Sangramiento uterino y fisiología endometrial
La menstruación es
definida como “un sangramiento mensual del tracto reproductivo de la mujer como
consecuencia de cambios cíclicos en la actividad hormonal”. La menstruación es
un proceso fisiológico que, para la mayoría de mujeres, es una parte rutinaria
de la vida. Sin embargo, las anormalidades menstruales afectan aproximadamente
a un tercio de las mujeres y pueden tener un impacto debilitante en la calidad
de vida individual.
El sangramiento uterino puede ser abordado
siguiendo seis parámetros: frecuencia, duración, regularidad, volumen,
presencia o ausencia de sangramiento intermenstrual y sangramiento no
programado (en aquellas mujeres que reciben progestinas con o sin estrógenos).
La menstruación fisiológicamente típica ocurre cada 24-38 días, dura menos de
ocho días y tiene una variación cíclica de
7 a 9 días. El volumen del sangramiento menstrual típico no interfiere
con la calidad de vida. El sangramiento
uterino anormal (SUA) es ampliamente aceptado con el término anormalidades menstruales y es subdividido en
agudo o crónico. El SUA crónico es “sangramiento del cuerpo uterino que es
anormal en volumen, regularidad y/o tiempo y ha estado presente en los pasados
seis meses”. El SUA agudo es “un episodio de sangramiento, que en la opinión de
un clínico, es de suficiente cantidad que requiere intervención inmediata para
prevenir más pérdida de sangre”. El SUA agudo puede ocurrir en presencia de SUA
crónico o como un episodio independiente. El SUA puede ser frecuente o
infrecuente, prolongado, irregular o pesado. El sangramiento menstrual pesado
es definido como “excesiva pérdida de sangre menstrual que interfiere con la
calidad de vida física, social,
emocional y/o material de una mujer”. El sangramiento intermenstrual es
el sangramiento espontaneo que ocurre entre los ciclos menstruales y puede ser
cíclico o aleatorio.
En el año 2011, la International Federation
of Gynecology and Obstetric (FIGO) Menstrual Disorders Committee (MDC) publicó
la clasificación de condiciones que causan SAU con una actualización menor en
el año 2018. Esta clasificación es relevante para médicos de atención primaria,
especialistas e investigadores. Las
nueve categorías principales están arregladas en el acrónimo PALM-COEIN donde
cada letra denota una causa: pólipos, adenomiosis, leiomioma (fibrosis
uterina), malignidad, coagulopatía, disfunción ovulatoria, iatrogenia
endometrial y no observada en la clasificación. Las pacientes, por tanto,
pueden decir tengo, por ejemplo, SUA-P y/o SAU-I. El grupo PALM relaciona las
causas estructurales de SUA, las cuales generalmente son entidades discretas
que pueden ser evaluadas o medidas usando técnicas de imagen o histopatología.
El grupo COEIN se refiere a las causas no estructurales de SUA y son aquellas
que no pueden ser evaluadas o medidas por técnicas de imagen o histopatología.
El grupo N comprende un espectro de condiciones que pueden o no pueden ser
evaluadas o medidas usando técnicas de imagen o histopatología y podrían ser
colocadas en una categoría única.
En comparación con
otros grupos demográficos, las mujeres en edad reproductiva son afectadas por
deficiencia de hierro, la cual es responsable de aproximadamente 51 de los
casos de anemia. La deficiencia de hierro y la
anemia por deficiencia de hierro (IDA) provocan alteración del
transporte de oxígeno y reacciones enzimáticas que impactan casi todas las
rutas metabólicas en el cuerpo. Las consecuencias funcionales de la deficiencia
de hierro y la IDA incluyen fatiga, reducida capacidad de ejercicio y alteraciones
de la cognición.
Las causas estructurales de SUA son más
prevalentes con el avance de la edad reproductiva y pueden afectar la salud
reproductiva. Por tanto, las causas estructurales, como fibroides uterinos,
podría tener un impacto negativo sobre la reproducción. No hay biomarcadores de
rutina para el uso en el manejo de SUA.
El endometrio es un tejido multicelular cuya
función es preparar la implantación del embrión y mantener el embarazo o, en
ausencia de embarazo, reparar el tejido después de la menstruación. El
endometrio se caracteriza por una reparación rápida sin pérdida de la función.
El endometrio humano está compuesto por dos capas. Los dos tercios superiores,
la capa funcional, sangrante durante la
menstruación y la capa basal, el tercio inferior, del endometrio (adyacente al
miometrio) que no sangra durante la menstruación. El endometrio funcional está
compuesto por un epitelio columnar que cubre al estroma multicelular. El
estroma contiene tejido conectivo con células similares a fibroblastos, vasos
sanguíneos (incluyendo a las especializadas arterias espirales) y una población
de células inmunes endometriales residentes en el tejido y células inmunes
innatas cíclicas. La población de células
inmunes varía a través del ciclo menstrual y estos leucocitos endometriales
juegan roles importantes en la degradación y reparación del tejido endometrial
durante la menstruación. El endometrio es dinámico y responde a los variables
niveles circulantes de esteroides sexuales ováricos 17β-estradiol y
progesterona. El endometrio está expuesto a una serie de cambios hormonales a
través del ciclo menstrual, primero al estradiol sistémico, luego al estradiol
y la progesterona y en ausencia de embarazo, a la retirada de progesterona.
Como consecuencia de esta exposición secuencial, el endometrio se adapta en
forma y función a través del ciclo menstrual
Las principales fases del ciclo menstrual
son la fase proliferativa, la fase secretora y la fase menstrual. Durante la
fase proliferativa, el endometrio responde al ambiente endocrino para sostener
una extensa proliferación. Esta fase es variable en duración y el estradiol es
la hormona dominante. En la ovulación, el oocito es liberado por el folículo
ovárico dominante. El folículo luego se transforma en cuerpo lúteo, el cual
secreta progesterona y provoca una fase secretora dominante en progesterona,
que típicamente dura 14 días. Durante esta fase, en presencia de altos niveles
de estradiol y progesterona, las células del endometrio tienen cambios morfológicos
y funcionales, un proceso conocido como decidualización. Con la degradación del
cuerpo lúteo en la fase secretora tardía, los niveles de progesterona y
estradiol disminuyen. Como consecuencia de la disminución de progesterona hay
una respuesta temporal y espacial en la capa funcional superior del endometrio
que culmina con la menstruación. Los eventos celulares y moleculares incluyen
apoptosis, llegada de mediadores inflamatorios y la inducción de la expresión
de metaloproteinasas de la matriz (MMP). La fase peri-menstrual comprende la
transición de la fase secretora, a través de la degradación y reparación
menstrual, para la regeneración en la fase proliferativa.
El endometrio es un tejido blanco para
hormonas esteroides y su forma y función son enteramente gobernadas por el
ambiente endocrino prevalente. Por tanto, la exposición a hormonas endógenas y
exógenas afecta los patrones de
sangramiento endometrial. El estradiol y la progesterona afectan al endometrio
primariamente vía receptores, el receptor de estrógenos (ER) y el receptor de
progesterona (PR). Estos receptores actúan como factores de transcripción
activados por ligando. El PR es codificado en un gen localizado en el cromosoma
11 y tiene dos isoformas principales, PR-A y PR-B. Estas isoformas son
estructuralmente casi idénticas. El PR-A es la isoforma dominante y por tanto,
el mediador primario de la acción de la progesterona y un inhibidor de PR-B. La
expresión de PR en el útero es estimulada por estrógenos vía ERα y por tanto, la
respuesta a la progesterona depende de una adecuada respuesta a los estrógenos.
El PR está localizado en el núcleo de células epiteliales y del estroma durante
la fase proliferativa del endometrio. La expresión de PR persiste en el núcleo
del estroma de la capa funcional del endometrio durante la fase secretora,
particularmente en la región perivascular.
En la ruta de señalización genómica, cuando
la progesterona se une con el PR en su dominio de unión a ligando ocurre un
cambio conformacional y el complejo progesterona-PR se traslada al núcleo de la
célula. El complejo progesterona-PR interactúa con componentes
transcripcionales y se une con elementos de respuesta a la progesterona en los
genes blancos. Las proteínas co-reguladoras son requeridas para implementar
efectos que modifican la transcripción, aumentando (co-activadores) o
disminuyendo (co-represores) el nivel de actividad transcripcional. Dos
isoformas de ER han sido identificadas, ERα codificada por el gen ESR1 localizado en el cromosoma 6 y ERβ codificada por el gen ESR2 localizado
en el cromosoma 10. ERα y ERβ son expresados en el epitelio glandular y el
estroma en la fase proliferativa del ciclo menstrual. Durante la fase
secretora, los niveles de ER disminuyen en el epitelio glandular y el estroma.
Los niveles de ERβ también disminuyen en
el epitelio glandular en la fase secretora, pero se mantienen sin cambios en el
estroma endometrial.
La disponibilidad de esteroides sexuales
biológicamente activos en el endometrio
depende de la acción de las enzimas locales que metabolizan esteroides
sexuales. Los esteroides sexuales producidos localmente pueden ejercer su
acción en las células que los sintetizan sin ser liberados en el espacio extracelular, un concepto conocido
como intracrinología. El medio endocrino local juega un rol crucial en la
regulación de la función endometrial. Los estudios del metabolismo de hormonas esteroides endometriales
inicialmente demostraron la actividad sulfatasa de esteroides y posteriormente
la actividad de la 17β-hidroxiesteroide deshidrogenasa. Estas enzimas están
involucradas en la disponibilidad de ligando y, por tanto, en la modulación del
ambiente hormonal local del endometrio. La biosíntesis de novo de esteroides
requiere colesterol, el cual es llevado a la membrana mitocondrial interna por
una proteína reguladora para el clivaje de la cadena lateral por la CYP11A1 y
formar pregnenolona. La pregnenolona tiene dos conversiones enzimáticas mediadas vía CYP17A1, la primera
a 17α-hidroxipregnenolona y luego vía 17,20 liasa a dehidroepiandrosterona
(DHEA). El endometrio exhibe actividades oxidativas y reductivas y también
tiene la capacidad para metabolizar compuestos sulfatados como DHEA para formar
andrógenos y estrógenos. La DHEA es
convertida en androstenediona por la 3β-HSD, la cual es expresada en células
del estroma endometrial. La enzima 17β-HSD2 es responsable de la conversión de
estradiol y testosterona en estrona y androstenediona, respectivamente, y la
conversión de 20-hidroxiprogesterona a progesterona biológicamente activa.
La expresión de AR varía a través del ciclo
menstrual en la capa funcional del endometrio, tanto en el estroma como en las
células epiteliales. El AR es predominantemente expresado en el estroma
endometrial durante la fase proliferativa, con disminución de la expresión en
la fase secretora. La expresión de AR ha
sido observada en las glándulas endometriales en la fase secretora tardía o
decidualización. Los andrógenos tienen impacto en la proliferación, migración y
supervivencia de las células del estroma en el endometrio humano. Por otra
parte, el efecto anti-inflamatorio de los glucocorticoides, es mediado por el
cortisol que se une al receptor glucocorticoide (GR) en el estroma, células
epiteliales y células naturales Killer uterinas. El cortisol también inhibe la
angiogénesis interactuando directamente con el GR en el endotelio vascular. La
enzima 11β-HSD1 convierte a la menos potente cortisona en cortisol y la
reacción reversa es catalizada por 11β-HSD2. La 11β-HSD1 es regulada al alza en
el tiempo de la menstruación, lo cual coincide con los máximos niveles
endometriales de GR y el máximo efecto del cortisol.
La decidualización es un proceso dependiente
de progesterona que asegura que el endometrio se adapte de un fenotipo proliferativo
a uno que apoyará un embarazo. Ocurre espontáneamente en el endometrio humano y
no requiere la presencia de un embrión. La decidualización se debe al aumento
en la progesterona secretada por el cuerpo lúteo después de la ovulación y a la producción de
cAMP a través del estroma endometrial. En ausencia de la implantación del
embrión, los niveles de progesterona caen y la decidualización provoca el
sangramiento menstrual y la regeneración cíclica del endometrio. Durante la
decidualización, la acción de la progesterona en las células del estroma
endometrial resulta en su transformación de una morfología alargada a una
morfología redonda. Adicionalmente, la progesterona induce la expresión de
proteínas dependientes de progesterona como prolactina y proteína 1 que se une
al factor de crecimiento similar a insulina. La “resistencia a la progesterona”
es un término usado para describir una respuesta endometrial anormal al
incremento postovulatorio en los niveles de progesterona y a menudo se
manifiesta como una decidualización deficiente. La decidualización es considerada
como un prerrequisito para la menstruación.
La menstruación ocurre después de la
desintegración del cuerpo lúteo y la caída de progesterona y estradiol
dispara apoptosis endometrial,
inflamación, hipoxia y degradación tisular. Hay dos componentes que subyacen a
la fase menstrual, el primero es dependiente de progesterona y el segundo
independiente de progesterona. Una vez que ocurre la disminución de
progesterona, una hormona anti-inflamatoria, el endometrio es expuesto a un
ambiente local rico en citoquinas y prostaglandinas. La generación de
mediadores inflamatorios es coordinada por las acciones del factor de
transcripción NF-κB, el cual regula los genes involucrados en el proceso
inflamatorio. Durante la fase secretora dominada por progesterona del ciclo menstrual,
la progesterona inhibe al NF-κB, pero con la disminución de progesterona en la
fase secretora tardía, este efecto inhibidor no está presente. Posteriormente,
el NF-κB degrada a su inhibidor, IκBα, lo cual provoca un incremento
endometrial local en citoquinas,
quimioquinas y producción de MMP. La inhibición de la actividad de MMP en
respuesta al estradiol y la progesterona circulante mantiene al endometrio
secretor. Esta inhibición es revertida con la disminución de progesterona. La
regulación al alza de MMP y la menstruación están asociada con la disminución
de progesterona más que con la disminución de estrógenos en la fase secretora
tardía del ciclo menstrual. La apoptosis ocurre en el epitelio glandular y
posteriormente en el estroma antes del sangramiento endometrial. Como resultado
del incremento en los niveles de
citoquinas y quimioquinas en el endometrio, hay una entrada de células
inmunes innatas en el endometrio, activación de MMP y degradación de la matriz
extracelular. La disminución de progesterona y la posterior cascada
inflamatoria, culmina en la menstruación.
Para que ocurra la regeneración tisular, tres
factores se deben coordinar para asegurar el cese del sangramiento menstrual.
Primero, vasoconstricción de las arterias espirales. La eficiente
vasoconstricción de las arteriolas endometriales es necesaria para limitar el
flujo sanguíneo menstrual. Segundo, una efectiva respuesta homeostática que
incluye la reparación de los vasos dañados. Tercero, re-epitelización en tiempo
apropiado del endometrio basal.
La hipoxia es necesaria para la eficiente
reparación endometrial en la menstruación. El factor inducible por hipoxia
(HIF) está compuesto por una subunidad α y una subunidad β y es el regulador
master de la respuesta celular a la hipoxia. En condiciones de normoxia, la
subunidad α es rápidamente degradada por
el proteosoma y el HIF es inactivo. La degradación de HIF1α es prevenida bajo
condiciones hipóxicas para que pueda unirse a la subunidad HIF1β e incrementar
la transcripción de los genes que contienen elementos de respuesta a la hipoxia.
Este incremento en la transcripción inicia la expresión de factores del huésped
involucrados en metabolismo, angiogénesis y reparación de tejido, incluyendo al
VEGF. EL HIF1α solo está presente en el endometrio humano en el tiempo de la
menstruación.
La fibrinólisis endometrial juega un
importante rol en la menstruación normal y la limitación de la pérdida de
sangre. En la menstruación, la
disrupción de vasos sanguíneos después del daño endometrial resulta en la
adherencia de plaquetas al colágeno o a la membrana basal dañada. La agregación
plaquetaria dispara una cascada de coagulación, la cual es activada por dos
rutas, intrínseca y extrínseca. Cada cascada resulta en la conversión del
factor X en Xa, el cual cataliza la conversión de pro-trombina en trombina,
provocando la formación de un coagulo de
fibrina. El sistema fibrinolítico media la degradación del coagulo de fibrina.
La fibrinólisis involucra la conversión de plasminogeno a plasmina activa,
promoviendo la degradación de depósitos de fibrina, lo cual provoca la
formación de D-dímeros. El activador de plasminogeno y la uroquinasa orquestan la producción de
plasmina. El inhibidor de activador de plasminogeno inhibe la actividad fibrinolítica
y tiene importantes funciones reguladoras en homeostasia, recambio de matriz
extracelular y adhesión de células. El endometrio humano expresa activador de
plasminogeno, uroquinasa y receptor de uroquinasa.
El miometrio está compuesto por músculo liso
que se contrae en diferentes direcciones dependiendo de la fase del ciclo
menstrual. El miometrio se contrae de manera anterógrada (del fundus al cérvix)
en el tiempo de la menstruación para expulsar los restos menstruales y luego de
manera retrógrada (del cérvix al fundus). Las contracciones miometriales pueden
ser requeridas para facilitar el transporte de espermatozoides hacia la cavidad
uterina. La contractilidad de las células de músculo liso disminuye con la
edad, sugiriendo que el envejecimiento causa un cambio funcional en las
células. Estas contracciones miometriales también conocidas como ondas
endometriales se originan en la capa sub-endometrial del miometrio. En la fase
folicular temprana, las ondas endometriales ocurren una o dos veces por minuto,
tardan 10-15 segundos y tienen baja amplitud. Durante la ovulación, esta
frecuencia incrementa por tres o cuatro veces por minuto. En la fase luteal, la
frecuencia y amplitud de las ondas endometriales disminuyen para facilitar la
implantación del embrión. En ausencia de implantación, su frecuencia se
mantiene baja, pero su amplitud incrementa dramáticamente. Las características
estructurales patológicas más comunes en el miometrio son los fibroides
uterinos y la adenomiosis.
En conclusión, la menstruación es un proceso
fisiológico típicamente no complicado. Sin embargo, un tercio de las mujeres
son afectadas con SAU en algún momento de su vida reproductiva. La menstruación es un fino balance entre
proliferación, decidualización, inflamación, hipoxia, apoptosis, hemostasia,
vasoconstricción, reparación y regeneración. Una gran proporción de mujeres con
SAU globalmente también tienen deficiencia de hierro o IDA. Una pobre salud
menstrual tiene un impacto negativo sobre el
bienestar físico, mental, social, emocional y financiero. La Federación
Internacional de Ginecología y Obstetricia ha producido una terminología
estándar y un sistema de clasificación para las causas de SAU. Esta
estandarización facilitará el diagnóstico y el manejo clínico del SUA.
Fuente: Jain V et
al (2022). Uterine bleeding: how understanding endometrial physiology underpins
menstrual health. Nature Reviews Endocrinology 18: 290-308.