Estrés y eje reproductivo
Varios estudios han demostrado que la reactividad del eje
hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA) adulto puede ser alterada tempranamente en
la vida por diferencias en el cuidado materno. En ratas de laboratorio, la
manipulación neonatal, la cual consiste en períodos de separación diaria de madre y crías
(usualmente menos de 15 minutos) antes del destete y la separación materna, la
cual incluye el retiro repetido de las
crías o la madre por 3 a 8 horas por día durante las primeras dos semanas
postnatales pueden alterar la conducta reproductiva de varias maneras. Por otra
parte, es conocido que los esteroides gonadales modulan activamente la función
del eje HHA en adultos. Los estudios con ratas hembras han encontrado niveles
elevados de hormona adrenocorticotropina
(ACTH) por estrés agudo en el proestro. En monas, el estradiol incrementa los niveles de ACTH y cortisol y en
mujeres, el ejercicio aumenta los niveles de ACTH y arginina vasopresina
solamente en la fase luteal media cuando
las hormonas ováricas están aumentadas. En ratas machos, la testosterona
disminuye la respuesta de los glucocorticoides y la ACTH al estrés. Más aún, la
gonadectomía incrementa los niveles de
glucocorticoides y ACTH en ratas machos y esto puede ser normalizado con el tratamiento con andrógenos. Estos datos sugieren
que los esteroides gonadales modulan al eje HHA en ambos sexos. Por
el contrario, la activación del sistema estrés, especialmente el estrés
crónico, tiene un efecto inhibitorio
sobre la secreción de hormonas gonadales. Por ejemplo, el estrés y las hormonas
del estrés inhiben la liberación de hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH)
en el hipotálamo y los glucocorticoides inhiben la liberación de hormona
luteinizante (LH) en la hipófisis y la secreción de estrógenos y progesterona
por el ovario y de testosterona por el testículo. En las hembras, el estrés
actúa mediando la actividad del eje hipotálamo-hipófisis-gónada (HHG) a través de la activación de una ruta neural simpática que se origina
en el hipotálamo y libera noradrenalina en el ovario. El efecto deletéreo que
esta ruta simpática puede tener sobre el
ovario es uno de los principales efectos del estrés sobre el eje HHG.
Los estudios epidemiológicos en humanos y experimentales en animales demuestran que las experiencias sociales en
la vida temprana influyen en el funcionamiento de los procesos fisiológicos en la adultez. En este sentido, la separación
materna es un buen modelo animal de estrés en la vida temprana. La separación
materna produce efectos significativos en la fisiología reproductora masculina
como latencias de intromisión más largas
y una reducción en el porcentaje de eyaculaciones, pero no afecta la
función reproductora femenina. Por otra parte, la manipulación neonatal reduce
la conducta sexual en machos y hembras,
disminuye la receptividad sexual,
incrementa la frecuencia de ciclos estrales anovulatorios y altera los
perfiles de varias hormonas relacionadas con la ovulación y la conducta sexual. Estos hallazgos
sugieren que la calidad de los cuidados
recibidos durante el período postnatal temprano
programa al eje HHG en las ratas e influye en la conducta sexual,
especialmente en ratas hembras. También las áreas cerebrales involucradas en el
control del eje HHG y la conducta sexual (hipotálamo ventromedial y núcleo
periventricular ventral anterior) muestran menor expresión de ERα, lo cual se
correlaciona con fallas en la estrategia reproductiva de estos animales. Se ha
propuesto que el cuidado maternal induce
modificaciones internas que pueden programar las estrategias reproductivas en
la rata hembra. Esta programación neuroendocrina apunta hacia una mayor
fecundidad.
La estimulación del núcleo paraventricular del hipotálamo viaja por una ruta multisináptica al ganglio
celíaco, el cual emite proyecciones al ovario como fibras simpáticas
postganglionares que regulan la esteroidogénesis y el desarrollo folicular
temprano. Los cambios crónicos (disminución o incremento) en la descarga
simpática del ovario pueden causar alteraciones profundas en la función
ovárica. Dado que los nervios simpáticos estimulan la secreción de andrógenos en el ovario, existe la
posibilidad que la hiperactividad de los
nervios simpáticos pueda participar en el desarrollo y mantenimiento de quistes
ováricos. La potencial contribución del sistema nervioso simpático al síndrome
de ovarios poliquísticos (PCOS) ha sido sugerida en varios estudios,
especialmente a partir del hallazgo del
aumento de la secreción de andrógenos y progesterona por la
noradrenalina en el ovario. De acuerdo con esta hipótesis, el exceso de
andrógenos en la vida temprana puede proporcionar un medio hormonal que resulta
en PCOS en la adultez, pues el PCOS está altamente asociado con condiciones en
las cuales el feto ha sido expuesto a altas cantidades de esteroides sexuales durante el embarazo. El
hecho de que el ovario se comunique con
el hipotálamo a través de una ruta multisináptica implica que un
estimulo de origen central podría
afectar la función del ovario de una manera independiente del control mediado por las gonadotropinas. Por ejemplo,
el frío, agudo o crónico, ha sido
descrito como un estresor que activa el
sistema nervioso simpático y altera la función del ovario. Cuando el frío
afecta por más de cuatro semanas a un grupo de folículos se acelera la transición de
folículos antrales a folículos preovultorios que no son capaces de ser
liberados en la ovulación y por tanto se convierten en folículos con apariencia
prequística, los cuales expresan un compartimento de células tecales
hipertrofiado en paralelo con incrementos en la concentración de noradrenalina
en el ovario. La relación directa entre la activación del receptor
β-adrenérgico y el desarrollo de quistes
en el ovario fue demostrada por la capacidad del propronalol (un antagonista
β-adrenérgico) de revertir la condición hiperandrogénica y la formación de quistes en el ovario. En
resumen, el eje neural que se origina en el núcleo paraventricular del
hipotálamo controla la función del
ovario y los cambios en la actividad de
esta red neural regulan la ovulación.
Por lo tanto, el estrés, especialmente el estrés crónico, puede ser perjudicial
para la reproducción.
Estudios recientes han demostrado que las ratas hembras secretan más CRH y
más glucocorticoides que los machos en
respuesta a un mismo estímulo. Las hormonas gonadales son, al menos en parte,
responsables de estas diferencias sexuales, la administración de andrógenos
disminuye la secreción de ACTH y
glucocorticoides, mientras que la administración de estrógenos la incrementa. En
humanos sin enfermedad psiquiátrica, la diferencia sexual en la función del eje
HHA es menos aparente y a menudo los hombres muestran niveles similares de
cortisol que las mujeres en respuesta a varios estresores agudos. Sin embargo,
varios trastornos asociados con el estrés crónico son más frecuentes en mujeres
que en hombres, incluyendo depresión y desordenes relacionados con ansiedad. La
depresión frecuentemente está asociada con anormalidades del eje HHA y los
niveles de cortisol tienden a ser
mayores en las mujeres deprimidas que en los hombre deprimidos.
Varias líneas de evidencias apoyan una influencia estimuladora de la serotonina (5-HT) sobre el
eje HHA en humanos y roedores, mediada en parte
por el subtipo de receptor 5-HT1A. El dimorfismo sexual en la
función del eje HHA y en el sistema 5-HT proporciona evidencia para sugerir que
el sistema 5-HT cerebral tiene un
potencial mayor para estimular al eje
HHA en las hembras que en los varones.
Las hembras expresan mayores niveles de
5-HT y/o metabolitos que los varones en tallo cerebral, sistema límbico y
corteza cerebral en condiciones basales y en respuesta a varios estímulos. Por otra parte, los
estrógenos disminuyen la función de los receptores 5-HT1A en sitios presinápticos e incrementan la expresión de estos
receptores en sitios postsinápticos en animales no estresados. Los receptores
5-HT1A presinápticos (somatodendríticos) disminuyen la
excitabilidad de las neuronas del rafe y
reducen la síntesis y liberación de 5-HT en estas células, mientras que los
receptores 5-HT1A postsinápticos (heteroreceptores) median la
transferencia de señal a neuronas no
serotoninérgicas del cerebro anterior. Entonces, el efecto estimulador de la
5-HT sobre el eje HHA podría reflejar las influencias inhibidoras y
estimuladoras del receptor 5-HT1A
sobre el núcleo paraventricular del
hipotálamo y sus circuitos. El receptor 5-HT1A no sólo maneja el
efecto estimulador de la serotonina sobre el eje HHA sino que también es un
determinante crítico de la respuesta antidepresiva de la serotonina.
Los estudios con macacus rhesus hembras demuestran que el estrés crónico produce en las hembras
socialmente subordinadas un fenotipo conductual con un eje HHA hipersensible a
los efectos moduladores de los estrógenos y una disminución en el potencial de unión de los receptores
5-HT1A en hipocampo e hipotálamo que es restaurada o invertida por el reemplazo
de estrógenos. En humanos, la reducción central
de receptores 5-HT1A está asociada con psicopatologías. Esto puede
ser particularmente relevante en mujeres
marginadas por su bajo estatus socioeconómico sometidas a estrés psicosocial
prolongado y afectadas desproporcionadamente por psicopatologías.
En conclusión, existe una relación reciproca entre los ejes HHA y HHG, la
activación de uno de ellos afecta la función del otro y viceversa. Por ejemplo,
la testosterona y los estrógenos modulan la respuesta del eje HHA, mientras que
la activación del sistema estrés, especialmente el estrés crónico, tiene un
efecto inhibitorio sobre la secreción de estrógenos y progesterona. Las
alteraciones en el cuidado maternal
pueden tener efectos significativos sobre la fisiología de los ejes HHA
y HHG y la conducta en la adultez. Las acciones de las hormonas gonadales para
mediar las respuestas adaptativas, neuroendocrina y conductual, pueden ser
alteradas por la exposición al estrés crónico. El estrés media la actividad del
eje HHG en mujeres adultas a través de
la activación de una ruta neural
simpática que se origina en el hipotálamo y libera noradrenalina en el ovario,
lo cual conduce a ciclos anovulatorios y al desarrollo de quistes. En la
dirección contraria, las diferencias sexuales y los esteroides sexuales regulan
al eje HHA. Por ejemplo, aunque la serotonina tiene un efecto estimulador
mediado por receptores 5-HT1A sobre el eje HHA en humanos y
roedores, solamente los roedores machos responden a los antagonistas 5-HT1A
incrementando la respuesta de los glucocorticoides al estrés. Por otra parte,
los estrógenos disminuyen la función de los receptores 5-HT1A
presinápticos e incrementan la expresión
de estos receptores en sitios postsinápticos. Estos mecanismos podrían
explicarla la mayor respuesta del eje HHA de las hembras con respecto a la de los varones.
Fuente:
Toufexis D et al (2014). Stress and the
reproductive axis. Journal of Neuroendocrinology 26: 573-586.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario