Selectividad funcional de agonistas de receptores acoplados a proteína G
Los receptores acoplados a proteína G (GPCR) procesan una variedad de señales extracelulares relacionadas con la
cognición, los sentidos, el control hormonal y metabólico, la regulación
cardiovascular y el sistema inmune, y transmiten esta información a rutas de señalización
intracelular. Este sistema de
señalización está formado principalmente por GPCR, proteínas G y
efectores. Los GPCR son codificados por 1000 genes aproximadamente y
representan una de las familias más
grandes en el genoma humano. La proteína G consiste de las subunidades Gα, Gβ y Gγ codificadas
por genes separados a partir de un “pool” de
genes de al menos 16 Gα, 6 Gβ y 12 Gγ. Este pool potencialmente permite aproximadamente 1000
variaciones del complejo proteína G
(Gα/Gβ/Gγ). Las proteínas G regulan aproximadamente 100 efectores diferentes. En
contraste con esta diversidad, el mecanismo molecular que subyace a la
activación dependiente de GPCR de las proteínas
G ha evolucionado de una manera conservadora entre las diferentes
especies. En los últimos 20 años, se han reportado muchas mutaciones
activadoras o inactivadoras de GPCR o proteínas G como causas subyacentes de diferentes enfermedades. Los análisis de
las mutaciones han revelado no sólo las rutas moleculares de muchas enfermedades
sino también los mecanismos fisiológicos
de los GPCR.
Las redes de señalización GPCR
comprenden los GPCR, las proteínas G y los efectores. En algunos casos, cada
eje GPCR-proteína G-efector trabaja independientemente. En otros casos, múltiples GPCR se acoplan a una proteína G
produciéndose una señal convergente. Asimismo, se han reportado muchos ejemplos
con un GPCR acoplado a múltiples
proteínas G, produciéndose una señal divergente. En el modelo clásico, un
agonista interactúa con un GPCR que se acopla con múltiples proteínas G y se
activan múltiples rutas de señalización
relacionadas con estas proteínas G. En este modelo, para que se active solamente
una ruta de señalización, un agonista necesita aparearse con un GPCR que se
acople específicamente con una sola
proteína G. Recientemente, ha ganado aceptación un nuevo concepto, en el cual
un agonista puede activar una ruta de
señalización especifica a través de un
GPCR involucrado en múltiples rutas de señalización. Este concepto es conocido como selectividad funcional. Un modulador
alostérico que media los efectos del
agonista, y actúa en un sitio del GPCR
diferente al sitio de interacción del agonista, puede aumentar o atenuar las
señales o en algunos casos puede activar rutas de señalización específicas.
Dos conceptos han recibido mucha atención en la última década. El primero
de ellos, conocido como “eficacia pluridimensional”, reconoce que los GPCR
interactúan tanto con proteínas G como
con proteínas no G. Esto representa el reconocimiento de redes de señalización
independientes de proteína G y revela la verdadera eficacia de los GPCR. Los efectores no proteína G mejor
caracterizados son las arrestinas, una familia de cuatro proteínas
citoplasmáticas conocidas inicialmente por su rol en la desensibilización de los GPCR
y en la modulación de la fototransducción. Las arrestinas se unen a receptores ocupados
por agonistas que han sido fosforilados por
las kinasas de GPCR y producen desensibilización homóloga del receptor.
En el caso de las arrestinas no visuales, arrestina 2 y 3 (β-arrestina 1 y 2),
el extremo C terminal de la arrestina se une a elementos de la maquinaria
endocítica, provocando el secuestro de los receptores desensibilizados. Las
arrestinas también reclutan proteínas e
inician una “segunda onda” de
señalización que transita los compartimentos intracelulares. Los efectores
regulados por arrestinas incluyen a la
familia de kinasas Src, a componentes de la cascada MAPK, la ligasa de ubiquitina, las fosfodiesterasas
de AMPc, la diacilglicerol kinasa y la proteína fosfatasa 2A, entre otros. Aunque
la importancia fisiológica de la señal arrestina no está aún aclarada
completamente, la evidencia acumulada
indica que la señal GPCR dependiente de arrestinas interviene en
funciones como degradación de segundos mensajeros, regulación de la dinámica
del citoesqueleto, control de tráfico de vesículas, exocitosis y
migración celular, y promoción de supervivencia, crecimiento e
hiperplasia celular.
El segundo concepto crítico es la formulación de un modelo alostérico
general de la señal GPCR. Ligandos estructuralmente distintos pueden activar al
mismo GPCR de maneras diferentes, algunas de las cuales sólo pueden ocurrir si
hay más de un estado activo del receptor. Los estudios bioquímicos y biofísicos
proporcionaron la evidencia de que los GPCR adoptan múltiples estados activos
que acoplan al receptor a diferentes
efectores con diferente eficiencia. El modelo alostérico visualiza a los GPCR como “ensambles” de
conformaciones terciarias. En cualquier momento, la actividad biológica del
sistema refleja la distribución de la población de receptores a través de cada
uno de los micro estados que forman el
ensamble conformacional. Cualquier interacción molecular que cambia la energía
del sistema tiene el potencial para para afectar el ensamble
conformacional de manera tal que afecta
también la señalización. Consideradas
como proteínas alostéricas, los GPCR son susceptibles a numerosos impulsos que
modifican sus propiedades de señalización. Además de los efectos ortostáticos
ejercidos a través del sitio de unión del ligando, los efectos alostéricos
laterales que provienen de las interacciones proteína-proteína en la membrana
plasmática o el citoplasma y las modulación alostérica que proviene de la
interacción de moléculas pequeñas con
sitios externos a la unión del ligando, también afectan la señalización. Los
conceptos de “selectividad funcional” y “agonismo sesgado” emergen de los
principios de eficacia pluridimensional
y modelos alostéricos de la eficacia de
los GPCR para producir una descripción comprensible de la conducta ortostática del ligando.
En el modelo clásico de activación
de los GPCR se asume que los
estos receptores existen en equilibrio entre un estado activo y un estado
inactivo. Este modelo de dos estados a menudo es usado para explicar muchos de
los fenómenos relacionaos con la activación y la inactivación de los GPCR. En
este modelo, por ejemplo, los GPCR son activados en varias frecuencias sin la
estimulación por parte del agonista. Esto explica porque, cuando son
expresados, estos receptores muestran actividad basal. En este modelo clásico,
se postula que los agonistas desvían el equilibrio del GPCR hacia la forma
activa mientras que los agonistas inversos hacen lo contrario, y que los
antagonistas inhiben competitivamente a los agonistas sin afectar el
equilibrio. Sin embargo, varias líneas de
evidencia apoyan un modelo alternativo multi-estado de los GPCR, en el cual
estos receptores pueden adoptar espontáneamente
múltiples estados conformacionales, activos e inactivos. En este nuevo
modelo, cada ligando reconoce y
estabiliza una conformación específica del GPCR, produciéndose un conjunto de
efectos biológicos únicos y específicos.
Un agonista funcionalmente selectivo (agonista sesgado) es definido en
este caso como una droga única que reconoce y estabiliza una conformación
quimérica que es “on” con respecto a una ruta de señalización y “off” para
otra. Esto provoca la activación de una
ruta de señalización específica a través
de un GPCR que activa múltiples señales.
Algunos ejemplos que apoyan el
modelo multi-estado de los GPCR son los siguientes: el receptor de PACAP,
PACAPI-27 muestra eficacia relativamente
alta para la acumulación de AMPc y relativamente baja para el inositol 1,4,5-trifosfato (IP3) en
comparación con el receptor PACAPI-38 en
las células que expresan receptores PACAP transitoriamente. Esto sugiere que la
activación de múltiples mecanismos de señalización por un agonista no es uniforme sino que a menudo
se inclina hacia alguna -pero no todas- ruta de
señalización y que los estados agonista-selectivos pueden producir un
agonismo sesgado. Los hallazgos de investigaciones recientes apoyan este
concepto, incluyendo los cambios conformacionales específicos de ligando del receptor adrenérgico β2. Por otra parte,
en el caso del receptor de hormona paratiroidea (PTHR), es conocido que activa
las rutas Gs/adenil ciclasa y Gq/fosfolipasa C,
pero la PTH no puede activar la adenil ciclasa aun cuando retiene la capacidad para activar la ruta
ERK1/2, posiblemente vía Gq, en osteoblastos de rata. Asimismo, en el caso de los
receptores de taquikinina (NK2R), el péptido NKA incrementa el calcio
intracelular y la acumulación de AMPc en algunas células mientras que solo incrementa el calcio
intracelular sin respuesta AMPc en otras, lo que sugiere dos estados conformacionales distintos. En este contexto es muy importante determinar
si el agonista normal y el agonista sesgado actúan sobre el mismo GPCR.
El receptor sensor de calcio (CaSR) pertenece a la familia C de GPCR y contiene un dominio heptahélice que juega un papel clave en el acoplamiento
con la proteína G y un dominio que atrapa al agonista. El CaSR es
constitutivamente dimerizado a través de
puentes disulfuro entre los residuos cisteína120 y 131, un evento que subyace a
la propia funcionalidad del CaSR. La regulación alostérica es una de las
características importantes del CaSR. Los moduladores alostéricos positivos del
CaSR son conocidos como calciomiméticos y los moduladores alostéricos negativos como calciolíticos. Los calciomiméticos no
activan al CaSR en ausencia de iones Ca2+,
pero aumentan la sensibilidad a estos
iones. El CaSR muestra al menos dos conformaciones activas diferentes, una
forma unida al calcio que se acopla con Gq/11 y Gi/o y una forma unida a calcio
que se acopla específicamente a Gq/11. Un calciomimético opera como un
modulador alostérico positivo de Gq/11 y de la fosforilación de ERK 1/2
dependiente de Gi/o.
En la investigación sobre el agonismo sesgado de las rutas GPCR se ha demostrado que los ligandos del
receptor adrenérgico β2 funcionan como agonistas inversos en la ruta Gs-AMPc y
como agonistas parciales en la fosforilación de ERK ½. Este hallazgo sugiere
que un ligando sesgado único para un
GPCR específico puede trabajar como agonista y agonista inverso dependiendo de
cual ruta de señalización es considerada. En un sistema que expresa GPCR redundantes y
plurales en vez de expresar un par GPCR/agonista específico, un agonista
sesgado específico o un modulador
alostérico sesgado pueden llevar a cabo una regulación más rápida y
flexible de las señales.
Un caso especial de selectividad funcional basada en GPCR es el agonismo
“protean”, en el cual ciertos agonistas pueden cambiar o incluso revertir sus
efectos dependiendo de los estados o sistemas
adoptados. Por ejemplo, en un sistema quiescente que contiene
principalmente receptores en un estado inactivo, algunos agonistas pueden
producir agonismo selectivo. Por el
contrario, en un sistema constitutivamente activo que involucra sustancialmente
receptores en estado activo formados espontáneamente, los mismos agonistas puede producir agonismo inverso.
Esto se debe a que estos agonistas convierten el estado activo eficiente en un
estado activo selectivo de ligando menos eficiente. Debido a que el efecto del
ligando cambia en respuesta al sistema, estas moléculas fueron llamadas
agonistas “protean” en alusión a Proteus (hijo de Poseidon) quien podía cambiar
su forma dependiendo de su ambiente y sus necesidades. Como ejemplos, se mencionan a los ligandos
del receptor de histamina H3 que operan en agonismo o agonismo inverso,
dependiendo del nivel de actividad
constitutiva del H3R y a los antagonists del receptor de vasopresina V2 que
actúan como chaperonas farmacológicas
para inactivar receptores V2 mutantes y también actúan como agonistas
inversos de receptores V2.
En conclusión, el modelo clásico de
activación de los GPCR es el modelo de
dos estados, en el cual el GPCR existe en equilibrio entre un estado activo y
otro inactivo. Los conceptos emergentes de eficacia pluridimensional y
selectividad funcional han revelado que la señal GPCR no es monolítica y que la
estructura del ligando puede desviar la señal estabilizando los estados activos
del receptor en proporciones diferentes
a las del ligando natural. Los agonistas sesgados poseen la capacidad de cambiar
cuantitativamente la señal GPCR creando “nuevos receptores” con distintos
perfiles de eficacia manejados por la
estructura del ligando. Los GPCR y sus ligandos naturales controlan la
señalización intracelular de la manera más fisiológicamente adaptativa. La
señalización, reflejada en la distribución
de estados activos del GPCR y la
eficiencia con la cual estos estados regulan los efectores es “balanceada” según las necesidades del organismo. Los
agonistas sesgados, por otra parte, alteran la distribución de estados activos,
las señales resultantes no son cuantitativamente diferentes, pero son
“desbalanceadas” en comparación con el ligando natural. Cuando estas señales
desbalanceadas se propagan surgen diferencias en la respuesta tisular en la
fuerza de la señal o en la cinética de las rutas de activación y desactivación.
Fuente: Makita N y Liri T (2014). Biased
agonism: a novel paradigm in G protein-coupled receptor signaling observed in
acquired hypocalciuric hipercalcemia. Endocrine Journal 61: 303-309.