Tolerancia inmunológica en el
embarazo
La tolerancia inmunológica materno-fetal es un evento natural por el cual
el sistema inmune materno no inicia una repuesta contra el antígeno
semialogénico representado por el feto. El término tolerancia materno-fetal
puede resultar confuso por cuanto no es el feto el que está en contacto directo
con el tejido materno, sino la placenta. La placenta es la fuente principal de
antígenos y al mismo tiempo es el blanco directo de la respuesta inmune
materna. En los humanos, el modo de placentación hemocorial permite que el
contacto entre la madre y la placenta ocurra a través de dos superficies
distintas. (1) La superficie externa de
la placenta está embebida en la decidua materna, una capa de estroma
especializado derivado del endometrio que proporciona el soporte físico para el
desarrollo de la placenta. La yuxtaposición de la placenta y la decidua crea la
interfase materno-fetal, el lugar donde es más obvio el contacto entre el
trofoblasto placentario y los leucocitos uterinos (principalmente células
“Killer” naturales deciduales (dNK) y macrófagos). (2) La sangre materna proveniente
de las arterias espirales uterinas invade
los espacios lacunares y baña directamente al trofoblasto de las vellosidades
placentarias. Cerca de la superficie de la placenta, el trofoblasto
extravelloso invade las arterias espirales y reemplaza al endotelio,
facilitando la remodelación vascular necesaria para el adecuado aporte
sanguíneo al feto. Esta segunda interfase permite que los antígenos expresados
por la placenta puedan ser liberados directamente en la circulación materna
para modular sistemáticamente la respuesta inmune materna.
En el primer trimestre del embarazo, aproximadamente 30-40% de la decidua está constituida por células
inmunes maternas, la mayoría de ellas son células dNK (70%), pero también están
presentes macrófagos (<30%), células T (<20%) y células dendríticas (DC,
<2%). Las células dNK difieren de su contraparte periférica no sólo en el
fenotipo sino también en su función aparente. Típicamente, las células dNK son
CD56 brightCD16-, mientras que las NK periféricas son
CD56dim/CD16+. El CD16 está involucrado
en la lisis de las células blanco. Entonces, la ausencia de CD16 en las
dNK reduce la citotoxicidad de estas células, desviando su función hacia la
producción de citoquinas. La mayoría de las células dNK se localizan en el sitio de la invasión del
trofoblasto –la decidua basal- y liberan factores de crecimiento y quimiocinas que aumentan
la invasión. Las células dNK también promueven el establecimiento de la circulación
placentaria a través de factores angiogénicos, como el factor de crecimiento
del endotelio vascular (VEGF) y el interferón-γ (IFNG), que inducen el
desarrollo vascular. Las células dNK
pueden ser activadas o inhibidas por ligando expresados por el trofoblasto
extravelloso. EL principal ligando es el HLA-C paterno, la única molécula clase
1 clásica del complejo mayor de histocompatibilidad expresada en la superficie
del trofoblasto. La molécula HLA-C es
reconocida por el receptor similar a inmunoglobulina (KIR) en la superficie de
la célula dNK y su acción inhibe la capacidad lítica de la dNK. La proporción de células dNK que expresan KIR
es mucho mayor que su contraparte periférica. Por otra parte, en el embarazo
temprano, las dNK producen IFNG que actúa de una manera autocrina estimulando
la producción de IGNG, VEGF, angiopoyetina2 y prostaglandina F, creando un
medio proangiogénico. El IFNG también activa la producción de óxido nítrico, un
compuesto que estimula la vasodilatación e inhibe la proliferación de células
de músculo liso vascular. Ahora bien, el IFNG puede tener efectos proliferativos
o citotóxicos, según sea la densidad relativa de sus dos receptores: IFNGR1 e
IFNGR2, los cuales son expresados en la superficie del trofoblasto durante el
embarazo.
La cercanía entre las células maternas y el trofoblasto fetal podría
activar repuestas inmunes adaptativas. Sin embargo, la función inmune
adaptativa es restringida durante el embarazo para proteger al feto. Esta
restricción es mediada primariamente por la supresión de la respuesta de los linfocitos “helper” 1 (Th1) y el
incremento de células T reguladoras (Treg). Las células
presentadoras de antígenos (células B, células T CD4+) pueden
diferenciarse en linfocitos Th o células Treg. El tipo de célula
presentadora de antígeno conjuntamente
con las citoquinas del medio y la dosis de antígeno, determinan la ruta
de diferenciación de las células T. Durante el embarazo, la dosis de antígeno
es expresada por las proteínas no maternas en el trofoblasto de la interfase
materno-fetal. Por tanto, el trofoblasto
influye en la diferenciación de los linfocitos T CD4+ en Th1, Th2,
Th17 o células Treg. Las células Th1 promueven la citotoxicidad a
través de la producción de IL2 e IFNG y tiende a ser inhibidas en los embarazos normales. Las células Th2
son predominantes en el segundo y el tercer trimestre de un embarazo normal y producen IL4, IL5 e IL10 que protegen al feto
de ser rechazado al inhibir la
diferenciación de las células T DC4+ en células Th1. Adicionalmente,
la alta concentración de progesterona durante el embarazo desvía la
diferenciación de las células Th hacia el fenotipo Th2. Por otra parte, el
embarazo normal se caracteriza por un incremento en el número de células Treg
en la interfase materno-fetal que producen IL-10 y factor de crecimiento
transformante β (TGFB) que favorecen la tolerancia. Las célula Th17, implicadas
en patologías autoinmunes e inflamatorias, producen IL17, una citoquina
proinflamatoria. En el embarazo temprano, la producción de IL17 está a cargo de
las células T CD4+ de la decidua, pero las células Treg pueden desviarse al fenotipo Th17 en
presencia de citoquinas o de un estímulo
inflamatorio. Esta deviación es suprimida por la enzima
indolamina-2,3-dioxigenasa (IDO), una molécula altamente expresada por el
trofoblasto extravelloso.
La deprivación de aminoácidos como regulador de la respuesta de los
linfocitos ha sido implicada en la inmunosupresión en la interfase
matero-fetal. La evidencia acumulada indica que la IDO inhibe la proliferación
de las células T a través de la depleción de triptófano. La IDO también tiene
importancia fisiológica porque la disminución de los niveles de triptófano
deriva en vasodilatación a través de la disminución de serotonina. Las células
dendríticas también producen IDO lo que aumenta la activación y
mantenimiento de células Treg.
Las células del trofoblasto extravelloso, como se ha mencionado
anteriormente, expresan la molécula HLA-C, pero también expresan moléculas
clase 1 no clásicas como la HLA-G que disminuye la actividad de las células dNK
e inhibe la citotoxicidad de linfocitos
T. La HLA-G es tanto una proteína unida
a membrana como secretada como proteína soluble. Cada una de estas proteínas
interactúa con sus receptores en la
superficie de las células dNK para proteger al trofoblasto contra la citolisis mediada por dNK. Adicionalmente,
la HLA-G soluble promueve la secreción de factores angiogénicos importantes en
la remodelación vascular de las etapas iniciales del embarazo. Las células del trofoblasto
también expresan FAS (CD95) y ligando de
FAS (CD95L). La presencia de FASL
en el trofoblasto juega un rol activo en la apoptosis de los linfocitos
activados generando tolerancia inmunológica. La HLA-G soluble regula
positivamente la expresión de FASL sobre
células T CD8+ activadas, disparando la apoptosis. La expresión de
FASL en las células del trofoblasto también facilita la apoptosis de células
endoteliales, favoreciendo la invasión y remodelación de las arterias espirales
uterinas.
En resumen, el embarazo es una interacción reguladora entre la madre y el
feto en desarrollo. La placenta activamente produce y secreta varios factores
inmunoreguladores para prevenir el rechazo del feto histoincompatible por el
sistema inmune materno innato y adaptativo. Los factores producidos por el
trofoblasto regulan las células inmunes maternas presentes en la decidua. Las células T CD8+
están presentes en la interfase materno-fetal y la apoptosis de estas células
es inducida por el FASL presente en las células del trofoblasto extravelloso.
La tolerancia inmunológica en la interfase materno-fetal requiere de una
estricta regulación temporal
inmuno-vascular. La angiogénesis y la invasión del trofoblasto son
procesos inmunológicamente activos.
Fuentes: Erlebacher A (2013). Mechanisms of T cell
tolerance towards the allogeneic fetus. Nature Reviews Immunology 13: 23-34.
Warning JC et al (2012). A balancing act: mechanisms
by which the fetus avoids rejection by the maternal immune system. Reproduction
141:715-724.
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