La gonadotropina coriónica humana y sus variantes
La gonadotropina coriónica humana (hGC) es una molécula extrema por varias
razones. En primer lugar, es la proteína más ácida de los humanos, algunas
variantes de la hGC tienen hasta 15 residuos de ácido siálico por molécula. Por
otra parte, algunas variantes de la hGC
son las más glucosiladaas de las
glucoproteínas. Por ejemplo, la hGC contiene 30% de azúcar, la hGC
hiperglucosilada contiene 39% de azúcar y la subunidad β libre de la hGC hiperglucosilada
contiene 42% de azúcar por peso molecular. Adicionalmente, la hGC es una de las
moléculas circulantes con mayor vida media, 36 horas en la circulación
sanguínea. En segundo lugar, hay 5 variantes únicas de la hGC, cada una con secuencias idénticas de
aminoácidos (una subunidad α y una subunidad β), producidas por diferentes
células y con funciones diferentes. La subunidad α de la hGC comprende 92
aminoácidos y 2 oligosacáridos y la subunidad β comprende 145 aminoácidos y 6
oligosacáridos. Las 5 variantes hGC son:
hGC, hGC sulfatada, hGC hiperglucosilada, la subunidad β libre de la hGC y la
subunidad β libre de la hGC hiperglucosilada.
En tercer lugar, la hGC y sus variantes son proteínas con un amplio
rango de funciones biológicas. Este rango va desde las acciones de la hGC hiperglucosilada en la invasión y la implantación del trofoblasto de la placenta en el miometrio del útero hasta las acciones de la hGC y la hGC hiperglucosilada en la
placentación hemocorial. Además, la hGC
interviene en el crecimiento uterino así como
en otras funciones claves durante el embarazo. La hGC es producida por
las células del sincitiotrofoblasto y la
hGC hiperglucosilada por las células de la raíz del citotrofoblasto de la
placenta. La hGC sulfatada es producida por la hipófisis de la mujer y controla
la esteroidogénesis durante el ciclo
menstrual y la ovulación del oocito. La ruta hGC hiperglucosilada/subunidad β
libre de la hGC es actualmente el punto central de la biología del cáncer en lo
que respecta a crecimiento, invasión y malignidad. La subunidad β de la hGC también se encuentra
en la molécula del factor de crecimiento transformante β (TGFβ). La evidencia
acumulada indica que hormona hGC
producida durante el embarazo y la variante hGC sulfatada producida por la
hipófisis actúan sobre un receptor
hGC/hormona luteinizante (LH) para producir una respuesta. En cambio, la hGC hiperglucosilada y la subunidad β libre de la hGC tienen acciones
autocrinas y funcionan antagonizando al
receptor del TGFβ en las células que las producen. Los niveles de hGC varían
ampliamente entre las embarazadas. En
general, la concentración sanguínea de hGC aumenta a partir de la
implantación (3ª semana de gestación), alcanzando un pico en la décima semana.
Los niveles sanguíneos de hGC aumentan exponencialmente durante las primeras 7
semanas de gestación. La concentración de hGC total disminuye lentamente a
partir de la décima semana hasta la semana 40 de gestación. La concentración de
hGC es 30% del pico en la semana 15 y 18% del pico en la semana 20 y se
mantiene en ese valor hasta el término del embarazo.
La hGC, durante el embarazo, además de mantener la producción de
progesterona por el cuerpo lúteo por 3-4 semanas, maneja la placentación hemocorial, un método eficiente por el cual la madre
transfiere nutrientes al feto. Está bien
establecido que la hGC hiperglucosilada maneja el crecimiento del
citotrofoblasto y la invasión del trofoblasto en el miometrio y la hGC promueve
la fusión de las células del citotrofoblasto
periférico a las células del sincitiotrofoblasto. La hGC hiperglucosilada es la
principal forma de hGC producida en las primeras semanas de embarazo con 87% de
hGC total en la tercera semana y 51% durante la cuarta semana, la proporción
disminuye rápidamente a partir de este punto. La alta concentración de hGC
hiperglucosilada al inicio del embarazo podría ser la señal que maneja la
implantación profunda de la placenta. La deficiencia de hGC hiperglucosilada
(menos de 50%) es causa de fallas en el embarazo. La hGC y la hGC hiperglucosilada facilitan la
implantación de la placenta en el útero y la formación del trofoblasto velloso. El blastocisto implantado forma columnas de células de citotrofoblasto que se
extienden bajo la influencia de la hGC
hiperglucosilada. Mientras tanto, la hGC promueve la diferenciación de células periféricas para
activar células del sincitiotrofoblasto
cercanas a la circulación sanguínea. La hGC también promueve el desarrollo y
crecimiento de las arterias espirales uterinas. La angiogénesis fuerza la
protusión de las arterias hasta alcanzar
el trofoblasto velloso invasor.
Adicionalmente, la hGC promueve
la formación de la circulación umbilical en el tejido velloso y la formación
del cordón umbilical. El trofoblasto velloso, la sangre de las arterias
espirales maternas y la circulación umbilical fetal constituyen la placentación
hemocorial, la cual es activa a partir de la décima semana de gestación. La sangre materna llena las cámaras
deciduales, los nutrientes (oxígeno, glucosa, aminoácidos, etc.) pasan a
través de las células del
sincitiotrofoblasto de las vellosidades placentarias y son absorbidos rápidamente por la
circulación umbilical.
La hGC es importante en la prevención del rechazo materno del tejido feto-placentario durante
el embarazo. Varios grupos de investigadores han demostrado la expresión del receptor hGC/LH en el
miometrio del útero. La hGC promueve un factor inhibidor anti-macrófago o un
factor inhibidor de la migración
de macrófagos, se trata de una citoquina
que modula la respuesta inmune durante el embarazo. Esto reduce la
actividad fagocítica de los macrófagos en la interface placenta-útero y
previene la destrucción del tejido
feto-placentario, extraño para los macrófagos maternos. Por otra parte, el crecimiento uterino, en
línea con el crecimiento fetal, es
controlado por la hGC. La hGC relaja las contracciones del miometrio durante el
embarazo. La hGC actúa sobre un canal
iónico activado por Ca2+ para relajar el miometrio y prevenir las
contracciones. Los niveles de hGC caen durante las semanas finales del embarazo
y se ha sugerido que esta caída puede ser la causa del incremento de las
contracciones uterinas en las semanas previas al parto. Por otra parte, estudios
recientes señalan que el receptor hGC/LH ha sido identificado en el cerebro de
la mujer adulta. Este receptor está ´presente en varias áreas del cerebro como hipocampo, hipotálamo y
tallo cerebral. El hallazgo de un receptor de hGC en estas partes del cerebro puede explicar
porque ocurren la hiperemesis gravídica, las
nauseas o los vómitos durante el embarazo normal.
El blastocisto preimplantación secreta hGC en el espacio uterino, la cual
es tomada por receptores hGC/LH en la superficie de la decidua. La respuesta, es la preparación de la decidua
para la implantación. Estas comunicaciones no vasculares por la hGC son
críticas para un embarazo satisfactorio. Estudios recientes han demostrado la
importancia de la señal preimplantación de la hGC. Esta señal hGC causa directamente inmunotolerancia y angiogénesis
en la interface materno-fetal. La hGC
también incrementa el número de células killer naturales que juegan un papel
clave en el embarazo.
El receptor hGC/LC ha sido identificado en órganos fetales como hígado, riñón,
pulmón, bazo e intestino. El receptor, sin embargo, está completamente ausente en esos mismos órganos en
el adulto, al parecer desaparece en el nacimiento. Se ha sugerido que la hGC puede promover el
crecimiento y la diferenciación en el feto. El feto humano produce su propia
hGC en hígado y riñón y las concentraciones en la circulación fetal son menores
que las concentraciones maternas, lo que sugiere que la secreción placentaria
solamente es dirigida hacia la circulación materna.
La hGC sulfatada es producida por la hipófisis en paralelo con la LH pero
en menor cantidad (aproximadamente 1/50 de la LH circulante). Sin embargo, la
hGC sulfatada es 50 veces más potente que la LH y puede tener un efecto
comparable al de la LH en la producción
de androstenediona durante la fase folicular del ciclo menstrual, la promoción
de la ovulación, la formación del cuerpo
lúteo y la producción de progesterona en la fase luteal del ciclo menstrual. En la menopausia, los niveles de hGC
sulfatada aumentan (pasan de 1-3 mIU/ml a 2-39 mIU/ml) conjuntamente con los
niveles de LH y HSH.
Múltiples estudios han demostrado que la subunidad β libre de la hGC y su
producto de degradación urinario son marcadores tumorales de una alta
proporción de canceres. La subunidad β libre de la hGC bloquea la apoptosis de
las células cancerosas y aumenta el
crecimiento y malignidad, algo que previamente había sido demostrado con la
variante hGC hiperglucosilada. Las células cancerosas secretan la hGC
hiperglucosilada o la subunidad β libre, las cuales de una manera autocrina se
unen al receptor de TGFβ y lo antagonizan promoviendo el crecimiento celular y
bloqueando la apoptosis. Como resultado del antagonismo las células producen y
secretan colagenasas y metaloproteinasas. Hay dos clases de canceres relacionados con
las variantes de hGC. El tipo1 es un cáncer de células productoras de hCG
hiperglucosiladas desde el inicio de la malignidad. La hGC hiperglucosilada
modula completamente el crecimiento, las
metástasis y el grado del cáncer. En este tipo de cáncer se incluyen el coriocarcinoma y los canceres
de células germinales de ovario y testículo. El segundo tipo de canceres
incluye cáncer de pulmón, cáncer de
mama, leucemia y linfomas, los cuales en su estadio avanzado son capaces de
producir la subunidad β libre de la hGC que toma el control del avance del
cáncer. Algunos investigadores proponen
que la hGC hiperglucosilada maneja la implantación de la placenta de una manera
similar a su acción sobre la célula cancerosa. La implantación de la placenta
pasa a través de la decidua uterina, el estroma uterino y el tejido conectivo
en el miometrio. La placenta normalmente se implanta en 1/3 de profundidad del
miometrio (aproximadamente 40% de la profundidad del útero) y en este
proceso utiliza las colagenasas y metaloproteinasas inducidas por la hGC
hiperglucosilada en las células del citotrofoblasto. La hGC hiperglucosilada también estimula el
crecimiento de la placenta promoviendo autocrinamente el crecimiento de las
células del citotrofoblasto.
Fuente: Cole LA (2012). hCG, the wonder of today,science.
Reproductive Biology and Endocrinology 10:1-24.
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