Acciones fisiológicas de la
hormona de crecimiento
La hormona de crecimiento (GH) es
una proteína de 191 aminoácidos secretada por la hipófisis anterior que
estimula diversas acciones anabólicas en el organismo. Aunque múltiples factores pueden influir en su secreción, el control hormonal primario
es a través de regulación positiva
por la hormona liberadora de hormona de crecimiento (GHRH) y regulación
negativa por la somatostatina. Adicionalmente, se ha descrito un dimorfismo
sexual en los patrones de secreción de la GH con secreción pulsátil en los
varones y secreción continua en las
hembras. Como indica su nombre, su rol
principal es la estimulación del
crecimiento óseo longitudinal, pero la GH también impacta, a través de acciones
coordinadas, el crecimiento, la
diferenciación y el metabolismo de las
células de tejidos como el hígado, el tejido adiposo, el músculo esquelético y
el hueso.
El hígado es uno de los principales órganos blanco para la acción de la GH, en gran parte debido a que es la mayor fuente de factor de
crecimiento similar a insulina 1 (IGF-1) circulante. Es difícil distinguir las acciones de la GH
sobre el crecimiento y el metabolismo
que son dependientes de IGF-1 de las que son independientes de IGF-1, porque en condiciones fisiológicas las dos hormonas son interdependientes. El
hígado también contribuye con las proteínas transportadoras que estabilizan al IGF-1 en la circulación. En particular, la subunidad ácido lábil también es estimulada por la GH a nivel transcripcional. Además del crecimiento, la GH tiene efectos
significativos sobre el metabolismo intermediario en el hígado. La GH actúa
como hormona contrarreguladora para
incrementar los niveles de glucosa en una situación de hipoglucemia a través
del incremento en la producción hepática de glucosa vía glucogenolisis y
gluconeogénesis. No está claro cual de estos dos efectos ejerce el impacto predominante sobre la
producción hepática de glucosa, pero un
estudio reciente ha demostrado el efecto de la GH sobre la expresión de Pepck, el cual codifica a las enzimas claves de la
gluconeogénesis. La GH también ejerce
efectos sobre el metabolismo de los
lípidos en el hígado a través de múltiples mecanismos. La GH tiene un rol fisiológico clave en la secreción hepática de
triglicéridos. Los genes Cd36, Pparg y Pgc1a han sido implicados como los principales blancos
transcripcionales responsables de la esteatosis
en el hígado. La GH induce la fosforilación
de la proteína ligadora del elemento regulador de esterol-1a, un factor de
transcripción que dirige la síntesis de
lípidos y colesterol y la oxidación de ácidos grasos en el hígado. Otros blancos
de la GH en el hígado son los genes
de la familia citocromo P450,
como el Cyp2c11, que funcionan en el metabolismo de drogas y esteroides. El dimorfismo sexual en los patrones de secreción de GH
dirige un patrón de expresión
sexualmente dimórfico de genes
que es especialmente notorio en el caso de los genes CYP. Este perfil de
expresión puede contribuir a las diferencias en los perfiles de lípidos que subyacen
a las diferencias sexuales en el riesgo
de enfermedad cardiovascular. La
GH también es necesaria para la
regeneración normal del hígado.
El papel de la GH sobre la composición
del cuerpo se pone de manifiesto en el incremento de la masa grasa,
especialmente grasa visceral, en los individuos con deficiencia de GH. Un rol
primario de la GH sobre el tejido adiposo es la estimulación de la lipólisis, con un agudo aumento de ácidos
grasos libres. Este efecto es mediado,
en parte, por el incremento de la
actividad de la lipasa sensible a
hormona, pero el mecanismo específico no
ha sido completamente dilucidado.
Además de la lipólisis, la GH tiene roles en la proliferación, la
diferenciación y la muerte de los pre-adipocitos. Fos y Jun son dos prominentes
genes inducidos por la GH en este proceso.
La GH y el IGF-1 juntos promueven el crecimiento, el mantenimiento, la
reparación y la regeneración del músculo esquelético. Los adultos con
deficiencia de GH no tratada tienen
disminuida la masa magra corporal. Las
propiedades anabólicas de estas dos
hormonas en el músculo se caracterizan por incremento de la síntesis -y
disminución de la degradación- de proteínas. El efecto metabólico de la
resistencia a la insulina en el músculo
ha sido atribuido directamente a
la GH.
En el hueso, además de las acciones en la placa de crecimiento para
promover el crecimiento longitudinal, el eje GH-IGF-1 regula el desarrollo y la
mineralización del esqueleto. Ningún
efecto de la GH independiente de IGF-1
ha sido definido en el hueso, lo que indica que el gen Igf1 es también
un efector clave de la acción de la GH en el hueso. Por el contrario, la
producción local de IGF-1 es regulada por
otros mecanismos independientes
de GH, incluyendo la hormona paratiroidea (PTH). Los modelos experimentales en ratones han
revelado que el IGF-1 derivado de los osteoblastos es un determinante clave de
la mineralización ósea.
La GH actúa en las células a través de la unión con su receptor (GHR)
localizado en la membrana celular. El GHR es miembro de la familia de receptores citoquina clase I
con un simple dominio transmembrana. En su estado inactivo, el GHR existe como
un homodímero y sufre un cambio conformacional cuando se une,
a través de los sitios de alta afinidad
de cada una de las dos moléculas
de GHR, a una sola molécula de GH. El GHR no tiene actividad tirosina
quinasa intrínseca; sin embargo, cuando la GH se une al homodímero, la tirosina
quinasa JAK2 se asocia con el dominio citoplasmático de cada
molécula de GHR y se transfosforila. La
JAK2 activada fosforila otros residuos tirosina del dominio citoplasmático del
GHR, los cuales funcionan como sitios de
unión para proteínas intracelulares con
dominios Src homología 2 (SH2) o
residuos fosfo-tirosina. Estas proteínas intracelulares son
fosforiladas por la JAK2. Los
blancos de la JAK2 mejor
caracterizados son miembros de la familia Stat de factores de transcripción.
Todos los miembros de la familia Stat exhiben una organización similar que
incluye un dominio SH2 y un residuo tirosina
cercano al C terminal. Las
proteínas Stat son fosforiladas por la
JAK2 en los residuos tirosina y se
disocian del complejo GH-GHR para formar dímeros con otras proteínas Stat
fosforiladas. Estos dímeros se trasladan al núcleo donde se unen a secuencias de reconocimiento específicas e
intervienen en la transcripción de genes. Las proteínas Stat 1, 3, 5a y 5b
pueden ser fosforiladas con la señal GH,
pero la Stat 5b es reconocida como el principal mediador de la acción de la GH.
Además de la fosforilación del residuo tirosina, las proteínas Stat pueden
tener modificaciones postranslacionales como fosforilación de serina,
acetilación, metilación y sumoilación.
La proteína Stat 5b está
directamente implicada en la regulación
de varios genes estimulados por
la GH tales como Igfals, Socs2 y Cish, además del Igf1. Los perfiles
sexualmente dimórficos de expresión de
genes en el hígado secundarios a las diferencias de género en los patrones de
secreción de GH en la hipófisis también actúan principalmente a través del
factor de transcripción. Los perfiles de actividad Stat 5b recapitulan el
patrón de secreción de GH específico de sexo y la pérdida genética de Stat 5b esencialmente
elimina el dimorfismo sexual en los
perfiles de expresión de genes en el hígado.
Dos rutas de señalización que también son reguladas por la GH son la MAPK y la fosfatidilinositol 3`quinasa
(PI3K). Los modelos convencionales
señalan que estas rutas son activadas por la fosforilación de tirosina de una molécula de proteína adaptadora por la JAK2. En la
ruta MAPK, la proteína adaptadora Shc es fosforilada por la JAK2 y luego actúa
vía Grb2 y SOS para disparar una cascada de fosforilaciones a través de Ras,
Raf, MAPK quinasa y ERK. La ruta PI3K es
activada a través de la fosforilación del sustrato de receptor de insulina 1
(IRS1) través de los mismos efectores de la señal de transducción de insulina e IGF-1. Aunque la ruta clásica de señalización del
GHR requiere la activación de la JAK2, hay evidencia experimental de otras rutas independientes de JAK2. La activación de quinasas de la familia Src por la GH permite una
cascada de señalización que incluye la
activación de ERK. Hay también estudios que sugieren un rol del GHR de localización
nuclear en los efectos de la GH. La
traslocación nuclear de receptores de
membrana ha sido descrita como un hecho
asociado con transformación celular. La acumulación de GHR nuclear ha sido reportada en varios cánceres y en
hepatocitos de rápida proliferación.
Varios mecanismos regulan negativamente las rutas de señalización de la GH.
Por ejemplo, la unión de GH aumenta la tasa de internalización del GHR en un
proceso que es dependiente de ubiquitina. El GHR internalizado es degradado por
proteasomas o lisosomas con lo que disminuye la respuesta a la GH en la célula.
Por otra parte, varias fosfatasas de
tirosina han sido implicadas en la
regulación de señal GH. La interacción
directa entre JAK2 y la fosfatasa de tirosina 1b constituye un mecanismo finamente balanceado de control de la acción de la GH. Asimismo, se ha observado que miembros de la familia de supresores de la señal
citoquina (SOCS) juegan un rol en la regulación negativa de la señal JAK/Stat. Todas las proteínas SOCS tienen un dominio
SH2 que permite interacciones con residuos fosfotirosina, pero emplean diversos
mecanismos para interrumpir la señal GH incluyendo el enmascaramiento competitivo
de los sitios de unión del complejo
GHR-JAK2 que recluta proteínas Stat y adaptadoras, la inhibición de la actividad JAK2 quinasa y la acción
ubiquitina-ligasa que contribuye a la degradación proteasomal de GHR y JAK2. Dado que la GH estimula la transcripción de varios miembros de la familia SOCS vía
Stat 5b se desarrolla un mecanismo integrado de retroalimentación. A nivel de la cromatina, los represores
transcripcionales BCL6 y CUX2 reprimen genes dependientes de Stat5b y activados
por GH. El BCL6 es preferencialmente expresado
en los varones y el CUX2 es específico de las hembras.
Las hormonas o los estados ambientales
influyen en la regulación de genes por la GH. Los estrógenos atenúan la
acción de la GH en el hígado, incluyendo la
producción de IGF-1. El ayuno y la malnutrición producen un estado de
resistencia a la GH que puede ser considerado como adaptación al ayuno. El incremento en los niveles de FGF21, una
hormona inducida por el ayuno, provoca
disminución del crecimiento. Los
estudios moleculares revelan una reducción de la fosforilación de Stat5 y de la expresión de
igf1 en el hígado con un incremento concomitante en la expresión de Socs2.
Adicionalmente, el FGF21 también actúa
en los condrocitos de la placa de crecimiento y ejerce un efecto inhibitorio del
crecimiento. El FGF21 bloquea la
incorporación de timidina estimulada por GH y la expresión de colágeno X. La
desacetilasa de histonas SIRT1 también es activada con el ayuno y se ha
demostrado que interactúa con la Stat5. Los residuos lisina cercanos al sitio tirosina de fosforilación de la Stat5 pueden
ser acetilados y en la interacción con la SIRT1 son desacetilados, lo cual
disminuye la actividad transcripcional de la Stata5. Por otra parte, se ha encontrado que el
receptor glucocorticoide puede interactuar directamente con el N-terminal de la
Stat5 y, en condiciones de niveles
fisiológicos de glucorticoides, puede
actuar como coactivador de la Stat5.
Desde la formulación de la hipótesis somatomedina, el gen Igf1 es
considerado el blanco fisiológico
primario de la acción de la GH, el cual codifica una proteína de 70 aminoácidos con estructura similar a la
insulina. En roedores y humanos, el Igf1 consiste de dos promotores y seis
exones que se extienden sobre 70-80kb de ADN genómico. Se han descrito más de
100 ARNm distintos con especificidad de
tejido y estado de desarrollo. Estos transcriptos primarios provienen de múltiples sitios de iniciación
transcripcional de ambos promotores, “splicing” alternativo y
poliadenilación diferencial, pero todos
son trasladados a sólo dos precursores que son procesados en una hormona peptídica idéntica. P1, el promotor mayor, es activo en todos los
tejidos, mientras que la actividad P2 es restringida primariamente al hígado. La Stat5b activada es necesaria y suficiente para manejar la
transcripción de Igf1con GH.
El hígado es el tejido primario en
el que la GH regula la transcripción del
gen Igf1y por tanto el más estudiado. La expresión de Igf1 en el hígado excede a la de cualquier
otro tejido y la mayor parte del IGF circulante
se origina en el hígado. El gen Igf1 es
expresado en casi todos los tejidos y la
GH estimula su expresión en algunos de
ellos como, por ejemplo, la placa de crecimiento. El consenso actual, sobre la
base de modelos roedores, es que en la placa de crecimiento tanto el IGF-1
local como el IGF-1 endocrino impactan el crecimiento. Estudios recientes
demuestran que la Stat5 es agudamente fosforilada en respuesta a la GH en los
condrocitos de la placa de crecimiento.
En conclusión, la GH tiene prominentes roles en el crecimiento y el
metabolismo y el Igf1 es un blanco transcripcional clave de la señal GH en el hígado y otros tejidos.
Fuente: Chia DJ (2014). Mechanisms of growth
hormone-mediated gene regulation. Molecular Endocrinology 28: 1012-1025.
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