Metabolismo en las placas ateroescleróticas
La ateroesclerosis
es la principal causa de enfermedades cardiovasculares (ECV) como infarto de
miocardio y enfermedad vascular periférica que provocan alta mortalidad y
morbilidad en el mundo. La ateroesclerosis es un desorden multifactorial
relacionado con otras enfermedades y/o factores de riesgo incluyendo
hiperlipidemia, diabetes mellitus, hipertensión arterial, tabaquismo y
sedentarismo. El proceso ateroesclerótico comienza muy temprano en la vida, y
los “streaks” grasos, los primeros signos de la enfermedad, han sido reportados
en fetos humanos de madres hipercolesterolémicas. En la mayoría de los casos,
la ateroesclerosis se mantiene asintomática por décadas. Sin embargo, los
cambios ocurren cuando se producen reducciones significativas en el flujo
sanguíneo causadas por el crecimiento de las placas y la estenosis luminal o la
obstrucción trombótica aguda inducida por erosión endotelial o ruptura de la placa. Un gran cuerpo de evidencia apunta
hacia interacciones del sistema inmune con los clásicos factores de riesgo para
manejar la inflamación, el más importante factor que maneja la formación e
inestabilidad de la placa.
Es reconocido que la ateroesclerosis es una
enfermedad inflamatoria crónica iniciada por retención y modificación de
lipoproteína de baja densidad (LDL) en la capa íntima de arterias grandes y de
mediano tamaño, lo cual activa el endotelio y promueve la infiltración de
células inmunes. Los macrófagos residentes en tejido y los derivados de
monocitos son los tipos de células inmunes más comunes que se encuentran en las
placas en crecimiento. Después de la desregulación de la captación de LDL
modificadas, los macrófagos se convierten en células foam que son atrapadas en
la pared del vaso, eventualmente mueren y aumentan el proceso inflamatorio
local. Compuesto primariamente por células de músculo liso (CML) y colágeno, un
cap fibroso es formado para estabilizar
la lesión y prevenir moléculas pro-trombosis procedentes de la capa íntima que
contactan con la corriente sanguínea. Sin embargo, el proceso inflamatorio en
la pared vascular puede provocar alta expresión de metaloproteinasas (MMP) y
otros mediadores que pueden causar adelgazamiento y ruptura de la placa
ateroesclerótica. No solo los macrófagos, también las células T son abundantes
en las placas ateroescleróticas. La población de células T más común, células T
helper (Th)1 acelera la enfermedad, especialmente secretando interferon γ (IFNγ)
el cual actúa como pro-inflamatorio desestabilizando la placa. La
hipercolesterolemia ha sido asociada con la expansión de distintos tipos de
células T CD8+ que también pueden influir en la enfermedad. Además de inhibir
la proliferación de CML y reducir su capacidad para producir colágeno, el IFNγ
puede inducir polarización de macrófagos M1 y la secreción de interlequinas
(IL) IL1β, IL-12 y TNF, todos jugadores claves en la aterogénesis. El medio de
citoquinas producido por células inmunes y vasculares puede inducir alta
expresión de moléculas co-estimuladoras CD80 y CD86 y complejo mayor de
histocompatibilidad clase II (MHCII) lo cual crea un asa pro-inflamatoria
provocando un incremento en la respuesta Th1.
Contrarrestando las respuestas
pro-inflamatorias en la pared vascular, los macrófagos polarizados M2 y las
células T reguladoras (Treg) actúan en esa dirección. Los macrófagos M2
secretan IL-10 y resuelven mediadores lípidos que pueden limitar la activación
inmune, incrementan la esferocitosis y promueven la resolución de la
inflamación vascular. Las células Treg apoyan estos procesos por diferentes
mecanismos, incluyendo la inhibición de respuestas tipo I, a través de la
secreción de TGFβ e IL-10 y efectos mediados por interacciones de la proteína 4 asociada a linfocitos
citotóxicos (CTLA4) con CD80/CD86 y promoviendo la polarización de macrófagos
M2.
Las respuestas inmune innata y adquirida
pueden influir en todos los estados de la ateroesclerosis. Los datos de modelos
animales indican que modulando los repertorios de células inmunes y sus
mediadores secretados en la pared arterial, como citoquinas y moléculas
co-estimuladoras y usando diferentes protocolos de tolerancia se pueden
prevenir ECV ateroescleróticas.
El metabolismo y la inducción de respuestas
inmunes están muy relacionadas. La mayoría de funciones básicas de las células
inmune como la síntesis de mediadores inmunes incluyendo citoquinas y
quimioquinas y la formación de nueva membrana celular permitiendo la
proliferación, la abundancia microambiental o sistémica de diferentes
nutrientes y sus metabolitos pueden modular la diferenciación de células
inmunes y su polarización así como su función, lo cual resulta en respuestas
protectoras.
El metabolismo celular para generar ATP involucra
una serie de reacciones termodinámicamente desfavorables que, además de
energía, pueden proporcionar los elementos necesarios para la síntesis de
macromoléculas. El metabolismo energético es dinámicamente regulado en los
macrófagos y puede ayudar a estas células a adaptarse a nuevas funciones. La
glucosa es la principal fuente de ATP para la mayoría de los tipos de células,
incluyendo macrófagos y células T. Una vez que la glucosa cruza la membrana
plasmática y entra a la célula es metabolizada a través de dos rutas metabólicas
principales, glucólisis y ruta de las pentosas fosfato (PPP). En normoxia, es
de esperar que la glucólisis regule la
formación de piruvato el cual es metabolizado a través del ciclo TCA en la
mitocondria involucrando una serie de reacciones llamada fosforilación
oxidativa (OXPHOS), que genera 36 moléculas de ATP. En un ambiente anaeróbico,
es de esperar que el metabolismo del piruvato provoque un incremento de la
formación de lactato y menores cantidades de ATP (2 moléculas).
En el
estado estacionario, los macrófagos adquieren energía eficientemente usando la
ruta OXPHOS. Por el contrario, los macrófagos polarizados (M1 y M2) adquieren
características metabólicas de producción de energía que reflejan distintos
microambientes. En su estado de polarización extrema, los macrófagos M1, los
cuales pueden ser inducidos por lipopolisacáridos (LPS) e IFNγ y los macrófagos
M2 no clásicos que pueden ser inducidos por IL-4 e IL-13 exhiben perfiles
metabólicos muy distintos. El receptor similar
a Toll 4 (TLR4) y el receptor de IFNγ (IFNR), NF-κB y la señal AKT disparan alteraciones
metabólicas claves en los macrófagos, incluyendo incremento en la captación de glucosa y la activación del
factor de transcripción inducible por hipoxia-1α (HIF-1α) e incremento de flujo
de glucosa hacia la formación de lactato debido a la regulación al alza de la
piruvato deshidrogenasa quinasa 1 (PDK1) y la lactato deshidrogenasa A (LDHA).
Estos cambios son necesarios para que los macrófagos M1 lleven a cabo
efectivamente la fagocitosis, la producción de especies reactivas de oxígeno
(ROS) y secreten citoquinas pro-inflamatorias. Paralelo a la glucólisis, la PPP
maneja la generación de ribosa-5-fosfato y nicotinamida adenina dinucleótido
fosfato (NADPH). La ribosa-5-fosfato es un precursor de nucleótidos y
aminoácidos, mientras la NADPH es usada por varias enzimas en los macrófagos,
incluyendo NADPH oxidasa, la cual puede influir en la generación de ROS en los
macrófagos.
Las alteraciones metabólicas en los
macrófagos no se limitan a la glucólisis y los experimentos con macrófagos M1
revelan que el ciclo TCA es truncado, resultando en reducción de las
actividades de la succinato deshidrogenasa (SDH) y la isocitrato deshidrogenasa (IDH),
provocando una sobre carga de succinato y citrato, respectivamente. El exceso
de citrato en el citoplasma incrementa
la producción de acetil coenzima A (CoA), la cual influye en la síntesis de
ácidos grasos. En este contexto, la ATP citrato liasa (ACLY), la cual cataliza
la transformación de citrato en acetil-CoA y oxaloacetato es inducida por
ligandos TLR y está implicada en la producción de IL-1β, CXCL1 e IL-12. El
succinato acumulado en el citoplasma puede estabilizar al HIF1α
independientemente de condiciones normóxicas o hipóxicas e influir en la
transcripción de mediadores metabólicos e inflamatorios. El succcinato también
puede influir en la inflamación a través de la succinalación de la piruvato
quinasa M2 (PKM2) y activa la señal del receptor acoplado a proteína G (GPR-91),
ambos mecanismos han sido asociados con la regulación de la producción de
IL-1β.
Además de la glucólisis y la PPP, la glucosa
puede ser metabolizada vía biosíntesis de hexosamina (HBP), provocando la
generación de uridin difosfato N-acetilglucosamina (UDP-GlcNAc). Cuando la
disponibilidad de glucosa es limitada, el ATP puede ser generado a través de la
oxidación de ácidos grasos (FAO). Los macrófagos son capaces de captar
diferentes formas de lípidos como ácidos grasos unidos a albúmina, LDL, VLDL,
HDL y lipoproteínas modificadas a través de receptores específicos incluyendo
CD36. Intracelularrmente, los ácidos grasos libres alcanzan las mitocondrias
donde tiene lugar la FAO y provocan la producción de acetil-CoA, NADH y FADH2,
las cuales entran al ciclo TCA y la cadena transportadora de electrones para
producir ATP.
Los macrófagos M2 polarizados promueven
principalmente respuestas anti-inflamatorias. En general, el metabolismo de los
macrófagos M2 es comparable con el metabolismo de los macrófagos quiescentes y
desviado hacia la OXPHOS y la FAO. Esta propensión de los macrófagos M2 a
metabolizar lípidos está asociada con el incremento de lipoproteína lipasa
(LDL) y la expresión de CD36, lo cual facilita la captación y el transporte
intracelular de ácidos grasos. Sin embargo, estudios recientes sugieren que el
metabolismo en los macrófagos M2 podría ser más complejo y demuestran que la
carnitina palmitoil transferasa 2 (CPT2) es dispensable para la polarización de
los macrófagos M2 mientras la glucólisis juega un rol clave en las primeras
etapas de la polarización.
Los macrófagos utilizan glutamina en altas
tasas y dependen de fuentes extracelulares de este aminoácido. La glutamina
puede promover la síntesis de otros aminoácidos, nucleótidos, NADPH y
constituye una fuente energética clave. El flujo de glutamina hacia el ciclo
TCA es un mecanismo por el cual la síntesis de susccinato es promovida en los
macrófagos M1. El exceso de succinato también puede ser generado a través del
“shunt” del GABA en el cual la glutamina
es metabolizada en glutamato, GABA, succinil semialdehído y posteriormente succinato.
Hay un cuerpo de evidencia que relaciona el
metabolismo del triptófano (Trp) a través de la ruta kinurenina con el
mecanismo de tolerancia periférica. Está demostrado que durante la inflamación,
la indolamina 2,3-dioxigenasa (IDO) 1, la primera etapa limitante en esta ruta es sobre expresada. La sobre
expresión de IDO maneja la depleción local de Trp así como la producción de
metabolitos bioactivos, los cuales a través
de interacciones con receptores específicos pueden regular la división
celular y desviar la producción de citoquinas hacia un fenotipo
anti-inflamatorio.
Es ampliamente reconocido que la arginina es
un aminoácido muy importante en las ECV, actuando como sustrato para la
formación de óxido nítrico (NO), el cual es una molécula de señalización clave
que regula el tono vascular y la presión sanguínea. En los macrófagos, el NO
puede prevenir la repolarización de M1 a M2 interfiriendo con la cadena
transportadora de electrones mitocondrial. Los macrófagos M2 sobre expresan ARG1,
lo cual provoca la formación de urea y ornita que posteriormente son
metabolizadas a poliaminas y prolina.
Una respuesta básica de una célula T
involucra una rápida proliferación y producción de moléculas efectoras. En
presencia de un antígeno presentado por
moléculas MHC, las células T son rápidamente activadas, lo cual demanda una
rápida producción de energía a través de la glucólisis. El perfil metabólico de una célula T activada
se caracteriza por un desvío de la OXPHOS, lo cual es descrito como la ruta
central de producción de energía de la célula T en reposo. En comparación con
los macrófagos, las células T exhiben tasas metabólicas más bajas y demandas
bajas de energía para su supervivencia. La energía producida vía OXPHOS no es
suficiente para los nuevos
requerimientos de la célula T. La activación aumenta no solo las necesidades de
energía sino también las necesidades de precursores metabólicos intermediarios que pueden ser obtenidos a
través de la regulación al alza de la glucólisis. En este contexto, las células
T activadas se caracterizan por incremento en la captación de glucosa y la
regulación al alza de diferentes enzimas glucolíticas, lo cual incrementa la
producción intracelular de piruvato y lactato. A través de la regeneración de
NAD+ y el mantenimiento favorable de la relación AMP/ATP, la glucólisis asegura
una abundancia de intermediarios metabólicos para la síntesis de lípidos,
proteínas y ácidos nucleicos y proporciona los medios para el mantenimiento de
un balance redox estable. La glucólisis también puede regular directamente la
secreción de citoquinas. La activación de la célula T al aumentar la glucólisis
también dispara la ruta PPP. Esta ruta proporciona precursores para la síntesis
de nucleótidos, aminoácidos aromáticos y NADPH, la cual está involucrada en el
mantenimiento del glutatión reducido y apoya la síntesis de lípidos. Aunque la
glucosa es considerada el nutriente más crítico en las células T, la glutamina
también puede ser esencial para la activación de células T. Después de la
activación, las células T CD8+
proliferan y se diferencian en células efectoras citotóxicas, mientras las
células T CD4+, dependiendo del contexto del microambiente puede diferenciarse
en un efector T distinto, incluyendo Th1, Th2, Th17 o células reguladoras
(Treg). Comparadas con otras células T efectoras, las células Treg exhiben un
perfil metabólico peculiar. La activación de la ruta mTORC favorece la
diferenciación de células T efectoras y suprime la generación de células Treg.
Sabemos ahora que los perfiles metabólicos de las células T efectoras son
preferencialmente glucolíticos debido a la activación de mTOR, mientras en las
células Treg, la energía es generada principalmente a través de FAO y OXPHOS.
Estudios recientes han revelado un ambiente metabólico
complejo en las placas ateroescleróticas. Se Ha sugerido que las placas
inestables exhiben incremento de la glucólisis, elevada utilización de
aminoácidos y disminución de la FAO en comparación con las placas estables. Las
placas ateroescleróticas son tejidos muy complejos compuestos de lípidos
(colesterol, esteres de colesterol y fosfolípidos), un amplio rango de células
inflamatorias (especialmente monocitos/macrófagos y linfocitos), CML
(contráctiles y transdiferenciadas) y varios elementos fibroso, incluyendo
tejido conectivo y proteínas de la matriz extracelular (colágeno,
proteoglucanos y fibras de fibronectina elástica). Los factores metabólicos
vasculares y las células inmunes, así como la acumulación de metabolitos
extracelulares podrían ayudar a explicar los diferentes fenotipos de las placas
ateroescleróticas.
Las placas ateroescleróticas de humanos y
ratones exhiben mayor captación de glucosa que los vasos sanos. Los estudios de
imágenes demuestran que los macrófagos en las placas ateroescleróticas sobre
expresan enzimas glucolíticas e incremento de metabolitos derivados de la
glucólisis y la PPP, como citrato, fumarato y succinato, similar a lo observado
en leucocitos activados. En la ateroesclerosis humana, la regulación
glucolítica de la función de los macrófagos es crucial. Las investigaciones
demuestran que monocitos y macrófagos de pacientes con ateroesclerosis exhiben
incremento del flujo glucolítico. Este incremento en la glucólisis promueve la
dimerización de PKM2 y su translocación nuclear, provocando un incremento en la
expresión de IL-6 e IL-1β. Estudios in vivo con placas ateroescleróticas
humanas demuestran que la LDL oxidada (oxLDL) y la hipoxia incrementan la
glucólisis y promueven un fenotipo pro-inflamatorio en los macrófagos.
Entonces, el incremento en la captación de glucosa en las placas
ateroescleróticas podría ser una consecuencia de la adaptación de los
macrófagos a la hipoxia y al microambiente metabólico de la placa ateroesclerótica.
Los mecanismos de biosíntesis de ácidos
grasos y síntesis de colesterol son regulados al alza en las células T
activadas. El colesterol y los derivados de colesterol pueden dar forma a la fluidez de la membrana y participar en la
dinámica de las balsas lipídicas, cambiando la co-localización de receptores
cruciales, incluyendo sinapsis inmunológicas. La homeostasis intracelular de
colesterol es crucial para el mantenimiento de la estabilidad y función de las
células Treg. La acumulación intracelular de colesterol puede afectar la
membrana de las balsas lipídicas rica en receptores de IL-2 y abolir la señal
IL-2 y la función y homeostasis de las células Treg.
En conclusión, similar a otras condiciones
inflamatorias, el proceso inflamatorio ateroesclerótico en la arteria ha sido
asociado con una desregulación de la respuesta metabólica local. El incremento
en el metabolismo energético caracterizado por alta glucólisis, hipoxia, ciclo
TCA truncado, síntesis de ácidos grasos y metabolismo defectuoso de aminoácidos
están asociados con inflamación y acumulación de lípidos en la placa
ateroesclerótica. Por otra parte, alta OXPHOS y FAO están asociados con disminución de la
inflamación y potencialmente con limitada progresión de la ateroesclerosis. Hay
evidencia acumulada que el inmunometabolismo es afectado por factor
pro-aterogénesis en la sangre así como
también en el ambiente de la placa ateroesclerótica.
Fuente: Forteza
MJ, Ketelhuth DFJ (2022). Metabolism in atheroesclerotic plaques: immunoregulatory
mechanisms in the arterial Wall. Clinical Science 136: 435-454.
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