Control endocrino del
calcio durante la lactancia
La lactancia representa demandas sustanciales en la homeostasis y el
balance del calcio. Durante la lactancia las glándulas mamarias exportan
grandes cantidades de calcio y fosfato en la leche. Estos minerales
conjuntamente con proteínas forman el osteoide
y son esenciales para el crecimiento óseo del niño. Para una mujer, el amamantamiento
de un niño requiere que diariamente aporte de 300 a 400 mg de calcio en la
leche y la pérdida de 5-10% de la masa ósea durante un período
de lactancia de 6 meses. Comparativamente, la pérdida total de calcio de la
mujer durante 6 meses de lactancia es 4 veces mayor que la pérdida durante el embarazo. El
mantenimiento de un estado de alto flujo
de minerales óseos durante la lactancia incrementa el tamaño efectivo del
“pool” de mineral metabólicamente
activo disponible en las mamas. Esta
expansión del “pool” de calcio minimiza las fluctuaciones de calcio circulante
cuando aumentan las demandas. Por otra parte, todos los recursos fisiológicos
necesarios para la homeostasis y el balance del calcio en condiciones de no lactancia también están disponibles durante la
lactancia. Esto incluye a los principales órganos reguladores del calcio
(hueso, intestino, riñón, sangre) y a las hormonas calciotrópicas: hormona
paratiroidea (PTH), calcitonina (CT) y la forma hormonalmente activa de la
vitamina D (1,25OH2vitamina D o calcitriol). Sin embargo, estos sistemas sólo responden
directamente a las variaciones en el calcio libre (Ca2+) plasmático y su respuesta
al flujo masivo de calcio entre la madre y el niño es relativamente pobre. En
este sentido, se han descrito cuatro mecanismos específicos para responder a la
demanda especial de calcio durante la lactancia. Aunque hay diferencias
importantes entre las especies, en general estos mecanismos son: (i) el péptido
relacionado con la hormona paratiroidea (PTHrP), que interviene en la conservación y extracción de calcio óseo; (ii)
la prolactina y la hormona de crecimiento, como soporte hormonal de la
absorción intestinal de calcio; (iii) los bajos niveles de estrógenos que
incrementan la resorción ósea y otros mecanismos de pérdida ósea; y (iv) la
eficiente exportación de calcio en la leche. Durante la lactancia, la PRL y el
PTHrP reorganizan la homeostasis y el control del balance de calcio colocando a
la glándula mamaria en el centro de la
homeostasis del calcio. Adicionalmente, estudios recientes incluyen a la
serotonina (5-hidroxitriptamina, 5-HT) como un enlace esencial entre la
glándula mamaria y el hueso.
La capacidad de la mujer para movilizar grandes cantidades de mineral en
apoyo al crecimiento óseo del niño, sin consecuencias patológicas, es una de
las adaptaciones más fascinantes en la evolución de los mamíferos. Una característica única de la movilización
ósea durante la lactancia es que la resorción y la formación de hueso están
normalmente acopladas, a pesar de la rápida pérdida de hueso. La pérdida de
hueso es “reparada” rápidamente después
del destete y no produce ninguna
consecuencia ósea negativa a largo plazo. Al respecto, se han propuesto dos
posibles explicaciones: una explicación señala que los osteoblastos
proliferan pero hacen una pausa antes de
completar la diferenciación y la otra
explicación es que el osteoide es secretado pero no es mineralizado. En
cualquier caso, lo importante es que el acoplamiento fisiológico entre
osteoblastos y osteoclastos durante la lactancia permite a la mujer movilizar
minerales en la leche pero al mismo tiempo mantener la salud ósea. Los niveles de CT en la mujer son elevados
durante el embarazo y al inicio de la lactancia, pero retornan a los niveles normales
después de las primeras 6 semanas de lactancia. La CT puede ser
secretada, además de las células C de la glándula tiroides, por la placenta y las glándulas mamarias, lo cual es
importante para preservar el esqueleto materno cuando las demandas de calcio
aumentan. Los niveles de PTH generalmente son bajos en las mujeres durante la
lactancia. El Ca2+ circulante es normal o ligeramente elevado
comparado con los niveles de mujeres en
condiciones de no lactancia. Este nivel de Ca2+ presumiblemente suprime
la secreción de PTH por las células principales de las glándulas paratiroides.
El aporte de calcio a las glándulas mamarias, a pesar de los niveles bajos de
PTH, aparentemente depende de los
efectos combinados de la PRL y el PTHrP. Entonces, la adaptación del
metabolismo del calcio durante la lactancia involucra los ajustes de las
hormonas calciotrópicas y de los estrógenos más los efectos únicos de la PRL y
el PTHrP. Estas señales movilizadoras
de Ca2+ hacen que el calcio
fluya en la leche en respuesta al flujo transcelular de Ca2+
inducido por el receptor sensor de calcio (CaSR) y mediado principalmente por
la Ca2+ATPasa 2 de la membrana plasmática (PM CA2).
La glándula mamaria opera como un órgano endocrino regulador del calcio que
secreta PTHrP durante la lactancia. El PTHrP es sintetizado y secretado en
grandes cantidades por la glándula mamaria lactante de varias especies
(incluyendo humanos), actúa como hormona endocrina y también como factor de crecimiento local. La secuencia N-terminal
del PTHrP, similar a la de la PTH, se
une al receptor PTHR1 e induce la diferenciación de los osteoblastos y la expresión de factores activadores de los osteoclastos
(particularmente el RANKL, receptor-activator of NFκB-ligand) que disparan la
resorción ósea. Aunque el PTHrP, como la
PTH, activa al PTHR1 y lleva a cabo
muchas de las acciones celulares de la PTH, generalmente es secretado como un
regulador local de crecimiento y
desarrollo. Normalmente, el PTHrP actúa
como hormona endocrina solamente durante la lactancia, cuando es secretado en
grandes cantidades en la circulación y en la leche. Los potenciales roles del
PTHrP de la leche en el crecimiento y
desarrollo del neonato no son bien conocidos.
La síntesis de 5-HT en las células
epiteliales de la glándula mamaria
incrementa durante la lactancia y depende de la distención alveolar. Una
función de la 5-HT mamaria es regular las uniones estrechas a través del receptor tipo 7 (5-HT7). Una segunda función,
mediada por el receptor 5-HT2B, es inducir las señales reguladoras de hueso,
incluyendo al PTHrP y al Runx2 (transcription factor runt-related transcription
factor 2), una proteína esencial para la diferenciación de los osteoblastos. A
través de la regulación de PTHrP, la 5-HT integra las necesidades del neonato
en un sistema regulador de calcio durante la lactancia que incluye al binomio madre-niño. Este sistema unificado es
esencial para compaginar la homeostasis materna del calcio con los requerimientos
del neonato.
El calcio es transportado en la leche a través de una ruta dependiente del
aparato de Golgi. El fosfato de calcio se une a la caseína fosforilada y este
complejo molecular es secretado por exocitosis. La Ca2+-ATPasa del
retículo sarcoplasmático-endoplasmático (SERCA) y la ruta secretoria Ca2+-ATPasa
que transportan el calcio en el retículo
endoplasmático y en el aparato de Golgi, respectivamente aumentan durante la
lactancia. Sin embargo, esta ruta de secreción de calcio unido a proteína
corresponde a menos del 50% del calcio transportado en la leche. Hay otros
mecanismos de movilización de calcio, uno de ellos involucra a la PMCA2. La
PMCA2, una proteína exportadora de
calcio de la membrana apical, es el transportador que más aumenta durante la
lactancia. La actividad de la PMCA2 es regulada por el CaSR, el cual es
expresado en las células epiteliales de la glándula mamaria en la transición
del embarazo a la lactancia. El CaSR
regula la actividad de la bomba, pero no la transcripción ni la localización en
la membrana. El CaSR, vía inositol trifosfato (IP3) estimula la
PMCA2. La activación de la PMCA2 también
puede ocurrir cuando se estimula el
flujo de calcio a través del retículo
endoplasmático vía receptor de IP3. El CaSR también suprime la secreción de PTHrP, constituyendo un asa
de retroalimentación homeostática en el epitelio mamario. Entonces, durante la lactancia, el CaSR y la
PMCA2 permiten a la glándula mamaria “sensar”
al calcio y ajustar la secreción de PTHrP y calcio en respuesta a los cambios
en la concentración extracelular de Ca2+.
Por otra parte, estudios recientes sugieren que el osteocito es mucho más
importante para el recambio óseo en adultos de lo que generalmente se piensa.
Los osteocitos son las células óseas más numerosas, se diferencian a partir de
los osteoblastos y se localizan entrampados en la matriz ósea donde se conectan
entre sí y con otros tipos de células mediante extensos procesos dendríticos y
una compleja red canalicular. Durante la lactancia, los osteocitos incrementan
significativamente los niveles de ARNm para genes “específicos de osteoclastos”,
incluyendo aquellos que codifican la fosfatasa ácida resistente a tartrato (TRAP),
la catepsina K, la anhidrasa carbónica y varios transportadores de protones. La
expresión de estos genes en los osteocitos depende del receptor PTHR1. Algunos autores sugieren que durante la lactancia la mujer
absorbe hueso convirtiendo los
osteocitos en un estado fisiológico similar a osteoclastos. La evidencia
acumulada indica que el osteocito es la principal célula blanco de PTH/PTHrP que media la resorción ósea
inducida por el RANKL en adultos.
En resumen, durante la lactancia, el calcio disponible en la leche es
facilitado por la expresión y activación
de varios transportadores con la PMCA2 en un rol principal. La disponibilidad de calcio está integrada con la homeostasis sistémica
de calcio a través de la acción del
CaSR. Las células del epitelio mamario
intervienen en la movilización del
calcio secretando PTHrP. Por otra parte,
la 5-HT constituye una señal local
esencial para la expresión y secreción del PTHrP. El receptor 5HT2B
acoplado a la proteína Gq/11 media la inducción de PTHrP por la 5-HT.
Fuente: Horseman ND y Hernández LL (2014).
New concepts of breast cell communication to bone. Trends
in Endocrinology and Metabolism 26: 34-41.
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