraventricular con
acción anorexigénica y que expresan GLP-1R como las neuronas OT (oxitocina) y
CRH (hormona liberadora de corticotropina). Esto sugiere que las células del
NTS que producen GLP-1 pueden actuar
sobre la ingesta de alimentos a través
de las células OT. El GLP-1 también activa al eje
hipotálamo-hipófisis-adrenal a través de las neuronas CRH. Entonces, la
disminución de la ingesta de alimentos por el GLP-1 puede ser mediada, al menos
parcialmente, por la activación del sistema estrés. Las neuronas GLP-1 en el NTS también se
proyectan directamente al área tegmental ventral y al núcleo accumbens,
estructuras involucradas en el sistema recompensa y que también expresan
GLP-1R. Datos recientes sugieren un rol para el GLP-1 endógeno en estas
estructuras nerviosas para la mediación de la saciedad y que este efecto puede
ser debido a modificación de la señal recompensa.
En conclusión, el efecto del IGF-1 sobre la saciedad puede involucrar
reflejos entero-entéricos y mecanismos de señalización central que median cambios en el apetito y promueven
la saciedad.
Fuente: Dailey MJ y Moran TH (2013). Glucagon-like
peptide 1 and appetite. Trends in Endocrinology and Metabolism 24: 85-91.
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