Acciones de los andrógenos en
el ovario
Tradicionalmente los andrógenos han sido considerados perjudiciales para la
función del ovario y a menudo asociados
con la infertilidad femenina. Sin
embargo, con el desarrollo de modelos
animales y de estudios in vivo e in vitro así como reportes clínicos se
ha establecido un nuevo concepto sobre
las acciones de los andrógenos en el desarrollo y la función de los folículos ováricos. En consecuencia,
se acepta actualmente que existe un
balance crítico entre la esencialidad de los andrógenos en el desarrollo
folicular normal y los efectos perjudiciales en condiciones de
hiper-androgenismo, que regula la fertilidad femenina. Mientras el exceso de
andrógenos aumenta el desarrollo folicular y la formación disfuncional de
folículos antrales, lo cual conduce al
síndrome de ovarios poliquísticos, los bajos niveles de andrógenos podrían
estar asociados con anormalidades del crecimiento folicular, baja reserva
funcional ovárica e insuficiencia
ovárica primaria.
La idea de que los andrógenos pueden
regular el desarrollo folicular surgió en la década de los años noventa del
siglo XX con los estudios sobre la expresión del receptor de andrógenos (AR) en
las células foliculares. Los estudios con diversas especies animales reportaron
que el AR es expresado
en las células tecales, las células granulosas y el oocito del folículo
a través de la mayoría de los estadios del desarrollo folicular. Los patrones de expresión de AR pueden variar
entre los diferentes tipos de células del folículo. En la mayoría de especies, el AR es abundante en los estadios pre-antral/antral del desarrollo folicular
pero disminuye cuando el folículo
evoluciona al estadio pre-ovulatorio. En la mujer, el AR es expresado en regiones específicas del folículo en todos
los estadios de desarrollo a partir de folículo primordial. Sobre la base de
los patrones de expresión de AR se ha sugerido
que los andrógenos, a través de un efecto autocrino/paracrino, pueden
regular diferencialmente todos los estadios del desarrollo folicular.
Qué regula la expresión de AR en el folículo, es algo que aún no se conoce
exactamente. Los estudios en primates
demostraron que los andrógenos (testosterona)
en un asa de retroalimentación positiva incrementan la expresión de AR en las células tecales y
granulosas de los folículos pre-antrales,
mientras que los estudios en ratas demostraron que la expresión de AR es
regulada por el desarrollo folicular. En términos generales, se acepta que en
la medida que el folículo crece del
estadio pre-antral al estadio antral/pre-ovulatorio, la expresión de AR
disminuye y también que el receptor esteroidal dominante en el folículo cambia
de AR a receptor de estrógenos (ER).
En roedores, el tratamiento con andrógenos aumenta el desarrollo pre-antral
del folículo ovárico incrementando la proliferación de células granulosas y atenuando la atresia
folicular. Más aún, en estudios in vitro se demostró que la
presencia de andrógenos incrementa
significativamente el diámetro de los
folículos inmaduros y aumenta el desarrollo de los folículos pre-antrales. Por otra parte, la administración de
testosterona estimula la transición de
folículo primario a folículo secundario al tiempo que incrementa el número de folículos ovulatorios. En monos, la administración de
andrógenos inicia el reclutamiento de
folículos, estimula los estadios iniciales del crecimiento folicular e
incrementa el número de folículos en crecimiento. En todos estos estudios se demostró que los efectos androgénicos
observados podían ser bloqueados con anti-andrógenos. Sin embargo, a pesar de
todos estos datos, se mantiene la
pregunta acerca de sí las acciones
reportadas son la consecuencia de acciones directas de los andrógenos vía AR o
si son debidas a la aromatización de los
andrógenos en estrógenos.
Inicialmente, se manejaba el concepto que los andrógenos afectan la función
ovárica bien funcionando como precursores
de la esteroidogénesis, específicamente por la aromatización en estrógenos; o bien con efectos indirectos mediados por el
eje hipotálamo-hipófisis o por tejidos metabólicos. Más tarde, con el
desarrollo de modelos de ratones hembras ARKO (AR knockout), se estableció la
importancia de la acción directa de los andrógenos a través del AR en la
reproducción normal femenina. Específicamente, en las células granulosas, la
actividad de los andrógenos regula la
progresión del folículo del estadio pre-antral
al estadio antral. En ausencia de AR funcional, los folículos pre-antrales no
progresan a folículos que pueden ovular y producir cuerpo lúteo sino que se
vuelven atrésicos. Después de dos décadas de investigaciones, la noción que
prevalece es que los andrógenos son esenciales en los estadios iniciales del desarrollo folicular y no
simples precursores de la esteroidogénesis
en los estadios finales de la
foliculogénesis. Los andrógenos a través
del AR regulan directamente el crecimiento
de folículos pre-antrales, previenen
la atresia folicular y están involucrados en la formación de folículos
antrales. Los andrógenos también están
involucrados en el reclutamiento de folículos primordiales así como en el
proceso de ovulación. Cómo los
andrógenos afectan el reclutamiento de folículos primordiales y si esto es una
respuesta primaria o secundaria a los andrógenos son preguntas aún abiertas.
Si bien el conocimiento sobre los efectos fisiológicos de los andrógenos
durante el desarrollo folicular ha crecido significativamente, el conocimiento
sobre los mecanismos que subyacen a las interacciones andrógeno-AR es aún limitado. Las funciones de los andrógenos son mediadas por acciones nuclear/genómica o extranuclear/no
genómica del AR. Recientemente se ha encontrado que los andrógenos pueden
promover la señal Erk vía transactivación, mediada por metaloproteinasas de
matriz (MMP), del receptor del factor de crecimiento epidermal (EGFR). Este
hallazgo ha dado origen al interesante concepto que, fuera del núcleo, las
acciones de los andrógenos son muy similares a las de los factores de
crecimiento. La proteína paxillina (PXN), tradicionalmente relacionada con la
remodelación del citoesqueleto, es un mediador de la activación de Erk inducida
por los andrógenos. Más aún, la PXN
sirve como enlace entre la señal extranuclear y la transcripción nuclear en la
respuesta a los andrógenos. Otro estudio reciente reporta que los efectos
fisiológicos de los andrógenos pueden involucrar la interacción sinérgica
entre las señales nuclear y extranuclear del AR. Los andrógenos, a través de las acciones
nucleares y extranucleares del AR reguladas por la PXN, inducen la
expresión de un micro ARN (miR-125b) que
disminuye las proteínas pro-apoptosis, contribuyendo de esta manera a la supervivencia folicular inducida por los
andrógenos. Sobre la base de estas observaciones, se ha propuesto que en
condiciones normales en el ovario, los andrógenos pueden mantener un cierto
nivel de expresión de miR-125b, esencial para la preservación de un balance
entre la supervivencia folicular y la atresia.
Un estudio reciente con folículos antrales pequeños de mujer reporta una correlación positiva entre los
niveles de ARNm de AR y de receptor de
hormona estimulante del folículo (FSHR) en el líquido folicular. Más aún, se ha
encontrado que los andrógenos inducen la
expresión de ARNm de FSHR durante la
progresión de folículo pre-antral a antral
en varios modelos animales, incluyendo primates. A pesar de algunas diferencias, todos los
estudios sugieren que la estimulación con andrógenos aumenta la
sensibilidad folicular hacia las
acciones de la FSH incrementando los niveles de FSHR, lo cual potencialmente
contribuye al crecimiento folicular. A su vez, el incremento en los niveles de
FSHR, inducido por AR, modula las acciones fisiológicas del FSHR. Por ejemplo, la FSH estimula la
expresión de aromatasa, una enzima clave en la biosíntesis de estrógenos a partir de los
andrógenos. Por lo tanto, los
andrógenos pueden modular indirectamente
la actividad de la aromatasa de dos maneras: incrementando la expresión de FSHR
y por consiguiente aumentando la acción
de la FSH, y también como sustrato de la síntesis de estrógenos. La actividad
de los andrógenos sobre las acciones inducidas por la FSH puede también
aumentar los niveles intracelulares de AMPc, un mediador de la señal FSH
necesario para la proliferación y diferenciación de las células foliculares.
Los andrógenos, a través del AR,
pueden regular la expresión y la acción
de factores de crecimiento durante los diferentes estadios del
crecimiento folicular. En ovarios de
primates, el tratamiento con andrógenos aumenta significativamente la expresión de factor de crecimiento
insulinosimil 1 (IGF1) y de IGF1R. Por otra parte, la dihidrotestosterona ha
demostrado aumentar la proliferación de
células granulosas inducida por IGF1 potenciando los efectos mitogénicos del
GDF9 secretado por el oocito. Adicionalmente, el factor similar a insulina 3
(INSL3), un factor de crecimiento derivado de las células tecales, aumenta la
producción de testosterona y promueve el crecimiento folicular, una acción
mediada por el GDF9. Estos hallazgos
sugieren que los andrógenos están involucrados en el crecimiento de folículos pre-antrales
inducido por GDF9 e INSL3. Todas estas observaciones indican que el sistema de
factores de crecimiento intra-ovárico juega un papel esencial en el desarrollo
folicular, regulado por las acciones andrógeno/AR.
En el desarrollo folicular se han identificado varios genes inducidos por
AR. 1. El ligando Kit (Kitl), localizado en el oocito, y su receptor Kit,
localizado en las células granulosas, representan un blanco directo de la señal
de los andrógenos. 2. Como ya se ha mencionado, los andrógenos a través de las
acciones nucleares y extranucleares del AR, inducen la expresión de miR-125b. 3. Un estudio reciente ha
demostrado que durante el proceso de la ovulación la ruta andrógeno-AR juega un
rol en el último estadio de la foliculogénesis a través de la inducción de los
genes de ciclooxigenasa 2 (Cox2) y anfirregulina (Areg). Este hallazgo sugiere que los andrógenos,
producidos por el pico de hormona luteinizante (LH) en el ciclo mentrual pueden estar involucrados en el proceso de ovulación regulando
directamente la expresión y acción
de los genes de Cox2 y Areg. 4. La
proteína p21 es conocida por su rol en
la luteinización de las células granulosas
y también es conocido que el AR regula la expresión de su gen. 5. El LRH1 (liver receptor homolog) expresado
exclusivamente en las células granulosas en todos los estadios del desarrollo
folicular, tiene la capacidad para
activar la transcripción de enzimas
esteroidogénicas como la aromatasa. Un estudio reciente ha demostrado que la
testosterona estimula la expresión de un
receptor aril hidrocarbonado, el cual
forma un complejo con el AR en el
promotor del gen LHR1.
En los últimos años ha ganado popularidad el uso de andrógenos,
específicamente la suplementación con DHEA, en mujeres con baja reserva
ovárica funcional (LFOR). Hay
evidencia de que los niveles de
andrógenos son bajos en las mujeres con
LFOR, independientemente de la edad o de envejecimiento ovárico prematuro. Al
respecto, se ha propuesto la hipótesis que esta disminución del nivel de andrógenos es, al menos
parcialmente, debida a una insuficiencia adrenal en la producción de
andrógenos. La posibilidad de que la suplementación con DHEA pueda afectar
beneficiosamente a las mujeres con LFOR fue sugerida en una serie de
estudios de fertilización in vitro que
reportaron mejoría en la calidad del
embrión y en la tasa de embarazo. Sobre la base de estos estudios, se acepta
que la DHEA es metabolizada en
testosterona y que los efectos positivos de la suplementación con DHEA son mediados a través del AR. La testosterona, a través del AR,
promueve el crecimiento y la supervivencia de los folículos pre-antrales e
incrementa la sensibilidad hacia las acciones de la FSH, lo cual
aumenta el número de folículo antrales. Sin embargo, no todas las
mujeres responden bien a la suplementación con DHEA. Algunas mujeres no
convierten adecuadamente la DHEA en testosterona, un fenómeno aparentemente
asociado con la edad avanzada.
En conclusión, el desarrollo de modelos de ratones hembras ARKO
conjuntamente con estudios in vivo e vitro han establecido la importancia de
los andrógenos, y sus acciones mediadas por el AR, en la fertilidad femenina
normal. Los andrógenos a través del
receptor de andrógenos regulan directamente el crecimiento de folículos
pre-antrales, previenen la atresia folicular y están involucrados en la
formación de folículos antrales. Los andrógenos también juegan un rol en el
reclutamiento de folículos primordiales y en el proceso de ovulación. Adicionalmente, los andrógenos estimulan la expresión de enzimas
esteroidogénicas y sirven como precursores de los estrógenos.
Fuente: Prizant H et al (2014). Androgen actions in the ovary: balance is key. Journal of Endocrinology 222: R141-R151.
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