Progesterona: mecanismos
no-genómicos en el cerebro
Aunque el rol paradigmático de la progesterona (pregn-4-ene 3, 20-diona)
está en la reproducción, también ejerce acciones extra-reproductivas
significativas a través de múltiples rutas de señalización no nuclear (no-genómicas).
Estas diferentes funciones incluyen la inmunomodulación,
la inhibición de la biosíntesis de colesterol y la neuroprotección. El mecanismo clásico mediante el cual la
progesterona ejerce sus acciones es vía receptor de progesterona (RP), el cual ha sido
descrito como un factor de transcripción
nuclear que actúa a través de los
elementos de respuesta específicos de
progesterona en la región promotora de los genes para regular la transcripción.
Existen dos isoformas principales del RP clásico, el RP-B y su variante
truncada en el extremo N-terminal, el RP-A. Este último ejerce un control
negativo no sólo sobre la transcripción mediada por el RP-B sino también sobre
la transcripción mediada por receptores de estrógenos y glucocorticoides. La
regulación negativa de la función del receptor de estrógenos por un RP puede
explicar, al menos en parte, el mecanismo por el cual las progestinas
antagonizan funcionalmente los efectos de los estrógenos. Sin embargo, la relación entre progesterona y receptor de
estrógenos no siempre es antagónica. La progesterona también ejerce efectos vía
mecanismos no-nucleares a través de la
activación de rutas de señalización que
pueden ser mediadas por RP distintos, incluyendo los RPs asociados a membrana.
Los efectos celulares/fisiológicos de la progesterona mediados por el RP
clásico generalmente no son rápidos, dado el tiempo requerido para inducir la
transcripción de genes y el traslado de esos genes en proteínas. Por el
contrario, las acciones no-genómicas son rápidas y ocurren en varios tejidos,
incluyendo al cerebro, a través de
mecanismos alternativos. Estos efectos “no-clásicos” de la progesterona
pueden iniciarse en la superficie celular y activar rutas
de señalización intracelular, a través
de la modulación de receptores de superficie, canales iónicos y segundos
mensajeros citoplasmáticos. Es conveniente hacer notar que aunque estos efectos
son llamados no-genómicos, la activación rápida de kinasas citoplasmáticas
puede resultar en efectos tanto independientes como dependientes de la
transcripción de genes. Entre las rutas de señalización no-nucleares activadas por la progesterona
están: la kinasa relacionada con señal extracelular (ERK), la AMPc/proteína kinasa A (PKA), la proteína kinasa
G (PKG), la entrada de Ca2+/activación
de la proteína kinasa C (PKC) y la
fosfatidilinositol 3 kinasa (PI3K) /Akt. Adicionalmente, la progesterona (o sus
metabolitos) puede actuar directa y rápidamente
sobre receptores de neurotransmisores como los receptores GABA A
y sigma-1/2 para regular la función celular.
Con respecto a la señal de Ca2+,
varios reportes sugieren un enlace funcional entre la progesterona y los
niveles intracelulares de Ca2+. Las consecuencias de la activación
de estas rutas de señalización son
numerosas e incluyen influencias sobre la liberación de neurotrofina,
proliferación del progenitor neural,
regulación de los niveles intracelulares
de Ca2+ y regulación de la viabilidad celular.
Los efectos neuroprotectores de la progesterona no pueden explicarse por una sola ruta de señalización
porque requieren la activación complementaria de múltiples rutas, incluyendo
las que involucran RP de membrana. En efecto, varias líneas de evidencias
apoyan el rol de los RP asociados a la membrana celular en la mediación de los
efectos de la progesterona sobre el cerebro. Al presente han sido identificadas
dos tipos de proteínas asociadas a la superficie celular: RP de membrana (mRP) y el componente receptor de membrana de
progesterona (Pgrmc). Los mRP (aproximadamente 40 KDa) comprenden tres
subtipos: mRP α, β y γ, los cuales pertenecen a la familia de receptores acoplados a proteína G. Recientemente, se han caracterizados en el
cerebro dos nuevos subtipos, mRPδ y mRPε. Los mRPs se unen a la progesterona
con alta afinidad y median importantes funciones fisiológicas en tracto
reproductivo, hígado, tejidos neuroendocrinos y sistema inmune. Aunque los RP clásicos y los mRPs son
co-expresados en algunas regiones cerebrales (hipocampo, corteza, hipotálamo y
cerebelo), su perfil de especificidad por el ligando no es idéntico. Por ejemplo, los mRPs se unen a la 17α-hidroxiprogesterona y a la
5-dihidroxiprogesterona con mayor
afinidad que los RP clásicos. En
términos de distribución celular, la isoforma mRPα normalmente es expresada por neuronas, pero no por
oligodendrocitos o astrocitos. Sin
embargo, en casos de injuria cerebral traumática, puede ser expresada por astrocitos,
oligodendroccitos y microglía. Este incremento en la expresión de mRP ha sido
propuesto para mediar los efectos
anti-inflamatorios de la progesterona en casos de injuria cerebral. Por lo
tanto, el complemento de RPs expresado en el cerebro puede ser manejado por la salud del tejido.
Las proteínas transmembrana pgrmc1 y
pgrmc2 son parte de un complejo
multiproteico que se une a la
progesterona y otros esteroides. El Pgrmc1 (conocido como 25-Dx en ratas y Hpr6 en
humanos) fue descubierto en hígado y musculo liso vascular porcinos y más tarde
clonado en otras especies, incluyendo humanos. El Pgrmc1 tiene un dominio
N-terminal transmembrana y un dominio citoplasmático para la unión de proteínas
con dominios SH2 y SH3 así como también
tirosinas kinasas. Esto sugiere un potencial rol del Pgrmc1 como un adaptador
involucrado en interacciones de proteínas
y señales de transducción intracelulares.
Los mRPs y los Pgrmc son expresados en altos niveles en el cerebro, pero
sus funciones en los efectos de la
progesterona en el sistema nervioso central apenas comienzan a ser reveladas.
Por ejemplo, un reporte reciente señala que la alopregnanolona y otros neuroesteroides se unen a mRPδ y disminuyen
la apoptosis inducida por el ayuno en neuronas del hipocampo. Adicionalmente,
mRPα, mRPβ y pgrmc1 han sido implicados
en el efecto represor de la progesterona sobre la liberación de GnRH en
neuronas hipotalámicas. El efecto positivo de la progesterona sobre la
proliferación del progenitor neural puede ser mediado por el Pgrmc1. En el
sistema nervioso central, la función de los RPs asociados a membrana no se limita a las neuronas. En efecto, la progesterona dispara la
liberación del factor neural derivado
del cerebro (BDNF), vía Pgrmc1, en las glías. Es importante señalar que los dos
receptores no siempre trabajan de manera independiente. Por ejemplo, la
activación de los mRPα y β en el miometrio humano provoca la transactivación
del RP-B. Los RP clásicos pueden también
mediar los efectos de la progesterona a través
de mecanismos no-genómicos/extranucleares. El RP-B humano contiene un residuo
poliprolina en su dominio amino-terminal que interactúa con el dominio SH3 de
Src. Por lo tanto, el RP citoplasmático
puede mediar la activación rápida de c-Src inducida por la progesterona. Los RPs también
pueden mediar los efectos de la
progesterona sobre el desarrollo y
progresión del cáncer de mama a través
de la activación de las rutas Src/ERK1/2 o PI3K/Akt.
Otro mecanismo por el cual la progesterona puede ejercer efectos
neuroprotectores es a través de sus metabolitos, los cuales a su vez, pueden
interactuar con receptores asociados a membrana acoplados a canales iónicos como el receptor GABAA.
Tales metabolitos incluyen a la alopregnanolona (3α, 5α tetrahidroprogesterona)
que puede unirse a sitios discretos en
el dominio hidrofóbico del receptor GABAA
y producir la potenciación de la conductancia de Cl- inducida por el
GABA. Adicionalmente, la alopregnanolona
puede llevar a cabo efectos protectores a través de sus acciones sobre la
mitocondria. Por ejemplo, la alopregnanolona
inhibe corrientes asociadas con la permeabilidad mitocondrial. Más aún,
la alopregnanolona ejerce efectos
significativos sobre la neurogénesis. La
alopregnanolona puede también ejercer efectos neuroprotectores mediante la
regulación del BDNF.
Por otra parte, se ha demostrado que la progesterona puede tener influencias no alostéricas sobre
el receptor GABAA. La progesterona puede influenciar al receptor
GABAA vía activación de una ruta de señalización que a su vez influye en las corrientes
disparadas por el GABA a través de la fosforilación de sitios discretos en ciertas subunidades
del receptor GABAA. En vista de la importancia que tiene la
regulación del receptor GABAA
para la supervivencia celular, particularmente en modelos de
excitotoxicidad, la acción de la
progesterona sobre este receptor puede ser relevante para su efecto
neuroprotector. Otra acción no-clásica de la progesterona consiste en un efecto protector a través de la
interacción con el receptor sigma 1(σ1),
dado el rol de este receptor en la
neuroproteción.
En resumen, la progesterona tiene una diversidad de tejidos blanco, los
mecanismos a través de los cuales ejerce sus efectos son igualmente diversos.
Por ejemplo, la progesterona puede activar receptores alternativos, distintos
de los clásicos RP, como los receptores asociados a membrana y a través de
ellos activar rutas de señalización intracelular que a su vez pueden influir en
la función celular. Numerosos reportes apoyan la importancia de estos
mecanismos no-genómicos en los efectos de la progesterona sobre el sistema
nervioso central, especialmente aquellos
que influyen en la viabilidad celular en el cerebro.
Fuente:
Singh M et al (2013). Non-genomic
mechanism of progesterone action in the brain. Frontiers in Neuroscience volume 7, Article
159.
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